Hacer perder el tiempo al Congreso


 

Si Pedro Sánchez tuviera la posibilidad de que el Congreso de los Diputados le aprobara algún proyecto, seguramente no elegiría el aumento del gasto en Defensa al que se ha comprometido con nuestros socios europeos, porque ya todos sabemos por dónde se pasa Sánchez sus compromisos. Lo más probable es que, de poder elegir, el presidente del Gobierno pediría a sus socios que le aprobasen una Ley para que estuviera prohibido confrontarle con su hemeroteca. Con lo engreído y presumido que es, cada vez que nos reímos de él por lo ridículo que resulta verle en un vídeo en el que, hace nada, decía justo lo contrario de lo que hace hoy, tiene que provocarle por lo menos una úlcera gástrica. Tendría un artículo único que diría algo así como «la hemeroteca es facha y queda prohibida por siempre jamás».

Resulta hasta cómico ese vídeo de una rueda de prensa de 2018 en el que un Pedro Sánchez muy circunspecto dice que «si no hay Presupuestos Generales del Estado, el señor Rajoy lo que tiene que hacer es anticipar las elecciones». Y continuaba diciendo «vivimos en una democracia parlamentaria, un Gobierno tiene que aprobar su principal ley, que son los Presupuestos Generales del Estado; si el presidente del Gobierno no puede aprobar su principal ley tiene como obligación constitucional someterse a una cuestión de confianza y si la pierde, no tendrá ninguna excusa para no anticipar las elecciones». Presupuestos que finalmente Rajoy consiguió aprobar, igual que hizo todos los años que gobernó, ese 2018 con el apoyo del PNV una semana antes de su traición en la moción de censura.

El martes, la ministra portavoz, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros dijo que el Gobierno no piensa tampoco este año presentar un proyecto de Presupuestos, porque eso «sería hacer perder el tiempo al Congreso». Recordemos que estamos hablando de los Presupuestos de 2025, esos en los que se debería aumentar el gasto en Defensa como exige Donald Trump y a lo que Sánchez se ha comprometido con Ursula von der Leyen, aunque no quiere que se le llame rearme y ha propuesto que mejor digamos «Salto Tecnológico de Transformación Digital», para ver si así consigue el respaldo de sus socios comunistas. Pedro Sánchez piensa volver a repetir lo que ya hizo con los Presupuestos Generales de 2024, que renunció a presentarlos porque sabía que se los iban a tumbar por el adelanto electoral en Cataluña.

Presentar un proyecto de Presupuestos Generales del Estado no es una facultad que puede aprovechar el presidente del Gobierno si le viene bien o renunciar a ella cuando le conviene, sino una obligación constitucional establecida en el artículo 134.3 de nuestra carta magna que literalmente dice que «el Gobierno deberá presentar ante el Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado al menos tres meses antes de la expiración de los del año anterior». Y «deberá presentar» no es una expresión con la que Cándido Conde Pumpido vaya a poder hacer los encajes de bolillos a los que nos tiene acostumbrados. Pero eso a Pedro Sánchez le da igual, porque una vez que el Tribunal Constitucional ya declaró inconstitucionales sus dos estados de alarma, la suspensión de la actividad parlamentaria durante la pandemia y la inclusión de Pablo Iglesias en la comisión que controla el CNI; que ahora digan que también es inconstitucional que no presente los Presupuestos es algo que se la refanfinfla.

Es un insulto a la ciudadanía que el Gobierno diga que cumplir la Constitución es «perder el tiempo», mucho más grave cuando ese mismo Gobierno ya ha hecho «perder el tiempo al Congreso» más de 100 veces en los últimos 15 meses. Concretamente son 103 las derrotas parlamentarias que llevacon acumuladas Pedro Sánchez desde enero de 2024.

Más de 100 ocasiones en las que el PSOE ha hecho votar a los diputados iniciativas para las que no contaba con el respaldo necesario por lo que, según su propio lenguaje, les hicieron «perder el tiempo». Lo cual, por otra parte, es mucho mejor para los ciudadanos, porque siempre es preferible que el Congreso pierda el tiempo rechazando las propuestas de Pedro Sánchez a que nos aprueben amnistías a golpistas, ventajas penitenciarias a etarras, rebajas de penas a violadores y beneficios para los okupas.


