¡Equipazo de Pablo Iglesias!

 


En las primarias celebradas en Podemos Madrid para elegir a sus candidatos en los comicios del 4 de mayo, Pablo Iglesias ha conseguido sólo el 100% de los votos válidos, lo cual no es mucho, teniendo en cuenta que era el único que se presentaba, pero se acerca bastante a los resultados obtenidos por el líder norcoreano, Kim Jong Un, a pesar de la bajísima participación, que apenas ha llegado al 16,7%. La lista encabezada por el líder morado no es la candidatura final a las elecciones, ya que falta incorporar los candidatos que provienen de las primarias de IU, el otro partido de la coalición electoral, más los fichajes intergalácticos elegidos por el dedo del dios del moño. Con todo, se han dado ya a conocer bastantes de los nombres del equipazo con el que Pablo Iglesias pretende arrebatar a Isabel Díaz Ayuso la presidencia de la Comunidad de Madrid. Veamos algunos de ellos.

El último fichaje estrella anunciado es el del senegalés Serigne Mbayé. Se desconocen aún los estudios, universitarios o no, que habilitan a este señor para ocupar un escaño de la Asamblea de Madrid. Se sabe, eso sí, que llegó en patera a Tenerife en 2006, de forma ilegal, lo que no le impidió evitar ser expulsado, logrando regularizar posteriormente su situación, siendo mantero, logrando ascender en su carrera profesional hasta alcanzar el puesto de portavoz del Sindicato de Manteros de Madrid. Los manteros ejercen su profesión de forma ilegal, compitiendo deshonestamente contra los comerciantes que crean empleo y pagan impuestos, sometidos habitualmente a mafias ilegales que los explotan, perjudicando al comercio local y vendiendo habitualmente falsificaciones de productos de marca, fabricados en el tercer mundo en condiciones de semi esclavitud. Pablo Iglesias quiere que don Serigne Mbayé pase de portavoz de esas mafias, a representante de Podemos Madrid, para “terminar con el racismo” que le ha permitido a él llegar de forma ilegal a España y convertirse en representante de los madrileños a los que primero estafó y ahora insulta.

En las listas de Iglesias, detrás justo de él, se encuentra la condenada a 19 meses de cárcel por agredir a la policía, Isa Serra. «Eres una cocainómana, mala madre, con todo lo que hemos luchado las mujeres contigo se pierde todo, no te quieren ni tus propios compañeros», increpó esta “feminista”, a la funcionaria del cuerpo de policía que hacía honestamente su trabajo aquel día. En representación del Partido Comunista de Madrid, también se presenta en la candidatura de Iglesias la comunista Vanessa Lillo, conocida porque pidió usar el Covid para «reventar» el capitalismo, así como por su apoyo al varias veces condenado Pablo Hasél. Otra de sus destacadas compañeras de lista es Alejandra Jacinto Uranga, la activista antidesahucios que realizó un violento escrache a Begoña Villacís, cuando estaba embarazada de 9 meses.

La número 4 del equipo de Iglesias es Beatriz Gimeno, la alto cargo de Irene Montero que anima a penetrar analmente a los hombres “para que se produzca un verdadero cambio cultural”. Esta directora del Instituto de las Mujeres, que en 2020 cobró 113.000 euros por 11 meses de trabajo, gracias a un generoso complemento de productividad otorgado por la madre de los hijos de Pablo Iglesias, presume de su currículum afirmando que «no soy tonta, he escrito muchos libros». Tampoco quiere separarse Iglesias de una de sus más queridas asistentesLilith Verstrynge. Siguiendo el camino de Dina Bousselham, de la propia Irene Montero y de tantas otras, Lilith Verstrynge ha pasado de ser alumna y pupila de Pablo Iglesias primero, a una de sus más íntimas asesoras después, hasta ocupar finalmente un alto cargo de responsabilidad, con un sustancioso sueldo a cargo del Estado. Retribuciones muy elevadas en todos los casos, para tan cortos currículums. Mujeres empoderadas por su proximidad a Iglesias, comunistas, anticapitalistas, delincuentes violentas condenadas e inmigrantes ilegales: ¡Equipazo de Pablo Iglesias!

