Hay que cerrar el chiringuito de Igualdad

 


A la madre de los hijos de Pablo Iglesias y sólo por eso ministra de Igualdad, se le ha antojado colocar a más amiguitos, así que tenemos que rascarnos el bolsillito y darle más dinerito para sus caprichitos y que en su próximo cumpleaños la tarta sea de dos pisos y la canción se la canten más voces, que la última le pareció mediocre para lo que ella cree que vale: 525 millones de euros se va a gastar Irene Montero en sus cositas el año que viene. Su presupuesto ha tenido que subir un 14,4%, aumentando en 66 los ya excesivos 459 millones de 2021. Pero es que a ella se le quedaban cortos, no le daban para tanto como necesitaba. Así que este año ya le hemos tenido que poner 877.851 € extra, por encima de la barbaridad presupuestada.

Y no os penséis que ese dinero es para las mujeres perjudicadas por el volcán de La Palma, para las que están en paro o para las que no pueden pagar los bestiales incrementos de la factura de la luz. El dinero extra que le damos a la ministra es para su pandilla de amigos condenados e imputados por todo tipo de delitos contra la sociedad. O como dice ella, para “financiar necesidades ineludibles en las dotaciones destinadas a gastos de personal” que se concretan, por ejemplo, en el fichaje de la que fue portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Isa Serra, condenada a prisión de 19 meses, multa e inhabilitación por un delito de atentado a la autoridad, lesiones leves y daños, por atacar e insultar gravemente a una mujer policía durante un desahucio en Lavapiés. «Eres cocainómana, mala madre, hija de puta, con todo lo que hemos luchado las mujeres, contigo se pierde todo. No te quieren ni tus propios compañeros», le dijo la política “feminista” a la trabajadora que intentaba mantener el orden.

También ha fichado la ministra a los ex concejales de Manuela Carmena imputados por malversación Celia Mayer y Carlos Sánchez Mato. A Teresa Arévalo, alias la “nanny”, conocida por el caso Niñera donde la justicia investiga si el sueldazo que le pagamos como jefa de Gabinete adjunta no es la excusa de la ministra para tenerla cuidando a sus hijos. Y a cambio de 101.955 € anuales ha colocado Irene como nueva secretaria de Estado de Igualdad, a Ángela Rodríguez (Pam), denunciada por llamar “puta coja” a la entonces líder de Podemos en Galicia, Carmen Santos, que tiene movilidad reducida. Toda una pandilla de impresentables que tienen en común su poco respeto a la ley y su amistad con la ministra. La corte de la podemita se dobla, pasando de los 107 asesores, altos cargos y resto de personal conque contó en 2021, a 237 el año que viene, el 43% de ellos sin estudios superiores.

Para hacernos una idea de lo que suponen los 525 millones que se va a gastar Irene Montero basta decir que son más del doble de todas las ayudas prometidas y que nunca llegan a los afectados por el volcán de La Palma, incluyendo los importes destinados a corporaciones locales, infraestructuras públicas, etc. Y tanto dinero para que luego España caiga nueve puestos en el ranking mundial de bienestar para las mujeres elaborado por la Universidad de Georgetown. El Gobierno “feminista” de Pedro Sánchez con su ministra de Igualdad al frente son los responsables que hayamos bajado del puesto 5 al 14 en el ‘Women, Peace and Security Index’. Y por si esto fuera poco, las violaciones han aumentado un 15,2% desde que Irene Montero es ministra de Igualdad. La situación de las mujeres empeora mientras el ministerio de Igualdad despilfarra el dinero de nuestros impuestos en rodearse de amigos condenados e imputados y organizar cursos y seminarios que demuestran que «el patriarcado es perjudicial para nuestro clima», o que «la crisis del coronavirus nos demuestra que el feminismo tenía razón». Tener contenta a la madre de los hijos de Pablo Iglesias nos está saliendo carísimo.

