El himno nacional desafinado


 

El acto de apertura de la XV legislatura en el Congreso de los Diputados arrancó con la llegada de los Reyes, acompañados de la princesa Leonor, a la Carrera de San Jerónimo. Allí les esperaba el presidente del Gobierno acompañado del jefe del Estado Mayor de la Defensa. Con el dosel de gala o baldaquino engalanando el atrio de la Puerta de los Leones del Palacio del Congreso, Sus Majestades los Reyes recibieron honores militares y la Unidad de Música del Batallón de Honores interpretó el himno nacional. Pero lo que se escuchó fue a una banda de cornetas y tambores que, sin dirección, interpretaba unos extraños acordes en los que lo que debería ser el acompañamiento se oía por encima de la melodía principal, incluso con alguna corneta desafinada. Un horror al que don Felipe reaccionó con un leve gesto de desagrado y que sólo fue el primero de una jornada plagada de agravios y ofensas.

Pero hoy no quiero escribir acerca del impresentable mitin partidista de la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol. Ni de que Pedro Sánchez haya sido investido gracias a los votos de partidos como Bildu, Junts, ERC y BNG, que se ausentaron del acto por no reconocer la legitimidad de la Corona. Ni siquiera de que la portavoz de Sumar en el Congreso, Marta Lois, pese a formar parte de la coalición que gobierna con Sánchez, se negara a aplaudir el discurso en el que Felipe VI reivindicaba la unidad de España y la defensa de la Constitución. No, todos esos desprecios y provocaciones, pese a producirse en el mismo acto en el que sonó el himno desafinado, no suponen ninguna novedad ni deben haber sorprendido a nadie.

Quiero aprovechar la cara de nuestro Jefe del Estado con el gesto torcido por los desagradables sonidos que le llegaban desde la banda militar, para asimilarla a la que se nos pone a muchos demócratas españoles cuando vemos algunas imágenes de lo que está ocurriendo cada noche ante la sede socialista de la calle Ferraz. La banda de cornetas y tambores que debía homenajear al Rey desafinó como lo está haciendo la oposición al golpe de Pedro Sánchez. En ambos casos falta liderazgo. Y cuando nadie dirige muchos aprovechan para arrimar el ascua a su sardina, sirviéndose de la coyuntura para buscar lo que de verdad les importa, que no coincide con el interés general de España.

Es evidente que al frente de los que estamos en contra del ataque que Pedro Sánchez y sus socios están dando contra la separación de poderes, la igualdad de los españoles, la unidad nacional y, en definitiva, contra nuestra democracia, falta una dirección clara y decidida. Esto provoca que las manifestaciones de protesta de la calle Ferraz hayan sido invadidas por violentos cabezas rapadas con el brazo en alto en saludos nazis, banderas franquistas, gritos racistas y xenófobos, canciones falangistas y todo tipo de actitudes de la más desagradable extrema derecha. Minoritarios, pero muy visibles.

La extrema derecha ha alcanzado en esas manifestaciones un protagonismo que para nada se corresponde con el minúsculo respaldo que todos ellos tienen en una democracia en la que llevan siendo extraparlamentarios desde que Blas Piñar logró en 1979 su único escaño. Desde entonces, partidos como Falange, Democracia Nacional, España 2000, etc., llevan décadas sin conseguir llegar al 0,05% de los votos. Por eso aprovechan el río revuelto para conseguir fotos en las portadas de los medios de comunicación de izquierdas que pretenden desacreditar así a toda la oposición.

Y a esa rancia extrema derecha se ha unido otro grupo tan viejuno como ellos, que se dedican a recortar el escudo de la bandera y a lanzar sus proclamas contra nuestra monarquía constitucional. Son esos trevijanistas que en todas las elecciones llenan las redes sociales de mensajes dirigidos a los votantes de derechas para intentar convencernos de que nos pasemos a la abstención, sin importarles que así lo único que consiguen es beneficiar directamente a la izquierda. Se autodefinen como liberales y republicanos y se creen los únicos defensores de un modelo auténticamente democrático, atacando sin cesar, con cualquier excusa y en toda ocasión a nuestro Rey y nuestra Constitución, ignorando que son los sostenes de nuestra democracia y que su caída sólo favorecería a la extrema izquierda bolivariana, para quienes trabajan como tontos útiles.

Ni nazis, ni franquistas, ni republicanos trevijanistas  representan nada más que a pequeñísimas minorías irrelevantes. Pero con su activismo en las manifestaciones de Ferraz, gracias a unos medios de comunicación de izquierdas que les otorgan mucho más protagonismo del que en realidad les corresponde, y ante la ausencia de la oposición, han conseguido aparentar que son ellos los que lideran la resistencia al golpe de Pedro Sánchez y que quienes deberíamos estar aplaudiéndolas tengamos que torcer el gesto, como cuando escuchamos el himno desafinado de una orquesta que nadie dirige.


