Irene Cayetana de los Monteros: mira, un burro volando

 


El chiste que mejor ha explicado la entrevista masaje que Rosa Villacastín ha perpetrado en Diez Minutos a la madre de los hijos de Pablo Iglesias y sólo por ello, ministra de Igualdad, Irene Montero, es ese que la compara con una portada de Isabel Preysler en la revista Hola y dice algo así como: “Cuando lo pides por AliExpress versus cuando te llega”. Como la entrevista es escrita no podemos escuchar los “jo, tía” ni los “súperdrásticas” de la de Vallecas, pero nos los imaginamos. La podemita posa para la revista del corazón con un vestido y un calzado que intentan parecer elegantes, sin conseguirlo, con un reloj de 100 euros que imita a un Rolex de 7.000 y en unas estancias que aparentan ser de una lujosa residencia, siendo sólo habitaciones del Ministerio. Pero todo esto coge sentido al leer la entrevista.

La periodista del corazón, que nunca ha ocultado su ideología progresista, su cercanía al PSOE y más recientemente, su simpatía por la extrema izquierda, hace un repaso a la actualidad de la ministra en el que le pregunta tanto por la monarquía, el trabajo de su Ministerio y la Unión Europea, como por sus hijos, las tareas de su hogar y su reciente enfermedad. Pero de una forma sorprendente, Rosa Villacastín olvida preguntar a Irene Montero por la reciente imputación de su partido político, su tesorero, su gerente y su responsable de las campañas electorales, por un presunto delito de malversación y administración desleal. Tampoco se acuerda la periodista de pedir la opinión de la pareja de Pablo Iglesias acerca del caso ‘Dina’ en el que el líder de Podemos ha pasado de ser parte perjudicada a sospechoso de haber retenido durante muchos meses la tarjeta de su ayudante y habérsela devuelto completamente inutilizada.

Sí pregunta por esos supuestos escraches que denuncian estar sufriendo, pero sólo para darle la oportunidad de hacerse la víctima y echarle la culpa a la oposición, sin ni siquiera rebatirle cuando afirma que lo que les hacen “es diferente” de lo que ellos llevan años haciendo. Ni una palabra acerca de la pintada “fake” de Asturias, donde se inventaron un acoso que ni han denunciado, ni consta a sus escoltas ni a las fuerzas de seguridad que les protegían y del que no muestran ninguna prueba gráfica más allá de una pintada que apareció a kilómetros de su residencia y que a saber quién encargó. Tampoco le pregunta por esas denuncias que Pablo y ella han interpuesto contra tuiteros anónimos que amenazan con “collejas” a sus hijos, después de que ella misma fuera la primera en amenazar a los demás con guillotinas y tiburones.

Puro lavado de imagen. Publicidad y propaganda. El periodismo no es esto, Rosa, y tú lo sabes, porque llevas muchos años ejerciéndolo, con tu ideología, como todos, pero profesionalmente, no así. Pablo e Irene han iniciado una maniobra de distracción y tú les has ayudado a tapar el panorama judicial que se abre ante ellos. La actualidad de Montero e Iglesias está marcada por las informaciones proporcionadas por su exabogado, José Manuel Calvente, al que despidieron con una falsa denuncia por acoso sexual ya archivada, cuando investigaba «graves» irregularidades en la financiación del partido; el caso del presunto robo de la tarjeta de Dina Bousselham; las obras de la nueva sede de Podemos; las denuncias del Tribunal de Cuentas y la investigación de la Comisión para la Prevención de Blanqueo de Capitales por los vínculos entre Podemos y una sociedad pantalla del chavismo. Estos son los escándalos que los ‘marqueses de Galapagar’ intentan tapar fingiendo ser víctimas de falsos escraches a los que llaman ‘acoso fascista’ para permitir a sus seguidores distraer la atención, vertiendo su odio contra la oposición. La entrevista en Diez Minutos sólo ha sido la forma en la que Rosa Villacastín ha dicho a sus lectores que miren… un burro volando.

