¡Viva el Rey!

 



Ellos sobre todo odian a Felipe VI de una forma personal y enquistada, pero también odian a la monarquía española que representa a nuestra Constitución y a la Transición, de las que tan orgullosos estamos todos los demócratas españoles. Ellos no lo son, los enemigos de Felipe VI no son demócratas, son de los que a la democracia le tienen que poner un adjetivo, como por ejemplo “popular”, “real”, “bolivariana” o “catalana”. Y al frente de todos los odiadores está Pedro Sánchez, que no odia a Felipe VI, sólo lo envidia, porque es más alto, más guapo, más elegante, está mucho mejor formado que él y, sobre todo, ocupa con dignidad un puesto por encima del de Sánchez y tiene el cariño y la admiración de la inmensa mayoría de los españoles. Tiene todo lo que jamás podrá tener él porque Sánchez sólo tiene una ambición desmedida y una capacidad para destacar entre mediocres a costa de cualquier cosa. Sánchez es capaz de todo para satisfacer su ambición y puede hacerlo sin la menor vergüenza ni ningún remordimiento. Hay que echarlo antes de que haga más daño.

El odio contra Felipe VI se desató hace justo ahora tres años, cuando nuestro monarca se puso delante de las cámaras de televisión y en sólo seis minutos los situó a todos en su sitio. Con más serenidad de la imaginable en aquellas circunstancias, cuando todo el mundo asistía asombrado a la rebelión pública de las autoridades catalanas que fueron capaces de llevar a cabo el referéndum del 1-O que el Gobierno de Rajoy y Sáenz de Santamaría no fueron capaces de impedir, pese a que se habían comprometido públicamente a que no lo permitirían, a las 21.00 horas del 3 de octubre de 2017 nos dijo a todos los españoles que en él sí podíamos confiar, que él no iba a consentir la fractura de España, que no nos iba a fallar. Y cumplió su promesa.

Felipe VI se puso por delante del resto de autoridades españolas y tiró de ellas para que adoptaran las medidas que deberían haberse aplicado antes, para así haber evitado llegar tarde a aquel golpe de Estado. Acusó a los líderes secesionistas de haberse situado fuera de la ley y de poner en riesgo la estabilidad de Cataluña y de toda España con su conducta irresponsable. Y lideró la respuesta política y ciudadana que la situación requería, siendo ese liderazgo lo que no le han perdonado ni los golpistas ni la extrema izquierda del resto de España que aspira con ellos a dividir y arruinar el país para, aprovechando la confusión, poner fin al régimen democrático del que gozamos desde la Transición e instaurar un nuevo régimen al más puro estilo chavista, que es lo que todos estos aprendieron a hacer durante sus viajes a Venezuela.

Sánchez por el contrario no pretende cambiar ningún régimen, él sólo tiene ambición personal y para satisfacerla no va a medir las consecuencias ni siquiera, aunque ello suponga destruir nuestro régimen constitucional. Sánchez no es ni republicano ni monárquico, no es ni centralista ni independentista. Sánchez sólo es sanchista. Para lograr el poder, si le hace falta, resucitará a las dos Españas que con tanto esfuerzo y sacrificio enterramos en la Transición. Sólo pretende aferrarse al poder al coste que sea y el precio que le quieren hacer pagar los independentistas y la extrema izquierda ya sabemos todos cuál es; la cabeza de nuestro magnífico rey, don Felipe VI. Por eso, con independencia de que en el fondo nos sintamos más o menos monárquicos, debemos defender todos con uñas y dientes esa trinchera que ahora mismo representa el último dique de contención de nuestra democracia. Porque amamos a España, a nuestra Constitución y a nuestra democracia, gritamos todos a una: ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva el rey de España!

Publicado el 29/09/2020 en Okdiario

Los lunes, sin carne


 

La iglesia católica recomienda abstenerse de comer carne los viernes, sobre todo de Cuaresma. Pero los podemitas no son de recomendar, sino de prohibir, así que ellos nos lo quieren vedar los lunes. Imagino que habrán elegido el día de diario más alejado del viernes, para dejar claras las diferencias, aunque no sé si habrán tenido en cuenta que los lunes tampoco hay pescado fresco, ya que la mayoría de pescadores descansan los domingos. Con la que tenemos encima, en medio de la mayor crisis sanitaria y económica que se recuerda, con las colas del hambre que han provocado ellos por todas las ciudades, a los de Pablo Iglesias no se les ocurre otra que obligarnos a todos a que los lunes sean «días sin carne» para concienciar contra el maltrato animal y el cambio climático, esos dos grandes problemas de la humanidad que se han inventado los progres y sobre los que nos quieren convencer por la fuerza a todos. Estés o no de acuerdo con ellos, los lunes no habrá carne en los restaurantes, cafeterías y colegios que tengan algún tipo de relación con los organismos controlados por ellos.

