Fachosfera contra dictadura


 

El neologismo «fachosfera» no se lo ha inventado Pedro Sánchez ni tampoco su perro de presa, Óscar Puente. La prensa francesa lleva años hablando de la fachosphère que en Hispanoamérica se tradujo por «fachosfera», término que ha tenido relativo éxito en las redes sociales desde hace más de 10 años. Hasta la Wikipedia tiene una entrada en francés en la que la define como la «extrema derecha en internet» y dice que es el «conjunto de páginas de internet y blogs usados para difundir temas clásicos de la extrema derecha, como la oposición a la inmigración, a la Unión Europea o al matrimonio homosexual». Algo similar al movimiento alt-righ o derecha alternativa, acusada de ser la responsable de llevar a Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en 2017.

La novedad introducida por Óscar Puente fue incluir en ese conjunto a todos los medios de comunicación críticos con el Gobierno, que según él, se caracterizan por «la manipulación grosera de la realidad» y le provocan que «el café, de pronto, me sabe a whiskey». Unos días después, el presidente del Gobierno hacía suyo el concepto en su entrevista a La Vanguardia del pasado domingo y lo extendía a toda la oposición, que dice «están parasitados por la ultraderecha» y pretenden «derrocar a un Gobierno legítimo de dos partidos de izquierdas creando ruido para desmovilizar al electorado y provocar desafección política entre los votantes»; lo que viene a ser, prácticamente, acusarles de estar intentando dar un golpe de Estado contra él.

Tanto Pedro Sánchez como su bulldog tratan de victimizar al PSOE ante cualquier crítica que surja contra el presidente del Gobierno no sólo en manifestaciones de ciudadanos en las calles o en las redes sociales, sino incluso en los medios de comunicación, de la prensa libre y hasta en los políticos de los partidos de la oposición democrática. Cualquiera que se oponga a sus pactos con los comunistas que rodean el Congreso, con los proetarras de Bildu y con los golpistas de Junts y ERC; así como todos los que critiquen sus mentiras, sus indultos, sus cesiones ante ETA y sus amnistías, formamos parte de esa «fachosfera» que intenta dar un golpe de Estado contra Sánchez.

No es ninguna novedad. Nada más proclamarse la Segunda República, el radical izquierdista y anticlerical Manuel Azaña proclamó la Ley de Defensa de la República, una ley de excepción que bloqueaba los derechos fundamentales proclamados por la misma Constitución republicana, otorgando poderes excepcionales al Gobierno para, al margen de la justicia, censurar, sancionar e incluso cerrar medios de comunicación que, a su juicio, cometieran «actos de agresión contra la República». La indefensión llegó a tal punto que el mismo Azaña explicó que «una decisión adoptada por el Ministro de la Gobernación no se va a recurrir ante un juez ni ante el Tribunal Supremo». Hasta el lawfare lo han copiado de lo que la extrema izquierda hizo durante los años previos a la Guerra Civil.

La semana pasada el PSOE envió una carta a las principales asociaciones periodísticas de España solicitándoles su apoyo a la retirada a OKDIARIO de las credenciales de prensa necesarias para poder acceder al Congreso, al Senado y a todos los parlamentos autonómicos; y el lunes hizo esta misma petición ante las Cortes españolas. Dice el PSOE que los periodistas de OKDIARIO son «pseudoperiodistas» que actúan como «activistas» y «amplifican y difunden discursos de odio», por lo que solicitan que sean sancionados. Lo mismo que hizo Azaña en 1931 cerrando el diario monárquico Abc y numerosos diarios católicos, por informar del centenar de edificios religiosos que fueron quemados por las hordas republicanas entre el 10 y el 11 de mayo de 1931.

Para Sánchez, la «fachosfera» es la oposición a sus cesiones ante sus socios comunistas, proetarras y golpistas. Todos los que contamos que eso a lo que él llama «cambios de opinión» son en realidad fraudes electorales, quienes criticamos sus ataques contra la justicia independiente que supone un freno a su ambición personal, y los que informamos de que la amnistía con la que pretende comprar los votos de los golpistas catalanes es completamente inconstitucional, merecemos ser censurados y sancionados, por golpistas y antidemocráticos. El mundo al revés. Los que intentan silenciar a quienes les critican se llaman dictadores y en eso es en lo que se está convirtiendo Pedro Sánchez.