Publicado el 25/08/2020 en Okdiario

De Cayetana a Cuca, el remedio o la enfermedad

 


Para el siguiente relevo quizá Casado esté buscando alguna Jimena o Piluca, porque ni a propósito le sale mejor la coincidencia al elegir a una portavoz de nombre pijo. En el país de las María, Pilar, Ana, Carmen, Rocío, Macarena… ha cambiado a Cayetana por Cuca, que se llama Concepción, pero lo oculta, no sabemos por qué. Aunque aparte de en el nombre pijo y en la edad, en poco más parecen coincidir las dos políticas populares. Cuca es logroñesa, tiene 45 años, abogada, soltera y sin hijos. Cayetana es madrileña, argentina, francesa y marquesa, nació en 1974, el mismo año que Cuca, doctora en Historia, ha trabajado como periodista, está divorciada y tiene dos hijas.

Cuca inició su carrera política en 2003 como concejal en el ayuntamiento de Logroño, del que llegó a ser alcaldesa desde 2011 hasta 2019, cuando se incorporó al Congreso de los Diputados. Cayetana fue nombrada en 2006 jefa de gabinete de Ángel Acebes, entonces secretario general del Partido Popular, convirtiéndose en diputada en 2008 y renovando su cargo en 2011. Pero en 2015 Cayetana dejó plantado a Rajoy, haciendo públicas sus discrepancias con su gestión –o sea, con la del Partido Popular- al frente del Gobierno. «En estos cuatro años de mayoría absoluta, la democracia ni se ha regenerado ni se ha defendido», dijo entonces; a lo que añadió «En el aire queda la sospecha de que el PSOE ya no es el único partido que no sabe qué hacer con España». Pero pese a hacer públicas sus discrepancias con el partido, llegando incluso a anunciar que había votado a Cs, Pablo Casado le ofreció en 2019 encabezar las listas del PP al Congreso de los Diputados por Barcelona y la hizo su portavoz en el Congreso. Casado creyó en Cayetana, Cayetana creyó en Casado y ambos se equivocaron porque los dos ignoraron que, como dice el refrán, «quien hace un cesto hace ciento».

Como alcaldesa de Logroño, Cuca conmemoraba la celebración del Día Internacional del Orgullo LGTBI posando para la foto del despliegue de las banderas gay y transexual en la facha del Consistorio. Sus discursos sobre feminismo o violencia de género parecen pronunciados por cualquier socialista aseada y con estudios. Y muy recientes son sus declaraciones en las que aseguró que ella volvería a asistir a las manifestaciones comunistas del 8-M de 2020. Cayetana, muy al contrario, se define como «feminista amazónica de la escuela de Camille Paglia», que rechaza las posiciones del feminismo que considera víctimas a las mujeres por el hecho de serlo. La dirigente popular ha criticado esas posturas que ve dominantes y paternalistas: «En mi nombre no habla nadie, ni hombre ni mujer». Como portavoz del Grupo Popular en el Congreso han sido espectaculares sus intervenciones en contra del discurso único de la ideología ‘progre’, lo que le ha valido la fama de dura, que finalmente le ha costado el cargo.

Cayetana y Cuca son el día y la noche. Yo no descubro nada si digo que hace tiempo que ni soy votante ni siquiera simpatizante del Partido Popular, al que considero en buena parte responsable de los males que nos achacan, y quizá por eso me han gustado las declaraciones que Cayetana hizo al conocerse la noticia de su destitución, criticando duramente a Casado y a su partido y hasta llegando a afirmar que «la dirección del PP no considera que la batalla cultural sea imprescindible». Esta ‘rajada’ le ha hecho quedar, de nuevo, como una persona rencorosa, vengativa y muy poco elegante. Ya no es que, como dicen algunos, Cayetana demuestre que no sirve para militar en un partido político. Sus palabras, como las de 2015, pretenden otra vez hacer daño a la organización a la que todavía pertenece, a sus compañeros y a sus votantes, lo cual sólo va a redundar en beneficio de quienes están enfrente. Esperemos que la decisión de Casado no haga peor el remedio que la enfermedad.

Publicado el 18/08/2020 en Okdiario

¡Tic-tac, tic-tac… empieza la cuenta atrás para Iglesias!

 


Pablo Iglesias hizo campaña en 2015 copiando a su ídolo, maestro y promotor, Hugo Chávez, con aquel estribillo que imitaba el sonido de la cuenta atrás de un reloj: «Vamos a mandarle un mensaje a Mariano Rajoy… ¡tic-tac, tic-tac, tic- tac… empieza la cuenta atrás para Rajoy”, sentenciaba. La coletilla la había usado antes Hugo Chávez en su toma de posesión de 1999, anunciando el proceso por el que acabaría con la democracia venezolana. Y hasta Nicolás Maduro se la había copiado en 2013, mucho antes que Iglesias. Pues ahora el reloj que se escucha es el de la cuenta atrás de la bomba que tiene atada a su pecho el líder de Podemos, al salir a la luz la imputación de la cúpula del partido de Pablo Iglesias, por la existencia una caja B con finanzas ocultas de Podemos.