Publicado el 30/11/2021 en Okdiario

Obsesionados con Franco

 


El sábado fue 20 de noviembre, día en el que tres o cuatro nostálgicos recuerdan la muerte de Francisco Franco en 1975 y de José Antonio Primo de Rivera, asesinado por el bando rojo nada más empezar la guerra civil. Para la inmensa mayoría de españoles esa es una fecha que ya no recordamos porque han pasado casi 50 años de la muerte natural del que le ganó la guerra a los comunistas que intentaron convertir España en una coalición de repúblicas soviéticas leninistas, controladas por la URSS, y 85 años del asesinato por parte de la extrema izquierda revolucionaria de uno de los mayores ideólogos del anticomunismo español. Del 20N ya sólo se acuerdan cuatro nostálgicos del franquismo y toda la inmensa extrema izquierda española, incluidos proetarras, secesionistas y golpistas que no son capaces de olvidar a las dos figuras que los derrotaron, uno ideológicamente y el otro militarmente, hecho este sin parangón en el resto del mundo.

Ya se celebran muy pocas misas en esa fecha. La Fundación Francisco Franco apenas ha logrado organizar este año once misas «en sufragio por el alma de Francisco Franco y todos los caídos por Dios y por España” y a ellas cada vez acude menos gente. Yo, que nunca he sido franquista, he vivido toda mi vida en democracia y habitualmente voy a misa, si me alojara en un hotel cercano a la Catedral de Granada y al día siguiente, domingo, tuviera otras obligaciones, perfectamente podría haber hecho como Pablo Casado y haberme metido con mi familia en la misa que se celebró a las 19:00 horas del sábado 20 de noviembre en la Capilla del Sagrario de la Catedral de Granada, sin acordarme de la fecha que era. Sólo que, a diferencia de Pablo, yo ni me habría salido antes de acabar ni por supuesto habría puesto ninguna excusa más allá de explicarle a los ultras de extrema izquierda obsesionados con Franco que los católicos vamos a misa y rezamos por todos los difuntos.

La iglesia española ya parece haberse olvidado, pero uno de los motivos por los que empezó la guerra civil fue porque la extrema izquierda revolucionaria los estaba masacrando a ellos, quemando sus iglesias, conventos y monasterios, asesinando y violando a curas y monjas. Entre el 10 y el 11 de mayo de 1931 un centenar de edificios religiosos fueron quemados en Madrid, Málaga, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Murcia y Valencia. Durante el golpe de estado del PSOE de octubre de 1934, primer intento de llevar a cabo en España una revolución comunista, los rojos asesinaron a 34 sacerdotes y religiosos e incendiaron la Catedral de Oviedo, así como numerosos edificios religiosos. Se han identificado unas 7.000 víctimas religiosas asesinadas por los republicanos, de las cuales 13 eran obispos, más de 4.000 sacerdotes, más de 2.000 religiosos y casi 300 religiosas. Eso sin contar conque muchísimos asesinados por los rojos, por ejemplo, en Paracuellos, lo fueron sólo por ir a misa. Poco se acuerda ya de Franco la iglesia católica. Pocas misas son 11 para tanto como le deben.

Pedro Sánchez ha acercado al PSOE tanto a la extrema izquierda, que sus postulados ya no se distinguen de los de sus socios comunistas, proetarras, secesionistas y golpistas, todos obsesionados con Franco y volcados en demonizar todo lo logrado durante la Transición. El comodín de Franco lo mismo sirve para tapar la ruina económica a la que nos aboca su Gobierno, las colas del hambre, la pobreza energética, la inflación y el déficit desbocados; como para cubrir sus vergonzosos pactos con Bildu, el acercamiento y excarcelación de todos los etarras y hasta los indultos a los golpistas. Sí, Franco es la cortina de humo que tapa todas sus vergüenzas, pero no es sólo eso. El proyecto de ley de Memoria Democrática que están tramitando pretende impedir que artículos como éste puedan ser publicados para que la gente olvide que Franco les ganó la guerra que empezaron ellos. Pues si quieren memoria habrá que esforzarse en que nadie olvide tantísimos crímenes cometidos por el comunismo antes de 1936, durante la guerra civil y después de 1975 con los terroristas comunistas de ETA, el Grapo y el FRAP que, como Sánchez y sus socios, fueron los únicos que se opusieron a la Transición y a la democracia.