Publicado el 30/01/2024 en Okdiario

Los terroristas ‘buenos’ votan a Sánchez


 

En las interminables ocho páginas que tiene la inmensa exposición de motivos de la Proposición de Ley de Amnistía, la palabra Constitución y sus derivados constitucional y constitucionalidad se repiten hasta en 46 ocasiones, casi seis veces por página. En lugar de exponer las razones por las que se redactan los apenas 16 artículos que contiene ese texto legal y justificar los objetivos que se pretenden alcanzar con la amnistía, que es a lo que se debe dedicar el texto que precede a su articulado, en esta ocasión sus redactores, entre los que se rumorea que se encuentra Cándido Conde Pumpido, socialista puesto al frente del Tribunal Constitucional que tendrá que revisarla, se han dedicado a repetir una y otra vez algo así como que este proyecto es constitucional, dado que su constitucionalidad se fundamenta en su marcado carácter constitucional avalado por la Constitución. Tan infantil como cierto.

El problema viene cuando, después de redactada la exposición de motivos que repite 46 veces que sus 16 artículos son constitucionales, en el proceso de negociación de enmiendas con los políticos a los que se va a amnistiar a cambio de sus siete votos, se modifica sustancialmente el contenido de dichos artículos. Ahora nos encontramos conque los mismos argumentos que decían que quedaban excluidos de la amnistía los actos tipificados como delitos de terrorismo castigados en el Código Penal, siempre y cuando haya recaído sentencia firme y hayan consistido en la comisión de alguna de las conductas descritas en el artículo 3 de la Directiva (UE) 2017/541; sirven ahora para justificar que solamente estarán excluidos «siempre y cuando, de forma manifiesta y con intención directa, hayan causado violaciones graves de derechos humanos, en particular, las previstas en el artículo 2 y 3 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, y en el derecho internacional humanitario», es decir, la muerte y las torturas, tengan sentencia firme o no.

El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, para defender su Proyecto de Ley de Amnistía, decía hace una semana que el terrorismo siempre era un delito grave: «los delitos graves» como los de terrorismo tenían que estar «exceptuados de la amnistía». Después de negociarlo con sus socios, acusados de terrorismo, ahora insiste en que «dijimos que el terrorismo se quedaba fuera de la Ley de Amnistía y fuera se queda cuando supone violaciones graves de derechos humanos», es decir, cuando haya intención de asesinar o de torturar. Y se queda tan ancho. Otra vez más tenían una línea roja y se la han saltado, igual que hicieron con los indultos o con el delito de sedición, y lo mismo que harán con el referéndum de autodeterminación sin la menor duda.

O sea, que ahora sí se podrá amnistiar a condenados por terrorismo con sentencia firme siempre que los políticos opinen que esos terroristas no tuvieron intención directa de asesinar o torturar. Y en el caso de que aún no haya una sentencia firme serán los políticos del PSOE y sus socios de Gobierno, los mismos que van a ser amnistiados, los que decidirán si el delincuente amnistiado ha cometido un acto de terrorismo o no y si su intención directa era causar graves violaciones de derechos humanos o sólo leves violaciones de derechos humanos. Y la ley seguirá siendo igual de constitucional, porque así lo asegura en su exposición de motivos, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido.

Por supuesto que el Convenio Europeo de Derechos Humanos no distingue entre graves y leves violaciones de derechos humanos. El artículo 3 de la mencionada Directiva (UE) 2017/541 habla lo mismo de asesinatos, secuestros y torturas, como de «atentados contra la integridad física de una persona», de «destrucciones masivas de instalaciones estatales o públicas, sistemas de transporte, infraestructuras…» y de «la fabricación, tenencia, adquisición, transporte, suministro o utilización de explosivos»; y los califica a todos por igual como «delitos de terrorismo», sin que en ningún momento se le ocurra decir que la muerte y la tortura son delitos graves y todos los demás son leves delitos de terrorismo.

Eso de que existe un terrorismo bueno y otro malo, según sea la supuesta intención del terrorista, es un chiste sin gracia; un insulto a la inteligencia; una burla a los votantes. Si el terrorismo leve es el que le sirve a Sánchez para ser presidente, acabará amnistiando a Chapote.


Publicado el 25/01/2024 en Okdiario

El Constitucional hace política, no justicia


 

La RAE define magistrado como un «miembro de la carrera judicial con categoría superior a la del juez». En contra de esta definición, la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (TC) dice que éste «está integrado por doce miembros, con el título de Magistrados del Tribunal Constitucional». Pero en realidad los miembros del TC todos sabemos que no siempre son jueces, sino que, según el artículo 159 de la Constitución, son «nombrados entre magistrados y fiscales, profesores de universidad, funcionarios públicos y abogados, todos ellos juristas de reconocida competencia». Así, por ejemplo, uno de los miembros actuales del TC es María Luisa Balaguer, una profesora universitaria que se autodefine como republicana, feminista y marxista. También forma parte del TC Laura Díez Bueso, otra profesora universitaria que fue asesora de la Generalidad de Cataluña para la reforma del Estatut, varios de cuyos artículos fueron declarados inconstitucionales.

