Si los golpistas se libran de la cárcel será gracias al PSOE



En 1995 el PSOE, IU y los independentistas vascos y catalanes, suprimieron del Código Penal un artículo que castigaba con prisión cualquier declaración de independencia. Era el artículo 214 y decía que “son reos de rebelión los que se alzaren públicamente para… declarar la independencia de una parte del territorio nacional”, sin ninguna mención al uso de violencia. El Código Penal reformado por el PSOE, exige, en su artículo 472, para que exista rebelión, que dicha declaración de independencia debe ser violenta. En su auto de procesamiento el juez Llarena imputa este delito de rebelión a Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Raül Romeva, Antonio Comín, Josep Rull, Dolors Bassa, Clara Ponsatí, Joaquim Forn, Jordi Sánchez, Jordi Cuixart, Carme Forcadell y Marta Rovira, además de imputar por malversación a los nueve primeros y por desobediencia a otros doce imputados, entre ellos la fugada Anna Gabriel.

El delito de desobediencia tan sólo está penado con multa e inhabilitación para cargo público y el de malversación con un máximo de ocho años de cárcel. Así pues la clave para que los golpistas puedan ser condenados por rebelión a penas que conllevan condena de hasta veinticinco años de prisión se encuentra en que el juez demuestre que su alzamiento ha sido violento. Y aquí es donde comienzan las discrepancias entre juristas. Los términos violencia, violenta/o y violentamente aparecen treinta y cinco veces en un auto de apenas setenta páginas, lo que nos da una idea de la importancia que el juez otorga a su acreditación. Pero no todos coinciden en que lo haya conseguido porque la jurisprudencia del Tribunal Supremo, para apreciar que alguien ha actuado con violencia, exige que se haya “usado la fuerza física para producir un daño de intensidad suficiente para doblegar la voluntad de aquel contra quien se dirige”. O sea, que no cualquier uso de la violencia significaría un alzamiento violento, sino tan sólo cuando esta violencia fuera tal que sin ella no se conseguirían los objetivos de los alzados, opinan algunos.

Los hechos violentos en los que se centra el magistrado son los que ocurrieron los días 20 de septiembre, cuando convocaron a la población ante la sede de la Consejería de Economía, y 1 de octubre, cuando instigaron a los ciudadanos a obstaculizar que las fuerzas policiales cumplieran su cometido de impedir el referéndum. Y detalla una reunión ocurrida en medio de ambas fechas, el 28 de septiembre, en la que los máximos responsables de los Mozos se reunieron con el presidente de la Generalidad, su vicepresidente y el Consejero de Interior, para informarles de que "la gran cantidad de colectivos movilizados en aquellas fechas… hacían prever… una escalada de la violencia, con brotes importantes de enfrentamiento... Pese a ello, la decisión de los miembros del Gobierno fue que la votación había de celebrarse".

El magistrado entiende que existe delito de rebelión porque ya hubo violencia el 20 de septiembre, el 28 de septiembre los jefes de los Mozos advirtieron de que el 1 de octubre habría enfrentamientos violentos y pese a todo ello, el Gobierno catalán celebró un referéndum ilegal que no se habría llevado a cabo sin el uso de dicha resistencia violenta, de lo que hace responsables a todos los imputados por rebelión. Ciertamente todos vimos que se produjeron tumultos violentos. La clave está en si, como exige la jurisprudencia del Tribunal Supremo, dicha violencia tuvo una intensidad decisiva o sólo fueron altercados de incontrolados entre una multitud mayoritariamente pacífica, y aquí caben interpretaciones. Lo que está claro es que si finalmente los golpistas se libran de la cárcel deberemos agradecérselo al PSOE.


Publicado el 28/03/2018 en Okdiario

El problema de las pensiones, para dummies


Os voy a contar una historia terrorífica ocurrida en una tribu amazónica extinguida. Cuando los arqueólogos descubrieron aquel poblado deshabitado no fueron capaces de imaginar qué había ocurrido con una población tan desarrollada tecnológica y socialmente, los Bienestarakis se llamaban, ahora veréis por qué. Un gran túmulo funerario anexo al poblado les hizo pensar que alguna debacle había acabado con ellos súbitamente, pero los detalles no se conocieron hasta que en un arroyo cercano apareció, desnutrido, uno de los pocos superviviente de la tribu, que les contó este terrible relato. Los Bienestarakis eran una pequeña tribu pacífica de pescadores, cazadores y recolectores, aunque también tenían pequeñas plantaciones. Los ancianos se dedicaban a cuidar de los niños, mientras los adultos se encargaban de la caza y la recolección. En su época más esplendorosa llegaron a ser más de 360 personas y vivían felices junto al río Podemitacliché.