Publicado el 23/11/2021 en Okdiario

Acuerdo sin acuerdo


 

Como si viviéramos en una novela de George Orwell, Pedro Sánchez nos habla en una ‘neolengua’ en la que las palabras significan justo lo contrario de lo que hasta entonces habían venido significando. Al igual que en la novela 1984 el ministerio del Amor es el que se encarga de torturar a los disidentes, el de la Paz es el responsable de la guerra y el de la Verdad se encarga de falsificar los datos y acontecimientos históricos; Pedro Sánchez acaba de vendernos “el acuerdo alcanzado ayer sobre el Mecanismo de Equidad Intergeneracional” para anunciarnos una subida de los costes salariales que el Gobierno socialista y comunista ha decidido sin acuerdo con la otra parte implicada y que va a suponer mayor desigualdad entre las generaciones que ya se han jubilado, las que están cercanas a hacerlo y los más jóvenes que van a tener imposible incorporarse al mercado laboral.

Que no ha habido acuerdo es evidente e indiscutible. El Gobierno de PSOE y Podemos ha pactado con sus sindicatos hermanos, UGT y CCOO, es decir, han pactado con ellos mismos, la subida en un 0,6% de las cotizaciones por contingencias comunes a la Seguridad Social, en principio por 10 años, desde 2023 hasta 2032, para dotar así el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, la conocida como hucha de las pensiones y así poder hacer frente al pago de las pensiones de los ‘baby boomers’, que es como se conoce a los nacidos en el baby boom, el período de alta natalidad que tuvo lugar en España desde finales de los años cincuenta hasta principios de los setenta y que, por tanto, van a empezar a jubilarse en los próximos años.

Pero este pacto de ellos con ellos mismos no ha contado con el apoyo de la otra parte de la mesa de diálogo social, empresarios y autónomos se han cansado de que se les exprima en plena crisis y se han plantado diciendo que “la vaca ya no da más leche”. Sin la firma de la patronal CEOE ni de Cepyme, socialistas y comunistas han decidido junto a sus subvencionados sindicatos que del 0,6% que han decidido subir las cotizaciones, los empresarios tendrán que asumir un 0,5% y el otro 0,1% lo sufrirán los trabajadores, lo cual es otro engaño, aunque éste no se puede considerar como ‘neolengua’ sino que viene de antiguo. En realidad, todos los costes salariales los soporta la empresa, pero íntegramente se restan todos del salario de los trabajadores. Me explico, si para pagarle 1.500 euros brutos a un empleado la empresa tiene que pagar otros 500 euros a la Seguridad Social, ese coste total de 2.000 euros es el que la empresa le pagaría al trabajador a cambio de su trabajo en caso de no existir esas otras cargas.

Pero existe otro engaño lingüístico con el que se intenta ideologizar a la sociedad cuando se dice que esta subida de los costes salariales consiste en un Mecanismo de Equidad Intergeneracional. La principal garantía del sostenimiento del sistema público de pensiones es el crecimiento del empleo. Cuantas más personas haya trabajando y cotizando más dinero entrará en la hucha de las pensiones. Aumentar los costes salariales perjudica la productividad y competitividad de nuestras empresas y, por tanto, destruye empleo. Y los que lo van a acabar pagando son los más jóvenes, esos que ya sufren la mayor tasa de paro juvenil no solo de la Unión Europea, sino de todos los países de la OCDE, ámbito en el que sólo tenemos detrás a Costa Rica, que hace que uno de cada tres jóvenes españoles no encuentre trabajo. Con esta nueva subida de las cotizaciones para un joven español encontrar trabajo y cotizar para algún día cobrar una pensión va a resultar más difícil que escuchar alguna verdad de la boca de Pedro Sánchez.

