¿Fabricó Begoña el ‘Cum Fraude’?

Cuando Pedro Sánchez conoció a Begoña Gómez a finales de 2003, él era un joven político muy ambicioso, pero de escasa relevancia. Sus padres le habían pagado unos elitistas estudios en centros privados y había trabajado como técnico de la OCU, asesor en el Parlamento Europeo y como miembro del gabinete del alto representante de Naciones Unidas en Bosnia. En mayo de ese mismo año 2003 se había presentado a las elecciones municipales de Madrid en la lista del PSOE encabezada por Trinidad Jiménez, quien posteriormente casaría a Pedro y Begoña. Iba en el puesto 23 de la lista y como el PSOE sólo consiguió 21 concejales, tuvo que esperar hasta que hubo una vacante en 2004. Con apenas 31 años no llevaba mala carrera, pero a partir de conocer a Begoña el joven concejal Pedro Sánchez echó a correr a toda velocidad.
Cuando Begoña conoció a Pedro Sánchez ella era una joven profesional del marketing muy ambiciosa que trabajaba en una pequeña empresa. Begoña impartía formación a comerciales de telemarketing y de ‘puerta fría’ para aseguradoras, compañías eléctricas, oenegés, etc. Su truco consistía en hacer que las cosas parecieran algo muy distinto de lo que eran en realidad y lo primero que se puso a maquillar fue su propio currículo hasta convertirlo en algo tan falso como una puerta de contrachapado con mucho barniz. De su titulín en una escuela privada dijo que era una licenciatura y su cursillo del ESIC lo convirtió en un máster. Y, a continuación, hicieron lo mismo con el currículo de su marido, pese a ser sólo un técnico de la OCU, pusieron que había sido director y también lo convirtieron por arte de magia en jefe de gabinete en la ONU.
En 2008, Sánchez consiguió una plaza de profesor asociado en la Facultad de Empresariales de la Universidad Camilo José Cela y se presentó a las Generales por Madrid, pero no consiguió su escaño hasta que Pedro Solbes dimitió en 2009. Se matriculó para la tesis doctoral siendo ya diputado, en 2010 y la leyó a finales de 2012, sólo 33 meses después. Ahora sabemos que su doctorado Cum Fraude es un refrito de textos ajenos y tenemos motivos para sospechar hasta que un ‘negro’ le hizo gran parte de esa tesis ‘fake’. Cuando Rubalcaba dimitió tras los malos resultados del PSOE en las europeas de 2014, Pedro Sánchez anunció su candidatura a la Secretaría General, proclamándose ganador. Tan sólo 5 años después de entrar en el Congreso de los Diputados, a los 11 años de conocer a la marketiniana Begoña Gómez cuando era un simple concejal de los que rellenaban las listas en las últimas plazas.
Y el ascenso de Sánchez propició el de Begoña. Pese a no ser ni siquiera licenciada, la Universidad Complutense la contrató en 2012, siendo Sánchez ya diputado, como codirectora del curso de Técnico en Fundrasing. Y en 2014, con Sánchez como secretario general del PSOE, la Complutense le amplió el contrato para codirigir también el Máster en Fundraising, alegando su dilatada experiencia. El mismo motivo que ha dado el Instituto de Empresa para ficharla ahora que Sánchez ha okupado la Presidencia del Gobierno. La mano de Begoña se ve por todas partes impulsando la carrera de la pareja. Hay dos tipos de marketing, el que se estudia en las facultades y que es útil para impulsar honestamente las ventas, identificando las necesidades de un mercado y adaptándose para satisfacerlas de una forma eficiente y eficaz. Y el que aprenden los trileros en la calle, mediante juegos de manos, trucos y añagazas. Begoña no es licenciada, hay poco más que añadir.
Publicado el 25/09/2018 en Okdiario

