A la agitadora Sarah Santaolalla no le quitarán la acreditación


 

Antes de irse de vacaciones, sus señorías socialistas, junto a sus cómplices de Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV y BNG, acordaron la reforma el Reglamento del Congreso para poder retirar la acreditación a los periodistas que les molestan, simplemente tachándolos de «pseudoperiodistas». Lo justificaba perfectamente una de las promotoras de esta ley mordaza, la condenada por enaltecimiento del terrorismo y portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, diciendo que «existen agitadores de ultraderecha que perturban la labor periodística y que no hacen información, sino que se dedican a provocar, acosar, boicotear y señalar a los verdaderos profesionales de la prensa». La extrema izquierda que nos gobierna usa su capacidad legislativa para hacer callar a los agitadores de derechas que se dedican a provocar, acosar, boicotear y señalar, al mismo tiempo que abarrota todos los medios de comunicación que controla a través de los presupuestos públicos de agitadores de extrema izquierda que se dedican a provocar, acosar, boicotear y señalar, como, por ejemplo Sarah Santaolalla.

La agitadora Sarah Santaolalla no es periodista, se presenta como jurista y abogada, pero tampoco está muy claro que posea ninguna titulación; pese a que públicamente ha presumido de ello al mismo tiempo que ha criticado en repetidas ocasiones a quienes falsean sus currículums. Ella se autodefine como «feminista y roja». Como miembro de las Juventudes Socialistas, apenas cumplida la mayoría de edad ya se presentaba en las listas del PSOE para las elecciones municipales de Salamanca en 2019, intentándolo de nuevo en 2023, ambas veces sin éxito. Tras fracasar en su empeño de meter cabeza en política, con 22 años empezó en el ya extinto canal de televisión conservador 7NN, de allí pasó al Canal Red de Pablo Iglesias de donde dio el salto a Mediaset, colaborando en Cuatro al díaTodo es mentira y En boca de todos; a Antena 3, donde aparece en Espejo público; hasta convertirse, con apenas 26 años, en tertuliana de TVE en los programas del que ahora es su pareja, Javier Ruiz, Mañaneros 360, de Jesús Cintora, Malas lenguas, y de Silvia Intxaurrondo, La hora de La 1.

Su estilo deslenguado queda de manifiesto en su historial de Twitter, ahora X. Cuando tenía 16 y 17 años, justo antes de tratar de ser concejal del PSOE, sus publicaciones no eran tan «feministas» como comenzaron a ser más tarde, sino que se dedicaba a hacer vulgares gracietas sexuales del peor gusto. Pero fue precisamente ese estilo vulgar y chabacano el que le ha dado el éxito entre los actuales votantes de izquierdas que han cambiado sus antiguos intentos de aparentar cultura e intelectualidad por un evidente discurso de odio, enfrentamiento y continuos insultos a sus adversarios. Una mujer joven y atractiva llena los espacios televisivos de la izquierda con los mismos vómitos dialécticos que los trols de extrema izquierda usan en todas las redes sociales. Sarah Santaolalla es como Óscar Puente con menos arrugas y más escote lo que le asegura el éxito en una televisión pagada por la izquierda.

El PSOE y sus cómplices de Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV y BNG usan a esta agitadora para incendiar a sus bases llamando «idiotas» a los votantes de PP y Vox, unos días después de posar para sus redes sociales como una modelo  de OnlyFans luciendo una ajustada camiseta con el número 7291 de supuestas víctimas fallecidas en las residencias de ancianos por Covid en Madrid. Y a quienes se quejen de sus mensajes de odio tan sólo tienen que acusarlos de machistas y de nazis para dejarlos automáticamente descalificados. Como Sarah Santaolalla es mujer, joven, feminista y roja, puede agitar y provocar sabiendo que no le van a quitar ninguna acreditación, sino que será bien recompensada por el Gobierno.


