Pedro Sánchez se va a enfadar. El PSOE está preparando su próximo Congreso Federal, que tendrá lugar en Sevilla a finales de noviembre, en el que quieren aprovechar para reforzar la imagen de su secretario general, no sólo como líder de los socialistas, sino también como presidente del Gobierno. En este sentido, el partido de Pedro Sánchez planea ensalzarle como «garante de las democracias consolidadas», lo cual le va a parecer muy poco a nuestro presidente del Gobierno.
Los socialistas que no deseen defraudar a Sánchez deberán comenzar a usar calificativos como Querido Líder, Brillante Camarada, Patriota sin Par o incluso Generoso Padre, que ya han sido utilizados con notable éxito por el norcoreano Kim Jong-un.
Es cierto que el Tribunal Constitucional ha declarado inconstitucionales sus dos estados de alarma, la suspensión de la actividad parlamentaria durante la pandemia, el nombramiento de Rosa María Mateo como presidenta de Radio Televisión Española y la entrada de Pablo Iglesias y de Iván Redondo en el Centro Nacional de Inteligencia. Pero eso fue antes de que Sánchez lo pusiera en manos de su fiel Cándido Conde-Pumpido. Ahora que tan buen lacayo preside el Tribunal Constitucional, con el imputado Álvaro García Ortiz como fiscal general del Estado, controlado el Consejo General del Poder Judicial, la abogacía del Estado y hasta los servicios jurídicos del Congreso; ahora nadie se volverá a atrever a insinuar que el Garante de la Democracia hace algo inconstitucional.
No importa que el Garante de la Democracia tenga a su esposa, Begoña Gómez, imputada por tráfico de influencias y corrupción; a su hermano David, alias Azagra, imputado por malversación, prevaricación y tráfico de influencias; a la mano derecha de su mano derecha, Koldo, imputado por organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho, delitos contra la Hacienda Pública y tráfico de influencias; al fiscal general del Estado, que según Pedro Sánchez «depende» de él, imputado por revelación de secretos; y que el que fuera su mano derecha, su ministro de Fomento y más tarde de Transportes, y su Secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, vaya a ser imputado hoy o mañana por dirigir la trama que, debajo de El 1 que es Pedro Sánchez, se lucró vendiendo mascarillas defectuosas infladas de precio a las administraciones socialistas durante lo más duro de la pandemia en la que fallecieron decenas de miles de españoles.
Las noticias que algunos medios de comunicación como OKDIARIO han publicado acerca de las investigaciones judiciales seguidas en contra de la esposa de Pedro Sánchez, de su hermano, su fiscal general, su ministro y su mano derecha, han provocado que el Garante de la Democracia haya aprobado un Plan de Acción por la Democracia con el que va a intentar asfixiar económicamente a los medios de comunicación que publicamos noticias que no le agradan, tratando de quitarnos publicidad institucional o impidiendo que nos inscribamos en el nuevo registro de medios que piensa controlar él.
Estas actitudes aproximan más a Sánchez a un tirano censor que a ningún tipo de garantía democrática. A no ser que esa democracia tenga apellido, como la norcoreana. Podríamos estar de acuerdo en que Pedro Sánchez sea nombrado a partir de ahora como Garante de la Democracia Popular o, si le viene mejor por el idioma, Garante de la Democracia Chavista. La corrupción que enfanga al presidente del Gobierno, así como sus tics totalitarios y censores empujan a España hacia una democracia al estilo de las norcoreana o venezolana. El culto a la personalidad de Kim Jong-Sánchez no ha hecho más que empezar.
Publicado el 22/10/2024 en Okdiario
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