¿Está Biden? ¡Que se ponga!


 

Quién le iba a decir a Gila cuando en los años 80 se ponía en la oreja un teléfono de los de la época y empezaba uno de sus monólogos ordenando eso de, «¡qué se ponga!», que 40 años después nos íbamos a acordar de él viendo a nuestro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, posando con un aparato similar al que él usaba para, según ha tuiteado, seguir “muy de cerca la situación en Ucrania”. Sánchez no pinta nada a nivel internacional, pero posa bien, sale muy guapo en las fotos poniéndole morritos a un teléfono tras el que todos sabemos que no hay nadie, que lo suyo es un monólogo como los de Gila, sólo que sin ninguna gracia.

A Sánchez hoy no le coge el teléfono ni Biden, ni Putin, ni ningún líder internacional. Sería imposible que se repitiera ahora una foto como la de las Azores, en la que el presidente del Gobierno de España se reúne con los de Estados Unidos, George W. Bush y Reino Unido, Tony Blair, antes de la guerra de Irak. Guerra de la que Zapatero hizo abandonar apresuradamente a las tropas españolas que allí desarrollaban una misión de reconstrucción y ayuda humanitaria, protagonizando uno de los episodios más vergonzosos de nuestra historia reciente. Ese desprestigio internacional ya lo había comenzado Zapatero seis meses antes cuando, aun siendo jefe de la oposición, permaneció sentado en el palco de autoridades al paso de la bandera de Estados Unidos en el desfile de la Hispanidad, deshonrando así al país norteamericano. Biden no lo ha olvidado y actúa en consecuencia.

Porque Pedro Sánchez no sólo pertenece al mismo Partido Socialista de Zapatero, sino que ha formado un Gobierno de coalición socialcomunista con “un partido antidemocrático, financiado por dos dictaduras, la venezolana, que asesina a los disidentes y a la gente que no comulga con ellos, y la dictadura iraní, que cuelga a homosexuales por el hecho de serlo y que lapida a mujeres”. Palabras pronunciadas por el director de OKDIARIO, Eduardo Inda, que fueron objeto de una demanda por parte de Pablo Iglesias que acaba de ser desestimada por los juzgados. Y ni Biden ni ningún líder democrático internacional quiere tener nada que ver con el socio de los comunistas de Podemos que pacta con los proetarras de Bildu y que indulta a los golpistas catalanes, promocionados por Putin.

El presidente de EEUU, Joe Biden, mantuvo el lunes una reunión por videoconferencia sobre la crisis de Ucrania con los líderes de Francia, Alemania, Italia, Polonia y Reino Unido, además de la presidenta de la Comisión Europea y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Mientras Pedro Sánchez se quedaba colgado del teléfono protagonizando su monólogo como Gila, pero en guapo y sin gracia. Sánchez ha intentado buscar en esta crisis mundial un protagonismo que no tiene, comunicando a sus socios de la OTAN su disposición a colaborar, mientas sus otros socios, los de su Gobierno, se desmarcan volviendo a sacar las pancartas del ¡no a la guerra! que usaron contra Aznar, para defender con ellas los intereses imperialistas de Rusia.

Los intereses de España no se defienden en Ucrania, ni en Venezuela, ni en Irán, ni en Rusia, ni en China, ni en Waterloo. Si a Sánchez le preocupara España, lo primero que debería hacer es romper su coalición con Podemos, el partido que dijo que le quitaría el sueño si entrara en el Gobierno, y cumplir su promesa de que nunca iba a pactar con los herederos de ETA, aunque eso le cueste tener que bajarse del Falcon y dejar de hacerse fotos poniéndole morritos a la cartera con la que presume de ser presidente del Gobierno de España.

Publicado el 25/01/2022 en Okdiario

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