Pablo Iglesias está callado como una puerta


Tan lenguaraz como ha sido siempre y llevamos una semana sin escucharlo. Cuando esta tarde asista al pleno del Senado para responder a las preguntas en la sesión de control al Gobierno, se cumplirán siete días desde que el pasado miércoles 24 de junio lo viéramos en el Congreso afirmando que “si el PP quiere acusarle de algo puede ir a los tribunales”, en relación a las filtraciones de los fiscales en el caso del móvil supuestamente robado a su “asistente” Dina Bousselham, y acusando al PP de haber construido “una cloaca policial y mediática para investigar a sus adversarios políticos”. Pero durante la última semana cada día hemos ido recibiendo nuevas informaciones que apuntan a que, en realidad, “las cloacas del Estado son el señor Iglesias», como ha llegado a afirmar la portavoz de Cs, Melisa Rodríguez.
Y no ha sido el PP el que ha acudido a los tribunales, han sido el director de OKDIARIO, Eduardo Inda y VOX. El primero solicita personarse como perjudicado en el ‘caso Dina’ por la tremenda campaña de desprestigio orquestada contra él por Podemos, tras haber quedado acreditado que la versión de Pablo Iglesias sobre «las cloacas del Estado» era completamente falsa. Y los de Abascal presentando una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción y la Criminalidad Organizada contra el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, su “asesora” Dina Bousselham, la abogada Marta Flor, y el fiscal Ignacio Stampa; en la que les atribuyen seis delitos: denuncia falsa, falso testimonio, simulación de delito, estafa procesal, tráfico de influencias y revelación de secretos. Pero ni aun así ha salido el líder de Podemos a dar ni la menor explicación acerca de las informaciones que hemos ido conociendo acerca de un caso en el que cada vez parece más evidente que nada es lo que él quiso hacer creer.
Pablo Iglesias, como vicepresidente del Gobierno de Pedro Sánchez, debería haber dado explicaciones acerca de por qué se presentó ante el juez como perjudicado, sin serlo. Por qué mantuvo en su poder durante tantos meses la tarjeta de memoria del móvil que decían que le habían robado a su “asistente” y por qué cuando se la devolvió, después de comprobar su contenido, se la entregó completamente inutilizada, pudiendo haber incurrido en un presunto delito de obstrucción a la justicia. Por qué dispuso de esa tarjeta al menos tres meses antes que el ex comisario Villarejo y qué es lo que tuvo él que ver con que llegara a sus manos y con que posteriormente aparecieran publicadas unas capturas que le sirvieron para presentarse a las elecciones como víctima de lo que él llamó «las cloacas del Estado». Por qué, sabiendo todo esto, intentó que la justicia ordenara el registro de las oficinas de OKDIARIO.
Iglesias debe dar explicaciones sobre qué tipo de relación mantenía con su “asistente”. Qué tipo de material íntimo contenía esa tarjeta para que, cuando llegó a manos de la revista Interviú, su editor, Antonio Asensio, decidiera entregársela al líder de Podemos en vez de a la policía o a su dueña, la propia Dina Bousselham, que es lo que habría sido lógico. Pero lo que es aún más grave si cabe, es la actuación en este caso de la fiscalía anticorrupción. Pablo Iglesias debe explicar por qué su abogada, Marta Flor, dice que mantiene una relación íntima con el fiscal del caso Villarejo, Ignacio Stampa, y por qué cuenta que como consecuencia de esa relación le ha ido filtrando información reservada que Podemos ha usado en beneficio propio. Son muchas las explicaciones que Pablo Iglesia debería estar dando, pero sigue callado como una puerta y quien calla otorga.
Publicado el 30/06/2020 en Okdiario