Publicado el 16/11/2021 en Okdiario

Y el lunes les arregló lo de las plusvalías



El sábado, durante su intervención en el congreso del PSOE de Andalucía celebrado en Torremolinos (Málaga), la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró a sus compañeros de partido “alcaldes y alcaldesas, concejales y concejalas que, por cierto, el lunes arreglo lo de las plusvalías, ¿eh? ¡Hombreee! ¡Claro! El lunes lo llevo al Consejo de Ministros. ¡Dicho y hecho!”. Y los alcaldes y alcaldesas, concejales y concejalas socialistas allí presentes estallaron mostrando su júbilo con gritos y palmas, puestos todos en pie. Porque el “arreglo” de la ministra Montero son 2.500 millones de euros que van directos a sus arcas municipales para repartírselos entre ellos, sus familiares y amigos contratados de asesores, sus chiringuitos y sus mamandurrias.

Y es que, aunque la misma ministra andaluza cuando la Unión Europea le hizo ajustar los Presupuestos Generales del Estado de 2019, chuleó delante de los periodistas diciendo aquéllo de que “pasarse en un presupuesto es fácil, ¿vale? No tiene problemas. Lo he dicho siempre, Chiqui, son 1.200 millones, eso es poco, eso quitas o pones una parte del presupuesto”; la verdad es que 2.500 millones parece que no son tan fáciles de quitar o poner como ella decía. Y a toda velocidad ha tenido que salir a arreglar el descosido que había hecho la nueva sentencia del Tribunal Constitucional que ha declarado ilegal el impuesto con el que se financian tantos ayuntamientos socialistas de todos los partidos. Porque esto no es sólo cosa del PSOE. De hecho, el ayuntamiento que más recauda por este impuesto confiscatorio es el de Madrid, para el que las mal llamadas plusvalías suponen más del 27% de sus ingresos, seguidos de los de Barcelona (21%), Málaga (20%), Zaragoza (19%), Burgos (17%) y San Sebastián (15%), gobernados por diferentes partidos.

Es la tercera vez que este impuesto implantado por Aznar en 2004 ha sido declarado ilegal por el Tribunal Constitucional. En 2017 ya dijo que no se podía exigir este impuesto cuando se vendía con pérdidas. En 2019 lo anuló en los casos en los que la cuota a pagar salía superior al propio incremento de valor de los terrenos vendidos. Y esta vez se dice que «aunque la cuota no sea superior a la plusvalía realmente obtenida, sí resulta excesiva o exagerada y podría lesionar el principio de no confiscatoriedad». Y es que esta plusvalía municipal es una auténtica barbaridad, en primer lugar, porque el impuesto aplica extraños e irreales procedimientos de valoración según los cuales la administración siempre impone que ha existido una revalorización de cualquier terreno urbano, sea cierta o no. Pero fundamentalmente, porque cuando hacemos nuestra declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o del Impuesto sobre Sociedades, según seamos una persona física o una empresa, ya tenemos que pagar por la ganancia que hayamos obtenido por la venta de esa finca, o sea, que es una clarísima doble imposición.

Pero nuestros políticos no tienen ningún problema en cargarnos impuestos sobre impuestos, como tan descaradamente hacen con el IVA de la luz, del gas, de los combustibles, etc. Para ellos lo único importante es que no les falte presupuesto para gastar. Así, los presupuestos de cualquier administración pública se hacen al contrario de como lo hacemos las familias y empresas. Nosotros, para ver lo que podemos gastar, primero hacemos un cálculo sobre cuánto vamos a ingresar, de esa cantidad apartamos la parte que necesitemos para pagar nuestras deudas, para ahorrar o para las inversiones que necesitemos y lo que queda, decidimos como lo gastamos. Es lo que el Código Civil define como la diligencia que corresponde a “un buen padre de familia”. Pero ellos no son buenos padres, ellos lo hacen al revés, primero calculan cuánto se quieren gastar y según lo que les salga, teniendo en cuenta su interés principal de presentarse a la reelección y volver a ser votados, deciden cuántos impuestos nos van a hacer pagar, sin importarles en absoluto que esa imposición se ajuste a la lógica ni a la Constitución. Que los expertos hayan advertido de que aprobar la plusvalía por decreto-ley «es de dudosa constitucionalidad» no les preocupa ni lo más mínimo. Lo único que le importa a la Chiqui es que sus alcaldes y alcaldesas, concejales y concejalas, socialistas de todos los partidos, se pongan de pie y la aplaudan a rabiar, porque ir contra la ley les sale gratis en España.