Publicado el 27/03/2025 en Okdiario

Falta decencia para convocar elecciones


 

El artículo 66 de nuestra Constitución establece que «las Cortes Generales – formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado- ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuya la Constitución». Pero hemos llegado a un punto de bloqueo en el que resulta absolutamente imposible que las Cortes cumplan ninguna de sus funciones constitucionales. El Senado está sacando adelante iniciativas legislativas que, una tras otra, se ven frenadas en la Mesa del Congreso. Por su parte, el PSOE acumula casi 100 derrotas en el Pleno del Congreso y en algunas de ellas ha tenido en contra hasta a sus socios de coalición.

En los siete años que lleva gobernando Pedro Sánchez sólo ha conseguido aprobar tres presupuestos generales del Estado, que es otra de las funciones encomendadas a las Cortes. El año 2024 el Gobierno ni siquiera cumplió con su obligación constitucional de presentar un proyecto de presupuestos y para el 2025 ya ha anunciado que tampoco lo hará y volverá a prorrogar los de 2023. Y en cuanto al control de la acción del Gobierno, que es la última de las funciones de las Cortes, sólo se ha celebrado un único debate sobre el estado de la nación en los 7 años de Gobierno de Pedro Sánchez, por lo que no se ha permitido que los diputados evalúen la gestión del Gobierno y discutan las políticas llevadas a cabo.

Las Cortes no consiguen legislar, no controlan al Gobierno y ni siquiera son capaces de aprobar unos presupuestos. Pero tampoco hay manera de sacar adelante una moción de censura que ponga fin a este despropósito. Se ha intentado ya en dos ocasiones, en 2020 y en 2023, este procedimiento parlamentario por el que el Congreso de los Diputados puede retirar la confianza al presidente del Gobierno y forzar su dimisión, y las dos han fracasado. Los mismos partidos políticos que una vez tras otra tumban las iniciativas legislativas que presenta el Gobierno y que le impiden aprobar sus presupuestos, se resisten tenazmente en contra de cualquier iniciativa que pretenda poner fin a esta situación, sosteniendo a un Gobierno débil, incapaz de gobernar.

En esta situación de ingobernabilidad, solamente «el presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, y bajo su exclusiva responsabilidad, podrá proponer la disolución del Congreso, del Senado o de las Cortes Generales», conforme al artículo 115 de la Constitución. Pero Pedro Sánchez no puede convocar elecciones anticipadas porque tiene sentados en el banquillo de los acusados a su esposa, Begoña Gómez, imputada por los delitos de corrupción y tráfico de influencias; a su hermano David, imputado por los delitos de malversación, contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social, tráfico de influencias y prevaricación; a su fiscal general del Estado, imputado por un delito de revelación de secretos para perjudicar a una rival política; al que fuera su mano derecha, José Luis Ábalos, imputado por cohecho, malversación, tráfico de influencias y organización criminal; y al que le guardaba los avales por las noches, cuando Sánchez era candidato a Secretario General del PSOE, Koldo, imputado por organización criminal, blanqueo de capitales, cohecho, delitos contra la Hacienda Pública y tráfico de influencias.

Y sus socios de Sumar tienen imputado a Íñigo Errejón, por agresión sexual; acusaciones similares a las que han hecho que Podemos pretenda desentenderse de su fundador, Juan Carlos Monedero. Falta decencia y sobran imputados para que España pueda salir de esta situación. Con un complicadísimo panorama internacional en el que se escuchan tambores de guerra por el norte mientras la emigración ilegal nos invade por el sur, falta decencia para que Pedro Sánchez convoque las elecciones que nos permitan salir de esta endiablada situación de inestabilidad.


Publicado el 25/03/2025 en Okdiario

La Tonta de la Bandera


El periodista y novelista Jaime Campmany ha sido el mayor especialista en tontuna de todos los tiempos, pero a su muerte dejó inconcluso su Diccionario de Tontos; magna obra en la que pretendió recoger más de 500 tipos o especialidades dentro del extenso mundo de los tontos, entre los que, a modo de somero ejemplo, podemos señalar el tontolaba, el tonto del carajo, el tonto de cojones, el celebradísimo tonto contemporáneo, el tonto de remate, o el tonto de solemnidad. Recogió su legado el genial Antonio Burgos, periodista que falleció a finales de 2023 sin haber podido concluir esta enciclopedia universal de los sandios que él quiso renombrar como Elenco de Tontos del Reino, al que contribuyó aportando el más sobresaliente de todos ellos: el «tonto con balcones a la calle», que definió como «aquel cuya estulticia es tan manifiesta que se muestra al exterior», tan solo superado por una especialidad destacada de este mismo tipo de zotes, que es el «tonto con balcón de esquina».