Publicado el 30/11/2023 en Okdiario

¿Hasta dónde se cree capaz de llegar Sánchez?


 

Pedro Sánchez es un megalómano de libro. La megalomanía es un trastorno de la personalidad narcisista que se caracteriza por una anormal autoestima que hace al enfermo creerse con poderes irreales. Líderes mundiales como: Napoleón Bonaparte, Adolf Hitler, Iósif Stalin, Mussolini, Mao Zedong, François Duvalier, Enver Hoxha o Sadam Huseín, fueron grandes megalómanos. Todos ellos se creían superhéroes o semidioses capaces de las mayores hazañas, por lo que imponían a su alrededor un culto a su persona y sólo se rodeaban de sus seguidores más zalameros. Son presumidos y vanidosos, se creen indestructibles y capaces de todo, poseen una imagen extremadamente idealizada de ellos mismos y desprecian todo lo que se refiera a los demás. Sánchez ha llegado ya a ese grado en el que se cree capaz de todo, que nada ni nadie va a poder pararle y que saldrá victorioso de todo lo que se proponga, sin límite ninguno.

Esta desviación psicológica comenzó a hacerse visible cuando, en enero de 2017, anunció que se iba a presentar a las primarias para la secretaría general del PSOE, después de que el Comité Federal del partido forzara su dimisión unos meses antes, para así evitar sus pactos con Bildu y ERC tras las elecciones de junio de 2016. Sólo alguien que se crea omnipotente puede verse capaz de torcer el brazo de todos los barones del PSOE y teniendo a todo su aparato en contra, creerse capaz de derrotarlos, como finalmente él hizo en mayo de 2017, venciendo a Susana Díaz y Patxi López con más del 50% de los votos de los militantes.

A partir de ahí comenzó a rodearse solamente de aquellos que mostraban públicamente adoración a su persona, incluso cuando antes de derrotarlos hubiesen pertenecido al bando contrario. Las únicas características imprescindibles para estar cerca de Sánchez son el sometimiento a su poder y el culto a su persona; cumpliéndolas, cualquiera que pueda ayudarle a conseguir sus objetivos es bienvenido a su lado. Rodeado de aduladores y palmeros, el presidente del Gobierno empezó a lograr todo lo que se proponía, alimentando así el monstruo narcisista y megalómano que lleva dentro.

En junio de 2018 sacó adelante una moción de censura contra Mariano Rajoy para la que, en principio, no contaba con los apoyos necesarios, gracias al cambio de última hora de un PNV que, sólo nueve días antes, había apoyado los Presupuestos Generales del Estado del PP. Tras las elecciones de noviembre de 2019, consiguió formar un Gobierno de coalición con Podemos, incumpliendo sus promesas electorales. Logró mantener este nuevo Gobierno durante tres años y medio a pesar de que para ello tuvo que acercar a todos los presos etarras al País Vasco, tras transferirles las competencias en prisiones. Aguantó las críticas por la Ley del solo sí es sí, que rebajó las penas a miles de violadores y pederastas, excarcelando a cientos de ellos. Pasó sin despeinarse la crisis del COVID, pese a que los tribunales declararon inconstitucionales sus estados de alarma. Y aguantó las consecuencias económicas de la guerra por la invasión rusa de Ucrania.

Y cuando todos pensaban que estiraría al máximo esa legislatura, que sería la última, aprovechando que le tocaba la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea hasta el 31 de diciembre de 2023; tras los nefastos resultados conseguidos por el PSOE en las elecciones autonómicas y municipales de mayo, sorprendentemente, Pedro Sánchez adelantó las elecciones generales al 23 de julio y, contra todo pronóstico, logró ser investido de nuevo gracias a sus cesiones ante los proetarras y los golpistas catalanes.

Pedro Sánchez lleva seis años saliendo victorioso de todo lo que se propone, aún cuando en principio su éxito parecía imposible. A su alrededor todos le adulan y aplauden. Nada le parece imposible, no hay quien le pare. Hoy enfrenta a España contra Israel igual que mañana puede creerse capaz de sacar adelante la idea más peregrina. Ni siquiera puede descartarse que Sánchez se vea a sí mismo como el primer presidente de la tercera república española.


Publicado el 28/11/2023 en Okdiario

No es tiempo para tibios


 

El libro del Apocalipsis fue escrito por Juan el Evangelista a finales del siglo I, durante su destierro en la isla de Patmos. En aquellos tiempos, Roma era gobernada por Domiciano, que fue el primer emperador romano que se declaró dios en vida, exigiendo a sus súbditos que lo adorasen. Laodicea era una ciudad ubicada al oeste de la Turquía moderna, que albergaba una importante comunidad de creyentes. Su ubicación en las principales rutas comerciales y su afamada producción de tejidos de lana y algodón, la convirtieron en una ciudad muy próspera. Domiciano, al principio, confiscaba las propiedades de los cristianos que se negaban a adorarlo como deidad suprema y, en sus últimos años, los arrestaba, torturaba y ejecutaba.

