Pedro
Sánchez tiene 44 años es economista y ha trabajado como asesor en el Parlamento
Europeo, concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid, profesor de
universidad privada y diputado. Pablo Iglesias tiene 37 años, es licenciado en
derecho y politólogo; ha trabajado como profesor interino de la Complutense y
en diferentes medios de comunicación, eurodiputado y diputado. Albert Rivera
tiene 36 años, estudió derecho y ha trabajado 4 años en la asesoría jurídica de
La Caixa de donde pasó a diputado autonómico y a diputado. Con estos currículos
nadie los contrataría ni para gestionar una Pyme de 50 trabajadores, pero en
España se les vota para gestionar un presupuesto de más de 300 mil millones de
euros. ¿Por qué? porque España se ha infantilizado. No digo que sea el único
motivo, aquí siempre se ha votado por sectarismo, se vota más contra algo que a
favor de alguien, la crisis provoca el deseo de encontrar salidas nuevas y
mucho hartazgo. Sí, pero si se votara con madurez, aún ni con todo eso, nadie
votaría a esos tres currículos tan míseros.
Las
imágenes que nos llegan del Congreso de los Diputados en los últimos meses son
también infantiles. Los nuevos diputados son incapaces de llegar a acuerdos y
sólo fingen negociaciones por pura pose. No estiman necesario mostrar respeto a
sus representados vistiendo de un modo adecuado al lugar que ocupan, las
escenas más inverosímiles se repiten sin parar, se hacen fotos, se graban en
vídeo, muecas, gestos, chillidos, morreos, jueguecitos de todo tipo. Y ‘la cla’,
que les ha votado, les aplaude con inusitado entusiasmo, porque son como niños.
A esta España infantil sólo le interesa el futbol y los cotilleos, el Marca y
el Pronto. Telecinco se sitúa como líder de audiencia emitiendo Sálvame,
presentado por Jorge Javier Vázquez, mientras el resto de cadenas da el debate
de investudura, y esa misma audiencia es la que vota a estos mindundis.
Somos
una nación de niños malcriados, acostumbrados desde hace varias generaciones a
recibirlo todo gratis, sin merecimiento y sin esfuerzo. Exigimos educación
gratis, sanidad gratis, un salario para los que no trabajan y que se les pague
la luz y la calefacción; todo por derecho. En los estudios hay que igualar por
abajo, para que los que menos se esfuercen no se sientan discriminados. Todos
universitarios sin despeinarse. Cada cual tiene derecho a estudiar lo que más
le motive y luego la sociedad está obligada a proporcionar trabajos adecuados a
esas motivaciones florales. Los empleos deben estar remunerados de acuerdo a
los estudios del trabajador, y no a lo que sean capaces de producir. Nos
interesan más las vacaciones y el ocio que el esfuerzo y el sacrificio. Y así
todo.
Publicado el 06/09/2016 en OKdiario
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