Sólo con el informe de los interventores, Sánchez debería dimitir


 Carlos Barrabés, el empresario experto en Comercio por Internet y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones que le montó a Begoña Gómez sus másteres en la Universidad Complutense, tuvo muchísima suerte de hacerse amigo de la mujer de Pedro Sánchez. Como empresario, sus inicios se remontan a la tienda de material de montaña que su padre tenía en Benasque, una pequeñísima población oscense situada en el corazón de los Pirineos, muy cercana a la estación de esquí de Cerler en la que a Pedro Sánchez le apasiona practicar el snowboard. Barrabés y su hermano hicieron crecer la pequeña tienda de su padre aprovechando los inicios del comercio electrónico y aplicando posteriormente esta experiencia para convertirse en asesor de otras empresas tecnológicas, llegando a colaborar con multinacionales como Telefónica y el Banco Santander. Hasta que su amistad con el matrimonio Sánchez – Gómez le abrió la puerta a nuevos… digamos, «mercados».

En todos los años anteriores a que Pedro Sánchez alcanzara la presidencia del Gobierno en junio de 2018, las empresas de Barrabés habían conseguido contratos públicos por menos de 100.000 euros acumulando toda su trayectoria. A partir de que Sánchez llegó a la Moncloa ha sido agraciado con casi 23 millones de euros en contratos públicos procedentes de diferentes administraciones dependientes del Gobierno. Begoña Gómez firmó en julio de 2020 una carta de recomendación hacia las empresas de Barrabés que éste utilizó en sus concursos públicos. Antes de esa carta, todos los contratos que le habían sido adjudicados al amigo de Begoña alcanzaban un importe conjunto de algo menos de 900.000 euros. Después de la carta de Begoña, la suma de contratos públicos adjudicados a las empresas de Barrabés supera los 22 millones de euros. Entre julio de 2020 y agosto de 2022, en sólo dos años siguientes a la recomendación de Begoña Gómez, Barrabés logró que le adjudicaran 20 millones de euros en contratos públicos. Nada mal para una pequeña tienda de vacaciones invernales.

La mala noticia para el Clan de Benasque es que en España y pese a Pedro Sánchez, aún quedan funcionarios pertenecientes a la Intervención General del Estado del Ministerio de Hacienda que hacen su trabajo de fiscalización sin someterse nada más que a lo que dicta la ley. Y a esos funcionarios honrados Pedro Sánchez y Begoña Gómez no pueden usarlos a su antojo, como hacen con el fiscal general del Estado, el presidente del Tribunal Constitucional o el presidente del CIS. Dicen los interventores que toda esta barbaridad de contratos públicos que se le dieron a Barrabés tras la carta de recomendación de la mujer de Pedro Sánchez fueron adjudicados con criterios arbitrarios, fruto de una «actuación discriminatoria y contraria al principio de igualdad» para beneficiar a Barrabés amañándole las puntuaciones «injusta e ilegalmente» para, «incumpliendo la ley», darle contratos públicos del Gobierno en detrimento de otros licitadores. ¡Casi nada!

Los interventores han llegado a informar de que en uno de los documentos de valoración figura «una anotación de la que parece deducirse que la valoradora recibió una instrucción de bajar la puntuación a un licitador, sin que figure el motivo». Así como que algunos documentos de valoración fueron aparentemente modificados en fechas recientes y sus metadatos fueron borrados, cometiéndose una enorme lista de irregularidades administrativas de las que siempre resultaba beneficiado el amigo de Pedro Sánchez y Begoña Gómez. Aún faltan meses para que todos estos procedimientos judiciales finalicen con sentencias firmes, pero a día de hoy ya sabemos lo que ha pasado, gracias al trabajo honesto de todos estos interventores, guardias civiles, policías, jueces y prensa libre. Estos informes son las pruebas que necesita la opinión pública para saber lo que ha ocurrido y concluir que Sánchez no puede seguir ni un día más en La Moncloa.


Publicado el 30/09/2025 en OKDIARIO

El moderado discurso del Rey ante la ONU


 

«No somos, Señor, un periódico editorialmente monárquico. Pero sí nos calificamos como un medio pragmático. Monárquicos filosóficamente o intelectualmente, no; pero monárquicos pragmáticamente, sí», le dijo Eduardo Inda Felipe VI en la audiencia concedida con motivo de nuestro décimo aniversario. A lo que añadió el director de OKDIARIO, «lo que funciona, no se toca. Y sobra decir que la monarquía parlamentaria funciona, vaya si funciona».