Por este motivo, a los ricos habitantes de Laodicea parece que les costaba renunciar a su riqueza para mantenerse fieles a Cristo, que es por lo que el ángel del Señor les dice en Apocalipsis: «Puesto que eres tibio y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca». En tiempos de persecución, no se puede ser tibio. La persecución de Domiciano depuró la primitiva comunidad cristiana, expulsando a los que valoraban más su riqueza que sus creencias, y sirvió para fortalecer el compromiso y la convicción de los que se mantuvieron firmes, convirtiéndose en un testimonio de perseverancia y resistencia ante la intolerancia. Así, el número de cristianos aumentó durante y después de la persecución, gracias a los que no fueron tibios.

Los israelíes, que viven rodeados de países terroristas que los quieren exterminar, fueron atacados salvajemente desde la franja de Gaza el pasado 7 de octubre. Los terroristas de Hamás masacraron a 1.400 personas, hombres, mujeres y niños; violaron a las mujeres delante de sus familiares y luego las torturaron y asesinaron. A las que estaban embarazadas les rajaron el vientre para sacar el feto y asesinarlo frente a sus madres, a las que también mataron. Quemaron a personas vivastorturaron a ancianos y niños, robaron todo lo de valor que encontraron y finalmente huyeron a Gaza llevándose secuestrados como rehenes a otras 240 personas, desde bebés con sus madres hasta ancianos. ¿Puede ser tibia la respuesta de Israel? La respuesta es obvia. Si Israel es tibio sus habitantes no sobrevivirán.

Argentina ha vivido décadas sometida, primero al peronismo y más tarde al kichnerismo, que es su versión actual más radicalizada y ladrona si cabe. Con una inflación del 140% anual, ha pasado de ser uno de los países más ricos del mundo a principios del siglo XX, a tener un 40% de pobres y un 10% de indigentes, donde gran parte de la población sobrevive gracias a unos subsidios que los convierten en votantes cautivos, lo que les degrada no sólo económicamente, sino también social y moralmente. Argentina sufre la presión de todos los países socios del Grupo de Puebla y del Foro de São Paulo, que tratan de hundir a los argentinos en el socialismo del siglo XXI, que no es otra cosa que el comunismo clásico, con maquillaje y financiado por el narcotráfico. En estas circunstancias, los argentinos no podían permitirse ser tibios y han sabido aferrarse al abanderado de la libertad, Javier Milei, que se ha enfrentado con crudeza al kichnerismo, prometiendo reformas radicales que les saquen de la pobreza socialista.

En España tampoco es tiempo para tibios. Tenemos a Pedro Sánchez dando un golpe contra la Constitución, la democracia y el Estado de Derecho. Levantando un muro de mentiras, traiciones, corrupción, compra de votos e incumpliendo sus más importantes promesas electorales, Sánchez pretende impedir el pluralismo político que la Constitución establece como valor superior de nuestra democracia, para que el centroderecha constitucional y democrático no pueda volver a gobernar nunca más. No caben tibiezas, es el momento de mantener una resistencia pacífica, pero firme. La democracia está siendo atacada por los muros que impiden la alternancia, la amnistía que acaba con la separación de poderes y la autodeterminación separatista que pone fin a la igualdad entre españoles. En la resistencia deben estar los Gobiernos autonómicos, ayuntamientos y diputaciones que no están en manos socialistas, junto a todas las asociaciones democráticas de la sociedad civil y los ciudadanos saliendo a la calle para protestar pacífica, pero firmemente. Como en Laodicea, los tibios deben ser apartados para que los que resistimos podamos vencer a quienes atentan contra la libertad y la democracia.


Publicado el 23/11/2023 en Okdiario

El muro contra la derecha de Pedro Sánchez


 

En su discurso de investidura, Pedro Sánchez presumió de que su Gobierno se había convertido en el único «muro» para frenar a la derecha, confirmando así que su intención siempre ha sido impedir el pluralismo político que el artículo 1 de la Constitución establece como valor superior propugnado por nuestra democracia. Para impedir que gobierne la derecha y, en consecuencia, para bloquear la alternancia y el pluralismo político que es la base de cualquier democracia, Pedro Sánchez ha levantado un muro de mentiras, traiciones, corrupción, compra de votos e incumplimiento de promesas electorales en los temas más trascendentales para el presente y futuro de España. Y ese muro que impide gobernar a la derecha lo ha levantado en coalición con los comunistas y apoyado en los proetarras de Bildu, la extrema derecha golpista, racista y nacionalista catalana y la más rancia derechona tradicionalista vasca.

