Un podemita en la Casa Blanca


Acusan al nuevo presidente de los EEUU de machista y tienen razón. Pablo Iglesias es el macho alfa que azotaría hasta sangrar a Mariló Montero, que entiende que “feminizar la política” es ser capaz de “cuidar al que tienes a tu lado” y que ofreció su despacho del Congreso a un diputado podemita para que pudiera “conocerse” con Andrea Levy. Acusan a Trump de ser un showman, especialista en la autopromoción, que consiguió hacerse popular mediante sus apariciones televisivas, y tienen razón. Pablo Iglesias ha hecho de La Tuerka el trampolín desde el que saltó a Intereconomía, lo que le abrió las puertas de las tertulias de las grandes cadenas de televisión. Acusan a Trump de haber usado las redes sociales como nadie antes, y tienen razón. Pablo Iglesias ha infectado Twitter con bots y trols que todos los días consiguen algún trending topic con las consignas de su partido.
Y no hemos hecho más que empezar. Acusan a Trump de usar a sus esposas como objetos, y tienen razón. Pablo Iglesias utilizó a Tania Sánchez para dinamitar Izquierda Unida desde dentro, y una vez conseguido la cambió por Irene Montero, a la que usa para lanzar a sus huestes contra Errejón. Acusan a Trump de utilizar un lenguaje vulgar, violento, despreciativo e insultante contra sus contrincantes, y tienen razón. Pablo Iglesias llamó “tonto y subnormal” a Antonio Miguel Carmona, “golfos e inútiles” a los miembros del Gobierno del PP, “corrupta, ladrona y gentuza” a Esperanza Aguirre, “tonto” a Artur Mas, “miserable moral” a Cayo Lara y de Felipe González dijo que “tiene su pasado manchado de cal viva”. También dicen, con razón, que Trump le ha declarado la guerra a la prensa, a la que acusa de mentir. Pablo Iglesias llama “pantuflo” al periodista que publica noticias que no le convienen, se mofa públicamente de un periodista al que acusa de publicar noticias falsas para medrar en su trabajo; llama a la prensa libre “máquina del fango” y dice que “el hecho de que los medios sean privados ataca la libertad de expresión”.
¿Pensáis que no hay más? También se usa en contra de Trump su oposición al control sobre las armas de fuego, y es cierto. Pablo Iglesias opina que “el derecho a portar armas es una de las bases de la democracia”. Todos estamos de acuerdo en criticar el proteccionismo de Trump y su oposición a los tratados de libre comercio. A Pablo Iglesias le “habría gustado decirle a Obama que el TTIP no le gusta, que hace daño a nuestros agricultores y a los consumidores españoles.” Se acusa, con razón, a Trump, de ser muy crítico con la OTAN, de la que quiere desvincular a EEUU. Pablo Iglesias dice que “la OTAN es el pasado” y que quiere “un sistema que la deje atrás”.
Ambos representan a los que se enfrentan al establishment -la casta-, ambos dicen que le van a devolver el poder al pueblo -la gente-. Ambos proponen soluciones simples a problemas complejos, ambos son radicales y extremistas. Ambos presumen de autofinanciarse, de ser austeros y de no deberle nada a nadie. Ambos dicen ser la voz de los perjudicados por la globalización, ambos son patrioteros. Evidentemente, Trump es rubio, tiene los dientes blancos y parece aseado, o sea, que no en todo son iguales. Pero sus diferencias respecto a las políticas sociales, la inmigración y la lucha antiyidadista, no nos pueden hacer olvidar tantos parecidos. Si no te gusta Trump es imposible que apoyes a Pablo Iglesias, porque parece que es un podemita el que ocupa la Casa Blanca.
Publicado el 25/01/2017 en OKdiario