El titular del Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid, Juan José Escalonilla, ha imputado a Juan Manuel del Olmo, secretario de Comunicación de Podemos, responsable de las campañas del partido y mano derecha de Pablo Iglesias, además de al tesorero y la gerente del partido tras la denuncia presentada por el abogado despedido José Manuel Calvente, por posibles delitos de malversación y administración desleal. Además, ha requerido a Podemos abundante documentación que abarca desde la contabilidad hasta tablas de sueldos de trabajadores. Calvente ha denunciado la existencia de una caja B de la que se pagaban sobresueldos y en la que se ocultaban gastos opacos, con fondos que provenían de las donaciones mensuales de los cargos públicos estatales del partido

Pero ésta no es la única amenaza judicial que pende sobre la cabeza de Pablo Iglesias. El líder de Podemos está pendiente de ver cómo se resuelve el caso Dina, en el que no ha sabido explicar por qué se le entregó a él una tarjeta con datos que pertenecían a su “asesora”, por qué la retuvo durante tantos meses y por qué cuando se la devolvió ya no se podía acceder a ella. Además, el Tribunal de Cuentas ha detectado numerosas irregularidades, facturas injustificadas y gastos improcedentes en la contabilidad electoral de Podemos, tanto en las pasadas elecciones del 28-A como en la contabilidad de 2016, la última fiscalizada. El Tribunal de Cuentas y la Comisión de Prevención de Blanqueo de Capitales albergan importantes dudas sobre las facturas presentadas por la compañía Neurona Consulting, empresa mexicana cuyo fundador reconoció financiar con dinero obtenido gracias a Evo Morales, a partidos políticos de izquierda en otras partes del mundo, como Podemos en España, lo que también sería delito, ya que la financiación de partidos durante la campaña electoral por parte de extranjeros está prohibida por nuestra legislación.

Para que nos hagamos una idea, es algo así como si cuando Rajoy era presidente del Gobierno, un juez hubiera imputado no sólo a Bárcenas, sino también a Soraya Sáenz de Santamaría y a María Dolores de Cospedal, por posible malversación y administración desleal, entre otros posibles delitos relacionados con la existencia de una caja B en la contabilidad del Partido Popular. En el debate televisivo celebrado en 2016 entre Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias, el periodista Vicente Vallés preguntó al de Podemos: «¿En qué circunstancias usted asumiría responsabilidades políticas por casos de corrupción en su partido?». A lo que Pablo Iglesias respondió: «Apertura de juicio oral, dimisión. Así de sencillo», y quedó grabado para la posteridad. Se acerca la hora, ¡tic-tac, tic-tac, tic-tac… empieza la cuenta atrás para Pablo Iglesias! El presidente Sánchez no puede permitirse mantener ni un día más un Gobierno de coalición con un partido en el que sus máximos dirigentes están imputados.

Publicado el 11/08/2020 en Okdiario

Moción de censura contra un Gobierno irresponsable


 

Cada golpe de cacerola pedía una moción de censura y millones de españoles, casi todos los que no simpatizamos con este Gobierno socialcomunista, nos hemos pasado tres meses cacerola en mano pidiendo la dimisión de Sánchez, Iglesias y todo su incompetente y sectario Gobierno. La Constitución española prevé en su artículo 113.1 que «el Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura». Se trata por tanto de un mecanismo legal previsto exactamente para una situación como ésta en la que nos encontramos, con un Gobierno que ha sido absolutamente irresponsable y cuya incompetencia ha tenido unas consecuencias desastrosas para el conjunto de la nación. Se dice con frecuencia que en España las mociones de censura son un mecanismo constructivo en el que el candidato a sustituir al presidente del Gobierno debe defender su candidatura. Pero no es menos cierto que de lo que en realidad se trata es de comprobar si, tras una desastrosa gestión, el Gobierno mantiene o ha perdido los apoyos que le sirvieron para lograr la investidura.

