¿Pero tú quién te crees que eres?


Carmena, Colau, Ribó o Kichi, los ‘alcaldes del cambio’, aprobaron por los pelos unas oposiciones para jefe de mantenimiento de sus ciudades, que es a lo que debe dedicarse un alcalde, -a limpiar las calles, recoger la basura, cuidar los jardines y ordenar el tráfico- pero ahora pretenden dedicarse a lo que más le gusta a cualquier comunista, cambiarnos el estilo de vida. Hay que impedirlo, porque si le permitimos al Estado empezar a modificar nuestra forma de vida, terminará diciéndonos si debemos usar compresas o esponjas marinas; secador o dejar nuestras melenas húmedas al viento. Os suena, ¿verdad? Pretenden hacer ingeniería social y, con ese objetivo, realizan toda esta sarta de disparates.
Veamos algunos ejemplos: en Madrid, Carmena contrata a unos títeres que ‘apuñalan’ monjas, ‘ahorcan’ jueces y banqueros y dan vivas a ETA ante decenas de niños; plantea crear aparcamientos para mujeres; quiere que los universitarios barran la calle gratis o que cooperativas de madres limpien los colegios. Organiza también una cabalgata de reyes de risa; elimina de las calles los nombres relacionados sólo con uno de los bandos de la guerra civil; o dice que no hay que bombardear al Estado Islámico sino “hablar con él”. En Barcelona, Ada Colau prohíbe instalar pantallas gigantes para ver los partidos de España; intenta expulsar a los militares del Salón de la Enseñanza; defiende el ‘Padrenuestro Sexual’. Kichi, por su parte, iza la bandera republicana en el Ayuntamiento de Cádiz a la vez que se gasta 2.200 euros en comprar dos banderas –una andaluza y otra gaditana- para no poner la de España; da honores de jefe de Estado al ministro principal de Gibraltar o se dedica a ensuciar la historia de España en Latinoamérica, mientras repudia a la represaliada oposición democrática venezolana. En Valencia Ribó gasta dinero público para que los semáforos dejen de ser “machistas” y prohíbe ir de compras en festivo, mientras aprueba el cambio de nombre de la ciudad a ‘València’. Alcalde, ¿pero tú quién te crees que eres?
Aunque si nos quedamos en la calificación de disparates podemitasestaremos simplificando su verdadera intención. Marx y Engels, en el Manifiesto del Partido Comunista, lo dejaron claro: “La revolución comunista viene a romper de la manera más radical … con las ideas tradicionales.” La reeducación social se ha practicado en todo el entorno de la URSS, en China, Camboya y Corea. A nadie le extrañan las noticias que llegan del Gobierno norcoreano, al que acusan de dictar normas sobre vestimenta o de imponer determinados cortes de pelo. Yo no sé si será verdad o no, pero sé que perfectamente podría serlo. En Latinoamérica, el socialismo del siglo XXI —o neocomunismo— ha adaptado estas técnicas a nuestros días y desde allí han comenzado a implementarlas en España.
Los ‘alcaldes del cambio’ quieren estar presentes todos los días en nuestras vidas, quieren influir en las cosas más insignificantes que hagamos, quieren distraer nuestra atención de otras cuestiones, quieren acostumbrarnos a ser reeducados sin protestar y, poco a poco, irán elevando su nivel de influencia. Ya sólo les falta controlar los medios públicos y privados de comunicación —como han declarado que harán— para poder llevar a cabo una ingeniería social perfectamente estudiada que les mantenga en el poder por los siglos de los siglos. Y lo llamarán “democracia popular”. ¿Les vamos a dejar hacerlo?

Publicado el 27/04/2016 en OKdiario

1 comentario:

  1. Una pena que no lo hicieras en wordpress,pues seguro que te rebloguearía bastante.(Neuronaliberal).Buen artículo.

    ResponderEliminar