Para ser considerado un «jurista de reconocida competencia» candidato a formar parte del TC, lo único que hace falta es que esa aptitud sea avalada por los políticos que los eligen por su lealtad e ideología, en función de las cuotas de poder conseguidas en las elecciones. En realidad, no hace falta que los miembros del TC sean jueces porque este organismo no forma parte del Poder Judicial, que sí lo forman los juzgados y tribunales, integrados por jueces y magistrados que han aprobado una oposición y que tienen la potestad de administrar justicia. Mientras que, por el contrario, el TC sólo es un órgano político cuya única misión es el control constitucional de las leyes.

No es por tanto un tribunal de casación que revisa las sentencias de tribunales inferiores. El Constitucional no corrige las sentencias del Supremo, sino que resuelve los recursos de amparo por los que alguien les pide que considere que han sido violados sus derechos fundamentales. Su función en estos casos es más parecida a la concesión de un indulto por el que los políticos perdonan las penas a los condenados por sentencia judicial firme, por razones de oportunidad o conveniencia.

En la actualidad y gracias a Pablo Casado, los miembros del Constitucional son once, siete propuestos por PSOE y Podemos frente a cuatro elegidos por el PP. Antes de que Casado le entregase este organismo a Pedro Sánchez, junto al Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo, en aquel pacto secreto entre Bolaños y Egea de octubre de 2021, otro Constitucional de mayoría conservadora dictaminó que habían sido inconstitucionales los estados de alarma, el cierre del Congreso por la pandemia, el nombramiento de Rosa María Mateo como presidenta de RTVE, la entrada de Pablo Iglesias e Iván Redondo en el CNI y la ley del referéndum catalán de independencia del 1 de octubre. Hoy todo eso resulta impensable.

Los políticos elegidos por el PSOE para el Constitucional han decidido, en contra de dos sentencias del Tribunal Supremo, que Arnaldo Otegui no tiene que volver a ser juzgado por haber intentado reconstruir la ilegalizada Batasuna, y que Alberto Rodríguez no tenía que haber sido inhabilitado por patear a un policía. Dos decisiones políticas que no se habrían producido en caso de que la mayoría de miembros del Constitucional respondiese a otros intereses diferentes.

Luego, si el Constitucional no forma parte del Poder Judicial, está claro que no es un organismo que administre justicia y sus miembros no son jueces; deberíamos dejar de llamarlo Tribunal; a sus componentes no deberíamos llamarlos magistrados, sino políticos; y sus resoluciones no deberíamos nombrarlas como sentencias. Con todo ello conseguiríamos que la ciudadanía no se confundiese cuando los políticos del Constitucional enmiendan los temas que han sido juzgados por el Tribunal Supremo. El Constitucional ha modificado mediante una decisión política las sentencias judiciales que afectaban a Arnaldo Otegui y a Alberto Rodríguez, quienes no deben ser considerados como inocentes, sino como indultados.


Publicado el 23/01/2024 en Okdiario

8 mentiras en 30 segundos


 

A estas alturas nadie puede negar que la palabra de Pedro Sánchez vale menos que el cenicero de una moto, ni que a los votantes del PSOE les da lo mismo que éste les mienta, con tal de que no gobierne el centro derecha. Se da, además, la circunstancia de que ambos fenómenos se están retroalimentando de manera que, cuanto más miente el presidente del Gobierno, menos le importa a sus votantes y a su vez esto provoca que siga creciendo el desprecio hacia la verdad del líder del PSOE.

En su intervención del miércoles en el Foro Económico Mundial de Davos, justo después de que el presidente de Argentina, Javier Milei, dijera que «Occidente está en peligro porque aquellos que supuestamente deben defender sus valores están cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y, en consecuencia, a la pobreza».

Tal y como les hemos contado en OKDIARIO, Pedro Sánchez fue capaz de soltar 8 mentiras en 30 segundos, acerca de los magníficos resultados económicos que se pueden atribuir a su gestión. Mentiras que son todas indiscutibles e inapelables, al tratarse de datos falsos o manipulados, algunos tan descarados como afirmar que, gracias a él, en España se han creado «nuevos puestos de trabajo en sectores de alto valor añadido, como la industria tecnológica», cuando los datos demuestran que sólo han crecido los funcionarios y los camareros.

Si se me permite la vulgaridad, Sánchez dice lo mismo que Carmelo, el borracho que sale en la película de culto Amanece que no es poco, escrita y dirigida por el difunto y muy de izquierdas, José Luís Cuerda: «Pues yo creo… que me voy a sacar la chorra». Y así, con la chorra fuera, se pasea por los estrados de todos los salones de actos donde le invitan a hablar, por los platós de televisión, estudios de radio y hasta en el Congreso de los Diputados presume sin rubor de ese atributo que le permite obtener beneficios personales faltando a la verdad cada vez que habla.