 

Si cualquiera de ellos aún viviera habría identificado inmediatamente a la desde hace más de nueve años diputada en el Congreso, Miriam Nogueras, como la máxima exponente de un nuevo tipo de tonto exhibicionista: La Tonta de la Bandera. En cuanto tiene una cámara y un micrófono delante, a Miriam Nogueras le encanta presumir de su necedad manifestando la simpleza inherente a todos los estólidos con el gesto de apartar de ella la bandera de España, que «simboliza la nación, es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución», según establece la Ley 39/1981 por la que se regula el uso de la bandera de España.

 

Miriam Nogueras alardea de su tontuna tratando de ofender el símbolo del que come. Y con la boca y los dientes que tiene seguro que come mucho más de lo poco que es capaz de reflexionar. El Congreso de los Diputados de España le paga cada año a la Tonta de la Bandera, una analfabeta sin estudios, que antes ejercía de concejal de un pequeño pueblo de menos de 20.000 habitantes, la nada despreciable cifra de  117.698 € cada año, que en los nueve años que ya lleva chupando del bote español suma más de un millón de euros, cifra a la que en su miserable vida podría haber aspirado una becerra que ni siquiera fue capaz de terminar sus estudios de Comunicación Audiovisual y que ahora, a sus 45 años, dice que está estudiando Marketing Digital y Comercio Electrónico para poner algún diploma en su vergonzoso currículum, aunque tenga que ser pagando.

 

Como diputada española, Miriam Nogueras goza de todos los privilegios, no sólo económicos, que le otorga nuestra Constitución, lo que le permite prácticamente ser impune para ultrajar nuestros símbolos. Cuanto más nos ofende, más disfruta, sabiendo que nada podemos hacer contra ella. Cualquier reproche que dirijamos contra la Tonta de la Bandera será recibido con la misma satisfacción que siente el Tonto con Balcones cada vez que sale a la calle a mostrar a los peatones sus escasas luces. A los tontos como Miriam Nogueras sólo se les puede tratar con el desprecio que más les duele, que es ignorándolos y riéndonos de su tontuna para ponerlos delante del espejo. Nuestras protestas se deben dirigir exclusivamente contra Pedro Sánchez, que es el único responsable de que la Tonta de la Bandera junto con la Tonta de las Pistolas, decidan nuestro presente y nuestro futuro; pero de la proetarra María de las Mercedes Aizpurúa ya hablaremos otro día. Hoy toca contar que cada vez que la Tonta de la Bandera ultraja el símbolo de nuestra nación es como si lo estuviera haciendo Pedro Sánchez a cambio de los siete miserables votos por los que tanto está dispuesto a humillarse.

Sánchez querrá llamar ‘Desarme’ al ‘Rearme’

 



«A mí el término rearme no me gusta en absoluto», asegura Pedro Sánchez desde Bruselas, justo después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von del Leyen presentara su plan ReArm Europe por el que pretende movilizar hasta 800.000 millones de euros para fortalecer la infraestructura de defensa de Europa «tanto para responder a la urgencia a corto plazo de actuar y apoyar a Ucrania, como para abordar la necesidad a largo plazo de asumir una responsabilidad mucho mayor por nuestra propia seguridad europea» ante las crecientes incertidumbres sobre el apoyo militar de Estados Unidos. Sánchez no está en contra del rearme, pero no quiere que se le llame rearme. Él mejor preferiría llamarlo Salto Tecnológico de Transformación Digital, porque dice que «creo que tenemos que hablar de otra manera, de dirigirnos a nuestros ciudadanos de otra manera cuando hablamos de la necesidad de mejorar la seguridad y las capacidades de defensa europeas». O sea, cree que nos tiene que engañar.

Quizá esta necesidad le haya sobrevenido a Pedro Sánchez justo cuando ha visto que todos sus socios de investidura votaban en el Congreso de los Diputados a favor de una iniciativa del BNG que insta al Gobierno a «renunciar a cualquier incremento del gasto militar»; iniciativa que ha recibido el voto favorable de Sumar, Podemos, PNV y Bildu y la abstención de ERC. Además, Sumar, el partido liderado por la vicepresidenta del Gobierno de Pedro Sánchez, ha votado en contra de aumentar el gasto en defensa y a favor de otra propuesta para que España deje de ser miembro de la OTAN. Pedro Sánchez se ha comprometido con Europa a aumentar el gasto cuando ni siquiera ha sido capaz de aprobar unos presupuestos que no incluyeran ningún incremento del gasto en defensa, cuestión para la que los tiene a todos en contra. Así que se le ha ocurrido la idea genial: renombrar al Rearme como Salto Tecnológico.

