Los enterradores de Ciudadanos


Edmundo Bal piensa que él sería un enterrador fenomenal y se ha ofrecido para sepultar los restos de Ciudadanos. Razones no le faltan. Desde que se afilió al partido en marzo de 2019, tras ser cesado por Pedro Sánchez como responsable penal de la Abogacía del Estado por negarse a omitir la violencia en su acusación a los golpistas catalanes para que así se pudiera rebajar la acusación pública de rebelión a sedición, ha sido protagonista de los mayores descalabros del partido naranja. En noviembre de 2019, siendo el cuarto en las listas al Congreso por Madrid, se quedó sin escaño al bajar su partido de los 57 diputados conseguidos en abril a sólo 10. Pero finalmente consiguió su asiento ante la renuncia de Albert Rivera, que abandonó la política asumiendo su responsabilidad en lo ocurrido. En marzo de 2021 Edmundo Bal anunció que sería cabeza de lista en las elecciones autonómicas de Madrid y aquí la debacle fue aún mayor, ya que ni siendo el número uno consiguió escaño al quedarse Ciudadanos sin representación, habiendo recibido sólo un 3,5% de los votos. Con este currículum y una antigüedad de sólo tres años en el partido fundado hace 16, el Abogado del Estado entiende que no queda nadie mejor que él para liderar su desaparición y el reparto de la herencia.

Hasta hace unas semanas Edmundo era el número dos y mano derecha de Inés Arrimadas. Aunque quizá sería mejor calificarlo de mano izquierda, por su conocida tendencia ideológica hacia los planteamientos progresistas, materializada recientemente en el posicionamiento de su partido a favor de la ley del sí es sí de Pedro Sánchez e Irene Montero, que ha beneficiado ya a 52 violadores excarcelando al menos a 12 de ellos, gracias entre otros a los votos de Ciudadanos que siguió en esta decisión la recomendación del propio Bal a pesar de las dudas que existían sobre la norma. Edmundo Bal ha anunciado su candidatura para sustituir a Arrimadas, a la que ha pedido que se eche a un lado, criticándola por haber sacado a su partido del centro convirtiéndolo en un subalterno del PP: «Ciudadanos parece un partido de derechas y yo quiero que este partido vuelva a parecer liberal en el sentido liberal europeo, capaz de pactar a los dos lados, con conservadores y socialdemócrata». La veleta de siempre.

Inés Arrimadas no le ha hecho gracia el desafío de este recién llegado que ahora pretende sustituirla para encabezar la debacle final anunciada en todas las encuestas que sitúan las expectativas de Ciudadanos entre cero y un diputado en las próximas elecciones generales. Dice que ella no quiere que el final de su partido se convierta en una batalla campal así que, si Edmundo Bal no retira su anunciada candidatura, ella «presentará su candidatura a la asamblea del 15 de enero para evitar que vallamos a una absurda batalla campal, porque nuestro partido no se puede convertir en un partido más en el que los dirigentes se pelean por un sillón». El chiste se cuenta solo. Para evitar que haya una batalla campal, Arrimadas empuña sus armas para que su partido se convierta en una batalla campal.

Ciudadanos va a desaparecer por negarse a asumir el papel para el que fue creado en 2006 en Cataluña por un grupo de intelectuales de izquierdas que luchaban contra la conversión del Partido Socialista de Cataluña en una formación nacionalista. Ese papel convirtió al partido a la tercera fuerza del Congreso en 2019 y a Inés Arrimadas en la ganadora de las elecciones al Parlamento de Cataluña de diciembre de 2017. Por primera vez un partido no nacionalista ganaba allí unas elecciones, pero, sorprendentemente, Arrimadas no presentó su candidatura a la investidura y sólo 14 meses después, en febrero de 2019, renunció a su escaño de líder de la oposición para concurrir a las elecciones generales de abril de dicho año. Ciudadanos demostró que en España había hueco para un partido de izquierda no nacionalista que sustituyera al PSOE, pero una vez comprobado, sus líderes decidieron que no les gustaba representar ese papel y que preferían convertirse en la veleta naranja que resta votos de la derecha para acabar pactando con el PSOE. Y ahí no hay hueco, para engañar a los votantes ya está Pedro Sánchez, que lo hace mejor que ellos. Arrimadas y Bal competirán por convertirse en el enterrador del partido que pudo y no quiso.


Publicado el 06/12/2022 en Okdiario

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