Como Liberal, la Monarquía por muy parlamentaria que sea, es un sistema que me chirría. Una monarquía puede ser, y de hecho en la práctica muchas veces es, mucho más democrática que todas esas repúblicas que se comportan exactamente como regímenes totalitarios. Pero que el jefe del Estado tenga carácter hereditario no es el modelo que mejor se ajusta a la soberanía popular que defiendo como liberal, a pesar de que todos los derechos y libertades estén sometidos a la misma Constitución a la que está sujeta esa monarquía parlamentaria.

Pero como Enfurruñada, que es el otro componente fundamental de mi personalidad virtual, tan potente o más que el de liberal, trato de imaginar cómo sería vivir en un país en el que el Jefe del Estado fuera un presidente de la República elegido con los votos de Bildu, de los comunistas y de los golpistas catalanes, como por ejemplo Pedro Sánchez, esposo de la pentaimputada Begoña Gómez y hermano del doblemente imputado David, el de La danza de las chirimoyas; y además tener a una primera ministra ejerciendo como jefe del Gobierno, que podría ser, por ejemplo, María Jesús Montero, con sus dos manos vendadas de tanto ponerlas en el fuego por toda la pandilla de presuntos delincuentes que la rodean. Pragmáticamente hablando, como dice nuestro director, no hay color. Es mucho mejor tener a Felipe VI y Letizia Ortiz representándonos por el mundo, a que les sustituyeran Pedro Sánchez con María Jesús Montero o Yolanda Díaz.

Pero, como se dice en mi tierra, el buen jamón tiene tocino y hueso, porque si es todo magro y no tiene nada de grasa, eso no hay quien se lo coma. Así que una monarquía parlamentaria tan aseada como la nuestra ha de tener, por fuerza, cosas que no nos gusten. Por ejemplo, el discurso que Felipe VI pronunció este miércoles en la Asamblea General de la ONU, en el 80º aniversario de la organización que, como todos los actos del Rey, tuvo que ser refrendado por el Gobierno y, en consecuencia, consensuado con La Moncloa.

Le salió al Rey un discurso muy moderado, que no gustó a nadie. Los progres están muy enfadados porque el Rey no usó la palabra genocidio, llamó terroristas a los terroristas de Hamás, reconoció el derecho de Israel a defenderse, exigió la liberación inmediata de todos los rehenes retenidos por Hamás «con tanta crueldad», y pidió «el reconocimiento universal del Estado de Israel». Mientras que algunos de quienes apoyan incondicionalmente a Israel en esta guerra le reprochan a Felipe VI que les exigiera que «aplique el derecho internacional humanitario» y que «detengan ya esta masacre».

Con tanta furia han reaccionado contra nuestro Rey tanto unos como los otros. Ni los progres entienden que Felipe VI se negara a imitar a Pedro Sánchez calificando como genocidio lo que ni la Corte Penal Internacional, ni la Corte Internacional de Justicia de la ONU han calificado como tal delito; ni muchos amigos de Israel comprenden que nuestra monarquía está sometida a un Parlamento en el que comunistas, proetarras y golpistas secesionistas le han otorgado la mayoría a un Pedro Sánchez que, forzosamente se tiene que sentar a su lado. Como Liberal y Enfurruñada no hay charco que me sea ajeno, así que yo expreso mi más absoluto desacuerdo tanto con los que lo critican desde un extremo como con los que lo hacen desde el otro.

A mí tampoco me gustó el discurso de Felipe VI. Yo hubiera preferido que dijera que los únicos culpables de todas las víctimas civiles son los terroristas de Hamás, que usan a la población como escudos humanos para camuflarse entre ellos mientras los tienen sometidos por el hambre. Pero reconozco que los discursos del Rey están sometidos a la aprobación de una Moncloa que jamás le habría permitido esas palabras, así que expreso mi disgusto también moderadamente, en primer lugar, para no hacer el juego a los progres pero, sobre todo porque, pragmáticamente, prefiero infinitamente el discurso que pronunció Felipe VI a lo que hubieran dicho Pedro Sánchez o Yolanda Díaz si no tuviéramos a este Rey


Publicado el 25/09/2025 en OKDIARIO

Ana Redondo como Irene Montero: es propaganda machista


 

En relación con la polémica noticia sobre las pulseras antimaltrato destapada en exclusiva por OKDIARIO, ha dicho la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que «aquí lo importante es que las mujeres están protegidas, que las pulseras han funcionado, que los dispositivos han funcionado en todo momento y que se está vertiendo por parte de la oposición un bulo y una mentira, confundiéndolo todo para generar dudas sobre el sistema y para generar miedo a las víctimas» a lo que añadió que «afortunadamente el servicio funciona correctamente; en unos meses licitaremos nuevamente este contrato y hemos incorporado una serie de mejoras técnicas, como por ejemplo una plataforma de datos para que esos datos estén en todo momento a disposición». En resumen, que toda la polémica es un bulo de la ultraderecha, que las pulseras siempre han funcionado perfectamente y que por eso van a sacar el sistema de nuevo a concurso intentando corregir todo lo que está fallando. Parece de Podemos, pero no lo es.