Irene Montero tiene miedito


“Escrache no es acoso, es interpelar a los diputados para que hablen con nosotros y no nos den la espalda”, decía la becaria Irene Montero en 2013, antes de unirse a Podemos desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Y antes de convertirse en la “asistente” de Pablo Iglesias, sustituta de Tania Sánchez, madre de sus hijos, copropietaria del ‘casoplón’, marquesa de Galapagar y ministra de Igualdad. Ahora que tanto le ha cambiado la vida, ahora que es madre, rica propietaria y poderosa ministra, ahora a Irene Montero le dan miedo los escraches. ¡Jo, tía, qué susto! Ni siquiera haber mandado venir a media comandancia de la Guardia Civil a la puerta de su casa, ni con 50 agentes con al menos 3 suboficiales al frente y una veintena de vehículos, incluido un equipo perteneciente a la sección de élite de los GRS, expertos en control de multitudes, han servido para quitarle el terror. ¡Jo, tía, qué soponcio!
Tanto miedo tiene la ministra que no le ha quedado más remedio que pedir amparo a la justicia española, esa que hace sólo dos años decía que actuaba con un “intolerable sesgo machista”, denunciando por acoso, mira tú que casualidad, a una mujer. Porque ya sabemos que la extrema izquierda es feminista sólo para las suyas y en este caso la mujer señalada es, casualmente, concejal de VOX en Galapagar, lo que a su sectaria mirada la hace perder cualquier derecho al amparo y la convierte en poco menos que el perro con tres cabezas de Hades. La denuncia por «coacciones» y «acoso diario en su domicilio y redes sociales», en relación a las protestas que en junio se convocaron en torno al ‘casoplón’ de la pareja podemita. Dice la ministra que Cristina Gómez Carvajal, que así se llama la concejal de VOX denunciada, ha acudido a diario, durante el estado de alarma, a las inmediaciones de su domicilio y a pesar de la escolta, de tener la calle cortada, de los 50 agentes de la Guardia Civil y de los especialistas en control de multitudes, ella tiene miedo. ¡Jo, tía, qué pesada la fascista esa de la bandera y la cacerola!
A la concejal de VOX primero la pusieron en la diana usando el panfleto impresentable que le ha puesto Pablo Iglesias a su otra “asesora”, esa tal Dina Bousselham que lo tiene al borde del banquillo por el cuento chino de la tarjeta del móvil supuestamente robado en el que también está involucrado el excomisario Villarejo. El pasado 20 de mayo el digital La Última Hora publicó un titular que decía: “Una concejala de Vox en Galapagar presume en redes de acoso y amenazas a Pablo Iglesias” y a partir de ahí los podemitas se lanzaron en avalancha contra ella, pese a sólo ser una mujer que con una bandera de España y una cacerola salía a la calle a ejercer su constitucional derecho a la protesta, ese que hace nada Irene Montero decía que “no es acoso” cuando lo ejercía ella. La misma que incluso ha llegado a amenazar al Rey con «la guillotina» y con tirarlo «a los tiburones». Pero ahora tiene miedito. ¡Jo, tía, cuánto facha!
Pablo Iglesias lideró personalmente en 2010 el escrache a la ex líder de UPyD Rosa Díez en la Universidad Complutense en el que también participaron Íñigo Errejón y Rita Maestre. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a la que pertenecía Irene Montero, en 2003 aporreó la puerta de la vivienda de González Pons en Valencia durante media hora y luego colgaron carteles en el portal del inmueble. En 2014 le hicieron lo mismo a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Y en 2012 a la que pillaron andando por la calle fue a la entonces delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Ninguno de ellos tenía a 50 miembros de la Guardia Civil defendiéndoles, en aquellas ocasiones la extrema izquierda de Irene Montero sí que ejerció violencia física y verbal a personas indefensas. Pero ahora la marquesa de Galapagar se siente acosada y tiene miedo de una mujer con una bandera de España, una cuchara y una cacerola. ¡Jo, tía, qué ascazo da la plebe!
Publicado el 23/06/2020 en Okdiario

