España no necesita comunistas como Pablo Iglesias


“España no necesita reyes” tuiteó Pablo Iglesias apenas media hora después de acabado el discurso de Navidad de Su Majestad el Rey. Un discurso que fue aplaudido por todos los partidos democráticos por su carácter conciliador y sus llamadas a la convivencia, la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo. La frase de Iglesias empezó a fraguarse el 10 de noviembre de 2007 en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, cuando el rey Juan Carlos mandó callar a Hugo Chávez delante de todo el mundo. El Rey estuvo muy oportuno, puesto que el Gorila Rojo no paraba de interrumpir al presidente Zapatero quien, en el uso de la palabra, protestaba por los insultos que instantes antes Chávez había dirigido contra Aznar. Tan sólo 6 meses después Chávez ordenó pagar 6,7 millones de dólares a la fundación CEPS, de cuyo patronato formaban parte los fundadores de Podemos, para “propiciar [en España] un cambio político aún más afín al Gobierno bolivariano”.

Pero Pablo Iglesias no es capaz de cumplir con el encargo, la crisis ya ha pasado y él no ha sido capaz de hacer aquello para lo que lo contrataron. En las encuestas del CIS apenas el 0,4% de los españoles juzgan que la monarquía sea un problema en España, frente al 27,5% que entienden que los partidos políticos sí lo son. Concretamente Pablo Iglesias es el líder político peor valorado por los españoles en el último CIS, tan sólo superado por el independentista Joan Tardá. Y Podemos va en picado en todas las encuestas y votaciones. En Cataluña ha bajado 3 escaños, pasando de tener 11 en 2015 a sólo 8 en 2017. Y el CIS apunta a que está cerca de ser superado por Ciudadanos como tercera fuerza política en España, bajando ya del 18% en intención de voto, muy cerca del 15% que suele ser el techo de los comunistas españoles.

También en esto se equivoca Pablo Iglesias, España necesita casi de todos. En el pasado necesitamos hasta a comunistas como Santiago Carrillo quien, pese a su participación en las matanzas de Paracuellos, aceptó el régimen monárquico antes que el PSOE, posibilitando el éxito de la transición política a la democracia. En España necesitamos tanto a los republicanos de izquierdas y de derechas, como a los monárquicos de cualquier ideología democrática. Lo que nos sobran son enemigos de la democracia, como él. Nos sobran populistas demagogos financiados por quienes pretenden destruir nuestra democracia. Sobra su machismo infinito y sobra su amor por los terroristas de ETA. Sobra la financiación de la teocracia homófoba iraní, del narcorégimen dictatorial bolivariano y de la Rusia de Putin. En definitiva, sobran su chepa y sus piños color carbón.


La estrategia del PP para mantenerse en el poder haciendo que sus televisiones amigas favorecieran a Podemos y así dividir el voto de izquierdas, para evitar que el PSOE tuviera opciones de ganarle las elecciones, ha estado a punto de costarnos a todos muy cara. Pero el tiempo ha ido poniendo a cada cual en su sitio. Como dijo Abraham Lincoln "Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo". Pablo Iglesias ya no engaña ni a los suyos, quienes no dejan de rebelarse contra su tiránico ejercicio del poder. Hoy la monarquía nos une y nos aporta estabilidad, todo lo contrario que Pablo Iglesias, quien pretende enfrentarnos, separarnos y desestabilizarnos para finalmente provocarnos el hambre y la muerte que el comunismo ha causado en todos los que han tenido la desgracia de sufrirlo.

Publicado el 27/12/2017 en OKdiario

El milagro del 21-D



"Pedimos milagros, como si no fuese el milagro más evidente el que los pidamos" dijo Unamuno. Me parece bien que la mayoría de vosotros esperaseis que se produjera un milagro el pasado 21-D en las elecciones catalanas, porque sólo con fe se consigue avanzar hacia lo que se desea. Lo que ya no veo tan adecuado es que convirtáis en el desastre más absoluto habernos quedado a punto de conseguir el milagro que habría sido convertir a Arrimadas en Presidenta de Cataluña. No se ha conseguido arrebatar a los independentistas el control del Parlamento catalán, pero eso tampoco es la derrota que todos veis ahora, hundidos por el sentimiento de fracaso al no haber conseguido algo que era a todas luces imposible: sanar en dos meses una enfermedad social que dura décadas.