Publicado el 09/11/2021 en Okdiario

Alberto Garzón es más comunista que economista


 

Ya en la antigua Grecia el fabulista Esopo sabía que “compensa estar preparado para el peligro”. Henry Ford supo llevar esta necesidad a la práctica y lo expresó diciendo que “antes de nada, estar preparado es el secreto del éxito”, aunque quizá deberíamos ser más modestos y concluir que la preparación es la única forma de evitar el fracaso. Por eso debemos asustarnos de la respuesta que dio el ministro comunista de Consumo, Alberto Garzón, cuando en una entrevista en La Hora de la 1 le preguntaron si el Gobierno está preparando algún plan de contingencia ante el riesgo de desabastecimiento en el comercio mundial y él contestó que “no existe ningún problema de desabastecimiento”, que «algunas empresas están aprovechando la situación para incrementar los márgenes de beneficios» y que «estos procesos tienen que ver con lo psicológico», en relación con la teoría de la profecía autocumplida que intentaron enseñarle en la facultad de Económicas, pero que él, evidentemente, no comprendió.

La semana pasada, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en una intervención ante la Comisión de Presupuestos del Congreso sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2022, anticipó un fuerte recorte en la previsión de crecimiento para nuestro país y advirtió de un desabastecimiento mundial provocado por la pandemia. «La rápida recuperación de la demanda mundial ha generado tensiones en las cadenas de suministros globales, con fuertes alteraciones en el transporte marítimo internacional, lo que ha provocado un aumento significativo de su coste y retrasos en el aprovisionamiento de productos», señaló el experto. Los argumentos están a la vista: la crisis del transporte por el Brexit en Reino Unido, el aumento del precio de los derechos de emisión de dióxido de carbono, la fuerte revalorización del coste del gas natural, el alza en el precio de la luz, la crisis de los semiconductores que se traduce en escasez de microchips, las políticas proteccionistas chinas que les están haciendo acaparar todo tipo de materias primas y componentes electrónicos… son sólo algunos ejemplos.

En España el desabastecimiento en algunos sectores es algo evidente desde hace meses. A día de hoy, la planta de Mercedes-Benz Vitoria acumula más de 3.000 coches sin terminar en la campa por la falta de piezas, lo que provoca que el 75% de los vehículos que se ensamblan al día no salgan camino del concesionario, porque están sin terminar. Este problema es común a todos los fabricantes automovilísticos en España, afectando también a VolkswagenSeat y Renault. La Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa) cree que esta crisis causada por la escasez de semiconductores, puede durar hasta «bien entrado» el 2022. Pero todos los sectores se ven afectados habiéndose producido alertas por parte de la Asociación Española de Empresas de Componentes para el Calzado o de la Confederación Nacional de la Construcción, entre otros.

Alberto Garzón se hizo comunista antes que economista, con 16 años se afilió a la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) y mantiene esta ideología criminal y homicida por encima de lo poco que debió aprender en la facultad. Ha afirmado barbaridades como que “el capitalismo es incompatible con la democracia porque en este sistema económico los votos se determinan en función del dinero, de modo que aquellos que más tienen son los que más mandan”, que “el único país cuyo modelo de consumo es sostenible y tiene un desarrollo humano alto es Cuba” y cada año celebra la memoria del psicópata asesino homófobo ‘Che’ Guevara, del que dice que “su memoria sigue iluminando con fuerza los horizontes de muchos pueblos del mundo”. Como ministro de Consumo, en vez de trabajar para prepararnos contra la grave crisis de desabastecimiento que afecta al consumo mundial, Garzón enreda con prohibiciones absurdas, como la última contra la publicidad de dulces dirigida a menores, la carne o el juego. En realidad, en lo más profundo de su ser, Alberto Garzón odia el capitalismo, la libertad y la democracia y desea con todas sus fuerzas que una crisis mundial acabe con nuestra forma de vida para poder imponernos a la fuerza el modelo comunista que a él le gusta… y Pedro Sánchez le deja enredar.

Publicado el 02/11/2021 en Okdiario