Uno de los ladrillos fundamentales del muro de Sánchez contra la derecha es el Partido Comunista de España, oculto dentro de Izquierda Unida y estos a su vez camuflados en Sumar; pero manteniendo intacta su ideología de extrema izquierda antidemocrática y genocida. Así, en el nuevo Gobierno existen 5 ministros comunistas, una ideología de la que, el 19 de septiembre de 2019 el Parlamento Europeo afirmó por una impresionante mayoría de 535 votos a favor, 66 en contra y 52 abstenciones, que «cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad».

Sira Rego afirma en público que Lenin no es ningún genocida. Pablo Bustinduy alabó la dictadura «gloriosa» de Fidel CastroErnest Urtasun votó en contra de la propuesta de la Eurocámara para condenar a Hamás. Mónica García dijo en la Cadena Ser que, si la hacían elegir entre «comunismo o libertad», se quedaba con ambas. Y Yolanda Díaz afirma que «lo que me han enseñado en mi casa es que el comunismo es la democracia y la igualdad». Comunismo genocida como muro contra la derecha.

Otro de los ladrillos sin el que se vendría abajo el muro de Sánchez es el de los proetarras de Bildu. Hay que recordar que los de Otegi se pueden presentar a las elecciones porque así lo decidió un politizado Tribunal Constitucional, anulando las resoluciones del Tribunal Supremo, que había sentenciado que sus candidaturas eran ilegales, ya que se enmarcaban dentro de un proyecto «gestionado, dirigido, coordinado y articulado por el complejo ETA-Batasuna».

La portavoz de Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua, fue condenada en 1984 a un año de cárcel por apología del terrorismo; y el coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha estado cinco veces en la cárcel, pasando muchos años de su vida en prisión por su estrecha vinculación con ETA, banda terrorista de la que ha sido dirigente. Terrorismo etarra como muro contra la derecha.

El tercer ladrillo imprescindible para el muro de Sánchez son unos políticos condenados por sedición y malversación; acusados de terrorismo, algunos de ellos fugados de la justicia para evitar entrar en prisión. Partidos como ERC, herederos de las Juventudes de Esquerra Republicana de Cataluña (JEREC) y del Estat Català, movimiento racista y separatista inspirado en el fascismo italiano, que siguió los postulados violentos de Mussolini.

Junto a ellos son fundamentales para el muro de Sánchez los votos Junts, que representan a día de hoy la extrema derecha golpista, racista y nacionalista catalana; así como los del PNV, partido nacionalista y tradicionalista fundado por el racista, xenófobo del aún hoy homenajeado Sabino Arana, que se autodefine como democristiano, pero cuyo lema aún sigue siendo «Dios y ley vieja». Extrema derecha racista como muro contra la derecha.

Sánchez ha construido su muro contra la derecha usando como ladrillos el comunismo genocida, el terrorismo etarra y la más rancia extrema derecha racista; unidos con la argamasa de su ambición personal a la que sacrifica su propia palabra, sus promesas incumplidas y su indignidad. Un muro de vergüenza y traición contra una derecha democrática y constitucional.


Publicado el 21/11/2023 en Okdiario

Sánchez puede dar un golpe de Estado


La RAE define el golpe de Estado como una «actuación violenta y rápida, generalmente por fuerzas militares o rebeldes, por la que un grupo determinado se apodera o intenta apoderarse de los resortes del gobierno de un Estado, desplazando a las autoridades existentes». Pero claro, el diccionario de la Real Academia Española incluye desde hace siglos términos como sicofanta para definir a un impostor, o majagranzas para calificar al hombre pesado y necio; pero otros como conspiranoico o monodosis no se han aceptado hasta el año pasado. Todos conocemos ejemplos de golpes de Estado que en el siglo XX se dieron sin violencia ni fuerzas militares, como por ejemplo los de Hitler, tras las elecciones alemanas de 1932 y 1933; o Hugo Chávez, después de ganar las elecciones presidenciales de Venezuela de 1998, dejando luego como heredero de la dictadura venezolana a Nicolás Maduro, que también finge celebrar elecciones.

Hitler, Chávez y Maduro demostraron que los golpes de Estado pueden darse desde dentro de las instituciones y su ejemplo se siguió ya en el siglo XXI en otros países como Bolivia, Ecuador, Nicaragua, etc. En los nuevos golpes de Estado, los dictadores llegan al gobierno tras ganar unas elecciones más o menos democráticas y, una vez que controlan los mecanismos del poder, comienzan a demoler las instituciones democráticas desde dentro, apoyados por un sector fanatizado y subvencionado de la sociedad civil y de unos medios de comunicación comprados con dinero público. Así, aparentando en todo momento cumplir la legalidad vigente, se controla el poder judicial anulando su independencia, y se van limitando uno tras otro todos los derechos fundamentales de la ciudadanía, empezando por la libertad de expresión y terminando por perpetuarse en el poder, impidiendo la alternancia y la pluralidad política, o sea, la democracia.