Son indudables los motivos que en la actualidad justifican la exigencia de responsabilidades a Pedro Sánchez, relacionadas con la nefasta gestión del Covid-19 y su coste en vidas humanas en primer lugar, pero también con las desastrosas consecuencias económicas de tan irresponsable gestión. Es de locos que el máximo responsable de casi 50.000 muertes sea recibido con aplausos. Es inasumible que el que nos ha convertido en el país con mayor tasa de muertos por habitantes del mundo, no asuma su responsabilidad. La falta de previsión, la obcecación por celebrar la fiesta comunista del 8-M, la incapacidad para gestionar la compra de equipos de protección, el falseamiento de todos los datos, la prepotencia y el sectarismo con los que trató a las comunidades autónomas en función del partido político que las gobernaba, los falsos comités de expertos, las mentiras encadenadas, la poca vergüenza, hasta el numerito de los aplausos.

Cualquiera de estos motivos por sí solo justificaría la exigencia de responsabilidades. Pero todos juntos se convierten en un currículo vergonzoso para cualquier gobernante que no debería permitirle continuar un día más al frente del Gobierno. Y a todo ello se suman las consecuencias económicas que ha provocado tanta incompetencia. 

Las colas del hambre, los miles de ERTE sin pagar, las listas del paro, los negocios que se ven obligados a cerrar, la quiebra del sector turístico. Sánchez e Iglesias nos han convertido en el país en el que más ha caído el PIB de la Eurozona, bajando un 18,5 % en el segundo trimestre, seis puntos más que la media y bastante más que otros países de nuestro entorno cuyas economías dependen del turismo incluso más que la nuestra. Todo causado por haber aplicado mayores restricciones durante más tiempo de las que necesitaron en los demás países. Es difícil imaginar qué más tendrían que hacer Sánchez e Iglesias para justificar una moción de censura.

Hay quienes, estando de acuerdo con todos los motivos expuestos, argumentan que no se debería presentar sin antes tener asegurados los apoyos suficientes para lograr que salga adelante. Incluso dicen que las cesiones que el Gobierno tendrá que hacer a sus socios para mantenerse en el poder serán aún más negativas para España.

Olvidan que Sánchez ganó en 2018 una moción de censura para la que, en principio, no contaba con los apoyos necesarios y que ahora mismo no cuenta con una mayoría que respalde su gestión y se encuentra totalmente en precario. Pero es que además este argumento utilitarista es absolutamente falaz. Sería vergonzoso que los políticos españoles no se hicieran eco del clamor que en la calle se alza contra Sánchez e Iglesias. No habría forma de que pudiésemos explicar a nuestros hijos que todo esto ocurrió sin que nadie hiciera nada, que todos nos conformamos, que nadie exigió responsabilidades. Hay muchas batallas que hay que pelear aunque se pierdan, porque son imprescindibles para lograr la victoria final.

El Partido Popular, liderando la oposición, no ha sabido o no ha querido evitar que VOX se le adelante, pero este error tiene fácil solución. Su primera reacción tampoco ha estado nada acertada. Las palabras de su Secretario General, García Egea, diciéndole a VOX que no cuenta con el PP en la que ha calificado como “moción de censura post vacacional para salvar al soldado Sánchez”, no han podido ser más desafortunadas. Muchos votantes del partido de Casado no entenderán que, con sus votos, se sostenga al Gobierno que ha causado todo este desastre sólo porque la moción no la presentaron ellos. VOX ha anunciado que está abierto a presentar un candidato que no tiene por qué ser Santiago Abascal y que cabe la posibilidad de consensuar el nombre de una personalidad independiente que no pertenezca a ningún partido político y que pueda ser respaldado por una mayoría suficiente, con lo que ha dejado sin argumentos a quienes insinúan que lo único que persiguen es conseguir protagonismo para el líder de VOX.

Pero es que además la Constitución prevé en su artículo 113.3 que una vez presentada una moción de censura y antes de que se vote “podrán presentarse mociones alternativas”, con lo que si no quieren sumarse a la iniciativa de VOX siempre pueden presentar la suya propia con Casado como candidato. Sería inaceptable que los intereses partidistas, las envidias y los egoísmos alejaran a los líderes del primer partido de la oposición de este clamor ciudadano que lleva meses exigiendo la dimisión del presidente del Gobierno. Y las responsabilidades de quien no dimite solo se pueden exigir mediante una moción de censura.

Publicado el 04/08/2020 en Okdiario