Doctor Cum Fraude… porque le dejan


Es imposible pensar que en algún país civilizado se demuestre que el presidente del Gobierno ha hecho con su tesis doctoral la mitad de lo que sabemos que hizo Pedro Sánchez y no presente inmediatamente su dimisión. Sin excusas, sin dilaciones, de forma inmediata, avergonzado y pidiendo perdón, se marcharía en el instante en que se publicara la primera noticia por alguno de estos tres motivos. En primer lugar por decencia, honestidad y dignidad; cualidades que deberíamos exigir a cualquiera que ocupe tan alto puesto. Pero si no fuera por eso, se marcharía obligado por su partido, temeroso de las consecuencias que causaría a la organización un presidente tan temerario como para no dimitir por decisión propia. Y en tercer lugar, si no se diera ninguna de las circunstancias anteriores, tendría que marcharse obligado por sus votantes y militantes, que en ninguna democracia occidental consentirían un fraude como el de Pedro Sánchez.
El problema es que los votantes de la izquierda española no son homologables a los de ningún otro país civilizado. En España existe una doble vara de medir según la cual a la izquierda se le consiente absolutamente todo mientras que el centroderecha debe hacerse perdonar continuamente su existencia. La diferencia está en los votantes, no en los líderes políticos y fundamentalmente está causada por su ignorancia. El español de izquierdas no siente vergüenza de su pasado porque se cree heredero de los santos de la Segunda República, mientras que el de centro derecha se la coge con papel de fumar, creyéndose hijo de un franquismo del que se avergüenza. Así, Pedro Sánchez puede prometer en el Congreso de los Diputados que la moción de censura que está defendiendo es exclusivamente para convocar elecciones generales y cuando consigue ser investido asegurar con todo su descaro que piensa agotar la legislatura, sabiendo que sus votantes le perdonarán todas sus mentiras, todos sus plagios, todos sus enchufes y todos sus fines de semana de juerga en el Falcon oficial.
Y a los podemitas les ocurre tres cuartos de lo mismo. Pablo Iglesias y la madre de sus hijos pueden comprarse tranquilamente un casoplón de lujo, pese a haber prometido que vivirían en su pisito de Vallecas. A Echenique no se le cayó la cara de vergüenza cuando se descubrió que defraudaba a la Seguridad Social y mantenía en condiciones de semiesclavitud a su asistente. A Monedero lo pillamos intentando defraudar a Hacienda usando una empresa pantalla y sigue dando lecciones. Errejón fue sancionado por la Universidad de Málaga a la que estafaba con su beca black y tan tranquilo. De Espinar supimos que especuló con su VPO y ahora pontifica sobre el derecho a una vivienda digna. Podríamos escribir una enciclopedia con la lista de fraudes que los podemitas les perdonan a sus líderes, pero no hacen falta más ejemplos porque los conocéis todos.
Esta doble vara de medir, así como la pretendida superioridad moral de la izquierda, no es más que ignorancia de su verdadera historia. Los colegios, los cines y los medios de comunicación españoles llevan décadas contando una tergiversada historia de España en la que no se estudian los crímenes de la izquierda que nos llevaron a la Guerra Civil. No se saben los desmanes cometidos por los comunistas que usurparon la Segunda República ni las barbaridades que cometieron durante la guerra. Hasta que en España no se estudie la verdad de nuestra historia, sin tergiversaciones partidistas ni falsos héroes, hasta que todos sepan lo que ocurrió de verdad y las vergüenzas se repartan a todos por igual, la izquierda española seguirá tragando sapos y culebras.
Publicado el 18/09/2018 en Okdiario

El abuelo de Pablo


En una sentencia que no es firme, la Audiencia Provincial de Zamora ha desestimado el recurso de apelación del periodista Hermann Tertsch contra la del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Zamora que le condenó a indemnizar con 12.000 euros al padre de Pablo Iglesias por publicar un artículo de opinión en el que los jueces estiman que el periodista cometió una intromisión ilegítima en el honor del abuelo de Pablo y sus familiares. En dicho artículo, el periodista había dicho que “el abuelo de Pablo Iglesias fue condenado a muerte por participar en sacas”, haciéndose eco de informaciones publicadas en diferentes medios con anterioridad. Informaciones que habían tenido una amplia difusión mediática sin que Pablo Iglesias ni sus familiares hubieran demandado jamás a quienes las publicaron.
Basándose en la información publicada por otros, Hermann Tertsch escribió su artículo de opinión acerca de la nula crítica que hace Pablo Iglesias a los crímenes cometidos por el Frente Popular durante la Guerra Civil, centrado como está en un discurso del odio tan alejado de la reconciliación. La Audiencia de Zamora considera que en los artículos publicados con anterioridad y que sirvieron de base a la opinión de Tertsch había un error y por él condena al periodista de ABC. Es totalmente cierto que el abuelo de Pablo fue condenado a muerte y que dicha pena fue posteriormente conmutada por otra de 30 años de prisión, saliendo de la cárcel a los cinco años con un puesto de alto funcionario en el Ministerio de Trabajo dirigido por el falangista Girón de Velasco. Y también es cierto que fue acusado de participar en la “saca” del marqués de San Fernando, don Joaquín Dorado y de su cuñado, don Pedro Ceballos, quienes fueron asesinados a continuación; habiendo sido denunciado por la viuda del marqués.
El abuelo de Pablo también fue acusado de otros muchos crímenes. Así en el libro del activista de extrema izquierda Francisco Espinosa ‘Masacre. La represión franquista en Villafranca de los Barros (1936-1939)’ leemos que “varios fueron los cargos que recayeron sobre el abogado: haber llevado fusiles a Villafranca a fines de julio del 36, intervenir como delegado gubernativo en el desarme y traslado de la Guardia Civil… por lo que se le considera responsable de los delitos y desmanes que en esta ciudad se cometieron, como fueron incendiar la iglesia cuando estaban los detenidos de derecha dentro”. Pero no fueron necesarias más diligencias ni investigaciones ya que las nueve sentencias de muerte que había firmado como presidente de un Tribunal del Ejército eran suficientes para condenarlo a muerte por rebelión. Las acusaciones están ahí, pero no se necesitaron para la condena.
Por lo tanto, decir que el abuelo de Pablo Iglesias fue condenado a muerte por participar en sacas es tan inexacto como afirmar que no fue acusado de ello. Pablo Iglesias se agarra a un tecnicismo para amedrentar a un periodista crítico. El mensaje que se quiere transmitir es claro: “Si cuentas los crímenes del Frente Popular te vamos a demandar y si tenemos la suerte de dar con un juez afín o poco conocedor de las libertades de expresión y de información, te saldrá caro tu atrevimiento, así que es mejor que te estés calladito y mires para otro lado”. Una prensa atemorizada es su mejor garantía de que nadie desmentirá su falsa memoria histórica, esa en la que sólo hay un bando criminal porque nadie se atreve a investigar ni revelar las barbaridades cometidas por el otro. El miedo ya se ha instalado entre unos periodistas a los que nadie paga por convertirse en héroes mártires de tu derecho a estar informado. Es a ti a quien te corresponde luchar por él, ¿vas a dejar que Pablo Iglesias te lo arrebate?
Publicado el 11/09/2018 en Okdiario

