Podemos ha muerto, sólo falta enterrarlo

 


La Izquierda Unida previa a Podemos obtuvo 12 escaños y el 11,34% de los votos en las elecciones andaluzas de 2012, que ganó por primera vez el Partido Popular, aunque no con la mayoría suficiente para gobernar, cosa que hizo el socialista condenado José Antonio Griñán en coalición con los comunistas. En la convocatoria anterior, de 2008, IU había conseguido 6 escaños con el 7,06% de los votos. Estos resultados han vuelto a repetirse en 2022 -7 escaños con el 12,2% de los votos- 8 años después del nacimiento de Podemos al abrigo de las tiendas de campaña, los perros y las flautas del 15-M y gracias al más que generoso apoyo de los narcotiranos venezolanos que pretendían que la extrema izquierda “en España puedan crear consensos de fuerzas políticas y movimientos sociales, propiciando en ese país cambios políticos aún más afines al gobierno bolivariano”, según las palabras textuales del documento firmado por Hugo Chávez, por el que les regalaba más de 7 millones de euros.

Andalucía no es ninguna excepción. En las últimas elecciones a las Cortes de Castilla y León de febrero de 2022, Podemos se ha quedado con un solitario escaño, cuando en 2015 llegaron a tener 10, volviendo así a repetir los resultados obtenidos en 2011, en los que IU logró también un único escaño. En las elecciones a la Asamblea de Madrid de mayo de 2021, Podemos, con Pablo Iglesias de cabeza de cartel, se quedó en 10 escaños con el 7,2% de los votos, lejos de los 13 logrados por IU en 2011 e incluso por debajo de los 11 que consiguieron en 2007. En Cataluña, en febrero de 2021, los podemitas se quedaron con 8 escaños y el 6,8% de los votos, muy por debajo de los 13 escaños y 9,9% de votos logrados por IU en 2012.

Gallegos y vascos celebraron sus elecciones autonómicas a la vez, el 12 de julio de 2020. En el Parlamento Vasco, Podemos bajó de 11 a 6 escaños, perdiendo más del 54% de los votos logrados en 2016. Y en Galicia, tras la fragmentación de la coalición En Marea, Podemos y Esquerda Unida se presentaron bajo la marca Galicia en Común, para pegarse el castañazo padre y quedarse fuera del Parlamento Gallego al no conseguir ningún escaño lo que, teniendo en cuenta que en 2016 En Marea había logrado 14 escaños, les devolvía a los resultados habituales de Izquierda Unida antes de 2012. A nivel nacional Podemos ha participado en 4 elecciones generales desde su fundación en 2014, provocando el período de mayor inestabilidad de la historia de nuestra joven democracia. Las de diciembre de 2015 que hubieron de repetirse en junio de 2016 y que dieron inicio a una legislatura que acabó abruptamente con la moción de censura de Pedro Sánchez, apoyada por Ciudadanos, que nos llevaron a las elecciones de abril de 2019, que también tuvieron que repetirse en noviembre de ese mismo año.

Cuatro elecciones generales en un período de menos de cuatro años, a partir de la fundación de Podemos. Sus mejores resultados los consiguieron al principio, en 2015 -69 diputados con el 20,68% de los votos- y en 2016 -71 diputados, con el 21.15%-. Pero ya en noviembre de 2019 los de Pablo Iglesias bajaron hasta unos resultados muy parecidos a los que conseguía Julio Anguita en los años 90 con tan solo 26 escaños y el 9,82% de los votos. Viendo lo que ha ocurrido en todas las elecciones que se han celebrado a partir de su entrada en el Gobierno de coalición con Pedro Sánchez en Galicia, País Vasco, Cataluña, Madrid, Castilla y León y ahora en Andalucía, no hace falta ser adivino para saber que, en las próximas Generales, los podemitas van a caer por debajo de los diez diputados que les otorgaba el 4% o 5% de los votos que habitualmente ha conseguido el comunismo en España. Podemos ha muerto, entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez lo mataron, ahora sólo falta que los comunistas de Izquierda Unida lo reconozcan y procedan a enterrarlo con el deshonor que merece. Tanta paz lleve, como descanso deja.

Publicado el 21/06/2022 en Okdiario

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