Sánchez no es para nada original. Ya en la novela distópica 1984 de George Orwell, el Gran Hermano llamaba ministerio de la Paz al encargado de la guerra; ministerio de la Verdad al encargado de falsear la historia y ministerio de la Abundancia al que raciona los alimentos. Seguramente inspirado por Orwell, Maduro creó su Viceministro de la Suprema Felicidad Social del Pueblo para atender a los ciudadanos que mueren de hambre y llama a los opositores «golpistas». De momento, Sánchez no ha sido aún capaz de llegar tan lejos, pero todo se andará.

Lo curioso es que nadie se ha sorprendido, porque las personas nos vamos adaptando a estas cosas poco a poco, igual que el enfermo cada vez necesita más dosis de morfina para que le produzca el mismo efecto. Sánchez nos promete que con Bildu no va a pactar, y cuando pacta con los proetarras dice que eso que ha firmado no es un pacto. Asegura que le quitaría el sueño tener a Podemos en su Gobierno y hace vicepresidente a Pablo Iglesias para que todos durmamos mejor. Promete que traerá a España al prófugo Puigdemont para que rinda cuentas ante la justicia y luego aprueba una Ley de Amnistía porque eso es para él hacer justicia. De momento, Sánchez se ha conformado con renombrar al Rearme como Salto Tecnológico, pero su verdadera intención es llamarlo Desarme. Que pierda un par de votaciones más en el Congreso y ya lo veremos.


Publicado el 21/03/2025 en Okdiario

Mazón reacciona ante el ‘fuego amigo’


 

Un editorial titulado «Mazón debe irse ya»; un artículo en portada que dice que «Génova agota su paciencia con Mazón»; o una encuesta comentada como «El efecto Mazón ya daña al PP». No son titulares de la prensa subvencionada con la publicidad institucional del PSOE, sino de los tres periódicos tradicionales más próximos al Partido Popular y todos se han publicado en la última semana. En ninguno de esos tres artículos se sugiere que el ganador de las últimas elecciones autonómicas valencianas, que recordemos más que dobló los resultados de su partido pasando de 19 a 40 escaños, quitando la presidencia al socialista Ximo Puig; en ninguno de ellos se pide que, antes que Mazón, dimitan todos los cargos socialistas que son tan responsables o más que él de lo ocurrido, empezando por Teresa Ribera, entonces ministra de Transición Ecológica, cabeza de la AEMET y de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que tantos errores culpables cometieron ese día.

Es posible que, al ver los titulares que se estaban publicando en la prensa tradicional más próxima al Partido Popular, Carlos Mazón pensara que es mejor hacer lo necesario para que nadie intente moverle la silla, porque sería lamentable que el centroderecha dejara caer a uno de los suyos sin que los socialistas asumieran ni la más mínima responsabilidad. No podemos saber si esta ha sido su única motivación, pero la coincidencia en el tiempo es más que evidente. Justo después de que los periódicos más cercanos al número 13 de la calle Génova comenzaran a exigir su dimisión, Mazón ha llegado a un acuerdo con VOX que le permitirá aprobar los presupuestos de 2025 a cambio de su compromiso para luchar contra el Pacto Verde europeo y contra las políticas que favorecen la inmigración ilegal.

Inmediatamente la izquierda política y mediática ha comenzado a bramar gritándole a Mazón ¡facha, racista, xenófobo de extrema derecha!, por llegar a un acuerdo con los de Santiago Abascal, pero sin darles tiempo, va el mismo Pedro Sánchez que hace cinco días posaba sonriente a las puertas de La Moncloa con una condenada por apoyar a ETA que llama guerreros (gudaris) a los etarras asesinos; y se marca un pacto que ellos deberán calificar también de xenófobo y racista con la formación de extrema derecha catalana que ha conseguido que en Cataluña ya no entren más inmigrantes ilegales a cambio de los 7 miserables votos que Sánchez necesita para aferrarse al Falcon. El PSOE ha pactado con los del prófugo Puigdemont un reparto de menores inmigrantes no acompañados (menas) en función del cual Madrid recibirá más de 700 y Cataluña sólo 20.