La excusa de Hitler para las leyes que pusieron fin a la separación de poderes y a todas las libertades públicas en la República de Weimar fue acusar a los comunistas de querer empezar una guerra civil en Alemania para ocupar el gobierno. Del mismo modo, Pedro Sánchez afirma que está obligado a amnistiar a los golpistas, como mañana dirá que no le queda más remedio que celebrar un referéndum de independencia, y al día siguiente querrá modificar la Constitución por la puerta de atrás, porque dice que tiene que frenar a la extrema derecha. Y llama extrema derecha a Vox igual que antes decía que lo era Ciudadanos y antes de eso acusaba al PP de lo mismo. Los que se niegan a aceptar que el PSOE va camino de dar un golpe de Estado son los mismos que afirman que en Venezuela y Cuba disfrutan de democracias ejemplares y rechazan que eso fue lo que hizo Puigdemont al declarar la independencia de Cataluña en 2017. Chusma fanatizada y opinadores comprados, unidos a tibios moderados que tienen miedo a enfrentarse a tan cruda realidad y, como hacen los niños, se tapan los ojos con las dos manos cuando tienen miedo.

Del mismo modo que nadie puede dudar que Sánchez consiguió en julio 122 diputados de forma legal y que también lo será que consiga superar su investidura apoyado en los votos de los etarras de Bildu y los golpistas de Junts y ERC, incumpliendo sus principales promesas electorales; podemos afirmar que será un presidente del Gobierno ilegítimo, porque lo que se ajusta a las leyes no es siempre lo justo, lo moral y lo razonable. Roza el fraude electoral conseguir el poder haciendo todo lo contrario de lo que se prometió antes de las elecciones, sobre todo cuando afecta a cuestiones trascendentales como la separación de poderes, la amnistía y la autodeterminación. Y es completamente inmoral pactar el Gobierno con el brazo político de la banda terrorista ETA y los separatistas que quieren romper España. De alguien que, por satisfacer su ambición de poder es capaz de caer tan bajo como ha hecho Sánchez es lógico pensar que, para perpetuarse en el cargo, será capaz de dar un golpe de Estado.


Publicado el 16/11/2023 en Okdiario

 

Traidores por siete míseros votos


 

En la Proposición de Ley Orgánica de Amnistía presentada ayer por el PSOE en el Congreso de los Diputados la palabra «constitucional» aparece 18 veces en singular y otras 4 en plural, «constitucionalidad» se menciona 8 veces y las variantes en negativo, «inconstitucionalinconstitucionalidad», 5 veces más. En total, son 35 las veces en las que se cita la Constitución en un documento de 21 páginas de las que 11 son para una extensísima Exposición de Motivos plagada de mentiras, en la que el PSOE no tiene la decencia de contar el único motivo real por el que se presenta, que fue confesado por el propio Pedro Sánchez ante el Comité Federal del PSOE del pasado 28 de octubre.

Delante del máximo órgano del Partido Socialista entre Congresos, en su condición de Secretario General, Sánchez explicó que él no tenía ninguna intención de aprobar esta amnistía y por eso siempre se había expresado en contra de ella. Para justificarse, directamente lanzó esta pregunta a sus compañeros de partido, «¿ha cambiado algo en la realidad que justifique un cambio por nuestra parte?». Y se respondió él mismo: «sí, las elecciones del 23 de julio». E inmediatamente explicó que «el mandato de los electores obliga a optar por un Gobierno de coalición reaccionaria entre el Partido Popular y Vox o un Gobierno del Partido Socialista con Sumar, con apoyo de distintas fuerzas parlamentarias». Y como resulta que «hay 56 diputados que reclaman la amnistía para apoyar la investidura» (entre los que a Junts y ERC, Sánchez añade a Sumar, el PNV y Bildu), pues resulta que la amnistía es «una condición para que pueda haber Gobierno de progreso y para evitar un Gobierno de la derecha y la ultraderecha del Partido Popular y Vox». Y ésta, que es la única razón verdadera confesada por Sánchez, se oculta en la Exposición de Motivos de la Ley de Amnistía.

En la moción de censura contra Mariano Rajoy con la que Sánchez llegó al Gobierno en junio de 2018, así como en su anterior investidura de enero de 2020, separatistascomunistas y proetarras también reclamaban la amnistía, pero en aquellas ocasiones Pedro Sánchez, el PSOE en pleno y todos los periodistas y opinadores que conforman el equipo sanchista de opinión sincronizada, consideraban que la amnistía era inconstitucional. La hemeroteca está plagada de ejemplos, sólo voy a mencionar la entrevista que el presidente del Gobierno concedió el 10 de noviembre de 2022 al periodista Antonio García Ferreras, de La Sexta, en la que, ante las cámaras de televisión, Sánchez aseguró que «el independentismo pide la amnistía, algo que, desde luego, este Gobierno no va a aceptar y que, desde luego, no entra en la legislación y en la Constitución española».