Publicado el 30/03/2021 en Okdiario

¿Votar a un partido que va a desaparecer?

 


Está clarísimo que Ciudadanos va a desaparecer en breve. Hay dudas sobre si será antes o después del verano, este año o el que viene; pero ninguna respecto a que llevan el mismo camino de UCD y de UPyD, es decir, de todos los intentos que se han hecho en España para crear un partido de centro, desde la transición. No sólo lo vaticinan todas las encuestas y cualquier análisis con un mínimo de sentido común, sino que ya se ha visto en las últimas elecciones catalanas donde los de Arrimadas han perdido 30 de los 36 escaños que tenían, consiguiendo tan sólo mantener 158.000 de los 1.110.000 votos logrados hace sólo 3 años. Ya perdieron más del 85% de los sufragios en la Cataluña que los vio nacer y en la que resultaron el partido más votado en 2017. Y eso antes de montar el guirigay de las mociones de censura que ha supuesto su puntilla final.

De Ciudadanos se ha ido Albert Rivera, ese chico tan mono que hizo creer a tantos votantes del Partido Popular que él les iba a representar, pese a que en el programa de su partido siempre se ha especificado claramente que ellos son de izquierdas. En su ideario los fundadores de Ciudadanos lo definieron como socialdemócrata y así permaneció hasta que en 2017 Albert Rivera propuso cambiarlo a progresista liberal que viene a ser lo mismo, pero suena más cool. Antes que Rivera, ya se habían marchado históricos como Toni Roldán o Javier Nart. Con él se fueron Juan Carlos Girauta y Marcos de Quinto. Y en la desbandada actual se han ido Toni Cantó, Fran Hervías y una gran avalancha de cargos autonómicos y municipales que van buscando una mayor estabilidad laboral en otros partidos o que simplemente se han hartado de soportar los caprichosos bandazos de un partido sin ideología clara que sólo se define por oposición al bipartidismo y a los nacionalismos.

A las elecciones madrileñas se van a presentar con Edmundo Bal como cabeza de lista o de turco, según se mire. A Edmundo todos lo admiramos cuando fue sustituido como abogado del Estado en el juicio por el golpe de Estado catalán, al negarse a rebajar la acusación de rebelión a sedición y a omitir en sus escritos de acusación los hechos que demostraban la violencia utilizada por los golpistas. Pero su prestigio se empezó a venir abajo cuando le vimos apoyar al PSOE en sus antidemocráticos estados de alarma y se ha caído directamente al suelo tras ver sus furibundos ataques a cualquiera que critique la actuación de los de Arrimadas en la moción de censura de Murcia, habiendo llegado incluso a acusar de indigno hasta a Toni Cantó. En 2019, Ciudadanos logró 26 escaños en la Comunidad de Madrid, a Edmundo todas las encuestas le dan rozando el 5%, que es el punto de corte por el que se quedaría fuera de la Asamblea.

Ese 5% al que como máximo aspira Edmundo Bal supone entre 150.000 y 170.000 votos, según sea la participación, y podría significar 6 o 7 escaños, si es que finalmente logra superar el corte. A medio plazo cabe preguntarse, ¿a qué partido se van a ir esos 6 o 7 diputados cuando Ciudadanos desaparezca dentro de unos meses?, ¿se quedarán en el grupo mixto o se integrarán en algún otro partido? Pero incluso a mucho menos plazo, ¿puede un votante estar hoy seguro de si con su voto a Ciudadanos se va a favorecer la investidura de Isabel Díaz Ayuso o la de Ángel Gabilondo? Lo que está en juego el próximo 4 de mayo en Madrid es demasiado serio como para que los madrileños decidan malgastar su voto introduciendo en el sobre la papeleta de un partido que va a desaparecer y del que no hay manera de tener seguridad sobre lo que va a hacer con él.