La “ocurrencia” ha sido de la coalición Unidas por Collado Villalba, conformada por Podemos, IU, Equo y Cambiemos Villalba, pero ya sabemos cómo hacen estas cosas los comunistas, así que de aquí a nada la hará suya nuestro vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, que seguro que le encuentra relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. O quizá sea la madre de sus hijos y sólo por eso ministra de Igualdad, quien impulse la medida desde la Dirección General para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial o mejor la de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, donde se confunde la carne con el pescado. Cosas más raras se han visto.

Justifican esta propuesta porque dicen que «las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a toda la cadena de producción de carne representan una quinta parte de las emisiones mundiales» y que estas emisiones «provienen de la deforestación provocada por los criadores de ganado, el transporte de la carne y la producción del alimento, entre otros procesos». Además, denuncian que «el excesivo consumo de carne y lácteos es pernicioso para la salud según numerosos estudios epidemiológicos realizados en Universidades, centros de investigación y hospitales de diferentes países del mundo». Por otra parte, culpan a la carne de la pobreza en diversas partes del mundo, porque la ganadería de vacuno «exige toneladas de forrajes para cuyo cultivo se destinan miles de hectáreas de tierras desforestadas para ese fin, además de enormes cantidades de agua, parte de esas tierras podían tener otro destino y ser utilizadas para el cultivo directo de alimentos de consumo humano, se recuperaría, de esta manera, buena parte de la masa forestal», sin olvidar que «el maltrato animal es inherente a las grandes industrias cárnicas».

Del mismo modo que hemos visto a Juan Carlos Monedero comiendo en uno de los restaurantes más elitistas del barrio de Salamanca de Madrid, después de fracasar en su intento de amotinar a los barrios obreros de Madrid en contra de las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Al igual que vemos a Pablo Iglesias e Irene Montero promover la okupación y los escraches, mientras hacen que su casoplón sea protegido por un ejército de policías y guardias civiles. No cabe ni la menor duda de que, cuando esta medida sea aprobada, los podemitas se van a ir a celebrarlo comiéndose en chuletón de buey en algún asador con tres estrellas Michelín, para que se note quienes mandan. En realidad, que se coma carne o verdura les importa poco, lo que de verdad les interesa es ejercer el poder para influir en tu vida, cambiar tus costumbres y, si te dejas, modificar hasta tu forma de pensar.

Publicado el 22/09/2020 en Okdiario

La Ley de Memoria Democrática convertirá tu opinión en delito


 

La semana pasada una ministra de Pedro Sánchez dijo en el Congreso de los Diputados que quienes pensamos que la violencia no tiene género estamos, directamente, «fuera de la ley». Fue Irene Montero, la antigua cajera de supermercado que gracias a concebir los hijos de Pablo Iglesias ha llegado a ministra de Igualdad, quien dijo, en respuesta a la diputada de VOX Mireia Borràs, que le había preguntado por su utilidad, que «este ministerio sirve para que todos españoles, y particularmente todas las españolas, especialmente en los momentos más difíciles, sepan que los que piensan como ustedes y dicen que la violencia no tiene género están simplemente fuera de la ley». Y ni Pedro Sánchez, ni la presidenta del Congreso la llamaron al orden. Nadie del Gobierno ha corregido tamaña barbaridad, todos callan haciendo suya esa afirmación de que con este Gobierno socialcomunista opinar distinto a ellos va a ser delito, mientras la extrema izquierda aplaude el liberticidio.

Hoy mismo el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el anteproyecto de Ley de Memoria Democrática que va un paso más allá de la nefasta Ley de Memoria Histórica aprobada en 2007 por Zapatero y mantenida por la mayoría absoluta del Partido Popular. Se pretende ahora establecer el delito de apología del franquismo prohibiendo las actividades de exaltación y enaltecimiento del franquismo que realizan entidades como la Fundación Franco, que sería ilegalizada si no modifica sus estatutos o cambia su domicilio fuera de España. «No va a poder haber ninguna fundación pública o con presupuesto público que pueda enaltecer, promover o promocionar ideas totalitarias, contrarias a la memoria democrática que nos ha traído hasta aquí», anunció la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo. Por el contrario, seguirá estando permitida la apología del comunismo, se podrán seguir promoviendo sus ideas totalitarias y contrarias a la democracia. Incluso los grandes criminales socialistas y comunistas españoles, como Santiago Carrillo, Largo Caballero, Indalecio Prieto, la Pasionaria, etc., podrán seguir siendo homenajeados impunemente.