Ana Redondo era la mano derecha de Oscar Puente en el ayuntamiento de Valladolid hasta que, hace un par de años, Pedro Sánchez se la llevó para sustituir a la podemita Irene Montero tras reformar su Ley del Sí es Sí. Del mismo modo que para Irene Montero el feminismo era sólo una excusa para dotarse de un enorme presupuesto económico con el que regar a toda su red clientelar y colocar a toda su pandilla de niñatas amigas y llevárselas de fin de semana a Nueva York en Falcon; para Ana Redondo el feminismo es sólo otra herramienta al servicio del sanchismo y toda su maquinaria de corrupción. Tanto para la podemita como para la sanchista el bienestar de las mujeres importa un comino y lo mismo les da que por culpa de sus chapuzas salgan a la calle miles de violadores como que los maltratadores puedan acercarse a agredir a sus víctimas impunemente.

Las palabras de la sustituta Ana Redondo responden exactamente al mismo esquema que las de la sustituida Irene Montero cuando supimos que, por culpa de sus chapuzas en la redacción de la Ley del Sí es Sí, miles de violadores iban a ver reducidas sus condenas. «Salen muchos titulares escandalosos, pero todavía no se conoce una sola reducción de penas; y no se van a conocer: Es propaganda machista», dijo la madre de los hijos de Pablo Iglesias y solo por eso, ministra de Pedro Sánchez, a pesar de que un año y medio antes de aprobar su ley, el Gobierno disponía de un informe elaborado por el ministerio de la Presidencia, en el que se advertía a los de Igualdad y Justicia de que la eliminación de la distinción entre agresión y abuso sexual provocaría que las penas quedaran «sustancialmente reducidas». Y unos meses después de su aprobación la ley tuvo que ser rectificada gracias a los votos del PP y con la oposición de Podemos, cuando ya era inevitable que miles de violadores vieran reducidas sus condenas.

Primero niegan que exista ningún problema por culpa de estas falsas feministas. Segundo atacan a la oposición tachando de bulos y mentiras toda información que sugiera que sus chapuzas hayan perjudicado a las mujeres. Y finalmente, cuando el daño ya está hecho, hacen como que enmiendan el desastre para encima seguir fingiendo ser feministas. Es lo mismo que hicieron con el Covid y luego repitieron con el apagón, pero en versión feminista. En esto, el sanchismo ha imitado a Podemos poniendo el sectarismo egoísta siempre por delante del interés de las víctimas que genera su gestión chapucera. Tanto la actual responsable de la negligente gestión de las pulseras, Ana Redondo, como la anterior responsable del incompetente cambio de proveedor, Irene Montero, siguen el mismo esquema: chapuza, negación, insulto y rectificación. Ambas usan a las mujeres en beneficio de sus partidos machistas, ninguna es feminista de verdad y las dos tratan a sus votantes como a borregos sin cerebro.


Publicado el 23/09/2025 en OKDIARIO

García Ortiz sigue el camino de Baltasar Garzón


 El ex juez Baltasar Garzón, cuatro años antes de ser expulsado en 2012 de la carrera judicial al ser inhabilitado por el Tribunal Supremo por el delito de prevaricación cometido al ordenar en la cárcel escuchas ilegales para grabar las conversaciones entre los investigados y sus abogados, perjudicando su derecho a defensa; solicitó que se le aportara el certificado de defunción de Francisco Franco, tras declararse competente para investigarle por las desapariciones durante la Guerra Civil y la dictadura franquista. En esa época presidía el Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, quien pocos meses antes de la insólita decisión del juez prevaricador había sido grabado confesándole al periodista Iñaki Gabilondo que «nos conviene que haya tensión», de cara a las elecciones generales de ese año 2008.