Muy al contrario hay muchas razones para darnos por satisfechos con los resultados del 21-D y convertirlos en un acicate para perseverar en la misma dirección. Lo más importante es que las fuerzas golpistas que hace sólo dos meses se mostraban revolucionarias e insumisas, los partidos que hace sólo sesenta días presumían de que no estaban sometidos a la Constitución española, acudieron mansamente a participar en un proceso electoral que les convocó el Gobierno de España, tras disolver su Parlamento. La justicia española mantiene imputados a los golpistas y sus partidos políticos lo han aceptado, participando en estas elecciones. Sus palabras, con las que siempre mienten a sus fanáticos votantes, dicen que no se someten a la ley, pero sus acciones les desmienten y el 21-D todos pudimos verles sometidos y dóciles, acudiendo a votar.

Y los resultados de esas elecciones son muchísimo mejores de lo que muchos sois capaces de ver ahora, decepcionados porque no se ha conseguido el milagro al que aspirabais. Por primera vez un partido constitucionalista ha ganado unas elecciones catalanas, tanto en votos como en escaños. El éxito de Arrimadas posiblemente se sustenta tanto sobre méritos propios como sobre errores ajenos. Sin duda lo valientemente que ha desempeñado su puesto de jefa de la oposición, sin ceder ante la insoportable presión independentista, se ha visto recompensado. Pero también le ha favorecido el acercamiento del PSC a los golpistas, para los que Iceta ha llegado hasta a pedir el indulto. Así como la desafección de los cada vez menos votantes del PP, decepcionados porque de nuevo les volvieron a fallar al consentir que se celebrara el 1-O, y porque cuando han aplicado el artículo 155 lo han hecho como para no molestar mucho, como para que no se notase, como si les diera vergüenza hacer cumplir las leyes. Los errores de los demás y la idea de que si todo el voto útil se concentraba en Arrimadas se podría producir el milagro de convertirla en Presidenta, le ha favorecido.

Los golpistas pueden intentar vender el resultado como un éxito, porque por los pelos consiguen mantener su mayoría absoluta. Pero los demócratas debemos hacerles ver que elección tras elección, cada vez tienen menos apoyos. En sólo siete años han pasado de tener 76 diputados en 2010, a 74 en 2012, 72 en 2015 y sólo 70 en 2017. Sus técnicas de adoctrinamiento en escuelas y medios de comunicación deberían provocar que su apoyo fuera creciendo, pero los datos demuestran que esto no es así. En 2010 tuvieron el 48,7% de los votos, en 2012 el 47,9%, en 2015 el 47,8% y en 2017 sólo el 47,5%. No suben, sino que bajan, imaginaos si fuera al revés. Esto debe reforzarnos en el convencimiento de que estamos haciendo las cosas bien. No debemos sentirnos derrotados, porque no es verdad. Muy al contrario, debemos perseverar en desenmascararlos hasta conseguir mandarlos a la oposición. Por Cataluña, o sea, por España.


Lo siento, pero Arrimadas no será mañana presidenta


Es absolutamente imposible. No es que sea yo una experta en demoscopia ni siquiera soy una convencida de la utilidad de las encuestas y menos en circunstancias como las que se viven en Cataluña, donde lo más inteligente seguramente sea negarse a contestarlas o mentir al encuestador. Pero sé sumar dos más dos y algo de sentido común todavía me queda. Por eso sé que desde las últimas elecciones de 2015 hasta mañana jueves no ha ocurrido nada que pueda provocar un vuelco como el que necesitaría Ciudadanos para situar a Arrimadas en el Gobierno de la Generalidad. La división de los catalanes en dos bandos se ha agudizado, los radicales se han radicalizado más y los que estaban hartos lo están cada vez más. Pero ni las consecuencias económicas del ‘prusés’ han sido tan catastróficas como para afectar a la calidad de vida de los independentistas, ni la aplicación del artículo 155 ha sido tan eficaz como para revertir el adoctrinamiento que sufre la sociedad catalana. A pocos indecisos convencerán tan tibias medidas y aún menos radicales le verán las orejas al lobo, luego poco va a cambiar.

Y aunque no me fíe yo de las encuestas, ahí están para quienes quieran verlas. Ni siquiera las más optimistas sitúan a ese supuesto ‘bloque constitucional’ formado por Ciudadanos, PSC y PP, a menos de 7 u 8 escaños de poder gobernar, existiendo la posibilidad de que se queden a más de 10. Y no existe ninguna opción de que los podemitas respalden esta alternativa por lo que resulta del todo descartable. Lo único que está en juego es que los independentistas  consigan renovar su mayoría parlamentaria o no, ahí las encuestas sí dan cierto margen y todo parece apuntar a que lo están rozando. Quizá una alta participación, complicada en un día laboral, podría conseguir que, por muy poco, los independentistas no lograsen la mayoría parlamentaria que ahora tienen.