La extrema izquierda española, en la que hay que incluir a este nuevo PSOE de Pedro Sánchez, se enfurece rabiosa cada vez que en los juzgados españoles se produce una condena por apología del terrorismo, pero aplaude entusiasmada ante la posibilidad de que se apruebe este nuevo delito de opinión. No se va a prohibir ahora la incitación a cometer delitos, ni las amenazas o coacciones, que ya están prohibidas, se va a prohibir, por ejemplo, opinar que tuvimos suerte de que Franco ganara la guerra porque así logró que no se instaurara en España la dictadura comunista que perseguía el Frente Popular. Va a estar penado decir que el estallido de la Guerra Civil estuvo provocado por los muchos crímenes, asesinatos y violaciones llevadas a cabo por la izquierda en los años anteriores al 18 de julio de 1936. Nos van a perseguir por denunciar que fue Luis Cuenca Estevas (PSOE), guardaespaldas de Indalecio Prieto (PSOE), el que en la madrugada del día 13 de julio de 1936 asesinó a Calvo Sotelo, que había sido públicamente amenazado de muerte en el Congreso de los Diputados unos días antes por el diputado Ángel Galarza (PSOE) y por la Pasionaria, y que este asesinato del líder de la oposición fue la chispa que provocó el alzamiento en armas de la media España que no quiso seguir dejándose asesinar por la otra media.

Prohibir y castigar al que opina diferente es algo que veíamos muy lejos de nosotros, en la dictadura cubana y en la tiranía venezolana, pero ya lo tenemos aquí en España. Este nuevo proyecto de Ley de Memoria Democrática llega camuflado en medio de unos informativos que sólo se dedican a contar nuevos casos del Covid-19, cuántas aulas de cuántos colegios ha habido que cerrar hoy, y cuántos jóvenes estuvieron anoche sin mascarilla haciendo botellón. Irene Montero y Carmen Calvo dictaminarán de forma definitiva que los de derechas fueron siempre muy malos y jamás hicieron nada bueno y que los de izquierdas siempre fueron muy buenos y nunca hicieron nada malo. La extrema izquierda va a decidir lo que es verdad histórica y toda opinión que discrepe de ellos se va a convertir en delito. Tu opinión va a ser delito.

Publicado el 15/09/2020 en Okdiario

Bankia: la rueda de molino de Pablo Iglesias

 


Apenas han pasado 3 años desde aquel día en que Pablo Iglesias posaba, arremangado hasta los codos, delante de su ‘Tramabús’, en la Plaza de Castilla, frente a la sede que Bankia tiene en las torres Kio. Mucho más cerca nos queda el programa electoral con el que Podemos se presentó a las elecciones de noviembre pasado, en el que Iglesias pedía el relevo «con carácter inmediato» de José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia para nombrar «una nueva presidencia que sí sea capaz de entender el rol que debe desempeñar la banca pública en la mejora del país». Antes de ser vicepresidente del Gobierno, el de Podemos exigía a Bankia «asegurar que tengan acceso al crédito los elementos más productivos y dinámicos de nuestro sistema —como son las autónomas y los autónomos, las pymes y las empresas de la economía social—, introducir parámetros de justicia en el mercado de las hipotecas y atender las funciones sociales de la banca que otras entidades descuidan, como cajeros en la España vaciada o inversiones en vivienda social». Pero ese era otro Pablo.

En tan pocos meses el nuevo Pablo Iglesias ha cambiado la coleta por un moño de maruja desaliñada y se ha puesto pendientes. Se ha mudado del pisito de protección oficial a un casoplón en zona residencial y, lo más importante, ha blindado su nidito de amor con más de 50 miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado​que cuidan de sus sueños 24 horas al día, 7 días a la semana. Para que nadie le moleste cuando devora una serie tras otra. Y claro, este nuevo Pablo Iglesias ya nada tiene que ver con aquel otro que se “emocionaba” al ver a delincuentes encapuchados de extrema izquierda, como él, pateándole la cabeza a un Policía. Ni con el que importó de Argentina esos escraches que él mismo definió como «el jarabe democrático de los de abajo», y hoy le horrorizan.

Aquel Pablo Iglesias sin moño, escolta policial ni casoplón, luchaba por impedir la privatización de Bankia y apoyaba el manifiesto elaborado por la Plataforma por la Banca Pública, que reclamaba la “nacionalización definitiva y completa de Bankia” para “constituir un banco público de carácter estatal” “que sea un servicio público vinculado a las políticas económicas y sociales de las administraciones públicas”. Pero antes de nacionalizarla había que realizar una auditoría que determinase “qué deuda devolver y qué deuda se considera ilegítima y, por tanto, no se devolverá, forzando una quita de la deuda”. El parque de viviendas vacías en manos de la entidad nacionalizada, “pasará a engrosar un parque público de viviendas, que se alquilarán a precios asequibles”. Pero el nuevo Pablo Iglesias se traga esa rueda de molino y las que hagan falta, con tal de seguir cobrando el sueldo de vicepresidente del Gobierno de España.