Vosotros me diréis ahora cómo van a seguir llamado facha a Mazón por estar en contra de la inmigración ilegal a la vez que aplauden un acuerdo por el que Pedro Sánchez pacta con la extrema derecha independentista que a Cataluña no lleguen inmigrantes ilegales. No sé cómo, pero lo harán. La izquierda política y mediática seguirá blanqueando a los condenados por terrorismo etarra y se seguirá tragando el «racismo» y la «xenofobia» cuando provenga de la extrema derecha catalana, a la vez que atacarán a un partido con unos planteamientos tan democráticos y constitucionales como los de Vox, de eso no cabe duda. Pero al menos esperemos que la prensa que se supone de centro y derecha se aclare de quienes son sus aliados y contra quienes hay que seguir luchando porque confundiéndose de enemigo es más difícil vencer.


Publicado el 18/03/2025 en Okdiario

Tatyy Amiga Linda se la pagas tú


 

En 1976, Fernando Vizcaíno Casas, uno de los autores contemporáneos españoles más vendidos, estrenó su novela Niñas… al salón, que al año siguiente llevó al cine Vicente Escribá. Los nombres de sus protagonistas, empleadas de El Paraiso, un burdel donde ejercían el oficio más antiguo del mundo, eran Maite La QuitapenasLaura, MarionaGabi, Chelo, Patro y Vicky, entre otras. Unos años antes, en 1973, el Premio Nobel Mario Vargas Llosa había publicado su cuarta novela, titulada Pantaleón y las visitadoras, que también fue convertida en película. En esta nos encontramos a Olga La Brasileña, La Chuchupe, Luisa La Pechuga, Peludita y Vanessa; todas ellas integrantes de un servicio de «visitadoras», que deben atender las necesidades sexuales de las tropas peruanas apostadas en la Amazonía Peruana. En 2025, Koldo y Ábalos tenían a Jésica 20 Minutos, Alini Mi OportunidadTatyy Amiga LindaAdriana Brasileira y a Iris Zapapodos que en nada desmerecen los imaginados por Vargas Llosa o Vizcaíno Casas.

Han pasado 50 años, medio siglo en los que no ha cambiado nada para Maite La Quitapenas ni para Luisa La Pechuga, como nada había cambiado en los casi cuarenta siglos transcurridos desde la época en la que la Biblia nos cuenta la historia de la prostitución de Tamar, la nuera de Judá, bisnieto de Abraham. Tamar se prostituye para sacar adelante a sus hijos cuando se queda viuda, lo que no debe ser muy distinto en los casos de Olga La Brasileña, Mariona o Tatyy Amiga Linda. La jodienda no tiene enmienda, dice una antigua expresión española para explicar de forma sencilla que, en todos los tiempos, con todas las leyes y sean cuales sean los baremos morales, existirán algunas personas que pagarán a otras a cambio de unos servicios sexuales que no podrían obtener de otra forma.

Pero existe una diferencia abismal en estas historias. Judá le pagó a Tamar entregándole su sello, su cordón y su bastón; los clientes de El Paraíso pagaban a La Quitapenas de su propio peculio; las integrantes del Servicio de Visitadoras para Guarniciones, Puestos de Frontera y Afines (SVGPFA) cobraban sus servicios oficialmente del ejército peruano; mientras que Ábalos y Koldo le han pagado a Jésica 20 Minutos haciendo que la contratasen empresas públicas dependientes de su ministerio, mientras que a Alini Mi Oportunidad y a Tatyy Amiga Linda les pagaban con las comisiones que obtenían de adjudicaciones de contratos públicos como los de las mascarillas, la trama de hidrocarburos o las obras que están siendo investigadas por la justicia. Prostitutas para un ministro pagadas fraudulentamente con esos altísimos impuestos que la izquierda repite que son para educación y sanidad.

Los socialistas afirman que son todos feministas y abolicionistas. El PSOE intenta convencer a sus socios comunistas e independentistas para que aprueben su propuesta para prohibir la prostitución al mismo tiempo que se endurecen las penas contra el proxenetismo. A la vez nos enteramos de que el padre y el tío de Begoña Gómez explotaban una sauna gay en un local alquilado a Muface encima del cual arrendaban cuchitriles por horas, en otro inmueble por el que pagaban una renta de chollo también al miso organismo público. Igualmente son conocidas las recientes andanzas con prostitutas del socialista Tito Berni. Y no nos olvidamos de los miles de euros robados a los parados andaluces, que los socialistas se gastaban en el club Don Ángelo, de Sevilla. El diario de sesiones del Senado del 23 de octubre de 2018 recoge como un ministro Ábalos puesto en pie señala con el dedo a un senador del PP y dice, indignado «en lo público soy exacto, estricto; y en lo privado me lo costeo yo». Te tienes que reír. Al igual que el resto de políticos de izquierda, el feminismo de los socialistas es más falso que el cartón piedra, pero, además, la relación del PSOE con la prostitución es indisoluble y eterna; y encima hacen que a Tatyy Amiga Linda y a Alini Mi Oportunidad se las tengamos que pagar tú y yo.


