Torres más altas han caído

 


Llamamos trama Koldo a la red que, en los peores momentos de la pandemia del coronavirus, se forraba vendiendo mascarillas de nefasta calidad, a un precio desorbitado, usando una empresa vinculada al PSOE a través del que entonces era su todopoderoso secretario de organización y ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y cuyos clientes eran siempre organismos públicos dirigidos por el PSOE, que pagaban millonadas sabiendo que habían sido estafados; que posteriormente certificaban que el contrato había sido correcto para facilitar así nuevas estafas; y que finalmente se resistían a reclamar las cantidades defraudadas. Por todos estos motivos, este entramado, al que hay que llamar presuntamente corrupto hasta que sean condenados, pero al que moralmente podemos ya calificar como buitres, debería realmente llamarse caso PSOE carroñero.

Forman parte de esta trama, además de Ábalos, los también socialistas Salvador Illa y Fernando Grande-Marlaska, como ministros que compraron mascarillas a la trama carroñera del PSOE; e incluso María Jesús Montero que, como ministra de Hacienda, a través de la Agencia Tributaria conocía los informes en los que se relacionaba el rescate de Air Europa con la trama. Pero por encima de todos ellos sobresale la más que sospechosa actuación de los entonces presidentes de Baleares, Francina Armengol, y Canarias, Ángel Víctor Torres; ambos posteriormente recompensados por Pedro Sánchez ascendiendo a la primera a presidenta del Congreso y haciendo ministro de Política Territorial y Memoria Democrática al segundo.

Hay quien dice que estos dos ascensos eran premios a los dirigentes autonómicos que, habiendo sido los más votados en las elecciones autonómicas, no habían podido alcanzar mayorías suficientes para renovar sus Gobiernos. Pero este argumento decae cuando se comprueba que, en Extremadura, Guillermo Fernández Vara fue el más votado, pero María Guardiola llegó a un acuerdo de Gobierno con Vox para ser investida como la primera mujer presidenta de la Junta. La diferencia parece estar en que Fernández Vara no compró mascarillas a la trama carroñera del PSOE, mientras que Armengol y Torres sí que lo hicieron y así, el extremeño se quedó simplemente de vicepresidente segundo de un Senado controlado por el Partido Popular, mientras que los que sí compraron mascarillas ascendieron meteóricamente.

Armengol hizo ayer un ridículo espantoso compareciendo ante los medios de comunicación desquiciada de los nervios, para demostrar; primero, que no sabe hablar español; segundo, que no es capaz de enlazar dos ideas con la coherencia mínima que se le podría exigir a un niño de primaria; tercero, que miente con la misma falta de vergüenza que su jefe, Pedro Sánchez; y cuarto, que sabe que su actuación no tiene defensa posible, por lo que la única opción que le queda es enrocarse en su puesto y tratar de enmerdar el debate tratando de desviar la atención hacia quienes la acusan. Una comparecencia que cualquier abogado sensato le habría recomendado ahorrarse para ir preparando la defensa frente a unas imputaciones que, más pronto que tarde, le acabarán llegando.

Y hoy el protagonista es el ministro Torres, al publicar OKDIARIO que compró las mascarillas a la red Koldo tras avisar China que tenían «agujeros y fallos mayores». Se acompaña la noticia con unas fotografías en las que se ve claramente que las mascarillas que le colaron al entonces presidente de Canarias, a 2,5 euros la unidad, tenían más agujeros que el queso emmental, además de otros múltiples fallos, como gomas sueltas, desgarros, malas costuras o pinzas de ajuste de la nariz despegadas. La empresa multinacional especializada a la que se encargó la verificación de la calidad de las mascarillas cuando todavía no habían salido de China revisó al azar una de las cajas que iban a ser enviadas a Canarias y certificó que, sólo en esa caja, 19 mascarillas presentaban ese tipo de defectos.

Y pese a estar informado por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias de que las mascarillas compradas a precio de oro a la trama carroñera del PSOE eran un completo desastre, Ángel Víctor Torres endosó las mascarillas fake a cargo de los fondos Feder europeos, motivo por el que la Oficina Europea Antifraude ya está investigando esta actuación.

La dirección del PSOE está animando al ex presidente de Canarias para que siga el ejemplo de Armengol y comparezca ante la prensa para dar explicaciones, cosa a la que parece no estar muy animado, después de ver el ridículo que hizo ayer su compañera y cómo la prensa destaca hoy que la situación de la presidenta del Congreso ha empeorado tras esta comparecencia. Tanto Torres como Armengol deberían fijarse en como ha sacrificado Pedro Sánchez a ese tal Ábalos, pese a haber formado parte de la «banda del Peugeot», como afortunadamente ha bautizado Miguel Tellado a los fieles sanchistas que le acompañaron a bordo de su Peugeot 407 en su gira por España para recabar avales para las primarias de 2017. Lo mejor que pueden hacer Armengol y Torres es ir preparando su defensa para cuando Sánchez también les deje caer a ellos.


Publicado el 06/03/2024 en Okdiario

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