Cabalgar contradicciones


El pasado fin de semana Felipe VI realizó una visita oficial a Arabia Saudí, atendiendo a la invitación del Rey Salman. Con ella se pretendió apoyar el contrato que persigue Navantia para la venta de cinco corbetas por valor de unos 2.000 millones de euros, que se construirían en los astilleros de Cádiz y Ferrol, así como mostrar el interés de otras compañías españolas en participar en los grandes proyectos de ingeniería, energías renovables e infraestructuras, que se prevén en dicho país. También se ratificó una prórroga de 14 meses y un sobrecoste de 150 millones de euros para el consorcio español que está construyendo el AVE entre Medina y La Meca, y en el que participan Indra, Renfe y Talgo. Evidentemente, Arabia Saudí no es un modelo de democracia liberal ni de respeto a los Derechos Humanos. Hay que cabalgar contradicciones.
Izquierda Unida tuiteaba el domingo: “#FelipeVIEresCómplice de violaciones sistemáticas de DDHH, torturas, ejecuciones y sometimiento absoluto de la mujer”. Y Alberto Garzón decía: “El ciudadano Felipe de Borbón, intermediario comercial en la venta de material militar a una monarquía absolutista.” A lo que añadía: “Arabia Saudí es un socio ejemplar, claro. A herejes, homosexuales o mujeres lo mismo los decapitan en la calle que los matan a latigazos.” Casualmente los alcaldes de Cádiz y Ferrol son los podemitas José María González ‘Kichi’ y Jorge Suárez, respectivamente, y ambos se han posicionado a favor del acuerdo de Navantia con Arabia Saudí, CON EL APOYO DE IZQUIERDA UNIDA Y CCOO. Esto Pablo Iglesias, en el Salvados que hizo cara a cara con Albert Rivera en junio lo explicaba así: “Porque entiendo que él —Kichi— ponía por delante los derechos de los trabajadores… es compatible proteger los derechos de los trabajadores  y buscar contratos con otros países al tiempo que en el comercio de armas tratamos de proteger los derechos humanos.” Como si las corbetas en vez de ser armas de guerra fueran barcos atuneros. Hay que cabalgar contradicciones.
Aznar llamando Movimiento Vasco de Liberación a ETA o defenestrando a Vidal Quadras a requerimiento de Jordi Pujol. Los anticapitalistas de las CUP sosteniendo en el gobierno catalán a los herederos de los Pujol y negociando con ellos los presupuestos de 2017. Susana Díaz siendo elegida presidenta de Andalucía en 2013 gracias a los votos de IU, con su maleta cargada de ERE’s y Cursos de Formación. Ciudadanos sosteniendo desde 2015 al corrupto gobierno andaluz. Albert Rivera pasando de apoyar la candidatura de Pedro Sánchez a votar a Mariano Rajoy, quien ha sido finalmente investido presidente del Gobierno gracias a la abstención del PSOE. Hay que cabalgar contradicciones.
Todo esto lo explica perfectamente Pablo Iglesias en una charla celebrada en Zamora a principios de diciembre de 2012 en la que, analizando las condiciones de posibilidad de la política, dijo “la política en última instancia es acumular poder… hacer política supone cabalgar contradicciones…  ¿Cuál es uno de los aliados fundamentales del Sr. Hugo Chávez? Irán, que a su vez tiene una televisión que me ha contratado a mí, un Estado asesino de comunistas, en el que las mujeres tienen que llevar… ¡Claro, pero es que la política es así!” Para conseguir más poder no se pueden tener escrúpulos, todo vale. Azules, rojos, morados o naranjas; reyes o plebeyos, los poderosos actúan siempre igual. Los principios éticos y morales, las promesas, los programas electorales, todo se olvida llegado el momento en el que, para conseguir más poder, tienen que… CABALGAR CONTRADICCIONES.

Publicado el 17/01/2017 en OKdiario

Descansen ustedes, señorías


Sus señorías siguen de vacaciones, no es broma. Con la que está cayendo, con los presupuestos sin aprobar, el paro por las nubes y un Gobierno en minoría al que le van a tumbar todas sus reformas casi sin quejarse… A ver si así los sacan monos en las cadenas más progres de televisión. Con la Troika apretando para que, de una vez por todas, nos tomemos en serio lo de dejar de endeudar a nuestros hijos, sus señorías se han dado cuenta de que necesitan conciliar su vida familiar y profesional y se van a quedar en casita hasta fin de mes. A ellos sí que les va a dar tiempo a recoger los adornos navideños, a colocar los juguetes de los niños en esas habitaciones donde parecía que ya no cabía ni uno más y hasta a digerir en condiciones el pavo, el capón o la pularda. A ti y a mí no, pero a ellos sí.
Sus señorías se incluyeron en la Constitución tres meses de vacaciones —julio, agosto y enero— digo yo que para que se notara quien manda; aunque cuando empezó la crisis y los votantes empezamos a quejarnos de tanto morro prometieron que en julio y enero convocarían plenos extraordinarios o comisiones, para disimular. Pero pasadas las elecciones ya se les ha olvidado y lo de tener inhábil el mes de enero les ha sabido a poco y se han pillado 40 días del tirón a partir del 21 de diciembre. Más vacaciones que mi niña chica que, dicho sea de paso, se las merece más que muchos de ellos. Y esto no es todo, algunos igual os acordáis de lo que hicieron en Semana Santa ¿verdad?, pues eso, que se cogieron otras tres semanas de vacaciones pagadas, desde el 15 de marzo hasta el 5 de abril, por unanimidad, y esas tampoco están en la Constitución.
Y así, tacita a tacita, como decía Carmen Maura, sus señorías consiguieron terminar el año 2016 habiendo currado tan sólo 71 días, que son los que tuvieron que ir al Congreso a celebrar plenos, debates, comisiones, etc., gracias a las elecciones de junio. Eso sí, cobrar han cobrado como si hubieran ido todos los días, como si hubieran trabajado de verdad. Sueldos, dietas, compensaciones, indemnizaciones, iPhone y iPad ¡como si no costaran! Total, como dijo Carmen Calvo, la Ministra de Cultura de ZP: “Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie.” No puede explicarse mejor.
Pero ¿sabéis qué os digo? ¡Que hacen muy requetebién! Que concilien todo lo que nosotros no podemos, que pasen más tiempo con sus familias, que rieguen sus macetas, que lleven al cole a sus hijos y que les dé tiempo a engordar y a adelgazar. Que cuanto menos trabajen ellos mejor nos irá a todos. Tres meses de vacaciones son muy pocos, mejor 11 meses y medio. Que tomen posesión de su cargo y se vayan a casa a descansar del esfuerzo. Menos leyes, menos reglamentos, menos subidas de impuestos, menos gasto público, menos copagos y ‘repagos’, menos bochorno, menos bronca de asamblea universitaria, menos espectáculo de perroflauta. Cuanto menos trabajen los diputados, menos daño hacen. Así que, descansen ustedes, señorías, descansen. Vengan a cobrar y luego, cada mochuelo a su olivo, que como en casita no se está en ningún lugar.
Publicado el 10/01/2017 en OKdiario