Publicado el 13/03/2025 en Okdiario

Que el soldado Sánchez se salve solo


 

Según le contó en 2015 a Bertín Osborne cuando lo entrevistó en su casa, Pedro Sánchez hizo la mili al terminar la carrera, pocos años antes de que Aznar pusiera fin al servicio militar obligatorio, forzado por un Jordi Pujol que le impuso esa condición para investirlo tras las elecciones generales de 1996, en aquellos tiempos en los que el del PP confesaba que hablaba catalán en la intimidad. Existen fotografías de la jura de bandera de un rapado presidente del Gobierno en el Centro de Instrucción de Reclutas (CIR) de Cáceres, donde apenas permaneció tres meses hasta que fue destinado al Servicio Geográfico del Ejército, situado en el acuartelamiento Alfonso X, en Campamento (Madrid), por donde se dice que apareció poco y disfrutó de muchos permisos. A Bertín Osborne le dijo que prefirió hacer la mili porque sólo eran 9 meses, en vez de los 13 de la prestación social a la que estaban obligados los objetores de conciencia, más acordes con su ideología socialista.

Unos años después de vestir de militar y besar la bandera, tras ser proclamado por primera vez secretario general del PSOE, en una entrevista que concedió a El Mundo en octubre de 2014 le preguntaron «¿Qué Ministerio sobra y qué presupuesto falta?», a lo que Sánchez respondió como haría cualquier aspirante a Miss Universo: «Falta más presupuesto contra la pobreza, la violencia de género… Y sobra el Ministerio de Defensa». Ni Yolanda Díaz podría haberse explicado mejor. Pero a estas alturas a nadie se le ocurriría esperar coherencia de un político que ha titulado su biografía Manual de resistencia y que ya ha demostrado sobradamente que no se siente obligado por nada de lo que haya dicho o prometido y que se ríe cuando le muestran una hemeroteca plagada de bulos, mentiras e incumplimientos que sus votantes perdonan porque «al menos no gobierna la derecha» y encima es guapetón.

Si Sánchez saca provecho de hacer la mili, la hace; si luego le conviene convertirse en un furibundo antimilitarista, se convierte; y si al poco le viene bien proponer un incremento brutal en el gasto militar, lo propone y se queda tan ancho; aprovechando de paso para atacar a la oposición que le ganó las últimas elecciones hace apenas dos años. Pedro Sánchez ha pactado con sus socios de la OTAN y de la Unión Europea aumentar significativamente el gasto militar de España, partida en la que actualmente y tras casi 7 años de gobierno socialista, nos encontramos a la colaEn el último año Sánchez apenas dedicó un 1,28% de nuestro PIB a gasto militar. El presidente del Gobierno se ha comprometido a elevar este gasto hasta el 2% mientras que Donald Trump exige a sus socios de la OTAN que lleguen hasta el 5%. Pero Sánchez no tiene votos para aprobar este incremento y sus socios comunistas ya le han dicho que verdes las han segado, así que le toca aprobarlo con Feijóo.

Sánchez piensa que Feijóo está obligado a sacarle adelante este compromiso internacional, como hace 15 meses le aprobó la renovación del CGPJ y hace un par de meses le salvó la subida de las pensiones, en un paquete en el que además iba el palacete de regalo al PNV y la protección de los okupas. Está convencido de ello porque Sánchez lo ha pactado así con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que pertenece a la CDU alemana, socio del PP. Tan seguro está del apoyo del gallego que lo ha citado el próximo jueves para una reunión de 15 minutos, en medio de las que mantendrá con sus socios proetarras de Bildu y con sus amigos golpistas de ERC, con quienes probablemente estará más tiempo a pesar de que van a votarle en contra, pero con ellos se lleva mejor y se siente más a gusto que con el gallego.