En ese caso la única alternativa real la tiene el PSC repitiendo el ‘tripartito’ con ERC y Podemos. Eso explica los ‘bailes’ que Iceta se lleva marcando desde que empezó esta delirante campaña, porque ha hecho números y sabe que existe esa combinación matemática que podría convertirle a él en Presidente, pese a obtener otro de los peores resultados históricos para el PSC, gracias a que ni los podemitas ni los independentistas van a permitir que salga adelante un Gobierno respaldado por Cs. y por el PP. La opción del ‘tripartito’ también es imposible que consiga mayoría absoluta, pero sí podría salir adelante si Puigdemont y/o Arrimadas se abstienen para consentirla. Se formaría así un Gobierno inestable y de escaso recorrido en una legislatura que estaría marcada por las resoluciones judiciales de los procesos del golpe de Estado catalán.


Es verdad que Ciudadanos va a subir mucho, consolidando a Arrimadas como jefa de la oposición, pero lo hace a costa del PP y del PSC, crece alimentándose de los que la podrían respaldar. Lamentándolo mucho os anuncio que el adoctrinamiento va a continuar y el independentismo se consolidará. Sólo hay una forma democrática de invertir esa tendencia, que empiecen a sentir en el día a día sus inconvenientes. Si como hasta ahora les siguen saliendo gratis sus revoluciones, cada vez habrá más revolucionarios. A los políticos golpistas les deben costar caros sus delitos, para que el próximo se lo piense. Y sus votantes deben percibir como su fanatismo causa pobreza, fuga de empresas y desempleo. No debemos compensarles por ello, deben aprender en su propia piel las consecuencias de su mala cabeza. Sólo así, con tiempo, puede ser que se enmienden.

Publicado el 20/12/2017 en OKdiario

Los socialistas son parte del problema catalán


“Si hay condenas, en algún momento tendrá que haber indultos” prometió sin inmutarse Miquel Iceta, Secretario General de los socialistas catalanes y candidato a la Presidencia de la Generalidad el próximo 21-D. Lo aseguró en una entrevista que le hizo el subvencionado diario independentista Ara, el pasado jueves. Y hay vídeo para que no quede la menor duda de sus palabras. El amaño está servido, si los independentistas hacen a Iceta Presidente de la Generalidad y facilitan la moción de censura de Pedro Sánchez contra Rajoy, al día siguiente los golpistas están en la calle. Tan rápido como lo hicieron en febrero de 1936, cuando indultaron al golpista y asesino Lluis Companys.

Companys había sido condenado seis meses antes, por el golpe de Estado que dio contra la II República en octubre de 1934, cuando declaró el Estado Catalán coincidiendo con la Revolución de Asturias. Las Cortes de la II República, con Alejandro Lerroux del Partido Republicano Radical al frente de su Gobierno, suspendieron la autonomía de Cataluña, nombrando a un gobernador general de Cataluña que asumió las funciones de Companys, a quien los tribunales condenaron por rebelión a 30 años de cárcel e inhabilitación absoluta, ordenando su ingreso en el penal de El Puerto de Santa María. Pero estuvo poco tiempo encerrado. Apenas 5 días después del “pucherazo” con el que el Frente Popular, formado por el PSOE y el resto de partidos de izquierda, se hizo con el Gobierno en febrero del 36, la Diputación Permanente de las Cortes decretó la amnistía de los golpistas y liberaron a los presos. Lo que vino después ya es por todos conocido, repuesto como Presidente de la Generalidad, Companys dejó las calles en manos de las milicias anarquistas y comunistas, por lo que fue responsable de los miles de asesinatos que se produjeron como represión en Cataluña, en venganza por la sublevación militar.

Pero tampoco hace falta que nos vayamos 80 años atrás. Retrocediendo sólo 14 nos situamos en noviembre de 2003, en el mitin de cierre de la campaña electoral que aupó a Pasqual Maragall como Presidente de la Generalitat. En ese mitin José Luís Rodríguez Zapatero prometió aquello de “Apoyaré la reforma del estatuto de Cataluña que apruebe el parlamento de Cataluña”. Y tal y como lo prometió lo hizo. Apoyó un Estatuto que iba claramente en contra de nuestra Constitución, como así declaró el Tribunal Constitucional en 2010. Para que Maragall fuera investido Presidente los socialistas firmaron el Pacto del Tinell con Esquerra Republicana y los comunistas, el famoso tripartito. Incluía una cláusula que excluía la posibilidad de cualquier pacto de gobierno o establecer acuerdos de legislatura con el PP, tanto en la Generalidad como en las instituciones de ámbito estatal.