Unos años antes Garzón había concurrido a las elecciones dentro de la lista electoral del PSOE, como número dos por Madrid, tras prometerle Felipe González que lo convertiría en superministro de Justicia e Interior; dimitiendo como diputado cuando González eligió a Belloch para ese puesto, para volver a la judicatura, haciendo uso de esas puertas giratorias que tanto gustan a los socialistas. De nuevo con la toga, Baltasar Garzón siguió haciendo política desde los juzgados, de forma que cuando Zapatero pidió tensión, a él se le ocurrió que sería buena idea juzgar y condenar a Franco, aunque llevara 33 años muerto y olvidándose de la ley de Amnistía de 1977, promulgada con el consenso total de todas las fuerzas políticas y principalmente promovida por los partidos de izquierdas, como el PSOE de Garzón.

Álvaro García Ortiz, el fiscal general del sanchismo, aún no ha sido condenado e inhabilitado como Baltasar Garzón, pero en breve se va a sentar en el banquillo de los acusados por el presunto delito de revelación de secretos en el caso relacionado con la filtración de información confidencial sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso, a la que se perjudicó políticamente en beneficio del partido del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien le mantiene en su cargo a pesar de saberse que, sólo siete horas después de que se enteró de que la Sala Segunda del Tribunal Supremo lo iba a investigar, borró todos los mensajes de WhatsApp que había en su móvil; 15 minutos más tarde repitió el proceso de borrado; eliminó la cuenta de Gmail en la que se hacían las copias de seguridad, activando una nueva copia en blanco que sobrescribiera las anteriores; hizo un restablecimiento completo del móvil a los valores de fábrica, eliminando todo lo que quedara; y, por si acaso, cambió de móvil, haciendo desaparecer el que había utilizado los días que ocurrió la filtración, sustituyéndolo por uno nuevo que fue el que le entregó a la UCO de la Guardia Civil.

Y de una forma parecida a como hizo el ex juez prevaricador, Baltasar Garzón, ahora Álvaro García Ortiz ha decidido echarle una mano al presidente del Gobierno que no le cesa pese a estar imputado y resistirse a colaborar con la justicia. El fiscal general del sanchismo ha resuelto investigar al Estado de Israel por unos supuestos crímenes cometidos en la Franja de Gaza que, en su opinión, serían «graves violaciones del Derecho Internacional de los Derechos Humanos», constitutivas del delito de genocidio. Se une así García Ortiz a la campaña iniciada por Pedro Sánchez para distraer la atención de todos los escándalos de corrupción que lo tienen embarrado hasta las cejas a él, a su familia, a su Gobierno y a su Partido Socialista, envolviéndose en la bandera manchada de sangre de los terroristas de Hamás, quienes públicamente aplauden todas sus decisiones. García Ortiz sigue el camino de Baltasar Garzón. Ya sabemos como acabó el ex juez prevaricador que es donde apunta el fiscal de Pedro Sánchez.


Publicado el 18/09/2025 en OKDIARIO

Eurovisión como escaparate del nazismo español


 

Antes de ser asesinado por el Gobierno de la Segunda República tras una farsa de juicio político en la que fue condenado a muerte sin pruebas de ningún delito ni derecho a defensa, a José Antonio Primo de Rivera lo llamaban Juan Simón el Enterrador, como en la célebre copla. Le pusieron ese mote los monárquicos tras sufrir más de 18 muertos entre los suyos durante la campaña electoral de las elecciones que robó, dando un claro pucherazo, el Frente Popular en febrero de 1936. A José Antonio lo ridiculizaban llamándole el Enterrador y a la Falange traduciendo las siglas FE como Funeraria Española. Durante aquella campaña electoral la extrema izquierda cometió más de 480 actos violentos que causaron 41 muertos y 80 heridos de gravedad. Después de las elecciones, entre febrero y julio de 1936, antes del Golpe de Estado, en la llamada Primavera trágica hubo cientos de incidentes con otros 262 muertos entre atentados y represalias; y centenares de iglesias y conventos fueron asaltados e incendiados. Los mataban porque decían que eran fascistas.

El historiador Stanley G. Payne afirmó que «los falangistas fueron los principales blancos de los atentados de la izquierda», pero esta izquierda violenta no es exclusiva de nuestro país. Pocos años antes, los bolcheviques se habían hecho con el poder en Rusia tras la sangrienta Revolución de octubre de 1917. En los años siguientes por todo occidente la izquierda imitó esta violencia revolucionaria que también llegó a España porque el modelo de Estado socialista no es democrático, sino totalitario y violento, ya que es difícil que todo el mundo se deje robar lo que es suyo si no se le obliga por la fuerza. En 2025 el mundo se parece poco al de principios del siglo XX. Las cosas no pueden hacerse igual 100 años después. Los métodos han cambiado pero la violencia de la izquierda es hoy exactamente la misma de entonces.