Publio Terencio Afro, autor de comedias de la época de la República romana, dijo que «mala cosa es tener un lobo cogido por las orejas, pues no sabes cómo soltarlo ni cómo continuar aguantándolo», a lo que el sabio refranero español respondería con eso otro de «más vale una vez colorado que ciento amarillo». Feijóo ni siquiera debe acudir a la cita con Sánchez; los votos que necesita, que se los pida a sus socios y si no puede gobernar, que convoque elecciones. Hay que dejar que Sánchez se estrelle, que siempre habrá tiempo después para recomponer lo que ahora se rompa. Y el soldado Sánchez que se salve solo.


Publicado el 11/03/2025 en Okdiario

Racismo y xenofobia en el pacto de Sánchez con Puigdemont


 

Sólo la mitad de los madrileños han nacido en Madrid. Lo dice el Instituto Nacional de Estadística (INE), que es quien elabora el Padrón. Más del 20% de los habitantes de la Comunidad de Madrid nacieron en el extranjero y casi un 24% lo hicieron en otra comunidad autónoma. Si en vez de hablar de la Comunidad nos referimos a la capital, ahí los madrileños no superan el 49%, con un 25% de nacidos en el extranjero y un 26% en otras regiones españolas. ¿Qué parecería a los votantes socialistas madrileños ver el logotipo del PSOE en un proyecto de Ley Orgánica sobre inmigración que dijera que un 50% de la población madrileña ha nacido fuera de Madrid? Pues en Cataluña lo han hecho, a cambio de los siete votos del partido del prófugo de la Justicia, el PSOE de Pedro Sánchez ha puesto su logotipo y su firma en un proyecto de Ley sobre inmigración que justifica su necesidad en que «un 24% de la población catalana ha nacido fuera de Cataluña».

Evidentemente, el PSOE y Junts se confunden y esos datos están mal. En realidad, el 24% que dicen que «han nacido fuera de Cataluña», es una errata que se corresponde con los extranjeros nacidos fuera de España y los habitantes de Cataluña que han nacido en otras regiones españolas son sólo el 14% según el Instituto de Estadística de Cataluña. Pero el error en el dato sólo demuestra la incompetencia y pocas luces de los negociadores de ambos partidos. Lo verdaderamente importante está en el hecho de que el PSOE considera que el porcentaje de población nacida en el resto de España que reside en Cataluña es un problema de inmigración que pone en riesgo la identidad, la cultura y la lengua catalana; con independencia de cuántos de ellos han aprendido a hablar catalán, aunque haya sido a la fuerza, como les pasa a los empleados públicos.

El secretario de Organización de Podemos, Pablo Fernández, ha anunciado que su formación va a «votar radicalmente en contra» de este proyecto de ley que ha calificado de «racista». Dicen los morados que es «un acuerdo para descentralizar el racismo», que «compra marcos abiertamente de extrema derecha» por afirmar «que la inmigración es una amenaza para la identidad y para la lengua catalana». Traducido del podemita a un idioma que podamos entender todos lo que ha dicho Podemos es que para que ellos voten a favor de la propuesta de la ultraderecha catalana les tienen que permitir a cambio colgarse la medalla de esa regularización extraordinaria de más de medio millón de inmigrantes ilegales que llevan meses pidiendo. Pero no dicen que la propuesta sea racista y xenófoba por equiparar a los extranjeros con los españoles nacidos fuera de Cataluña, que eso a ellos les debe parecer bien.

No ha pasado tanto tiempo desde que el que fuera presidente de la Generalidad de Cataluña a propuesta de Puigdemont, Quim Torra, afirmara sobre los españoles que somos «bestias carroñeras, víboras, hienas. Bestias con forma humana, que destilan odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con verdín, contra todo lo que representa la lengua». Ni siquiera hemos podido aún olvidar cuando Jordi Pujol dijo aquello de que «el gran éxito de Cataluña es que ahora mismo haya inmigrantes que se apellidan Fernández o que son chonis, y hacen proclamas soberanistas», o escribiera esto otro de que «el hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico, es un hombre destruido… es generalmente un hombre poco hecho, un hombre que hace centenares de años que pasa hambre y vive en un estado de ignorancia, y de miseria cultural, mental y espiritual». Los independentistas catalanes han sido siempre racistas y xenófobos. La novedad es que ahora ese discurso de odio a los de fuera esté encabezado con el logotipo del PSOE y que los de Pedro Sánchez quieran que se lo traguen sus votantes a cambio de siete miserables votos.


Publicado el 06/03/2025 en Okdiario

¿Cuántas Jésicas estamos pagando?