Pero un día empezaron a dejar de tener hijos, unos porque preferían vagar libremente por la selva sin obligaciones, y otros porque elegían no tener que compartir con sus crías la comida que conseguían. Y poco a poco el poblado fue envejeciendo. Al chamán de la tribu, un sabio que había dedicado su vida a estudiar la naturaleza, le llamaban Neoliberalhuac, que era una especie de insulto en lengua indígena. Nadie lo quería porque llevaba años advirtiendo de que si no procreaban más iban a tener problemas, el muy agorero. Pero el jefe de la tribu, Socialistanchingao, convencía a todos para que no le hicieran caso, diciéndoles que si seguían dándole a él un diezmo de todos los alimentos, él se ocuparía del cuidado de los mayores.

Conforme pasaron los años cada vez había más ancianos y pronto el diezmo tuvo que doblarse, y enseguida hubo que volverlo a duplicar para alimentar a tanto abuelo. Así, a los más jóvenes cada vez les quedaban menos comida para criar a sus hijos y prácticamente dejaron de tenerlos. La debacle se precipitó cuando Socialistanchingao obligó a todos los adultos a entregarle la mitad de los alimentos que conseguían, para poder cuidar a los que ya no eran capaces de sobrevivir por sí mismos. Entonces los más fuertes y sanos, temiendo por la vida de sus crías, abandonaron el poblado marchándose a una tribu alejada conocida como los Ahorradorakis, donde no había jefe que les arrebatara el fruto de su trabajo y las familias cuidaban cada una de los suyos. No queráis que os cuente como fueron los últimos años, os lo podéis imaginar. Sólo os digo que los arqueólogos desmienten que el canibalismo hubiera sido allí practicado con anterioridad. Jefes como Socialistanchingao hay en todas las tribus, pero cuando los chamanes demuestran su error, como hizo Neoliberalhuac, las tribus que sobreviven los echan a las pirañas.

La pirámide poblacional es la que es. Cada vez seremos menos los que pagaremos impuestos y más los que vivirán de lo que coticemos. Os pueden contar todas las películas que quieran, pero las cuentas están claras. El sistema de pensiones sólo se puede sostener subiendo muchísimo los impuestos o reduciendo drásticamente el resto de gastos y hay que ser muy ingenuo para creer que nuestros políticos van a deshacer el sistema autonómico y el gasto faraónico del que depende su poder. Sólo hay tres formas de superar la que se avecina: implantar sin dilación medidas que consigan incrementar nuestra tasa de natalidad de forma inmediata; quitarnos cada uno la mitad del pan que nos llevamos hoy a la boca para poder comer mañana; o marcharnos a otra tribu. Lo siento, el resto son milongas amazónicas.

Publicado el 21/03/2018 en Okdiario

Exijamos un referéndum sobre la prisión permanente


La portavoza de Podemas, Irena Montera ha animado a los familiares de víctimas de crímenes violentos que desean que se mantenga la Prisión Permanente Revisable (PPR), a que pidan al Gobierno un referéndum vinculante sobre esa cuestión, afirmando que su partido estaría encantado de que se celebre. El PP aprobó en 2015 la PPR para determinados casos de asesinatos agravados, aprovechando su mayoría absoluta y sin negociarla con la oposición. Estos la recurrieron en bloque ante el Tribunal Constitucional pero pretenden derogarla ahora, sin esperar a que éste se pronuncie. A pesar de que el 80% de los españoles somos partidarios de que se mantenga porque nos parece más justa y sabemos que todos los países de nuestro entorno tienen penas similares y que los organismos de derechos humanos la consideran ajustada a sus normas.

Pero la Constitución también establece en su artículo 92 que «las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos», para lo que sólo se necesita la autorización del Congreso. No obstante nuestros políticos han preferido tomar esas decisiones sin consultarnos a los ciudadanos y en los últimos 40 años tan sólo nos han preguntado si queríamos entrar en la OTAN y si aprobábamos el Tratado para la Constitución europea, aparte de un puñado de consultas de ámbito municipal. O sea, que a algunos les han preguntado si querían que les recogieran la basura puerta a puerta, pero a ninguno nos han preguntado qué pensamos sobre el aborto, las subidas de impuestos, la congelación de las pensiones, o los años que deben estar en la cárcel los asesinos de niños que ocultan sus cadáveres en un pozo, aumentando así el tormento de sus padres.

Mañana jueves, todavía conmocionados por el fatal desenlace del pequeño Gabriel, asesinado por Ana Julia Quezada, la pareja de su padre, el Congreso de los Diputados va a estudiar la derogación de la PPR. Este debate se produce por la abstención de Ciudadanos sobre una proposición del PNV respaldada fundamentalmente por el PSOE y Podemos. Se pretende derogar esta pena sin esperar a que el Tribunal Constitucional dictamine si se ajusta o no a los principios recogidos en la Carta Magna. Y lo van a decidir a sabiendas de que la inmensa mayoría de la sociedad respalda la iniciativa impulsada por los familiares de Diana Quer, Mari Luz Cortés, Marta del Castillo, Ruth y José Bretón y Candela y Amaia Oubel, quienes encabezan la petición para que no se derogue.

