Irene Montero tiene miedito


“Escrache no es acoso, es interpelar a los diputados para que hablen con nosotros y no nos den la espalda”, decía la becaria Irene Montero en 2013, antes de unirse a Podemos desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Y antes de convertirse en la “asistente” de Pablo Iglesias, sustituta de Tania Sánchez, madre de sus hijos, copropietaria del ‘casoplón’, marquesa de Galapagar y ministra de Igualdad. Ahora que tanto le ha cambiado la vida, ahora que es madre, rica propietaria y poderosa ministra, ahora a Irene Montero le dan miedo los escraches. ¡Jo, tía, qué susto! Ni siquiera haber mandado venir a media comandancia de la Guardia Civil a la puerta de su casa, ni con 50 agentes con al menos 3 suboficiales al frente y una veintena de vehículos, incluido un equipo perteneciente a la sección de élite de los GRS, expertos en control de multitudes, han servido para quitarle el terror. ¡Jo, tía, qué soponcio!
Tanto miedo tiene la ministra que no le ha quedado más remedio que pedir amparo a la justicia española, esa que hace sólo dos años decía que actuaba con un “intolerable sesgo machista”, denunciando por acoso, mira tú que casualidad, a una mujer. Porque ya sabemos que la extrema izquierda es feminista sólo para las suyas y en este caso la mujer señalada es, casualmente, concejal de VOX en Galapagar, lo que a su sectaria mirada la hace perder cualquier derecho al amparo y la convierte en poco menos que el perro con tres cabezas de Hades. La denuncia por «coacciones» y «acoso diario en su domicilio y redes sociales», en relación a las protestas que en junio se convocaron en torno al ‘casoplón’ de la pareja podemita. Dice la ministra que Cristina Gómez Carvajal, que así se llama la concejal de VOX denunciada, ha acudido a diario, durante el estado de alarma, a las inmediaciones de su domicilio y a pesar de la escolta, de tener la calle cortada, de los 50 agentes de la Guardia Civil y de los especialistas en control de multitudes, ella tiene miedo. ¡Jo, tía, qué pesada la fascista esa de la bandera y la cacerola!
A la concejal de VOX primero la pusieron en la diana usando el panfleto impresentable que le ha puesto Pablo Iglesias a su otra “asesora”, esa tal Dina Bousselham que lo tiene al borde del banquillo por el cuento chino de la tarjeta del móvil supuestamente robado en el que también está involucrado el excomisario Villarejo. El pasado 20 de mayo el digital La Última Hora publicó un titular que decía: “Una concejala de Vox en Galapagar presume en redes de acoso y amenazas a Pablo Iglesias” y a partir de ahí los podemitas se lanzaron en avalancha contra ella, pese a sólo ser una mujer que con una bandera de España y una cacerola salía a la calle a ejercer su constitucional derecho a la protesta, ese que hace nada Irene Montero decía que “no es acoso” cuando lo ejercía ella. La misma que incluso ha llegado a amenazar al Rey con «la guillotina» y con tirarlo «a los tiburones». Pero ahora tiene miedito. ¡Jo, tía, cuánto facha!
Pablo Iglesias lideró personalmente en 2010 el escrache a la ex líder de UPyD Rosa Díez en la Universidad Complutense en el que también participaron Íñigo Errejón y Rita Maestre. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a la que pertenecía Irene Montero, en 2003 aporreó la puerta de la vivienda de González Pons en Valencia durante media hora y luego colgaron carteles en el portal del inmueble. En 2014 le hicieron lo mismo a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Y en 2012 a la que pillaron andando por la calle fue a la entonces delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Ninguno de ellos tenía a 50 miembros de la Guardia Civil defendiéndoles, en aquellas ocasiones la extrema izquierda de Irene Montero sí que ejerció violencia física y verbal a personas indefensas. Pero ahora la marquesa de Galapagar se siente acosada y tiene miedo de una mujer con una bandera de España, una cuchara y una cacerola. ¡Jo, tía, qué ascazo da la plebe!
Publicado el 23/06/2020 en Okdiario

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