Juan Carlos I versus el PSOE


Desde que OKDIARIO desveló en exclusiva hace dos años que Corinna Larsen había sido grabada por el ex comisario Villarejo en una reunión que habían mantenido con ella en Londres, junto al ex presidente de Telefónica Juan Villalonga, amigo de ambos, acusando al rey Juan Carlos de cobrar una comisión de 100 millones de euros por la adjudicación a una empresa española de las obras de construcción de la línea de AVE La Meca-Medina y de usar testaferros y sociedades interpuestas para ocultar en Suiza su fortuna, mucho ha cambiado la situación del ex monarca. Entre otras cosas don Juan Carlos se “jubiló” el verano pasado, en el quinto aniversario de su abdicación, con una carta en la que comunicaba a su hijo y a toda España su voluntad de “completar su retirada de la vida pública”, lo que supuso el cese de sus «actividades institucionales».
Aunque bastante más relevante fue la decisión de Felipe VI de renunciar a la herencia «que personalmente le pudiera corresponder» de su padre, a quien, además, quitó la asignación que tenía fijada en los Presupuestos de la Casa de S.M. el Rey. Esta resolución la tomó cuando el diario británico The Sunday Telegraph publicó en marzo de este año que Felipe VI aparece como «segundo beneficiario» del fondo offshore que su padre utilizó para «regalar» 65 millones de euros a Corinna, justo después del accidente en el que don Juan Carlos se rompió una cadera en Botswana, que fue cuando salió a la luz la relación de “amistad” entre el rey emérito y la “comisionista” alemana, lo que puso fin a su relación. Nadie sabe si con semejante “regalo” don Juan Carlos pretendió mantener cerrada la boca de su “ex amiga”, pero es evidente que, si esto es lo que pretendía, no lo ha conseguido ni por asomo.
Ningún juez ha sentenciado todas estas actuaciones, pero si así ocurriera y algún día pasaran de ser sospechas a hechos probados, don Juan Carlos habría cobrado al menos 100 millones de euros en comisiones de Gobiernos extranjeros para favorecer los negocios de empresas españolas y las habría ocultado a nuestras autoridades fiscales. Además habría usado este dinero para pagar a su “amiga” Corinna quien, recordemos, residió durante meses en un chalet de El Pardo y era presentada por el rey emérito como “su novia”. En palabras de su propio hijo, todo bastante lejos de la “conducta íntegra, honesta y transparente” que debe prestigiar a la Corona. Pero comparemos todo lo relatado con la conducta del PSOE, partido que preside el Gobierno de España en la actualidad y que lo ha hecho durante más de 22 de los años de nuestra reciente democracia. Olvidémonos de todos los golpes de Estado contra la democracia que ha dado el partido de Pedro Sánchez. Incluso pasemos ahora por alto todos sus crímenes y hasta el robo del oro del Banco de España.
Vamos a comparar la reprobable conducta del rey Juan Carlos y sus consecuencias con sólo uno de los muchos casos de corrupción del PSOE, concretamente con uno reciente que ya ha sido juzgado y sentenciado: el caso ERE de Andalucía. Aunque sólo se ha cerrado judicialmente una de sus piezas, en ella ya ha sido condenado el PSOE, dos de sus presidentes -Griñán y Chaves- y más de 20 socialistas, por haber desviado más de 680 millones de euros –la cifra final superará los 1.000 millones con toda seguridad- de los parados andaluces. El dinero robado a los desempleados era gastado por los socialistas, además de para comprar votos y voluntades para mantenerse indefinidamente en el poder, para pagar drogas y prostitutas, como ha quedado demostrado. ¿Y qué consecuencias ha tenido esta conducta para el PSOE? Don Juan Carlos primero pidió perdón públicamente reconociendo su error, más tarde abdicó, luego se “jubiló” cesando por completo en sus actividades institucionales, posteriormente su hijo le quitó su asignación y renunció a su herencia rechazando ante los españoles el comportamiento de su padre, sin haber sido juzgado ni mucho menos condenado por ninguna investigación judicial. Por el contrario, el PSOE dirige nuestro Gobierno y los socialistas hacen campañas de publicidad presumiendo de sus años de honradez sin haber asumido ni la menor consecuencia. La diferencia está en que los socialistas no tienen vergüenza, ellos no pueden dar ni la menor lección de honestidad a nuestra Corona que representa la democracia española infinitamente mejor que toda esta pandilla de ladrones socialistas. Y otro día lo comparamos con Podemos y os aseguro que Pablo Iglesias tampoco saldrá bien parado del envite.
Publicado el 16/06/2020 en Okdiario