Lo explicó él mismo en una charla celebrada en Zamora a principios de diciembre de 2012 en la que, analizando las condiciones de posibilidad de la política, dijo «la política en última instancia es acumular poder… hacer política supone cabalgar contradicciones…  ¿Cuál es uno de los aliados fundamentales del Sr. Hugo Chávez? Irán, que a su vez tiene una televisión que me ha contratado a mí, un Estado asesino de comunistas, en el que las mujeres tienen que llevar… ¡Claro, pero es que la política es así!”. Para conseguir más poder no se pueden tener escrúpulos, todo vale, ninguna rueda de molino es demasiado grande. Sin sonrojo ni vergüenza dice digo donde dijo Diego, porque “la gente” merece su esfuerzo. Bueno, la gente, el casoplón, el saldo de la cuenta de ahorro y la pensión vitalicia, que hay que explicároslo todo.

Publicado el 08/09/2020 en Okdiario


Vuelta al cole… en bicicleta

 


Ya está, esa es la genial idea que se le ha ocurrido a nuestra ministra de Educación para que nuestros niños puedan volver al colegio la semana que viene de una forma segura. Han pasado seis meses desde que su Gobierno decretó el estado de alarma, han muerto casi 50.000 personas en España y cerca de un millón en todo el mundo, se detectan 7.000 nuevos casos cada día en todo el país. Y a la máxima responsable de nuestro sistema educativo todo lo que se le ha ocurrido para cuidar de la salud de nuestros hijos es recomendar «a la ciudadanía la priorización del transporte activo, andando o en bicicleta, en rutas seguras a la escuela como opción de movilidad que mejor garantiza la distancia interpersonal, para evitar espacios cerrados». Bueno, no solo, también ha sugerido que los mayores de 6 años se dejen puesta la mascarilla dentro del aula.

Desconozco si la ministra se ha ido de vacaciones pero para lo que ha hecho, es como si llevara en la playa desde marzo, como su presidente, ese que ha vuelto más bronceado que Julio Iglesias y que no ha tenido reparos para pegarse unas vacaciones de lujo, primero en Lanzarote y luego en Doñana, en medio de la mayor crisis sanitaria y económica que se recuerda, con millones de españoles que no se han podido ir ni a la casa de los abuelos en el pueblo y con unas colas del hambre que siguen dando vueltas por las calles de todas las ciudades, ocultas a la visión de los españoles, porque ninguna subvencionada cadena de televisión quiere que se vean las nefastas consecuencias de la incompetente gestión del Gobierno de coalición entre socialistas y chavistas. No hay crisis que importe, los políticos españoles desaparecen en agosto y ahora, a prisas y corriendo, en tres días, elaboran unos protocolos de actuación para negociarlos con las Comunidades Autónomas que, en realidad, no son más que obviedades y lo dejan todo en manos de estas.

Con lo cual, ya en septiembre, 17 administraciones autonómicas empiezan ahora a trabajar cada una por su cuenta para planificar cómo se va a llevar a cabo un curso escolar que empieza ya. Ni se han contratado profesores que permitan reducir la ratio de alumnos por clase, ni serviría de nada que se hubiera hecho, porque no se han habilitado nuevas aulas en las que poder separar a los niños; ni se han previsto los sistemas necesarios para que la educación a distancia sea algo realmente efectivo que reemplace el absurdo cruce de emails con el que perdimos medio curso pasado; ni siquiera se ha informado a los padres de las escasas medidas higiénico sanitarias en las que se esté trabajando.

Todo se delega, todos se escaquean. La ministra se olvida de que estamos en medio de una pandemia mundial y como si no pasara nada dice que las competencias son autonómicas. Los consejeros, que también han estado de vacaciones, hacen como la ministra, elaboran cada uno su protocolo con cuatro simplezas y delegan en los equipos directivos de cada colegio. Y a estos últimos, que como buenos funcionarios públicos también se han tomado sus generosas vacaciones de verano, les cae encima la responsabilidad de evitar que sus colegios se conviertan en infectódromos, con sus escasos medios. Los padres llevamos seis meses evitando que nuestros hijos corran riesgos innecesarios, quitándoles parques, juegos y piscinas; evitando que su círculo de contactos sea mayor del estrictamente necesario para preservar su salud física y mental. Y ahora nos amenazan con perseguirnos si desconfiamos de la eficacia de toda esta pandilla que lleva desde marzo de vacaciones y nos negamos a llevar a nuestros hijos a los colegios, sin ofrecernos a cambio ninguna alternativa eficaz y segura de educación a distancia. Como siempre, somos la parte débil y estamos en sus manos, en unas manos en las que sabemos con toda seguridad que no podemos confiar. Sólo nos queda rezar.

Publicado el 01/09/2020 en Okdiario