Ayer, en Utah (USA), fue asesinado Charlie Kirk, comentarista político y simpatizante de Donald Trump, tras recibir un disparo en el cuello mientras daba una conferencia a sus seguidores en la universidad de Orem. Este atentado se suma al del CEO de la multinacional aseguradora médica más grande del mundo, UnitedHealthcare, Brian Thompson, asesinado a finales del año pasado en Nueva York por un anticapitalista que justifica intelectualmente el uso de la violencia. El 13 de julio de 2024 la izquierda intentó asesinar a Donald Trump en Pensilvania, mientras daba un discurso durante un mitin político dos días antes de la Convención Nacional Republicana, previa a las elecciones presidenciales de noviembre, que finalmente ganó.

En España, una vez que los terroristas vascos de izquierdas han dejado de asesinar tras colocar a los proetarras en las instituciones y mientras los independentistas catalanes han pausado su violencia callejera al tener a Pedro Sánchez en la Moncloa; la violencia de la izquierda se centra en los candidatos de Vox. Miembros del Gobierno de coalición han sido grabados sonriendo delante de manifestantes que cantan deseando la muerte de Abascal; sus diputados son apedreados cuando participan en actos del partido; sus carpas electorales son vandalizadas y sus simpatizantes, agredidos continuamente. En todos estos casos recientes siempre se ha repetido el mismo patrón, la violencia política ha sido ejercida por la izquierda contra la derecha, e inmediatamente después del atentado, las redes sociales se han llenado de mensajes de odio contra la víctima, que inevitablemente siempre es tachado de nazi inhumano, lo que justifica que pueda ser agredido e incluso asesinado.

La izquierda ha vulgarizado el término nazi hasta vaciarlo de contenido. Los nazis ya no son los socialistas ultranacionalistas que exterminan judíos, porque ahora los socialistas que odian a los judíos son ellos; así que un nazi es ya cualquiera que, para la izquierda, merezca ser asesinado por oponerse a sus creencias. Si estás en contra de la estafa climática, eres un malvado nazi. Si discrepas de la ideología de género, un maldito nazi. Si quieres defender tus fronteras de la inmigración ilegal, un perverso nazi. Cualquier discrepancia de la ideología de izquierdas te convierte en nazi y con los nazis no se debate, sino que toda la violencia está justificada.


Publicado el 16/09/2025 en OKDIARIO

Nazi es cualquiera que discrepe de la izquierda


 

Antes de ser asesinado por el Gobierno de la Segunda República tras una farsa de juicio político en la que fue condenado a muerte sin pruebas de ningún delito ni derecho a defensa, a José Antonio Primo de Rivera lo llamaban Juan Simón el Enterrador, como en la célebre copla. Le pusieron ese mote los monárquicos tras sufrir más de 18 muertos entre los suyos durante la campaña electoral de las elecciones que robó, dando un claro pucherazo, el Frente Popular en febrero de 1936. A José Antonio lo ridiculizaban llamándole el Enterrador y a la Falange traduciendo las siglas FE como Funeraria Española. Durante aquella campaña electoral la extrema izquierda cometió más de 480 actos violentos que causaron 41 muertos y 80 heridos de gravedad. Después de las elecciones, entre febrero y julio de 1936, antes del Golpe de Estado, en la llamada Primavera trágica hubo cientos de incidentes con otros 262 muertos entre atentados y represalias; y centenares de iglesias y conventos fueron asaltados e incendiados. Los mataban porque decían que eran fascistas.

El historiador Stanley G. Payne afirmó que «los falangistas fueron los principales blancos de los atentados de la izquierda», pero esta izquierda violenta no es exclusiva de nuestro país. Pocos años antes, los bolcheviques se habían hecho con el poder en Rusia tras la sangrienta Revolución de octubre de 1917. En los años siguientes por todo occidente la izquierda imitó esta violencia revolucionaria que también llegó a España porque el modelo de Estado socialista no es democrático, sino totalitario y violento, ya que es difícil que todo el mundo se deje robar lo que es suyo si no se le obliga por la fuerza. En 2025 el mundo se parece poco al de principios del siglo XX. Las cosas no pueden hacerse igual 100 años después. Los métodos han cambiado pero la violencia de la izquierda es hoy exactamente la misma de entonces.

Ayer, en Utah (USA), fue asesinado Charlie Kirk, comentarista político y simpatizante de Donald Trump, tras recibir un disparo en el cuello mientras daba una conferencia a sus seguidores en la universidad de Orem. Este atentado se suma al del CEO de la multinacional aseguradora médica más grande del mundo, UnitedHealthcare, Brian Thompson, asesinado a finales del año pasado en Nueva York por un anticapitalista que justifica intelectualmente el uso de la violencia. El 13 de julio de 2024 la izquierda intentó asesinar a Donald Trump en Pensilvania, mientras daba un discurso durante un mitin político dos días antes de la Convención Nacional Republicana, previa a las elecciones presidenciales de noviembre, que finalmente ganó.