Esta misma semana, sir ir más lejos, Pedro Sánchez ha concedido una entrevista a El País y otra a Radio Nacional de España y en ambas ha repetido varias veces que «la única verdad es la realidad», frase que él atribuye al filósofo griego Aristóteles, aunque en realidad es una tautología popularizada por el general argentino, Juan Domingo Perón. A Sánchez no le interesa entrar en la disquisición entre el idealismo de Platón contra el empirismo de su discípulo más avanzado. El presidente del Gobierno lo que quiere decir es que, como ya ha afirmado otras veces, conviene hacer de la necesidad, virtud. O, dicho de otra manera, que dato mata relato, que el fin justifica los medios, o que no hay más cera que la que arde.

La realidad indiscutible es que el PP ganó las últimas elecciones generales, pero Feijóo no fue capaz de conseguir los 4 votos que le faltaron para sacar adelante su sesión de investidura, porque sólo le apoyó el PP, Vox, UPN y Coalición Canaria, mientras que tuvo en contra a todos los diputados del PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV y el BNG, a los que se unió el diputado de Coalición Canaria para investir a Pedro Sánchez unos meses más tarde. Esta realidad Sánchez la convierte en la única verdad absoluta que lo justifica todo y que le permite a él hacer lo contrario a lo que ha prometido una y otra vez.

La verdad es que Sánchez se presentó a las elecciones prometiendo que jamás cedería ante los independentistas, porque la amnistía que ellos exigían no cabe dentro de nuestra Constitución, como por otro lado han confirmado los letrados del Congreso, los magistrados del CGPJ, jueces, fiscales, catedráticos y todos los expertos juristas que conservan su dignidad. También es verdad que, si no hubiera prometido la amnistía, Sánchez no habría salido investido. Así que Pedro Sánchez se saca la chorra, suelta esa idiotez de que «la única verdad es la realidad», dice a sus votantes que él va a construir un muro contra la derecha, y presenta un inconstitucional proyecto de Ley de Amnistía que le permitirá mantener el poder. Mucho más propio de Maquiavelo que de Aristóteles. La única realidad es que a Sánchez le importa un comino la verdad.


Publicado el 19/01/2024 en Okdiario

La soldado Francisco Javier


 

A finales de febrero de 2023, una semana después de que el Congreso aprobase la Ley Trans, la entonces ministra de IgualdadIrene Montero, concedió una entrevista a la Cadena Ser en la que dijo que iba a desmontar «uno por uno los bulos contra la Ley Trans». Uno de aquellos supuestos bulos que la ministra iba a desmontar se concretó en la siguiente afirmación realizada por el periodista: «Me estoy duchando en el gimnasio y entra alguien que se ha declarado mujer, pero con un aparato genital masculino y yo no le puedo decir nada porque legalmente es mujer».

A esta afirmación, de la que parecía deducirse que podrían existir algunas mujeres que se sintieran violentadas si se les obligase a compartir duchas y vestuarios con transexuales con cuerpo de hombre, la ministra contestó: «Ningún agresor sexual necesita vulnerar un espacio seguro para agredirnos sexualmente… No necesitan ir a un vestuario o a un espacio seguro de mujeres porque el patriarcado es eso, es que hay una cultura de la violación. Pero en todo caso, detrás de esa pregunta está una presunción… que es que las mujeres trans no son mujeres o, según qué mujeres trans, si no están operadas o no se han hormonado, no son mujeres, o no son suficientemente mujeres». O sea, que el problema lo tendría la mujer que se sintiera violentada porque un transexual con cuerpo de hombre tuviera derecho a entrar en su ducha.

La soldado Francisco Javier mide casi dos metrostiene barba, viste ropa masculina, pesa más de 100 kilos de músculo, sus brazos son tan fuertes como los de un estibador portuario y tiene un cuello tan grueso como el de un culturista, por el que asoman unos coloridos tatuajes. «Me gusta mi cuerpo, soy feliz con él y no pretendo cambiarlo». Explica, además, que a ella le gustan las mujeres, pues es lesbiana. Y el caso es que la soldado lesbiana Francisco Javier, con cuerpo de hombre, pretende ducharse junto a sus compañeras de trabajo, hacia las que afirma sentir atracción sexual.

Es posible que la soldado Francisco Javier escuchara la entrevista a la ministra y su respuesta le llevara a dar un paso adelante, porque un mes más tarde, en marzo de 2023, aún participó en un programa de First Dates, como hombre que buscaba novia, apodado Chico. El caso es que, incentivado por las palabras de Irene Montero o no, poco a poco se dio cuenta de que siempre sintió «algo raro»; «por ejemplo, soy esteticista, y me siento mejor hablando con mujeres que con hombres», explica. Así que le preguntó su opinión a su hija, que tiene diez años, y como ella le dijo que no le importaba, se fue al Registro Civil, se ratificó en su decisión tres meses después, el juez emitió una sentencia dictaminando que ya es mujer y le dieron un nuevo DNI que así lo acredita, aunque tampoco ha querido cambiarse de nombre y se sigue llamando Francisco Javier, alias Chico.