La Fiscal General del PSOE


Aún no han pasado 6 meses desde que Dolores Delgado daba mítines electorales pidiendo el voto para el PSOE. La tres veces reprobada ministra de Justicia con Pedro Sánchez se subía al atril y decía cosas como que «el PSOE es el partido que ha traído el progreso económico y social a esta sociedad”, que los líderes de Vox «son excluyentes, intolerantes, xenófobos y racistas», tachaba de «sistémica» la corrupción del PP e incluso insultaba a Cs por pactar en Andalucía. Y apenas 3 meses después de pronunciar todos esos insultos contra la oposición, en enero, inmediatamente después de cesar como ministra de Justicia de su Gobierno, sin solución de continuidad y sin anestesia, Pedro Sánchez la propuso para Fiscal General del Estado importándole un comino que no le quedara ni el menor atisbo de la independencia que forzosamente debería tener la persona que ocupe ese cargo.
Ya lo dijo el mismo Sánchez en plena campaña electoral: «¿La Fiscalía de quién depende?, ¿de quién depende? Pues ya está», en respuesta a un periodista de RNE que le preguntaba por su promesa de traer a Puigdemont de vuelta a España. Que por cierto todavía esperamos sentados a que el político más mentiroso que hemos conocido en España cumpla esa promesa, caída en el saco roto de todos sus embustes. Y la fiscal nombrada por Sánchez para que le obedezca ayer mismo empezó a hacer lo que le mandan. En primer lugar, ordenó a la Fiscalía del Tribunal Supremo que investigara al Rey Emérito, Juan Carlos I, por las ‘mordidas’ en la construcción del Ave a La Meca, para “delimitar o descartar la relevancia penal de los hechos que ocurren con posterioridad al mes de junio de 2014”, fecha de su abdicación.
Recordemos que este caso tiene su origen en las famosas ‘cintas de Corinna’, en relación con la conversación con Corinna Sayn Wittgenstein que fue grabada por el ex comisario Villarejo, personaje demonizado por la izquierda española y a quien acusan de ser el centro de las ‘cloacas del Estado’. Pero que, sin embargo, gozaba de la amistad de la ahora Fiscal General del Estado, con tal confianza como para llamar «maricón» a Marlaska, delante de él o asegurarle que tenía el «éxito garantizado» al obtener «información vaginal» en un prostíbulo. Y el mismo día que Dolores Delgado, «Lola» para Villarejo, ordenó investigar al Rey Emérito, tomó otras dos decisiones más. Abrió la puerta a la posibilidad de que, el que fuera mayor de los Mossos d’Esquadra cuando ocurrió el golpe del 1-O, Josep Lluís Trapero, se libre mediante una condena por desobediencia, lo que implicaría sólo una multa e inhabilitación, pero no penas de cárcel.
Y como traca final, la fiscalía salió al rescate del Gobierno y pidió archivar la causa abierta por la magistrada Carmen Rodríguez-Medel contra el delegado del Gobierno por la autorización de la manifestación feminista del 8-M en Madrid, mediante un escrito en el que se oculta el nombre de los fiscales que lo han elaborado y firmado. La Fiscal General del PSOE actúa en nombre del Estado y en contra de la justicia en todos los ámbitos. Contra la juez que investiga la actuación del Gobierno el 8-M y a la que prácticamente insulta; contra el tribunal que investiga el golpe de Estado del 1-O pretendiendo que sus actuaciones queden en nada y contra la monarquía, como cabeza visible del régimen democrático surgido en la Transición. Para que dejemos de ser una democracia europea y nos convirtamos en una tiranía chavista el Gobierno socialcomunista ya ha dado el primer paso apropiándose de la Fiscalía, los siguientes son dominar el CGPJ para poner a jueces tan leales al partido como Dolores Delgado en los puestos clave de la judicatura y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cesando a los mandos que se les resisten y sustituyéndolos por otros más dóciles a sus instrucciones. Y todo ello lo están intentando a la vez. Esperemos que no les sea tan fácil como se lo ha puesto la Lola.
Publicado el 09/06/2020 en Okdiario