A Sánchez hay que aplicarle un 155 popular


Sobran razones para hacer que se marche de una vez este presidente ‘okupa’ y mentiroso que llegó al Gobierno prometiendo que inmediatamente convocaría elecciones para enseguida asegurar que piensa agotar la legislatura. Un presidente del Gobierno que perdió las elecciones generales y que sólo tiene 85 diputados, 52 menos que el PP, 5 menos que el anterior peor resultado histórico del PSOE que también había conseguido él. El Gobierno más débil de la historia de la ya no tan reciente democracia española y el más carente de principios y sobrado de intereses personales. Igual que Hugo Chávez se inventó el socialismo del siglo XXI, Sánchez ha reinventado el Frente Popular. El primer Frente Popular, el que condujo a España a la Guerra Civil tras el pucherazo de las elecciones de febrero del 36, estaba formado por el PSOE unido a los comunistas y los independentistas vascos y catalanes, los mismos que ahora han llevado a Sánchez al poder.
Igual que ahora, aquella coalición electoral estaba integrada por varias minorías de intereses contrapuestos que ni formaron grupo parlamentario ni entraron a formar parte del Gobierno. Lo primero que hicieron entonces fue amnistiar a los condenados por el golpe de Estado que dio el PSOE contra la II República en octubre de 1934, así como a los condenados por declarar la independencia en Cataluña, a los que repusieron al frente del autogobierno catalán, autonomía que había sido suspendida por la II República. Lo primero que hizo Sánchez fue trasladar a los presos golpistas a cárceles controladas por la Generalidad. Y lo último que acaba de decir es que acepta realizar el referéndum que le exige el racista Quim Torra, la marioneta del cobarde Puigdemont. En sus primeros 100 días no ha parado de hablar de la momia de Franco mientras nos amenaza con una Comisión de la Verdad inspirada en la censura franquista.
A los pocos días de ser investido, atendiendo a las instrucciones que le había dado George Soros, ese gurú de la especulación financiera que se embarca en todos los tejemanejes que perjudiquen a las democracias occidentales, montó el pollo del Aquarius, provocando que ahora los inmigrantes ilegales se piensen que pueden asaltar nuestras fronteras igual que Sánchez tomó al asalto La Moncloa. Rectificando una decisión tras otra e incumpliendo todas sus promesas, Sánchez se ha centrado en enchufar a amigos y familiares y en convertir la radiotelevisión pública en TelePodemos. Y ahora está en cargarse el Senado para que no le puedan vetar las brutales subidas de impuestos con las que nos pretende masacrar, mientas acerca a los etarras presos no arrepentidos a la casa de sus papás.
100 días en los que ha hecho lo que le ha dado la gana sin oposición, con el PP enfangado en sus primarias y C’s más perdido que Pablo Iglesias en una peluquería, quitando lazos amarillos mientras Sánchez devuelve favores a los que le consiguieron su pensión vitalicia y el puestazo para Begoña, la delcurriculum ‘fake’. Esta oposición que tenemos parece más interesada en que se agote la legislatura que el propio Sánchez, unos porque necesitan tiempo para intentar que se olviden sus escándalos de corrupción y los otros para que no nos acordemos de que firmaron con Sánchez un pacto de investidura. Vamos a tener que organizamos solos para salir en masa a la calle exigiendo unas elecciones en las que meterle al ‘okupa’ una patada en el culo que lo sitúe en la órbita de Saturno. O le aplicamos a Sánchez un 155 popular o al Presidente por Accidente no nos lo quitamos de encima ni con aceite hirviendo.
Publicado el 04/09/2018 en Okdiario