A partir de ahí la soldado Francisco Javier ha dirigido todos sus esfuerzos en conseguir que le dejen ducharse junto a sus compañeras de cuartel y le permitan usar el vestuario femenino al mismo tiempo que todas las demás. «Solicité el uso del vestuario que me correspondiera, que entiendo que debe ser el femenino, pues soy una mujer», explica. Pero la cosa no salió como quería. Le informaron de que, dada su nueva condición, no podía seguir usando los vestuarios masculinos, pero que como los femeninos tienen un nivel de ocupación del 110%, mientras se realizan obras de adaptación, tendrá que ducharse ella sola en unos horarios diferenciados a los de sus compañeras, lo que para ella resulta en una clara discriminación por haber cambiado de género. «Si hay una ley que me permite ser mujer y ejercer mis derechos como tal, ¿Qué problema hay?», se pregunta.

Volvemos al principio y recordemos que la ex ministra Irene Montero es la misma que, a propósito de su ley de sí es sí, afirmó aquello de que «no se conoce ni se va a conocer una sola reducción de penas, es propaganda machista» y a diciembre del año pasado la cifra se elevaba ya a 1.233 reducciones de pena y 126 excarcelaciones de violadores y pederastas. La misma que respecto a su Ley Trans afirmó que el problema lo tendrían las mujeres que sintieran que la soldado Francisco Javier no es una mujer y se sintieran violentadas cuando Chico pretendiese ejercer su derecho a ducharse junto a ellas. Esa Irene Montero que el próximo mes de junio va a ser la candidata de Podemos en las elecciones europeas gracias al voto de la soldado Francisco Javier.

A casi todos nos da lo mismo que la soldado Francisco Javier se sienta mujer y la inmensa mayoría respetamos ese sentimiento, pero de eso no va la Ley Trans. Esa ley de Irene Montero y Pedro Sánchez va de que la soldado Francisco Javier, con su enorme cuerpo de hombre y su atracción sexual hacia las mujeres, ahora tenga razón cuando afirma que tiene derecho a ducharse junto a cualquier mujer, como puedes ser tú, tu madre, tu esposa, tu hermana o tu hija menor o adolescente. Piénsalo cuando vuelvas a ir a votar.


Publicado el 16/01/2024 en Okdiario

Es muy indecente gobernar así


 

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, fue la gran derrotada ayer, ya que su decreto para reformar el subsidio del paro fue el único que no consiguió salir adelante por el voto en contra de los cinco diputados de Podemos, que escenificó así su venganza contra la líder de Sumar. «Es muy difícil gobernar así», se quejaba resignada Yolanda Díaz ante las cámaras de televisión cuando le preguntaban por esas negociaciones contrarreloj en las que su Gobierno se enfrentaba a la negativa tanto de sus antiguos socios comunistas, como de la ultraderecha secesionista catalana.

La representante de Puigdemont en el Congreso ya se lo había dejado clarísimo. «La estabilidad de la legislatura depende del cumplimiento de los acuerdos», le recordó Miriam Nogueras al Gobierno; y por si tenían la menor duda, les insistió en que «nuestros votos están al servicio de los ciudadanos de Cataluña y de nuestro país, no al suyo ni al del reino», para que todo el mundo tenga claro quién manda en España. Los siete diputados de Junts representan el voto de 392.634 catalanes que suponen el 1,6% de los de toda España y apenas el 11% de los de Cataluña, donde sólo consiguieron ser cuartos en las elecciones generales de julio. Pero el prófugo Puigdemont sabe cobrarse bien caro su apoyo a Sánchez.

Estas son las condiciones en las que el presidente del Gobierno aceptó ser investido. A partir de ahora todo lo que pretenda aprobar deberá tener una contraprestación en la que siempre tendrán que ganar algo estos enemigos «del reino», como dice boquita de piñón Nogueras.

Pedro Sánchez va a depender durante todo lo que dure la legislatura de Junts y sus enemigos de ERC, al mismo tiempo que será esclavo del PNV y sus rivales de Bildu y a la vez que será dependiente de Sumar y sus adversarios de Podemos. Todos enemigos de España y a su vez compitiendo entre ellos en las próximas elecciones europeas, además de en Galicia, en el País Vasco y en Cataluña. Y todos con cuentas pendientes con las que vengarse unos de otros. ¿Qué puede salir mal?

