¿Para qué quiere Feijóo ser propuesto por el Rey?


 

«Las cuentas no salen», dijo el coordinador general del PPElías Bendodo, hace apenas seis meses; en relación con la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez, en la que el candidato fue el economista y político Ramón Tamames. Y como las cuentas no salían, Bendodo decía que la moción era «un error claro», «no serviría más que para reforzar al que gane» y, en consecuencia, el Partido Popular se mantendría en la abstención que había anunciado Alberto Núñez Feijóo. Hoy al que las cuentas no le salen es al Partido Popular, que a lo máximo que puede aspirar es a que su candidato reciba los 172 votos favorables del PP unidos a los de VoxCoalición Canaria y UPN. Mientras que, por el contrario, es absolutamente seguro que Feijóo tendrá en contra los 178 votos de PSOESumarERCJuntsPNVBildu y BNG, quienes ya lo han anunciado sin la menor duda.

Por otro lado, Pedro Sánchez tampoco tiene asegurados esos 178 apoyos y existe la posibilidad de que tampoco pueda ser investido. Los representantes de ERCJuntsPNV y Bildu, que han expresado públicamente que votarán en contra de Feijóo, no han asegurado que vayan a hacerlo a favor de Sánchez. Ayer mismo el portavoz del PNV, Aitor Esteban, decía que aún no han recibido ninguna llamada del PSOE, por lo que Sánchez no puede dar por segura la investidura, ya que «todavía hay mucha tela que cortar». Por su parte, el prófugo Carles Puigdemont insiste en que «son necesarios hechos comprobables antes de comprometer ningún voto» de Junts per Catalunya. ERC confirma que Sánchez «no puede dar por descontados los votos a cambio de nada». Y ni siquiera los escaños de su socio, el etarra Otegi los tiene aún comprometidos. Sánchez no tiene asegurada su investidura, pero mantiene abierta una posibilidad que para Feijóo está matemáticamente cerrada.

Conforme a nuestra Constitución, el Rey Felipe VI tiene que proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria. Y por primera vez en la historia deberá elegir entre dos líderes que desean ser propuestos: Feijóo, que ha resultado el más votado en las elecciones del 23 de julio, pero del que el Rey tiene certeza absoluta de que no cuenta con ninguna opción a ser investido, porque así se lo ha manifestado el representante del PNV, que es el único partido que podría darle al del PP los votos que le faltan; y Sánchez, que ha quedado segundo en las elecciones, pero ha asegurado a Felipe VI que está «en condiciones» de conseguir los apoyos para la investidura por parte de unos partidos políticos que se niegan a acudir a la audiencia con el Rey, por lo que éste no puede tenerlos en cuenta.

Puestas así las cosas, cualquiera que sea la decisión del Rey tendrá argumentos a favor y en contra y podrá ser criticada, porque los padres de nuestra Constitución no quisieron dejar en su artículo 99.1 ninguna fórmula cerrada que obligara al Rey a proponer al candidato que reuniera determinadas características claramente definidas. En realidad, la trascendencia de esta elección del Rey es mínima ya que, sea quien sea el candidato propuesto, tendrá que enfrentarse a la votación del Congreso y si no la supera, nuestra Constitución prevé que, durante el plazo de dos meses a partir de la primera votación de investidura «se tramitarán sucesivas propuestas» entre los candidatos que deseen intentarlo. Lo que no está claro es por qué Feijóo desea ser propuesto, sabiendo que «las cuentas no salen», dado que lo único que va a conseguir así es darle más tiempo a Pedro Sánchez para seguir negociando con quienes le chantajean exigiendo amnistías, referéndums de independencia, anexión de Navarra al País Vasco y liberación de etarras. A cambio del protagonismo que Feijóo podrá conseguir con su discurso de investidura fallida, concederá a Sánchez más tiempo para negociar las condiciones de la destrucción de España que sus socios le exigen.


Publicado el 22/08/2023 en Okdiario

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