Publicado el 23/03/2021 en Okdiario

Madrid será la tumba del comunismo

 


Me han contado que estaba Pablo Iglesias en su despacho del Ministerio cuando le informaron de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha dictaminado que se van a celebrar las elecciones anticipadas convocadas por Isabel Díaz Ayuso para el próximo día 4 de mayo en las que, según todas las encuestas, Podemos se va a quedar sin representantes. De repente sintió como la testosterona se le desbordaba y, sin pensárselo dos veces, le dijo “sujétame el cubata” a Ione Belarra, la secretaria de Estado sin currículum que tiene de asistenta. Se dio una vuelta más en su ya muy arremangada camisa, metió el iPhone que le pagamos entre todos en el palo de selfi y se grabó ese vídeo en el que todos le hemos visto usar medios públicos para difamar a lo oposición y anunciar que esto lo arregla él de tres mamporros.

El primer guantazo se lo metió a mano abierta a su propia candidata, la delincuente femicomunista Isa Serra, que fue la que ganó en las primarias del partido el derecho a ser la cabeza de lista de Podemos. Además de haber sido la elegida por las bases, la podemita cuenta en su currículum con el mérito de haber sido condenada a un año y siete meses de prisión, por los delitos de atentado a la autoridad, lesiones y daños, a raíz de una agresión a varios agentes de la autoridad. Cuenta además con el mérito de que la Sala que la condenó le impuso además una multa de 2.400 euros y 19 meses de inhabilitación, que están pendientes de que se resuelva su recurso. Pero en el partido feminista de Unidas Podemos, las mujeres saben cuándo les toca apartarse a favor de “una candidatura fuerte y con carácter”, como Iglesias ha definido la suya.

El segundo bofetón se lo soltó el macho alfa a la madre de sus hijos. Esa que dice que para que ella “pueda salir, tiene que haber otra persona asumiendo tareas de cuidados, sea mi suegra, sea mi madre, sea una trabajadora del hogar”; pero que en ningún caso se le ocurre pensar que fuera Pablo Iglesias el que se haga caso de sus hijos. Las malas lenguas hablan de problemas de pareja hasta el punto de que se pone en duda que, cuando este verano Montero se fue a Asturias con sus hijos, Iglesias la acompañase. E incluso hay quien dice que el vicepresidente comunista del Gobierno apenas aparece ya por el casoplón de Galapagar, por lo que no se puede contar con él para el cuidado de los niños. En esas circunstancias poco iba a ayudar a arreglar las cosas la propuesta que Iglesias le hace al partido de Errejón para concurrir con una lista única a las elecciones, teniendo en cuenta que su expareja, Tania Sánchez, es la número dos en las listas de Ahora Madrid a la Comunidad.

Y el tercer tortazo se lo quiso meter Pablo Iglesias a otra mujer, Mónica García, la médico anestesista que hace unos meses criticaba que Ayuso repartiese entre los madrileños las mismas mascarillas FFP2 que ahora luce ella en sus ruedas de prensa. A Mónica, cuyo partido cuenta en la actualidad con el triple de escaños que Podemos, le dijo Iglesias “quítate tú, que me pongo yo” para lo que le exigió “la responsabilidad, la humildad y la altura de miras necesarias para ir todos unidos”. Pero claro, los que salieron de Podemos huyendo de los abusos de poder del macho alfa, de su cesarismo, de sus excesos de testosterona y de su nulo respeto por la democracia interna y las opiniones discrepantes, poco caso van a hacerle ya y lógicamente le han dicho que nones, para alegría de Pedro Sánchez y su insustancial candidato. «Las mujeres estamos cansadas de que en los momentos históricos nos aparten», le han contestado con toda la razón del mundo.

Así que, después de las elecciones gallegas en las que Podemos perdió 14 escaños y se quedó fuera del Parlamento, de las vascas en las que bajaron de 11 a 6, y de las catalanas, en las que fueron superados por VOX y la CUP; Iglesias se enfrenta en Madrid a sus peores expectativas. Ha logrado motivar en su contra todo el voto democrático de centro y de derecha y no ha conseguido unir a la extrema izquierda, que se presentará de nuevo dividida. Como presume Isabel Díaz Ayuso «España me debe una, hemos sacado a Iglesias de la Moncloa». Con un poco más de esfuerzo igual le debemos dos y conseguimos que Madrid sea la tumba del comunismo.