Pedroche: la choni neoliberal de Vallecas


Cristina Pedroche es una ‘choni’ maciza de Vallecas, comunista, admiradora de Alberto Garzón, votante de Izquierda Unida, que desprecia a las pijas con perlas que votan al PP. Lleva poco más de un año casada con Dabiz, el cocinero propietario del restaurante de moda, DiverXo, al que no pierde oportunidad de mostrar un amor sumiso y entregado. La pareja es a la vez una potente empresa de marketing que no pierde ninguna oportunidad para promocionarse en los medios y en las redes sociales. Aperturas de nuevos restaurantes, vacaciones de súper lujo, joyas… la chica de barrio muestra continuamente su capacidad para sacarle partido a la buena vida. La típica izquierda caviar española.
Desde hace tres años su momento de gloria son las campanadas de nochevieja. Comenzó en 2014 en La Sexta, donde alcanzó el record histórico de audiencia de la cadena, superando incluso a Antena 3, la cadena principal del Grupo Atresmedia. Así que en 2015 dio el salto a Antena 3 donde consiguió doblar su audiencia, pasando de cuarta a segunda posición, por delante de Telecinco. Audiencia que aún ha mejorado este año. Pero donde la Pedroche da de verdad las campanadas es en las redes sociales, en las que su vestuario es el tema más comentado año tras año. Porque no nos engañemos, la audiencia no la proporciona la presentadora sino su vestido o, mejor dicho, lo que su vestido siempre deja ver.
Este tema es utilizado a la vez por el feminismo más radical y por el conservadurismo más rancio, para criticarla. El problema para las activistas de género es que, como la ‘choni’ es comunista y de Vallecas, se tiene que retorcer el argumento para convertirla también a ella en víctima del heteropatriarcado capitalista, culpando de la utilización mercantil del cuerpo de la maciza, a la explotadora empresa que la usa como un clínex, para conseguir un lucro vergonzoso. ¡Y se quedan tan anch@s! Si no fuera porque Cristina y su marido se esfuerzan en contradecirles. En su restaurante, esta pareja cobra el menú a 200 euros sin agua, ni cerveza, ni un mísero café, que cobran aparte y posiblemente muchos de sus clientes sean esos votantes del PP a los que la Pedroche dice que no soporta. Si hay que ponerse de rodillas, suplicando, delante de un televisor de última generación que cuesta casi 3.000 euros, para subir la foto a internet a ver si la maldita empresa capitalista se lo regala, la chica se pone de rodillas. Fotografías en el jacuzzi de hotelazos, viajes alrededor del mundo… y así todo.
Y todo está bien. Está bien que los telespectadores tengamos libertad para elegir ver las campanadas en multitud de canales, deberían ser aún más, sin licencias estatales que lo limiten. Está bien que cada canal elija su estrategia comercial para conseguir la audiencia y la imagen de marca que deseen. Está bien que una mujer pueda usar su propio cuerpo como le plazca, para taparlo o enseñarlo como desee, consiguiendo así los objetivos que ella elija. Está bien que a la Pedroche y a su marido les guste el lujo y la buena vida, y que trabajen para conseguir lo que desean. Hasta está bien que los demás opinemos de una vida privada que ellos exponen para obtener beneficio económico. Pero vamos a llamar las cosas por su nombre, todo esto está bien porque es liberal, nada que ver con el comunismo

Publicado el 03/01/2017 en OKdiario