Puigdemont consiguió mucho ayer de Sánchez. Hoy toda la prensa detalla el «blindaje» de la amnistía, las competencias en inmigración, la publicación de la balanza fiscal, la bonificación al trasporte público, forzar a volver a las empresas que se marcharon de Cataluña y el reconocimiento de unos supuestos «derechos históricos» de Cataluña en materia de régimen local; como las prebendas que arrancó el fugado, pero hay mucho más.

Puigdemont levantó ayer su cabeza por encima de la de todos sus rivales, demostrando al resto de socios de Sánchez cómo le deben tratar. A partir de ayer, los votantes del PNV y, sobre todo, de ERC, mirarán con otra cara a los líderes de unos partidos que forzosamente tendrán que seguir la escuela del de Waterloo, si no quieren que se les vea como los peleles de Sánchez.

Y todo esto ha sido solamente a cambio de los tres primeros decretos leyes que ha intentado convalidar el Gobierno. Una pequeña escaramuza comparado con todo lo que está por venir. No hace falta mucha imaginación para hacerse una idea de lo que tendrá que sudar Sánchez cuando pretenda sacar adelante unos Presupuestos Generales del Estado en los que ya no sólo tendrá que ceder ante Junts, sino que todos sus socios competirán entre ellos por ser los que más lo humillen.

No es que gobernar así sea muy difícil, no; gobernar así es vergonzoso, escandaloso, ignominioso y bochornoso. Es indigno ceder todo lo que te exige un enemigo declarado de la nación a la que representas. Es inmoral pagar cualquier precio a cambio de aferrarte al poder. Es despreciable carecer de límites que nadie pueda sobrepasar. Gobernar como Sánchez no es difícil, es indecente.


Publicado el 11/01/2024 en Okdiario

El hombre de paja de Ferraz

 


La falacia del hombre de paja es una trampa argumental que consiste en rebatir una ridiculización del argumento del oponente, sin entrar verdaderamente en el tema de fondo. El hombre de paja representa los monigotes de paja y madera contra los que, en la Edad Media, los aprendices practicaban sus mandobles con la espada, sin arriesgarse a luchar frente a un verdadero oponente armado, contra el que podrían salir heridos. A diferencia de una piñata, el hombre de paja no esconde dulces ni caramelos y no sirve como diversión, sino que se trata de un típico entrenamiento militar o, en el caso del PSOE, de una estrategia de distracción. Los socialistas han presentado ante la Fiscalía General del Estado una denuncia por la piñata de Nochevieja en Ferraz, en la que el PSOE se presenta como un colectivo vulnerable que ha sido víctima de un supuesto delito de odio. Típico hombre de paja.

En realidad, nuestro Código Penal no establece ninguna condena contra el odio, porque un sentimiento no pude ser reprimido legalmente. Lo que aparece tipificado como delito es la incitación al odio contra determinados colectivos que, conforme a la jurisprudencia, deben tratarse de minorías especialmente vulnerables por determinados motivos racistas, religiosos, de orientación sexual, etc. Y como parece complicado asimilar con una minoría especialmente vulnerable al Partido Socialista, siendo el colectivo que más años lleva ejerciendo el poder desde la Transición y que lo ejerce de una forma más extendida por toda España, desde los ayuntamientos, diputaciones, gobiernos autonómicos y hasta la Moncloa; han tenido que acudir a lo ocurrido hace casi 100 años para victimizarse. Dice el PSOE en su denuncia que ese partido «fue perseguido durante la dictadura franquista, y durante la Guerra Civil». El hombre de paja de Ferraz.

Otra vez el comodín de Franco, que lo mismo sirve para tapar la corrupción de los ERE de Andalucía como para esconder los pactos con Bildu o distraer de los indultos y la amnistía a los golpistas. Franco es capaz de convertir al PSOE en un colectivo vulnerable a pesar de haber profanado su sepultura en el Valle de los Caídos, y pese a que el socialista Marlaska dirige a su antojo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, incluidos los 200 antidisturbios que sirvieron de público para la piñata de Ferraz, observando en directo los supuestos delitos de odio que ahora denuncian, sin ordenarles realizar ni la menor intervención que los evitase. Quizá el delegado del Gobierno pensó que le vendrían bien las imágenes del hombre de paja de Ferraz.

Pero ya que el PSOE quiere que echemos la vista atrás y nos fijemos en ese Partido Socialista «perseguido durante la dictadura franquista, y durante la Guerra Civil», vamos a aprovechar para recordar a sus figuras más destacadas. Entre ellas encontramos a Indalecio Prieto que, tres meses antes de liderar el golpe de Estado de 1934 contra la II República, el 4 de julio de 1934, en el Congreso de los Diputados, sacó una pistola, la amartilló y apuntó al diputado de la CEDA Jaime Oriol, amenazando con dispararle. En octubre de ese mismo año el socialista Indalecio Prieto fue el encargado de la preparación militar y del avituallamiento de las armas para el golpe en el que se asesinó a unos 250 miembros de la Guardia Civil y de Asalto, así como a 34 sacerdotes y religiosos. Incendiaron la Universidad, el Teatro Campoamor, la Catedral de Oviedo, así como numerosos edificios religiosos. Fue también un guardaespaldas de Indalecio Prieto, Luis Cuenca Estevas, quien asesinó a Calvo Sotelo, líder de la oposición, disparándole en la cabeza por la espalda en la madrugada del 13 de julio de 1936.

