No son Pactos de la Moncloa sino Pactos con el Diablo


Por diferentes motivos, Sánchez e Iglesias se han agarrado rápidamente a la propuesta que ha hecho Inés Arrimadas de llegar a unos acuerdos similares a los Pactos de la Moncloa. Propuso la presidenta de Ciudadanos que el Gobierno buscara «apoyo en la oposición y en los agentes sociales» a la hora de aplicar las medidas destinadas a reducir el impacto económico del coronavirus, tratando de evitar que la rama comunista del Gobierno impusiera su criterio. Y esta propuesta ha sonado a música celestial en los oídos de Pedro Sánchez, quien ve así abierta la posibilidad de convertir a la oposición en la culpable de todos los males que se nos avecinan, cuando se nieguen a aceptar sus inasumibles propuestas, que sólo van a tener por objetivo blanquear su deteriorada imagen. O, lo que sería aún peor, cuando se dejen engañar por él, aceptando compartir la responsabilidad por la consecuencia de todos sus errores.
Por su parte Pablo Iglesias ha visto abierta la puerta al cambio de régimen que él desea y no ha tardado ni un minuto en aclarar que esos reeditados Pactos de la Moncloa serían en realidad un “Pacto por lo Público”, amparado en lo que él denomina “constitucionalismo social”. De la Constitución española el de Podemos sólo se sabe el artículo 128.1 que dice que “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”, olvidándose de que muy por encima está el artículo 33 que recoge el derecho fundamental a la propiedad privada, del que nadie puede ser privado sino por causa justificada y mediante la correspondiente indemnización. Indemnización de la que el Gobierno socialcomunista se olvidó de manera harto sospechosa al redactar el Real Decreto por el que se declaró el estado de alarma, al decir en su artículo 13.C que “el Ministro de Sanidad podrá practicar requisas temporales de todo tipo de bienes”.
Los españoles ya hemos alcanzado la suficiente experiencia como para tener la absoluta certeza de que Pedro Sánchez no le dice la verdad ni al médico. Nada se puede pactar con una persona que un día pide el apoyo de la oposición para prorrogar el estado de alarma sin restringir las actividades económicas, y al día siguiente ordena el parón total de la economía. Que anuncia unas medidas tras el Consejo de Ministros de la mañana, las rectifica por la tarde y acaba publicando otras diferentes por la noche. Hasta hoy todo lo que ha salido de la boca de Sánchez ha sido mentira, ha incumplido todas sus promesas a la oposición y hasta a sus votantes, llegando a unos acuerdos de investidura que el día antes de las elecciones aseguraba que le quitaban el sueño. Pactar con Pedro Sánchez es lo mismo que pactar con el diablo, entregarle tu alma sabiendo que él nunca cumplirá lo que promete a cambio.
La oposición ni siquiera debe votar a favor de prorrogar el estado de alarma si no se elimina ese comunista artículo 13.C y si antes de tomar cualquier nueva medida esta no ha sido previamente negociada y consensuada con ellos. La responsabilidad de que la prorroga no fuera aceptada sería en ese caso exclusivamente del Gobierno. El Partido Popular, VOX y Ciudadanos tan sólo tienen que negociar con Sánchez la fecha de las próximas elecciones generales, que deben celebrarse tan pronto como las condiciones sanitarias lo permitan. Por un lado debemos ser los votantes quienes juzguemos su actuación antes y durante esta crisis, y los que decidamos en quién confiamos para que nos saque del desastre social y económico en el que Sánchez e Iglesias nos han hundido. Y por otro deberán ser los juzgados españoles e internacionales los que sentencien cuanto antes las responsabilidades que se deriven de los daños que con su negligente y sectaria actuación nos ha causado este Gobierno del demonio.
Publicado el 07/04/2020 en Okdiario

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