¡No entreguen el CGPJ!


 

Sonríe orgulloso el vicesecretario del PP, Esteban González Pons, posando en Bruselas junto al ministro Félix Bolaños, tras haber llegado a un acuerdo por el que, una vez más, el PP y el PSOE se van a volver a repartir el CGPJ a cambio del compromiso por parte de los socialistas de «presentar una proposición de ley orgánica que reforzará la independencia del Poder Judicial» y de que ambas cuestiones sean aprobadas en el Congreso a la vez. Desde esta columna criticamos a Pablo Casado cuando le entregó el Tribunal Constitucional al PSOE y alabamos la resistencia de Alberto Núñez Feijóo para no regalarle también el CGPJ, por eso ahora observamos con asombro este acuerdo entre PP y PSOE.

Las consecuencias del tremendo error del PP de Casado fueron tan inmediatas como evidentes. Desde entonces tenemos un Tribunal Constitucional del 7 a 4. Indiferentemente de cuál sea el tema sobre el que se tenga que pronunciar el intérprete supremo de la Constitución española ya se sabe de antemano que la votación va a ser 7 a 4 a favor de la decisión que más favorezca al PSOE. Su presidente, Cándido Conde-Pumpido tiene un prestigio similar al del Fiscal General del sanchismo, Álvaro García Ortiz, al presidente del Centro de investigaciones sanchistas, José Félix Tezanos, o a la vocera de la Televisión socialista, Silvia Intxaurrondo.

El Tribunal Constitucional entregado por el PP a Pedro Sánchez se está dedicando a volver a juzgar a todos los socialistas condenados por corrupción, para «indultarlos» y a avalar la constitucionalidad de los disparates legislativos de Sánchez.

Pensar que Pedro Sánchez va a hacer con el CGPJ algo distinto de lo que está haciendo con el Tribunal Constitucional, la Fiscalía General del Estado, el CIS o Televisión Española, sólo puede calificarse de pardillismo mayúsculo. Según lo pactado, el PP se reparte otra vez el CGPJ con el PSOE. Y la reforma de la ley para que los jueces elijan a los jueces es algo que va a quedar en el aire, pendiente de que el Congreso apruebe la propuesta de reforma que en los próximos seis meses elabore este CGPJ, tan politizado como todos los anteriores. Se renueva el CGPJ hoy y se confía en la palabra de Sánchez para cambiar la ley dentro de más de 6 meses. ¡Brillante!

El Partido Popular dispuso de dos mayorías absolutas durante las que no modificó el politizado método actual de nombramiento de vocales del CGPJ porque no le dio la gana, ni siquiera cuando esa había sido una de las promesas electorales con las que consiguió esa mayoría, como en el caso de Mariano Rajoy. En su programa electoral de 2011 puede leerse su promesa de que «promoveremos la reforma del sistema de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial, para que, conforme a la Constitución, doce de sus veinte miembros sean elegidos de entre y por jueces y magistrados de todas las categorías».

El 20 de diciembre de 2011 Mariano Rajoy fue investido presidente del Gobierno en primera votación gracias a la mayoría absoluta que le otorgaron los ciudadanos en base a sus promesas electorales. El sistema de elección de los vocales del CGPJ nunca fue reformado, pero errores pasados no justifican otros actuales.

Cuando el Tribunal Constitucional avaló la reforma legislativa que en 1985 otorgó a las Cortes el nombramiento de todos los vocales del CGPJ advirtió expresamente de que dicha reforma de ninguna manera podía convertirse en un reparto por cuotas, sino que los nombramientos deberían forzosamente hacerse por un consenso que garantizase el veto a los miembros del CGPJ que no resultasen absolutamente independientes e imparciales. La realidad es que desde entonces hasta hoy se ha comprobado que nadie ha hecho caso de la advertencia del TC y las votaciones del CGPJ sólo han representado el reflejo de los deseos de los partidos políticos que nombraron a cada uno de sus miembros.

La consecuencia es clara, en aplicación de la sentencia del TC que avaló el sistema actual, este ha resultado absolutamente inconstitucional por lo que debe ser reformado de inmediato, sin volver otra vez a repartirse esas cuotas entre el PSOE y el PP.

Todos hemos escuchado a Pedro Sánchez amenazar al PP conque, si no cedían y renovaban el CGPJ, les iban a quitar la capacidad de nombrar a los magistrados del Supremo y de los Tribunales Superiores de Justicia de las comunidades autónomas; lo cual sólo podía significar que pensaba nombrarlos él a dedo, como también hacía el dictador Francisco Franco, situación que, sin duda, aún sería peor que la actual.

Pero a esa amenaza habría que responder como democráticamente corresponda, reclamando ante las instituciones europeas o donde sea. La independencia judicial y la prensa libre son las últimas barreras que nos quedan ante este aprendiz de tirano. Negociar con el jefe de García Ortiz la renovación del CGPJ significa que todos los jueces que se nombren serán de obediencia sanchista.


Publicado el 25/06/2024 en Okdiario

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