Se equivocan los que sitúan a este Partido Socialista en un posible bloque constitucional que desaloje al independentismo de las instituciones catalanas. Ahí no estará el partido que indultó por golpista a Companys y que ahora se ha comprometido a la “anulación radical y expresa” de su juicio. Ni tampoco el que ha asumido en su programa electoral 45 de las 46 exigencias que Puigdemont le hizo a Rajoy en abril de 2016, como ha hecho Iceta. El partido de Iceta, de Pedro Sánchez y de Zapatero está más cerca de aquel otro de Largo Caballero, Indalecio Prieto y Juan Negrín. Cuando en 1932 Ortega y Gasset dijo aquello de que “el problema catalán… es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar”, seguro que también estaba pensando en el Partido Socialista. Estos socialistas son la parte mollar del problema de España entera.

Publicado el 13/12/2017 en OKdiario

Junqueras se queda y el adoctrinamiento continúa


Cuando todos daban por hecho que el juez Llarena iba a poner en libertad a los golpistas encarcelados por la jueza Lamela, va el del Tribunal Supremo y demuestra que en España tenemos una justicia independiente, que no obedece a los intereses de quienes preferirían hacer la campaña electoral sin opositores presos. Como Miquel Iceta, que se ha apresurado a decir que es una "mala noticia". El juez Llarena ha dejado salir bajo fianza a seis de los exconsejeros encerrados por la jueza de la Audiencia Nacional -decisión que será recurrida por VOX-, pero mantiene en prisión provisional a Junqueras, a los Jordis y al exconsejero de Interior Joaquim Forn, quien ahora suplica al juez que le vuelva a citar para cambiar su declaración. No les deja salir por el "riesgo de reiteración delictiva" ya que los hace responsables de las actividades violentas que se produjeron el pasado 20 de septiembre, durante el asedio a la Consejería de Economía, mientras era intervenida por una comisión judicial.

Todos recordamos como aquel día Junqueras y los Jordis animaron a la turbamulta a realizar el asedio. Y como los desprestigiados Mozos de Escuadra, dependientes de Forn, no hicieron nada para impedirlo. Si ya lo hicieron entonces y siguen contando con el mismo respaldo popular y las mismas motivaciones, intereses y convicciones, es muy probable que, si los soltaran, lo volvieran a hacer. No se les puede dejar salir hasta que resulte creíble que no vayan a reincidir, o, como dice el juez, hasta que "paulatinamente se vaya confirmando que el cambio de voluntad es verdadero y real". Porque la violencia que ellos provocaron formaba parte de un plan con el que pretendían alcanzar unos objetivos que aún hoy mantienen.

Dicho plan consta por escrito en un documento llamado #EnfoCATS que fue intervenido por la Guardia Civil en el registro de la vivienda del número dos de Junqueras, Josep María Jové. En él se refleja la "hoja de ruta" a seguir tras las elecciones del 27 de septiembre de 2015, para conseguir un Estado propio, que es lo que continúan pretendiendo los cuatro detenidos. Estaba gestionado por un Comité Estratégico, formado por el prófugo Puigdemont, por los presos Junqueras y los Jordis, entre otros. En dicho documento se apuesta por desatar "un conflicto de amplio apoyo ciudadano" orientado a "generar inestabilidad política y económica" para forzar al Gobierno a aceptar la separación o negociar un referéndum pactado.


Tanto el 20 de septiembre, como el 1 de octubre y en las posteriores manifestaciones y huelgas, se ha pretendido torcer el brazo del Estado movilizando a la chusma, causando conflictos, con violencia e intimidación para impedir que se aplique la ley. La DUI fue un golpe de Estado en el que se usó violencia física e intimidatoria, luego los golpistas cometieron presuntamente el delito de rebelión, penado con entre 15 y 25 años de prisión. Como muy bien ha dicho Alfonso Guerra, esto hará que "otros se lo piensen antes de cometer actos ilegales de tal gravedad”. Mientras tanto, los independentistas siguen mintiendo descaradamente a su público, aborregado por años de adoctrinamiento en escuelas y medios públicos de comunicación catalanes. Les dicen que los cuatro golpistas están presos "sólo por dejar votar a la gente". Y los adocenados independentistas les compran ese discurso mendaz. Lamentablemente, la intervención de la autonomía catalana en aplicación del artículo 155 de la CE no ha hecho nada para impedir que TV3 y los colegios catalanes sigan siendo una fábrica de odio contra España, luego las mentiras de los secesionistas seguirán campando a sus anchas en Cataluña.

Publicado el 06/12/2017 en OKdiario