Por tanto, la opinión de Pedro Sánchez, de todo el coro de socialistas que le aplaudieron como focas en el Comité Federal y de los periodistas y opinadores de izquierdas que le secundan, es que la amnistía ha pasado de ser inconstitucional antes de las elecciones de julio a convertirse en 35 veces constitucional ahora, por la magia de la aritmética parlamentaria. Es lo único que ha cambiado, según ha confesado el propio Sánchez.

Pero esta ley tendrá que pasar por muchos filtros antes de entrar en vigor. El del Congreso lo superará sin duda, ya que allí todos sabemos que existen 179 diputados sin vergüenza ninguna para sacar adelante esta aberración jurídica. Pero después la Ley de Amnistía tendrá que enfrentarse a diferentes instancias jurídicas españolas y europeas en las que algunos magistrados puestos a dedo por Sánchez, como el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde Pumpido, junto a otros que juraron o prometieron «guardar y hacer guardar la Constitución, como norma fundamental del Estado», deberán refrendar si una norma jurídica puede dejar de ser inconstitucional exclusivamente porque esa es la única manera de impedir que, en España, gobierne la derecha.

El único motivo que justifica la Ley de Amnistía es que resulta imprescindible para impedir la alternancia y la pluralidad política, o sea, la democracia. Los que antes de julio opinaban, como Pedro Sánchez, que la amnistía es inconstitucional y después de las elecciones dicen que ahora es constitucional son traidores a España, a la Constitución, a la separación de poderes y a la democracia. Pero también traicionan a sus votantes, a su propia palabra y a su dignidad personal. Miserables traidores por 7 míseros votos.


Publicado el 14/11/2023 en Okdiario

Carta al afiliado decente del PSOE


 

No sé quién eres. No te conozco. Dudo que existas. Pero del mismo modo que Dios no encontró en Sodoma y Gomorra ni 50, ni tan siquiera 10 justos por los que salvar tan perversas ciudades de la destrucción, pero sí salvó de ellas a Lot y sus hijas, igual en este PSOE sin remedio aún queda algún afiliado que pueda presumir de ser justo y honrado. Si tú crees serlo, a ti te dirijo esta carta al afiliado decente del PSOE.

No digas que te engañaron. Hubo un tiempo en que puede ser que dentro del PSOE todavía quedaran afiliados que se creyeran las palabras de Pedro Sánchez, aunque desde el principio hubo pruebas de que era un mentiroso compulsivo. Pero a día de hoy ya no cabe ni la menor duda de que el líder de tu partido mañana puede decir justo lo contrario de lo que está diciendo hoy sobre cualquier tema. Y mantendrá que sus mentiras son cambios de opinión justificados por unas nuevas circunstancias imprevistas. Todo está grabado, la historia resultará inmisericorde en este sentido, nadie podrá decir en el futuro que creyó en él y le engañó. Ya no.

Ni se te ocurra excusarte en tus buenas intenciones. Lo del mal menor no sirve cuando estamos hablando del fin de la democracia y la destrucción del Estado de derecho. No podrás esconderte detrás de eso de que «si la alternativa es amnistía o que gobierne la derecha, me quedo con la amnistía» cuando, como consecuencia de tu cobardía, el precio a pagar será haber puesto en peligro la unidad de España con un inconstitucional referéndum de autodeterminación, al tiempo que todos quedamos arruinados por generaciones como consecuencia de las cesiones económicas que Pedro Sánchez se ha tragado para pagar el chantaje al que se ve sometido por los separatistas. Vais a vender a España a cambio de siete míseros votos.

Tampoco insinúes que no sabías lo que iba a pasar. Estás más que avisado. Todos te han advertido de que la amnistía y el referéndum de autodeterminación ponen fin a la separación de poderes y atacan directamente a nuestra Constitución. Sabes perfectamente que las cesiones ante los separatistas terminan con la igualdad entre los españoles e imponen la desigualdad territorial a favor de los que quieren destruir la unidad de España. No se te escapa que aquellos que nos atacaron a todos dando un golpe de Estado violento en 2017 y escapando luego escondidos en el maletero de un coche, van a cobrarse ahora su victoria humillándonos públicamente al resto de los españoles, tú y tu familia incluidos. Y todo por siete miserables votos.