 

El Ministerio de Hacienda, responsable del Inventario de Entidades del Sector Público Estatal, Autonómico y Local, publicó en enero de 2025 sus datos financieros y estadísticos correspondientes al cierre de 2023. Una de las 4.852 entidades registradas en dicho inventario es Ingeniería y Economía del Transporte (Ineco), que a diciembre de 2023 declaraba una plantilla de 5.133 personas. También está registrada Tecnologías y Servicios Agrarios (Tragsatec) con 11.602 personas contratadas a esa fecha; así como la empresa dependiente del Ministerio de Transportes, Logirail, que en 2023 declaraba una plantilla de 3.316 personas. A esa fecha la plantilla total de empleados en las entidades correspondientes sólo al sector estatal fue de 129.443 personas, a las que habrá que sumar las contratadas por las entidades autonómicas y locales.

El que fuera mano derecha de Pedro Sánchez durante tantos años, José Luis Ábalosenchufó a Jésica Rodríguez primero en la empresa pública Ineco, dependiente del ministerio de Fomento en aquella etapa, y ahora de la cartera de Transportes. Allí estuvo cobrando durante dos años sin ir a trabajar, según ella misma le ha contado al juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente; y cuando se le acabó ese contrato la enchufó en otra empresa pública, Tragsatec, filial tecnológica del grupo Tragsa, controlado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), de donde cobró durante otros seis meses sin trabajar. Pero Jésica Rodríguez García no fue la única enchufada, después de ella vino Andrea de la Torre Maeso, enchufada durante dos años en la empresa Logirail, filial de RENFE y dependiente del Ministerio de Transportes, empresa donde sustituyó a otra enchufada de Ábalos, la que fuera Miss Asturias +30 en 2017, Claudia Montes.

El sucesor de Ábalos en el ministerio de Transportes, Óscar Puente, compareció hace tres meses en la Comisión de Investigación en el Senado sobre el caso Koldo y allí aseguró que había consultado las circunstancias de la contratación de Jésica Rodríguez en la empresa pública Ineco, dependiente de su ministerio, comprobando que «se han seguido los procedimientos de contratación habituales; no hay nada en esos expedientes de contratación que me haya hecho pensar la existencia de ninguna ilegalidad. Si yo la hubiera detectado, no tenga ninguna duda de que había procedido a formular la denuncia correspondiente». Añadiendo que «el currículum de esta persona (Jésica) era compatible con los requisitos exigidos en la vacante. Se inició el proceso para valorar su idoneidad para el puesto ofertado, se realizó una entrevista personal y el resultado obtenido en dicho proceso fue favorable».

En su declaración ante el juez Jésica Rodríguez ha contado que «el Sr. Ábalos me dijo que era bueno que trabajase mientras estudiaba. Le di mi CV, se lo mandé por WhatsApp y a finales de febrero me llamaron por teléfono diciéndome que tenía que echar mi CV en una web. Luego me llamaron para ir a hacer una entrevista con un señor, no recuerdo su nombre. La entrevista fue muy sencilla, para conocerme. Era para ser auxiliar administrativo. Yo tenía un grado superior, y estaba estudiando la carrera y tenía conocimientos de Office, que era lo único que necesitaban. Fui a recoger un portátil que necesitaba para el trabajo, hice un curso de riesgos laborales, y me dijeron que tenía que estar a la espera de que Joseba –el hermano de Koldo– me dijese… tenía que estar a la espera de que él me necesitase». En dos años no la llamó en ninguna ocasión, jamás la necesitó, nunca trabajó, pero todos los meses cobraba.

Según el ministro Óscar Puente, este es el procedimiento habitual de contratación en las empresas públicas. 4.852 entidades estatales, autonómicas y locales con ni se sabe cuántos cientos de miles de personas contratadas, pero serán muchas más de las 129.443 contratadas sólo en las entidades estatales. ¿Nos hacemos una idea de cuántas Jésicas, Andreas y Claudias le estamos pagando a cuántos como José Luis Ábalos y Óscar Puente? ¿Cuántas amigasparejasesposashermanas o sobrinas cobran un sueldo sin ir a trabajarResulta imprescindible que se realice de manera urgente una auditoría independiente de estas entidades para que todos estos enchufes se corten de raíz porque es ingenuo e infantil confiar en que este sea un caso excepcional cuando ya hemos comprobado lo fácil que les resulta pagarse cualquier capricho a nuestra costa. ¡Que cada Ábalos se pague sus Jésicas de su bolsillo!


Publicado el 04/03/2025 en Okdiario