En España, una vez que los terroristas vascos de izquierdas han dejado de asesinar tras colocar a los proetarras en las instituciones y mientras los independentistas catalanes han pausado su violencia callejera al tener a Pedro Sánchez en la Moncloa; la violencia de la izquierda se centra en los candidatos de Vox. Miembros del Gobierno de coalición han sido grabados sonriendo delante de manifestantes que cantan deseando la muerte de Abascal; sus diputados son apedreados cuando participan en actos del partido; sus carpas electorales son vandalizadas y sus simpatizantes, agredidos continuamente. En todos estos casos recientes siempre se ha repetido el mismo patrón, la violencia política ha sido ejercida por la izquierda contra la derecha, e inmediatamente después del atentado, las redes sociales se han llenado de mensajes de odio contra la víctima, que inevitablemente siempre es tachado de nazi inhumano, lo que justifica que pueda ser agredido e incluso asesinado.

La izquierda ha vulgarizado el término nazi hasta vaciarlo de contenido. Los nazis ya no son los socialistas ultranacionalistas que exterminan judíos, porque ahora los socialistas que odian a los judíos son ellos; así que un nazi es ya cualquiera que, para la izquierda, merezca ser asesinado por oponerse a sus creencias. Si estás en contra de la estafa climática, eres un malvado nazi. Si discrepas de la ideología de género, un maldito nazi. Si quieres defender tus fronteras de la inmigración ilegal, un perverso nazi. Cualquier discrepancia de la ideología de izquierdas te convierte en nazi y con los nazis no se debate, sino que toda la violencia está justificada.


Publicado el 11/09/2025 en OKDIARIO

Humo para tapar que se lucró de la prostitución


 

Este miércoles día 10, el juez Juan Carlos Peinado tiene citada a Begoña Gómez para que declare como investigada por el quinto delito que le ha imputado, esta vez por malversación de caudales públicos en la utilización de los servicios prestados por su asesora pagada por Moncloa, Cristina Álvarez, en relación con su actividad privada en la cátedra de la Universidad Complutense. Para profundizar en esta investigación, el juez acaba de solicitar a la Secretaría General de Presidencia del Gobierno todos los correos electrónicos recibidos y enviados desde la cuenta asignada a Begoña Gómez en el dominio presidencia.gob.es; «desde el día 11 de julio de 2018 hasta el día de la fecha». Esta quinta imputación a la esposa de Pedro Sánchez se suma a las cuatro anteriores por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo.

A la imagen de la esposa de Pedro Sánchez sentada de nuevo en el banquillo de los acusados se suman las numerosísimas informaciones que se están publicando acerca de los negocios de prostitución con los que hizo fortuna su suegro Sabiniano Gómez. Este verano, OKDIARIO ha desvelado que el suegro de Sánchez compró la vivienda familiar del presidente cuando vivía de los prostíbulos. Sabiniano, el padre de Begoña Gómez, adquirió ese inmueble, valorado en 700.000 euros, y se lo cedió a su hija, que lo utilizó como vivienda familiar junto a Pedro Sánchez durante años. También hemos publicado declaraciones de un antiguo encargado de una de las saunas, quien ha confirmado que allí se ejercía la prostitución y que de ella se lucraba la familia Gómez. Otro antiguo empleado ha contado a OKDIARIO que había menores de edad trabajando como prostitutos en la Sauna Adán, propiedad del suegro de Pedro Sánchez.

Todas estas informaciones contrastadas hicieron que el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, espetara a la cara de Pedro Sánchez: «¿Pero con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Ha sido partícipe a título lucrativo del abominable ejercicio de la prostitución y ahora quiere prohibirla». Se lo dijo en el Pleno monográfico sobre corrupción celebrado en el Congreso hace ahora dos meses, sin que desde entonces absolutamente nadie ni del PSOE, ni de La Moncloa, se hayan atrevido a desmentir que el presidente del Gobierno se ha lucrado de la prostitución a través de la pentaimputada Begoña Gómez.

