¿Orgulloso frapero u ofendidito de honor vulnerado?

 


Aclárate, Pablo, porque, como en el chiste de los dos vascos, o estás a setas o estás a Rolex. Es imposible que pretendas ser el orgulloso hijo de un militante del FRAP y presumir de ello al mismo tiempo que fuerzas a tu jubilado y enfermo padre para que presente una demanda por vulneración de su honor contra quien sólamente ha recordado que tanto tú como él os ufanáis de que perteneció a aquella banda terrorista. No se pueden hacer las dos cosas a la vez, es imposible. Tan contradictorio como ser profesor universitario y decirles a tus alumnas que vas al baño a refrescarte y que las esperas ahí. No sólo porque no es ético ni decoroso, sino porque, además, quedas mal con todos y vas a perder el poco respeto que te tuvieran los demás ultras de extrema izquierda, como tú.

Para poder ahora demandar a Cayetana Álvarez de Toledo y embolsarte los 18.000 eurazos que pretendéis ganaros tu padre y tú por todo el morro, deberías haberte quedado calladito sin pavonearte tantas veces de ser el orgulloso hijo de un frapero, como has hecho repetidamente, tanto en entrevistas como en tuits y hasta en artículos firmados con tu nombre y el apellido de tu padre, el que tú dices que perteneció al FRAP. Y no es sólo que tú presumas de ello, es que también lo hace tu padre, quien públicamente ha confirmado que perteneció “al comité para la creación del FRAP”, afirmando que “estoy orgulloso de todos mis compañeros y no reniego en absoluto de mi pasado” y que “abandoné la organización a principios de 1974”. Porque es tu mismo padre el que confirma que fue detenido el 28 de abril de 1973 por repartir propaganda del Comité Pro-FRAP convocando la huelga del 1 de mayo.

No seré yo quien ponga en duda que algún día, quizá más cercano de lo que nadie pueda imaginar, Txapote pueda demandar a los que le llamemos terrorista asesino. De hecho, los mismos socialistas que iniciaron la Guerra Civil asesinando a Calvo Sotelo y que se hartaron de matar y violar en sus checas hasta acabar robando todo el oro y joyas de los españoles para llevárselo al exilio cuando perdieron la guerra que ellos empezaron; acaban de declarar nulos todos los juicios celebrados durante el franquismo, con lo que ya pueden empezar a demandar a los que llamen asesinos a los asesinos del bando republicano. Pero de momento aún podemos afirmar que aquel FRAP del que tanto Pablo Iglesias como su padre presumen, es una banda terrorista.

El Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) es una organización terrorista reconocida como tal por el Ministerio de Interior actual, el de Marlaska, que en el portal web de la Policía Nacional mantiene un apartado dedicado al Memorial de las Víctimas del Terrorismo en el que se identifica entre los responsables de la barbarie a dicha organización que, dicen, es “una escisión del Partido Comunista Español, surgió en 1973 y se disolvió en 1978. En esos años acabó con la vida de cinco policías” y un miembro de la Guardia Civil. Al primero que asesinaron fue al subinspector de tan sólo 21 años de edad, Juan Antonio Fernández Gutiérrez, a quien el FRAP reconoció haber tendido una emboscada y apuñalado en la manifestación del 1 de mayo de 1973, esa para la que el padre de Pablo Iglesias reconoce que repartió propaganda del FRAP.

En su soberbia, Iglesias se cree capaz de desmentir al mismo Aristóteles, que cuatro siglos antes de Cristo ya sentenciaba que “no se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. El de Podemos piensa que puede embolsarse los 18.000 euros que le reclama a la cesada portavoz parlamentaria del PP, consiguiendo que la politizada justicia española lo confirme como el orgulloso hijo de un padre que perteneció a la banda terrorista FRAP, a la vez que le otorga el papel de ofendidito de honor vulnerado por quien se lo recuerda. Como en el chiste de los dos vascos que van por el bosque recogiendo setas cuando uno se encuentra tirado un reloj: ¡Anda la hostia, Patxi, un Rolex!, dice. A lo que Patxi le contesta: ¿Pero a qué estamos, Iñaki, estamos a setas o estamos a Rolex? Igualito que Pablo Iglesias.

Publicado el 03/11/2022 en Okdiario

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