Otro de los insignes miembros del Partido Socialista en aquella época en la que ahora dicen que fueron perseguidos fue Largo Caballero, el Lenin español, quien en los años 30 creó el grupo paramilitar de las Juventudes Socialistas, los chíbiris, y en cuyos mítines se arengaba a favor de la revolución comunista y se amenazaba con ir a la Guerra Civil si las derechas ganaban las elecciones. El PSOE que junto a su sindicato UGT gestionaron durante la Guerra Civil entre 42 y 92 checas, según la fuente, lugares donde, al margen de la ley y sin garantías judiciales, se detenía, interrogaba, violaba, torturaba y asesinaba a católicos y votantes de derechas; ese PSOE se presenta en 2024 como un colectivo vulnerable que fue perseguido durante la guerra.

Como un hombre de paja que distrae del tema fundamental, el PSOE finge ser la víctima del odio que ellos siembran y pretenden que así nos olvidemos de sus crímenes antiguos y recientes, de su eterna corrupción y de lo que ahora nos ocupa, que no es otra cosa que el golpe que le están asestando a nuestra democracia, cediendo a los chantajes de proetarras y golpistas.


Publicado el 09/01/2024 en Okdiario

Polarizarse contra Pedro Sánchez


 

La Fundación del Español Urgente (Fundéu RAE) escogió el término polarización como su palabra del año 2023. Y Pedro Sánchez, en una carta dirigida a la militancia socialista a final de año, les dijo que «se habla mucho de polarización, pero hay que hacer notar que esa polarización no es simétrica. De un lado, se profieren insultos; del otro, se reciben; de una parte, se promueve el asedio; del otro, nos vemos asediados». Se pretende convertir así en la víctima llorona de una situación que él no ha contribuido a generar, como si la piñata de Ferraz fuera únicamente responsabilidad de una oposición fascista que no acepta los resultados electorales.

Según el diccionario de la RAE, polarizar es orientar en dos direcciones contrapuestas, por lo que el término lleva implícita la idea de la confrontación. Lo que ya resulta más cuestionable es el carácter peyorativo con el que habitualmente se utiliza. Así, por ejemplo, nadie cuestionaría que el delito debe ser confrontado con la ley o que el mal debe ser enfrentado con el bien. Por el contrario, la alternativa a polarizarse contra un genocidio sería hacerse cómplice de los asesinatos, y si no confrontamos un golpe de estado, nos convertimos en golpistas.

Evidentemente, la polarización no es ni mala ni buena en sí misma ni siquiera cuando nos referimos a la política. En política, todo lo que no esté polarizado es consenso y acuerdo; centro centrado; ausencia de debate; imposición ideológica y déficit democrático. Los ciudadanos deben disponer de alternativas que recojan todos los puntos de vista, incluidos aquellos que para algunos puedan considerarse como extremistas, siempre y cuando se acepten las reglas del juego de la democracia y se sometan a la ley con un sistema judicial independiente que esté en disposición de reprimir todo lo ilegal.

Resulta ridículo ver a Pedro Sánchez llorando, convertido en la víctima inocente de una crispación con la que nos pretende hacer creer que él no ha tenido nada que ver. El presidente de un Gobierno de coalición que ha asociado al PSOE con el partido que apoyó un Rodea el Congreso en la investidura de Mariano Rajoy de 2016 y dos años más tarde decretó una «alerta antifascista» por los resultados electorales de Andalucía. En 2019, el PSOE de Pedro Sánchez fletó autobuses para rodear el parlamento andaluz el día de la investidura del nuevo presidente Moreno Bonilla. Ese mismo PSOE que pretende ahora ser víctima de la polarización de los demás.

Pedro Sánchez, además de gobernar con los comunistas que rodean el Congreso, ha sido investido gracias a sus pactos con los proetarras de Bildu y los golpistas de Junts y ERC. No existen en Europa partidos políticos más radicales y extremistas que los socios de Sánchez. Aquellos que llevan a etarras condenados con delitos de sangre en sus listas y que jamás han condenado los atentados de ETA, apoyan con sus votos la investidura de Sánchez a cambio de un pacto encapuchado del que, de momento, sólo hemos visto la entrega del ayuntamiento de Pamplona. Los otros, condenados por sedición y malversación o prófugos de la justicia por el golpe de estado de 2017, obtienen indultos, amnistías y referéndums de autodeterminación a cambio de sus votos.

