Cuatro socialistas buenos

 


Para ser investido, Feijóo necesitará el miércoles el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara Baja, que son 176 diputados. Si no los consigue, el viernes habrá una segunda votación en la que necesitaría la mayoría simple del hemiciclo. En principio, a lo máximo que puede aspirar el gallego es a recibir los 172 votos favorables del PP unidos a los de Vox, Coalición Canaria y UPN. Mientras que, por el contrario, parece claro que tendrá en contra los 178 votos de PSOE, Sumar, ERC, Junts, PNV, Bildu y BNG. Le faltan pues 4 votos a favor o 7 abstenciones para salir de este proceso como presidente del Gobierno de España y así evitar que Pedro Sánchez pueda hacer efectivos los acuerdos a los que ha llegado con comunistas e independentistas para recibir sus votos.

Esos 4 votos a favor o 7 abstenciones no van a salir de los que van a ser amnistiados, tendrán sus referéndums de autodeterminación o verán salir a sus etarras a la calle, como desean, sino que sólo podrían salir de un Partido Socialista al que, hace sólo unos meses, le horrorizaba pensar que nada de esto fuera posible. En Castilla – La Mancha, por ejemplo, donde Emiliano García-Page además de presidente de la Comunidad es secretario general del PSOE, los socialistas cuentan con 8 diputados en el Congreso, más que suficientes para frenar a Sánchez. En Aragón, el secretario general Javier Lambán tiene 4 diputados, que también servirían, lo mismo que los 4 socialistas extremeños a las órdenes de Guillermo Fernández Vara.

Son tan pocos los votos que hacen falta que, prácticamente, cualquier barón del PSOE tiene en su organización el número de diputados suficientes para evitar que Sánchez pueda amnistiar a Puigdemont, autorizar un referéndum de independencia en Cataluña y liberar a los etarras. Ni siquiera sería necesario respaldar un Gobierno del PP, hay otras opciones. Por ejemplo hace ya 20 años, cuando Esperanza Aguirre ganó las elecciones de la Comunidad de Madrid pero se quedó a un solo escaño de la mayoría absoluta que sí sumaba el PSOE junto a la extrema izquierda, representada entonces por Izquierda Unida, los diputados socialistas Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, se abstuvieron, Aguirre fue investida e inmediatamente disolvió la Asamblea y convocó nuevas elecciones, que es lo mismo que podría hacer ahora Feijóo si contara con el apoyo de cuatro socialistas buenos.

Otra opción sería que todos los socialistas votaran en contra de Feijóo y su investidura fracasase para que el Rey propusiera como candidato a Pedro Sánchez. Ese sería el momento en el que siete socialistas buenos se abstuvieran, o dos votaran en contra y otros dos se abstuvieran para así evitar que el presidente del Gobierno en funciones resultara investido, forzando la repetición electoral y así los españoles fuéramos consultados de nuevo, ahora sí sabiendo todos a lo que nos enfrentamos y hasta donde está dispuesto a llegar Pedro Sánchez para mantener el poder.

Todos los barones socialistas que, como Page y Lambán, han mostrado su disconformidad con la amnistía que exige Puigdemont, lo único que han hecho hasta ahora ha sido hablar, sin que de sus palabras se haya derivado nunca ninguna consecuencia. Llegada la hora de las votaciones los diputados socialistas castellanomanchegos y aragoneses han suscrito siempre todo lo que ha hecho Pedro Sánchez junto a sus socios bilduetarras y golpistas. Esta es la prueba de fuego en la que tienen que demostrar a sus votantes si sus palabras son respaldadas o desmentidas por sus actos.

Pero hay que perder toda esperanza porque el problema con el que se enfrenta España no se llama Pedro Sánchez, el problema siempre es el PSOE, un partido con 144 años de sangrienta historia golpista, terrorista y corrupta del que jamás se debe esperar nada bueno. El partido que se dedicó a quemar iglesias y conventos en la Semana Trágica de Barcelona de 1909. El del golpe de Estado contra la Segunda República de 1934. El que provocó el inicio de la Guerra Civil asesinando a Calvo Sotelo, robó todo el oro del Banco de España, asesinó a inocentes en las checas. El partido que acompañó a la puerta de la cárcel a los socialistas Vera y Barrionuevo cuando fueron condenados por los GAL. El de la corrupción de Filesa y los ERE. El de las prostitutas del tito Berni y del Don Angelo de Sevilla. De esa escoria de partido que lleva siglo y medio intentando destruir España no se puede esperar ni el menor gesto de honradez. No han existido nunca cuatro socialistas buenos. No existe ni uno solo. Ninguna persona honrada puede estar en este PSOE.


Publicado el 26/09/2023 en Okdiario

No hay comentarios:

Publicar un comentario