Tampoco Lot habría podido frenar al resto de sodomitas él sólo, pero al enfrentarse a ellos salvó a sus hijas y se salvó él. Piensa que, dentro de unos años, cuando tus hijos sean mayores y sufran las inevitables y desastrosas consecuencias que para ellos va a tener la ignominiosa felonía que Pedro Sánchez va a cometer en tu nombre, debes tener algo que decir. Nadie podrá acusarte si te desmarcas ahora, si públicamente muestras tu rechazo y anuncias que nada de esto se hace en tu nombre. Pero si te escondes y sigues sin hacer nada, tendrás que dar muchas explicaciones. No nos vamos a olvidar de ti y de lo que no has hecho. Lo mismo si te llamas Felipe González y criticas a Sánchez al mismo tiempo que dices que lo votas y mantienes tu afiliación. Igual que si eres Emiliano García-Page y finges un disgusto que no avalan tus acciones. Como si te llamas Guillermo Fernández Vara y aplaudes como una foca en el comité federal. Aunque seas un simple afiliado de base, lo recordaremos.

Si consientes esto, si no te das de baja públicamente y rompes tu carnet en señal de protesta, tus familiares, vecinos y conocidos no vamos a olvidar jamás que el día que se rindió España, tú estabas junto a los traidores.


Publicado el 09/11/2023 en Okdiario

¡España, despierta!


 

Un señor mayor que se manifestaba anoche contra la amnistía ante la sede del PSOE de la calle Ferraz de Madrid, después de ser gaseado por la policía de Marlaska, gritó con rabia delante de una cámara de OKDIARIO: «Estáis cargando contra gente mayor; pero esto es el principio: ¡¡España acaba de despertar, hijos de p…, España acaba de despertar!!». Grito que se ha sumado ya a todos los que la ciudadanía indignada lanza contra las sedes del Partido Socialista un día tras otro en todas las ciudades de España, junto a los de «¡Que te vote Txapote!», «¡Sánchez traidor!», «¡Sánchez a prisión!», o «¡No en mi nombre!».

España acaba de despertar ante el descaro con el que Pedro Sánchez justificó su cambio de postura frente a la amnistía ante el Comité Federal del PSOE del pasado sábado, diciendo que «hay que hacer de la necesidad virtud» y justificando que está dispuesto a aprobar la amnistía únicamente porque es la única forma de «que pueda haber un Gobierno de progreso y para evitar un Gobierno de la derecha». Con toda su cara dura, el presidente del gobierno en funciones reconoce delante de la dirección de su partido que en la exposición de motivos de la ley de amnistía se justificará esta medida diciendo que el único motivo por el que se acaba con el Estado de derecho es porque resulta imprescindible para que él mantenga el poder. Y la respuesta de los 300 miembros del Comité Federal del PSOE, puestos ahí a dedo por Pedro Sánchez, fue ponerse de pie aplaudiendo como focas para aprobar esta sinvergonzonería por aclamación.

Sánchez ha puesto su futuro y el de su partido en manos de un prófugo de la justicia, al que en su ciudad apodan el pastelero loco, porque sus reacciones son del todo imprevisibles y carentes de sentido común. En los últimos procesos electorales el PSOE ha perdido casi todo su poder local, autonómico y en las diputaciones que tanto presupuesto manejan y a tantos asesores colocan. Si ahora los de JxCat no les dieran sus votos forzando una repetición electoral a la que el Partido Socialista debería presentarse después de haberse demostrado capaz de entregárselo todo a los golpistas, el paro en España se dispararía con la incorporación de todos los afiliados del PSOE que se quedarían sin trabajo.

El resultado de la consulta a la militancia que acaban de realizar, por mucho que ellos quieran venderla como un respaldo rotundo, es en realidad una prueba de que los votantes del PSOE rechazan todas estas cesiones con un 12% de votos en contra entre los cargos que pagan cuota y, lo que es peor, un 37% de abstención. Y la calle se ha dado cuenta de que toda la prepotencia de Pedro Sánchez sólo trata de esconder su debilidad.

Pareciera que el centro derecha en España se ha cansado de salir a protestar. En contra de que Zapatero llamase matrimonio a la unión entre personas del mismo sexo, la Conferencia Episcopal llegó a congregar a 1,5 millones de personas en 2005; contra su reforma de la educación a 2 millones, y contra su diálogo con ETA, en 2006 se manifestaron 1 millón de personas. El 8 de octubre de 2017, cinco días después del histórico discurso del Rey Felipe VI, Sociedad Civil Catalana logró congregar a 1 millón de personas en Barcelona para protestar contra el proceso separatista. Y en la famosa manifestación de Colón de febrero de 2019 hubo más de 200.000 personas. Pero, sin embargo, nos hemos tragado metidos en casa aporreando una cacerola, todos los inconstitucionales encierros de Pedro Sánchez por el COVID y para protestar contra los indultos de los golpistas, apenas salieron 100.000 personas.