O sea, superdrásticas pero… tarde, tía


“Se nos mueren los viejos, tía. O sea, ¡qué fuerte, tía! A nosotras, con lo prudentes que fuimos y tal, que siempre nos basamos en los datos médicos esos tan superimportantes de la salud pública. O sea, ¡es que no hay derecho, tía! Yo creo que se mueren por fastidiar, tía. A nosotras, que somos el Gobierno de la gente y que enseguida después de la ‘manifa’ ya tomamos todas esas medidas superdrásticas. Pero es que la gente es un asco, tía, que si «dame un beso, ministra», que si «hola, bonita, ¿cómo estás? muac, muac», que si me quieren tocar a la niña… y así todo, o sea, un asco, ya sabes, tía. Si no llega a ser por nosotras y nuestras medidas superdrásticas es que se hubieran muerto todos, tía. Y van y encima se enfadan por 40.000 o 50.000 cadáveres de nada. Como dijo Pablo, «lo de los abuelos nos desespera», «a la gente mayor le cuesta más cambiar el voto» … que morirse. O sea, tía, ¡es superfuerte!”
Nosotros sabíamos que ellos lo sabían, y ahora ya nadie lo va a poder negar. Porque todos hemos visto el vídeo en el que la ministra de Igualdad se lo confiesa a una periodista de la ETB, al día siguiente del 8-M. Le dice que la participación en las manifestaciones ha sido mucho más baja que otros años por el coronavirus, le confiesa que ella misma siente miedo al rozarse y besarse con la gente y que le aterra que quieran tocar a su hija. Y, lo que es peor, cuenta que conoce las medidas de prevención “superdrásticas” que han tomado ya otros países, prohibiendo manifestaciones como esa del 8-M a la que ella asistió y cuya cabecera prácticamente cayó infectada al completo. ¡Qué fuerte, tía!
La vemos hablando en confianza, hasta le cuenta a la periodista que a pesar de que ella sabe que la manifestación les fue mal por el coronavirus, no se le va a ocurrir decirle eso a nadie, para no salirse del discurso único que por aquellas fechas pronunciaba todo el Gobierno y respaldaban las grandes cadenas de televisión. Todos a una escondieron a la población la información que tenían, los miedos que sentían, las precauciones que ellos ya tomaban pero que no querían que nadie supiera. Porque si hubieran sido sinceros, si hubieran contado la verdad, si hubieran compartido los informes científicos de los que ya disponían; no habrían tenido más remedio que suspender las manifestaciones comunistas del 8-M y, como consecuencia, todo el resto de actos multitudinarios que no pudieron suspender sin cancelar ese otro. El 8-M no fue el único gran foco de contagio, claro que no. La gente se contagió en el fútbol, en los conciertos y hasta en el mitin de VOX. Claro que no fue el único foco, pero el 8-M fue el único motivo por el que no se cancelaron los demás eventos.
Y la gente se murió por miles, por decenas de miles. Si pusiéramos en fila los ataúdes de todos los fallecidos veríamos una macabra procesión que llegaría desde Madrid a Ávila, desde Sevilla a Huelva, o desde Bilbao a Santander. 100 kilómetros de muerte y dolor. Irene habla como una pija desorejada, una pija de mercadillo, de imitación, una pija de marca blanca, habla como una pija de quiero y no puedo. Cayetana Vallecana, le dicen. Es la choni pija que ocupa un puesto que a todas luces le viene grande. La vemos hablando y nos la imaginamos portando una cartera ministerial de imitación, una Louis Vuitton del top manta de la playa. Pero eso no es lo malo, eso es sólo lo ridículo. Lo peor es que Irene Montero forma parte del Gobierno que durante más tiempo ha tomado las medidas más “superdrásticas, tía”, que nos han tenido a todos encerrados y callados, pero son los responsables de que seamos el país con más muertos por habitantes. Irene lo sabía, pero… jo, tía, “o sea, no lo voy a decir porque… no lo voy a decir”.
Publicado el 02/06/2020 en Okdiario