Los referendos no son sólo para salirse de la Unión Europea, como hizo el Reino Unido con el ‘Brexit’. O para aceptar el rescate de Grecia, como hizo Tsipras desoyendo el ‘Oxi’ de sus votantes. En Suiza le han preguntado a sus ciudadanos sobre cuestiones como el servicio militar obligatorio, pasar de su sistema privado de salud a otro público, limitar la llegada de inmigrantes, aumentar sus reservas de oro, subir sus vacaciones a seis semanas, o establecer una renta básica. Sin necesidad de igualar a los suizos -quienes han sido preguntados sobre ni más ni menos que 562 temas desde la creación del Estado federal, en 1848- en España podríamos mejorar mucho nuestra democracia si nuestros políticos decidieran consultarnos «decisiones políticas de especial trascendencia», como prevé nuestra Constitución, y dejaran de tratarnos como a niños, como pretenden hacer de nuevo mañana. Irena Montera ha tenido una buena idea, deberían consultarnos en un referendo acerca de la Prisión Permanente Revisable y de paso nos podrían preguntar también si queremos seguir teniendo autonomías, si preferimos que haya menos diputados o si queremos que desaparezca el Senado. ¡Ya puestos!

Publicado el 14/03/2018 en Okdiario

España vota monarquía en todas las elecciones


Resulta insoportablemente cansino escuchar a los podemitas quejarse de que a Felipe VI no lo ha votado nadie. La mayoría de ellos no lo saben, fundamentalmente por falta de cultura, ya que aunque algunos tienen títulos universitarios ese dato no dice nada, porque las facultades españolas son una fábrica de ignorantes y expiden títulos como el que fríe churros, así que un grado universitario es compatible con una incultura inconmensurable. Esa ignorancia hace que todos repitan los mismos argumentos sin molestarse en analizarlos, los copian y los pegan sin más.

Dejando aparte que la Monarquía fue sometida a referéndum dos veces, en 1976 con la Ley para la Reforma Política; y en 1978, cuando se votó la Constitución. Así como que los españoles nos mostramos mayoritariamente conforme con la institución en todas las encuestas, que ya le gustaría a Pablo Iglesias salir en ellas como sale Felipe VI. Los españoles refrendamos a la Monarquía en las urnas cada vez que vamos a votar lo que, felizmente, podemos hacer libremente con mucha frecuencia, no como en las dictaduras comunistas que son modelo y hucha para los podemitas. Y es que su ignorancia no les permite saber cómo se declaró en España su amada segunda república, esa que tanto añoran. Como este dato les hace quedar fatal no se estudia en las escuelas ni lo reproduce nuestro subvencionado cine. Pero la cosa ocurrió así.

Corría el año 1931, el 12 de abril se celebraron unos comicios municipales tras los que Alfonso XIII había anunciado elecciones constituyentes que limitarían los poderes de la Corona. Dichas municipales fueron ganadas por los partidos monárquicos de forma apabullante. Pero los republicanos dijeron que ellos habían ganado en las grandes ciudades y se echaron a la calle de forma violenta, reivindicando su falsa victoria como plebiscitaria. La Guardia Civil y el ejército se negaron a utilizar la fuerza para frenar las algaradas, así que Alfonso XIII, para evitar que el conflicto acabase en un baño de sangre y temiendo por su vida y la de sus hijos, abandonó el país. Sin más votaciones, el comité revolucionario republicano proclamó la II República y aprobó una nueva Constitución republicana. Constitución que, a diferencia de la de 1978, nunca se sometió a referéndum.

Hace sólo tres años el PSOE, junto al PP y UPyD, rechazaron una iniciativa defendida por Alberto Garzón, que solicitaba un referéndum consultivo sobre Monarquía o República. En su último consejo federal el PSOE evitó una enmienda que pedía la implantación de una República en España. Y Pedro Sánchez ha manifestado repetidamente que él lo que quiere es una Monarquía Parlamentaria renovada. Así pues, el republicanismo está hoy representado sólo por la extrema izquierda de Podemos, Bildu, ERC, etc. Si estos partidos volvieran a obtener un resultado parecido al que obtuvieron en las municipales de 1931, volverían a echarse violentamente a las calles, como entonces. Pero les vota un porcentaje mínimo, los más rencorosos, incultos y violentos de nuestra sociedad. Por eso tenemos Monarquía, porque los republicanos hoy son sólo de extrema izquierda y sus propuestas son derrotadas elección tras elección. Así que cuando os vengan con ese cuento de que nadie vota a Felipe VI recordadles cómo proclamaron los suyos la II República y decidles que en las últimas municipales, igual que en todas las elecciones generales, autonómicas y europeas, los españoles votamos Monarquía. No porque seamos monárquicos, sino porque preferimos cualquier forma de Gobierno con tal de no tener que soportar el comunismo republicano.

Publicado el 07/03/2018 en Okdiario