Cuando el 23
de febrero de 1981 el teniente coronel Antonio Tejero, pistola en mano, asaltó
el Congreso de los Diputados, a las órdenes de los generales Armada y Milans
del Bosch, y desde la tribuna gritó aquello de: “¡Quieto todo el mundo!”, los españoles no tuvimos que sentir la
vergüenza de ver a ningún político con este rollo de DIALOGAR Y NEGOCIAR con
los golpistas. Como es lógico, lo único que todos queríamos entonces es que se frenara
el golpe de Estado, que se detuviera a sus responsables, que se les juzgara y
que cumplieran sus condenas. Asombrosamente estos días asistimos al bochornoso
espectáculo de ver a muchos de los políticos actuales, que dicho sea de paso,
no llegan a la suela de los zapatos de los de entonces, intentar convencernos
de que con los golpistas de ahora sí hay que DIALOGAR Y NEGOCIAR. Bueno, vale,
puede ser, siempre que los temas a tratar sean estos y no otros.
Los
golpistas, los que nos han traído hasta aquí, deben empezar por DIALOGAR Y
NEGOCIAR con jueces y fiscales la fecha y hora en la que se van a entregar. Si
deponen voluntariamente su actitud y se entregan sin ir más allá, sin causar
más violencia ni desmanes, a lo mejor podríamos conformarnos con que los
inhabiliten de por vida y pasen en la cárcel el tiempo imprescindible que
marque la ley, siempre que devuelvan de su propio peculio todo el dinero que
han hecho gastar ilegalmente a la administración. No hay nada más que hablar
con ellos.
Con los
partidos independentistas tenemos que empezar ya a DIALOGAR Y NEGOCIAR las
medidas necesarias para que esto no pueda volver a pasar. Tenemos que llegar a
un acuerdo sobre el proceso por el que van a devolver las transferencias en
educación, para que los pobres niños catalanes dejen de ser manipulados con sus
mentiras. También hay que ver cómo van a sacar sus sucias manos de todos los
medios de comunicación con los que, hasta ahora, han estado insultándonos a
todos a diario; privatizando los que puedan ser rentables y cerrando todos los
que no se puedan privatizar. Y, por supuesto, se deben eliminar las
subvenciones a medios de comunicación y
tratar con absoluta transparencia los contratos públicos que les afecten. Y
también tenemos que hablar sobre qué se hace con los miembros de los Mozos de
Escuadra cuando se cierre ese cuerpo y se juzgue a sus mandos. Respecto a todo
el dinero que hasta ahora han robado hay poco que hablar, ahí la justicia debe
actuar con toda la dureza posible para que lo devuelvan y cumplan sus condenas
hasta el último día.
Y con
Podemos y todos los que se han retratado como enemigos de la ley y el orden,
los únicos que tienen que DIALOGAR Y NEGOCIAR son sus antiguos votantes y el
PSOE que los respalda. Ya han comprobado que su principal interés es romper
España y que sueñan con provocar una guerra civil tras la que poder convertir
los restos que queden en un régimen comunista. Sus votantes, junto con el PSOE,
verán cómo los sacan de las instituciones. Los demás debemos ponernos de
acuerdo para reformar la Constitución de forma que los partidos regionales
pierdan el poder de chantaje que tienen ahora, y para recuperar las
competencias en educación, sanidad y fiscalidad. También tenemos que hablar
para ver si queremos que siga saliendo tan barato escupir sobre nuestros
símbolos, o decidimos que los vamos a empezar a hacer respetar. Efectivamente,
hay mucho sobre lo que DIALOGAR Y NEGOCIAR, cuanto antes empecemos mejor para
España.
Publicado el 11/10/2017 en OKdiario
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