Pero ahora no se trata de salir a protestar. España acaba de despertar para frenar a Pedro Sánchez en su egoísta ataque contra nuestro estado de derecho que pone en riesgo la unidad de España. No vamos a protestar, le vamos a parar con todas las armas legales que están en nuestras manos. El que sólo se puede manifestar, lo hace para mostrar su apoyo a todos los que tienen en su mano hacer algo más. Jueces, fiscales, cargos institucionales, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, mandos del ejército, funcionarios; todos deben saber que cuentan con el respaldo mayoritario de una sociedad civil que les va a apoyar si se atreven a encabezar una resistencia cívica que debe terminar con todos los golpistas en prisión.


Publicado el 07/11/2023 en Okdiario

Feijóo puede frenar la amnistía


 

El pasado 15 de agosto, pasadas apenas tres semanas de las elecciones generales, dejé aquí escrita mi opinión de que Feijóo debe investir a Sánchez. Casi tres meses después ha llegado el momento de constatar que, una tras otra, se han ido cumpliendo todas las hipótesis que entonces se planteaban como más probables y se acaba el plazo en el que el líder del Partido Popular puede tomar una decisión de tanta trascendencia para España. Como era de prever, el intento de investidura del gallego no salió adelante, logrando sólo 172 síes frente a 177 noes y un voto nulo. Y como ya entonces anunciamos, Pedro Sánchez puede sacar su investidura adelante con hasta 179 votos a favor, sumando a los 152 diputados que tienen los actuales socios de Gobierno, PSOE y Sumar, los de ERC, Bildu, PNV y BNG, que ya favorecieron su elección en 2019, los siete de Junts per Catalunya y quizá hasta el de Coalición Canaria.

Para lograr estos apoyos está ya claro todo lo que el Partido Socialista está dispuesto a ceder a unos y otros. Por su acuerdo con Sumar, volveremos a tener ministros comunistas que apoyan a los terroristas de Hamás, y además tendremos nuevas subidas de impuestos, pérdidas de competitividad por reducciones de la jornada laboral y subidas salariales, y un creciente intervencionismo en todos los sectores de la economía que hará que más empresas abandonen sus proyectos en España, como ya hizo Ferrovial y anunció Repsol. Dentro de Sumar, el sector Podemos ya ha anunciado que para permitir la investidura exigirá que la ministra suelta violadores, Irene Montero, se mantenga en su puesto con un presupuesto aún más hinchado.

Por sus pactos con Bildu y PNV veremos la excarcelación de los presos etarras mediante la concesión de terceros grados o libertad condicional, el reconocimiento de Euskal Herria, un referéndum de autodeterminación y miles de millones de los presupuestos. El BNG le sacará a Sánchez «avances en la agenda gallega de inversiones» y en el autogobierno de Galicia, o sea, mucha pasta para los suyos. Y lo que Pedro Sánchez va a entregarle a ERC y Junts per Catalunya ya lo estamos viendo: además de mucho más dinero que a todos los demás juntos, porque «España nos roba», habrá amnistía para Puigdemont y todos sus cómplices, incluidos los terroristas CDR, así como el compromiso de celebración de un nuevo referéndum de independencia, esta vez avalado y financiado por el Estado, o sea, por todos los españoles.

Ante este panorama que ya no es un vaticinio sino una realidad que está a punto de concretarse, Alberto Núñez Feijóo debe recordar lo que hizo el Comité Federal del PSOE la tarde del sábado 1 de octubre de 2016. En aquella ocasión, el PSOE se partió por la mitad para evitar que Pedro Sánchez formase un Gobierno Frankenstein similar al que pretende ahora, pero en el que todavía a nadie se le pasaba por la cabeza el golpe de Estado catalán que ocurrió un año después. Los socialistas dieron un golpe sobre la mesa, forzaron la dimisión de Sánchez y se abstuvieron para permitir la investidura de Mariano Rajoy. Hoy le ha llegado al PP la hora de intentar algo similar.

Feijóo le debe ofrecer a Sánchez los 55 votos que le faltan para lograr ser investido sumando sólo los 121 escaños del PSOE, sin ningún otro acuerdo con nadie más. Por su parte, el socialista debe comprometerse a que no habrá comunistas en el Gobierno, que no se permitirá ningún referéndum de autodeterminación, que no habrá amnistía de ningún tipo para los golpistas, que los etarras cumplirán sus condenas y que la Justicia española se esforzará para traer a Puigdemont para que sea juzgado y condenado sin ningún tipo de indulto para él. Un esfuerzo similar a los pactos que se hacen por toda Europa y a la altura de lo que el PSOE hizo en 2016. Y a las próximas elecciones Feijóo podría presentarse como el hombre de Estado que evitó la amnistía y la autodeterminación. O al menos lo intentó, porque hasta caben dudas de que el Felón aceptase un acuerdo tan generoso y no prefiriese seguir adelante con sus cesiones, con lo que el que se retrataría aún más sería él.


Publicado el 02/11/2023 en Okdiario