El pasado sábado
miles de extremeños se manifestaron en Madrid, reivindicando un tren digno para
Extremadura. Fueron llevados en tren y en más de 300 autobuses, convocados por
los partidos políticos, patronal y sindicatos. Autobuses, bocadillos y
actuaciones musicales gratis -o sea pagados por la administración- aseguraron
la masiva afluencia a una causa justa. Y es que de Badajoz a Madrid se tardan 3
horas y media en coche y en tren casi 6 horas, con suerte. Porque lo más
probable es que las frecuentes averías que afectan a unas instalaciones ferroviarias
decimonónicas carentes de mantenimiento, hagan que el viaje se convierta en una
aventura.
Extremadura tiene
menos de 1,1 millones de habitantes en más de 41.000 km2. O sea el
2% de la población de España en más del 8% de su superficie y con apenas el
1,6% de su PIB. Y elige a 10 diputados muy repartidos entre PSOE y PP, de forma
que sólo uno de ellos suele oscilar entre ambos. Electoralmente tiene poco
interés. No obstante, hace ya quince años, Aznar y Durao Barroso firmaron en
Figueira da Foz un acuerdo para que, a partir de 2010, el AVE Madrid – Lisboa
pasara por Cáceres y Badajoz. Se esperaba que este hito, que conectaría las dos
capitales en 2 horas y 45 minutos, circulando a 350 km/h, revolucionaría las
comunicaciones extremeñas y sería un impulso socioeconómico de enorme
trascendencia, tanto para la industria como para el turismo. Aunque seguramente
será un servicio público de poca rentabilidad económica, pero con una enorme repercusión
social.
Pero cuando tras el
atentado del 11M Zapatero ganó las elecciones de 2004, comenzaron los recortes
y el AVE extremeño se quedó sin dinero. Pese a que la vicepresidenta Fernández
de la Vega prometió en un mitin en Mérida en 2007 que el AVE llegaría a Extremadura
en 2010, en los 8 años de gobierno socialista, de los 4.730 millones previstos
para el proyecto, el PSOE sólo puso 415 pese a tener 1.210 presupuestados. Por
su parte el PP ha invertido 955 millones en 5 años. Entre unos y otros en 15
años apenas se ha invertido un 30% del total del proyecto y no hay nadie que se
crea que para 2020 este tren vaya a estar funcionando. Y ahora, el mismo Fernández
Vara que se negaba a exigir al Gobierno de Zapatero que cumpliera las
inversiones previstas, se acaba de dar cuenta del retraso y le ha entrado prisa.
En comparación todas
las capitales catalanas llevan años conectadas por AVE. La primera línea férrea
de España se construyó entre Barcelona y Mataró, en 1848. Ya en el siglo XIX se
protegía con aranceles su industria textil. La primera ciudad española con
alumbrado eléctrico fue Gerona, en 1886. En 1943 Franco decretó que sólo
Barcelona y Valencia pudieran realizar ferias de muestras internacionales.
Catalanas son las primeras autopistas que se construyeron en España. El INI
inauguró en 1953 la primera fábrica de SEAT en Barcelona. Y hace unos días, el
Ministerio de Agricultura, haciendo caso al Consejo Regulador del Cava, en
manos de bodegueros catalanes, ha prohibido nuevas hectáreas de cultivo en los
próximos 3 años. La producción extremeña había pasado de 76.000 botellas en
2004, a casi 6 millones en 2017. La industria catalana ha visto como en muy
pocos años ha perdido un 5% del mercado y ha usado su influencia para poner
freno a la competencia. Si continuamos como durante los últimos siglos,
potenciando sólo a unas regiones, condenamos al resto al atraso y la pobreza. A
ver si resulta que en España hay que saltarse la ley y amenazar al Estado para
conseguir lo que ya todos tienen.
Publicado el 22/11/2017 en OKdiario
No hay comentarios:
Publicar un comentario