Publicado el 16/03/2021 en Okdiario

No son ‘feminazis’ sino ‘femicomunistas’


 Hace un par de años la Real Academia Española (RAE), explicó en Twitter que la palabra ‘feminazi’ “no está registrada en el diccionario académico”, pero aclaró su significado, diciendo que «la voz ‘feminazi’ (acrónimo de ‘feminista’ + ‘nazi’) se utiliza con intención despectiva, con el sentido de ‘feminista radicalizada’». Ante la avalancha de críticas de los internautas, que opinaban que la Academia estaba dando por bueno el uso de un término despectivo hacia el feminismo y hacia las víctimas del nazismo, la RAE aclaró que su función no es la de validar nada: “Solo estamos comentando, como respuesta a una consulta, el origen de este neologismo de reciente creación, que se documenta en el uso, pero no recogen nuestras publicaciones”, recordaron. Pero esta explicación no encaja del todo con la definición que la propia RAE hace del término ‘nazi’ en su diccionario, que lo define en su primera acepción como «perteneciente o relativo al nacionalsocialismo», y en la segunda como «partidario del nacionalsocialismo» y no como radical.

Mujeres nazis ha habido muchas y famosas, sobre todo entre las guardianas en campos de concentración nazis o SS- Aufseherinnen. Como Irma Grese, el ‘ángel’ exterminador de Auschwitz, especializada en lanzar perros a las reclusas para que las devoraran; María Mandel, la ‘bestia de Auschwitz’, que supervisó los terribles experimentos médicos donde practicaban auténticas atrocidades con las presas; o Ilse Koch, la ‘zorra de Buchenwald’, famosa por idear lámparas fabricadas con la piel humana de judíos. Más recientemente hemos conocido en España a Isabel Medina, la Nancy Nazi que, con menos luces que una patera, ha pretendido explicar que “el judío es el culpable” de los todos los males de la humanidad, en una concentración de homenaje a la División Azul en la que curiosamente no había más prensa que la productora de la agencia estatal rusa, RT. Concentración extrañamente permitida por la Delegación del Gobierno, a pesar de las restricciones Covid.

A éstas se les puede aplicar perfectamente el término ‘feminazi’ con toda la intención despectiva que quiere la RAE. Pero aunque en sus orígenes el nazismo y el fascismo son los patrones alemán e italiano del socialismo que en Rusia adopta una forma blochevique, y en principio Hitler y Stalin fueron socios y compartieran ambiciones, a partir de junio de 1941, cuando Hitler cruzó las fronteras soviéticas con millones de sus soldados; nazis y comunistas se han convertido en enemigos mortales pese a ser tan parecidos como los ultras de dos equipos de fútbol rivales, que se creen muy diferentes por los colores de sus camisetas y se matan por ella, siendo idénticos: estatistas, anticapitalistas, colectivistas, liberticidas, antidemocráticos, totalitarios, violentos, populistas y genocidas; pero enemigos. Así que no es correcto equiparar hoy en día a nazis con comunistas, porque, pese a que ambos sean socialistas y cueste tanto diferenciarlos, son enemigos. Además de que hoy apenas existen nazis, mientras que el comunismo está sentado en nuestro Consejo de Ministros y ocupa una Vicepresidencia.

El término que define correctamente a las neofeministas radicales es ‘femicomunistas’, que resulta igual de despectivo que ‘feminazi’, pero se ajusta mucho mejor a la realidad de su ideología. En realidad, a las que mejor viene que las llamemos ‘feminazis’ es a ellas, que así consiguen que la idea de radical y exaltada se asocie con sus enemigos, los nazis, mientras que sus amigos comunistas quedan alejados de toda connotación ofensiva o insultante. Pero esto es un error, porque como muy bien aprobó el Parlamento Europeo el 19 de septiembre de 2019, ambos regímenes totalitarios «cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad».

Las nuevas generaciones deben ser sensibilizadas respecto a los crímenes cometidos tanto por el comunismo como por el nazismo y se debe evitar que ambas ideologías sean propagadas y que sus símbolos sean exhibidos. El reprobable comunismo es el que ha transformado a un feminismo que nunca debió dejar de ser la lucha por la igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, y lo ha convertido en la doctrina de la violencia y el odio que es hoy el ‘femicomunismo’.