Sánchez se asocia con los más extremistas y menos democráticos, convierte al PSOE en un partido antisistema que ataca a la Justicia e impide la alternancia democrática levantando muros contra la oposición, y luego llora porque no puede salir a la calle sin ser abucheado y le montan piñatas frente a su sede. Polarizarse contra Pedro Sánchez es una obligación democrática y quien no le confronte, se convierte en su cómplice. Polarizarse contra Sánchez es enfrentar el mal con el bien.


Publicado el 04/01/2024 en Okdiario

El muñeco de Ferraz


 

La Delegación del Gobierno en Madrid dice que en la concentración de Nochevieja en Ferraz se reunieron 300 personas. Marlaska había movilizado a 200 antidisturbios ante la sede del PSOE y, además, la Policía Municipal no dejó pasar los camiones con el escenario, la pantalla gigante y el equipo audiovisual alquilados para la ocasión. En esas circunstancias la cifra oficial se acerca bastante a lo que se aprecia en los vídeos del evento, que esos sí que han tenido una amplísima difusión y han sido vistos por varios cientos de miles de personas. En esas imágenes vemos a un grupo formado mayoritariamente por pacíficos jubilados gritando insultos contra el jefe del Ejecutivo, representado por un muñeco de piñata al que, un pequeñísimo grupo de 4 ó 5 jóvenes, golpearon para que arrojara los caramelos y chocolatinas que escondía dentro.

El PSOE ha calificado esta piñata de un «posible delito de odio» y ha anunciado acciones legales «que afectan tanto a los participantes como a los organizadores y a los presentadores». Su portavoz en el Congreso, Patxi López, ha declarado que «lo que vivimos en Ferraz fue un acto violento, cargado de odio; no hay más que ver las imágenes, la rabia, la saña con la que atacaban ese muñeco que representaba a Pedro Sánchez». Y en menos de 24 horas, la Policía Nacional de Marlaska ya había citado al convocante de la manifestación de Ferraz, para tomarle declaración acerca de lo sucedido: 295 jubilados aplaudiendo y 5 jóvenes golpeando la piñata. Todos fascistas, según Patxi.

El argumento del PSOE es que la culpa es de los que decimos que Sánchez ha pactado con etarras y golpistas para aferrarse al poder, lo cual es un hecho indiscutible que, según el portavoz socialista, convierte en fascistas a todos los que nos resistimos a que se oculte. También somos fascistas y culpables de un delito de odio los que repetimos que el presidente del Gobierno está dando un golpe contra la democracia asaltando la Justicia, impidiendo la división de poderes y la alternancia política, levantando un muro contra la oposición democrática. Somos fascistas por repetir que Sánchez ha entregado a los bilduetarras el Ayuntamiento de Pamplona en un pacto que repitió 20 veces que nunca se iba a producir, como pago por su investidura. Y que ha sido investido a cambio de una amnistía que él mismo decía que es inconstitucional. Somos fascistas y generamos odio porque contamos la verdad de lo que está haciendo Sánchez.

Muñecos como el de la piñata ha habido muchos. En octubre de 2013, un puñado de dirigentes del PSOE posaron sonrientes para una fotografía con la cabeza de un muñeco que representaba a Mariano Rajoy, al que habían guillotinado. En julio de 2022, un municipio catalán celebró una diada LGTBI en la que una drag queen apaleó sobre el escenario, con un bate de béisbol, a unos muñecos con las caras de Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal. El 8 de marzo de 2020, día de la mujer, apareció en Castellón un muñeco con la cara del líder de Vox, colgado en un árbol boca abajo y con un disparo pintado en la cabeza. En abril de 2023 apareció un muñeco representando al Rey Felipe VI con una corona, colgado de una soga en el vestíbulo de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.

El 12 de octubre de 2020, día de la Fiesta Nacional, los proetarras de Sortu celebraron un acto en Pamplona donde colocaron dos figuras que representaban al Rey Felipe VI y a Cristóbal Colón, les pusieron unas sogas al cuello para tirar de ellas y así derribarlas y decapitarlas. Ese mismo día, en el municipio barcelonés de Berga, prendieron fuego a una imagen de Felipe VI elaborada con materiales combustibles. Suma y sigue, la lista de actos de odio mucho más graves a la piñata de Ferraz llevados a cabo por los socialistas y sus socios es infinita. Pero hay una diferencia, la izquierda lo hace tratando de derrocar nuestro régimen constitucional y acabar con la democracia, mientras que en la piñata de los jubilados de Ferraz se representó a un golpista que pacta con etarras e independentistas para perpetuarse en el poder.


Publicado el 02/01/2024 en Okdiario