Por si todo esto fuera poco, la Sala de lo Penal del Supremo ha decidido hoy abrir juicio oral contra el fiscal general del sanchismo, Álvaro García Ortiz, acusado de revelación de secretos para beneficiar políticamente a Pedro Sánchez, exigiéndole una fianza de 150.000 € bajo amenaza de embargo. Además, a principios del verano, el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura dictaminó que el aforamiento exprés del secretario general del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, lo había sido en fraude de ley, por lo que devolvió el caso, en el que está imputado el hermano del presidente del Gobierno, a la magistrada del Juzgado de Badajoz, Beatriz Biedma, quien en breve continuará sus actuaciones contra David Sánchez. A lo que hay que añadir que diversas informaciones apuntan a que la UCO de la Guardia Civil está investigando al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el socialista Ángel Víctor Torres, por presuntas comisiones recibidas; que se sumaría así a las imputaciones de José Luis Ábalos y del encarcelado Santos Cerdán.

Ante todo el panorama judicial que se cierne contra Pedro Sánchez, su familia y su círculo más cercano, el presidente del Gobierno ha comenzado a esparcir humo como si no hubiera un mañana; empezando, como todo tirano bananero, por el enemigo exterior, enfrentándose al Estado democrático de Israel por su defensa contra los terroristas palestinos; a lo que en breve debemos esperar, sin la menor duda, la resucitación del cadáver profanado de Francisco Franco, aprovechando que en un par de meses se cumple el 50 aniversario de su muerte. Sánchez es capaz de hacer lo que sea para que no se hable de su familia imputada y de cómo se ha lucrado de la prostitución, así que veremos muchos más fuegos artificiales.


Publicado el 09/09/2025 en OKDIARIO

Apertura del Año Judicial sin García Ortiz


Premisa número uno, Álvaro García Ortiz no quiso colaborar con la justicia para demostrar su inocencia, sino que, muy al contrario, destruyó todas las pruebas. Inmediatamente después de enterarse de que la Sala Segunda del Tribunal Supremo le iba a investigar por la filtración de información confidencial sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Álvaro García Ortiz borró todos los mensajes de WhatsApp que había en su móvil; 15 minutos más tarde repitió el proceso de borrado; eliminó la cuenta de Gmail en la que se hacían las copias de seguridad, activando una nueva copia en blanco que sobrescribiera las anteriores; hizo un restablecimiento completo del móvil a los valores de fábrica, eliminando todo lo que quedara; y, por si acaso, cambió de móvil, haciendo desaparecer el que había utilizado los días que ocurrió la filtración, sustituyéndolo por uno nuevo que fue el que le entregó a la UCO de la Guardia Civil.

Premisa número dos, horas antes de que lo tuviera la prensa, el informe filtrado ya circulaba en el entorno de Pedro Sánchez. La primera persona que usó dicha información fue el ex líder del PSOE en Madrid, Juan Lobato, quien ha contado que desde La Moncloa le pidieron que la utilizara contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, antes de que apareciera publicada. Premisa número tres, el informe filtrado benefició al PSOE y a Pedro Sánchez, el jefe de quien depende Álvaro García Ortiz, porque perjudicó la imagen de Isabel Díaz Ayuso.

Premisa número cuatro, si Pedro Sánchez no cesa a Álvaro García Ortiz es porque él fue el principal beneficiado de sus actuaciones. En aplicación del artículo 31 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, el fiscal general debería haber sido cesado por el Consejo de Ministros por «incumplimiento grave o reiterado de sus funciones», entre las que destaca la de velar por los derechos y libertades de los ciudadanos y por el cumplimiento de la legalidad, así como actuar como defensor de los intereses de las víctimas, obligación que, a criterio de los hasta quince jueces que han avalado la decisión de llevarle a juicio, existen sobrados indicios de que ha incumplido gravemente.

En resumen, Álvaro García Ortiz se esforzó en borrar todos los correos electrónicos y mensajes telefónicos que hubieran demostrado su inocencia; Moncloa dispuso del informe de la fiscalía que fue filtrado antes de ser publicado por la prensa; esta filtración benefició a Pedro Sánchez quien podría cesar por ello al fiscal general, pero en cambio, ha decidido apoyarlo. La presunción de inocencia es un principio jurídico que implica que los jueces no pueden condenar a Álvaro García Ortiz sin que los indicios que le señalan se conviertan en pruebas, es decir, sin que su culpabilidad quede firmemente demostrada. Pero este principio sólo afecta a los tribunales, no a la opinión pública ni mucho menos a los cargos políticos nombrados a dedo por el Gobierno donde el principio que debe prevalecer es el de la ejemplaridad.