Publicado el 09/03/2021 en Okdiario

La Generalidad reconoce que no garantiza el orden público

 


Lo dijo ayer lunes el consejero de Interior de la Generalidad de Cataluña, Miquel Sàmper, en una entrevista en Onda Cero: “la garantía del orden público, cuando existen manifestaciones de 10.000 personas, no existe cuerpo alguno que la pueda garantizar”, dijo. Y hasta la fecha ni ha dimitido ni lo han echado por inútil y por mentiroso. A la manifestación de este último sábado en Barcelona no han asistido más de 4.000 personas según la Guardia Urbana, de las cuales apenas llegan a 250 o 300 los que manifiestan actitudes violentas, según explica la propia policía autonómica dirigida por Sàmper quien, en otra entrevista en La Ser, atribuyó la responsabilidad de los altercados a “un grupo de 200, 300, a veces 400 personas” pertenecientes sobre todo a las juventudes de las CUP, pero también a una amalgama de colectivos que van desde lo que denominó “comunismo combativo”, hasta “células anarquistas”, pasando por “delincuentes comunes” que aprovechan las convocatorias para saquear tiendas.

Para hacer frente a esos 200 o 300 terroristas callejeros Miquel Sàmper cuenta con un cuerpo formado por más de 17.000 mozos de escuadra de los que unos 400 pertenecen a su Brigada Móvil, o antidisturbios, además de poder disponer de las unidades especializadas de las diferentes policías locales catalanas, como son los más de 100 agentes que forman la unidad de antidisturbios de la Guardia Urbana de Barcelona. Y sin embargo las calles de Barcelona siguen absolutamente fuera de control y pese a que el consejero de Interior reconoce que no es capaz de garantizar el orden público, tanto él como Ada Colau descartan pedir al Ministerio de Interior el apoyo de la Unidad de Intervención Policial (UIP) del Cuerpo Nacional de Policía.

Y detrás de todo este lío que están pagando los comerciantes y el resto de ciudadanos de Cataluña se encuentran los resultados de las elecciones que se celebraron el pasado 14 de febrero y las negociaciones para formar Gobierno. Por un lado ERC está negociando con las CUP un acuerdo para que la Brimo -los antidistrubios de los Mozos- no vayan a los desahucios, una moratoria en el uso de las balas de foam y que la Generalitat se retire de las acusaciones contra sus “activistas”; a cambio de los votos de los antisistema en la investidura de su candidato, Pere Aragonès. Y por su parte Ada Colau, de la que dependen los antidisturbios de la Guardia Urbana de Barcelona, observa como los dirigentes de Podemos en Madrid se oponen a que el Congreso lea una declaración contra la violencia en las protestas por el delincuente Hasél, mientras su portavoz, Pablo Echenique, muestra públicamente su apoyo a los terroristas callejeros.

Los gobiernos de España, de la Generalidad y del Ayuntamiento de Barcelona están formados por partidos que, para condenar mínimamente el intento de asesinato de un guardia urbano dentro de su furgón, el asalto a una comisaría de los Mozos en Vich, el incendio de decenas de contenedores y motocicletas y el destrozo de cientos de comercios; tienen que esconder esa repulsa en una extensa explicación de su respaldo al pretendido derecho de esos manifestantes para salir a la calle un día tras otro con la mala excusa de defender el derecho de un delincuente a escribir letras de “canciones” y tuits en los que se amenaza de muerte y se ensalza el terrorismo, que son solo algunos de los muchos delitos por los que ha sido condenado Pablo Rivadulla Duró, alias Hasél. El pasado 14 de febrero el 46% de los catalanes con derecho a voto decidieron no ejercerlo, de forma que unos independentistas que apenas llegaron al 25% del censo, se hicieron con la mayoría de los escaños. Cuando les quemen su motocicleta o su comercio, o asesinen a su hijo guardia urbano, quizá se den cuenta de lo que han hecho.

Publicado el 02/03/2021 en Okdiario