Con todas las premisas que ya conocemos, a unas semanas de que el Tribunal Supremo lo siente en el banquillo de los acusados, la presencia de Álvaro García Ortiz en el acto de apertura del Año Judicial que se celebra este viernes es un insulto a nuestro sistema judicial y al Rey como máximo representante de las instituciones del Estado. Si el imputado fiscal general insiste en asistir y no renuncia a dar el discurso que le corresponde, todos los presentes están obligados a elegir el modo que consideren más oportuno para expresar su rechazo, evitando que este gesto permita posteriormente a García Ortiz recusar, cuando se le abra el juicio oral, a los jueces y fiscales que participen en la protesta. Abandonar la sala cuando hable el fiscal general sería lo más oportuno, pero si esto les parece una falta de respeto al Rey, que se tapen la cara con las manos o realicen cualquier otro gesto que indique claramente su rechazo al fiscal general del sanchismo.


Publicado el 04/09/2025 en OKDIARIO

 

Los bulos de Marlaska y los encapuchados de Hortaleza


 

Un grupo de encapuchados… varios encapuchados… fascistas encapuchados… así comienzan todos los titulares de la prensa gubernamental que recogen la noticia difundida por la Delegación del Gobierno sanchista en Madrid, quienes nos han contado que, muy oportunamente para Sánchez y para Marlaska, un par de desconocidos encapuchados «asaltaron y golpearon» a dos menores migrantes en un parque público cercano al Centro de Acogida de menas de Hortaleza. Y ya apenas se sabe nada más, ni falta que hace. Uno de los agredidos tuvo que ser atendido en un hospital, donde inmediatamente le dieron de alta, al otro ni siquiera hizo falta; y de los agresores aún no se sabe nada, que para eso iban bien encapuchados y así es más fácil echarle la culpa a la fascista, racista, y xenófoba oposición.

Los acontecimientos se sucedieron de la siguiente manera. La noche del viernes al sábado una pequeña niña española de apenas 14 años de edad fue salvajemente violada por un inmigrante ilegal de origen marroquí que dice que tiene 17 años, pero con un cuerpo desarrollado que aparenta más de 20 y una capacidad de ejercer violencia física sobre una niña que tampoco se corresponde con la edad que declara tener, pero tenemos que creernos, porque eso dice la ley. El violador de los presuntos 17 años fue inmediatamente identificado por la policía y entonces se descubrió que se trata de un delincuente multirreincidente que usa tres identidades falsas para cometer sus delitos, muy conocido por la Policía Nacional por su amplio historial delictivo, a pesar de lo cual se encontraba alojado en un centro en el que goza de absoluta libertad.

Pedro Sánchez tenía una ineludible cita que llevaba anunciada varios días para que la nueva adquisición de Tele Pedro, Pepa Bueno, le hiciera el lunes en prime time una entrevista masaje en el Telediario de La 1; cuando aún resonaban los espeluznantes gritos de dolor de la niña. Y como resultaría extrañísimo que la periodista masajista no le preguntara a su jefe por la noticia de la violación de la niña que ocupaba en ese momento todos los titulares, la noche del domingo al lunes, unas horas antes de la entrevista pactada, surgieron de la nada los dos encapuchados que, oportunamente, permitieron a Sánchez contestar como lo hizo, hablando exclusivamente del odio generado por la fascista oposición y olvidándose de la niña violada.

No sé por qué se me ha venido a la mente aquel conocido como el ‘bulo del culo’ por el que el ministro de Interior y máximo responsable de la Policía española, Fernando Grande Marlaska, para atacar a Vox, estuvo durante tres días alimentando una falsa agresión homófoba que enseguida se supo que se había inventado un joven residente en el barrio madrileño de Malasaña. «Hay discursos que están en el límite de lo que es procedente y oportuno» dijo entonces Marlaska a lo que añadió que «Vox juega en ese límite». Desde el primer momento Marlaska sabía que su Policía sospechaba que el joven homosexual de Malasaña se había inventado la agresión homófoba, pero al ministro le venía bien… y así nació ‘el bulo del culo’. Luego vinieron los bulos de los falsos sobres con amenazas a los miembros del Gobierno, navajita ‘plateá’ incluida; y ya antes habíamos visto como filtraba a El País un informe falsificado para aparentar que su Policía responsabilizaba a los propios miembros de Ciudadanos de provocar la violencia con la que fueron recibidos el día del Orgullo.

Tanto la prudencia opinativa como los servicios jurídicos aconsejan decir aquí que no se pueden relacionar la inmensa cantidad de bulos de Marlaska con estos dos desconocidos encapuchados que tan buen servicio le han hecho a Pedro Sánchez. Y luego cada uno de ustedes que saque sus conclusiones.


Publicado el 02/09/2025 en OKDIARIO