Publicado el 28/08/2025 en OKDIARIO

Más de 200.000 euros por cuatro fotos de Sánchez


 

Más de doscientos mil euros se ha fundido Pedro Sánchez para hacerse las cuatro fotos de este verano en las zonas del noroeste de la península que ha visitado en agosto por los incendios forestales. 18 vuelos del Falcon, 10 de ellos en vacío, que han supuesto unas 34 horas de vuelo a razón de 6.000 euros la hora suman esos 200.000 euros a los que además hay que añadir un porrón de trayectos de dos helicópteros Super Puma con los que se desplazaron él y sus colaboradores de foto en foto más el coste de los dispositivos de seguridad para impedir a los vecinos afectados acercarse a él a menos de 200 metros. Porque ya se sabe que a cualquier persona normal que le dejen acercarse al presidente del Gobierno le da por cantarle la canción del verano: «¡Pedro Sánchez, hijo de puta!»; y eso parece que a él no le gusta.

Excepto para nuestra vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a cualquier otro mortal 200.000 euros nos parecen una barbaridad de dinero. «Pasarse en un presupuesto es fácil, no tiene problema. Lo he dicho siempre, Chiqui, son 1.200 millones, eso es poco, eso quitas o pones una parte del presupuesto», frivolizó la ministra a finales de 2018, ante el ajuste del objetivo de déficit que le imponía la Unión Europea. Sin duda, no estarán de acuerdo conque 200.000 euros sea poca cosa los guardias civiles de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) que combaten los incendios de León, Zamora y Orense, a los que Marlaska obliga a adelantar de su bolsillo el hotel y la comida para, después de que ellos lo hayan pagado, devolverles solamente 48,92 euros diarios para alojamiento y 28,21 € para desayunar, comer y cenar; un total de 77,13 miserables euros al día que les obliga encima a poner dinero de su sueldo.

Tampoco van a estar de acuerdo en que 200.000 euros sean poca cosa los esforzados miembros de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) que están participando en la extinción de las casi 400.000 hectáreas de bosque que ya se han quemado este año. Los brigadistas, empleados por la empresa pública Tragsa, dependientes del Ministerio para la Transición Ecológica dirigido por la ministra Sara Aagesen, llevan años quejándose de sus escasos salarios que, en 2019, apenas llegaban a 900 euros al mes; hasta que por fin este mes de agosto, en plena campaña de incendios, se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) un nuevo convenio para estos trabajadores por el que pasarán a cobrar 1.392,75 euros brutos mensuales. Con esos 200.000 euros que se ha fundido Sánchez en ir en Falcon a hacerse fotos a los incendios daba para contratar a otros 10 brigadistas más durante un año, lo que a todos nos sería mucho más útil que sus fotos.

La Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF) calculó hace unos años que en España existen 121 impuestos distintos, sumando los estatales, autonómicos y locales. La Fundación Civismo ha estimado para este 2025 que hasta el 18 de agosto no hemos llegado al Día de la Liberación Fiscal ya que este año los españoles tendremos que dedicar 228 días de nuestro trabajo para pagar la enorme presión fiscal a la que nos tiene sometidos Pedro Sánchez, que ya nos roba de media el 62% de lo que ganamos. Si de verdad nuestro esfuerzo fuera dirigido a sanidad y educación, como dicen los progres, o a ayudar a los más necesitados de nuestros vecinos, no nos dolería tanto como cuando vemos tanto despilfarro. Ver a Sánchez subir y bajar del Falcon 10 veces durante su mes de vacaciones y tener que pagar 200.000 euros para sus fotos en los incendios es otro insulto más a los contribuyentes.


Publicado el 26/08/2025 en OKDIARIO

España dejó de funcionar


 

La culpa no es de los maestros, ni de los médicos, enfermeras, bomberos, policías, militares… o al menos no de todos nosotros. Pero España ya no funciona porque casi todos hemos dejado de funcionar. La primera vez que oímos a los damnificados por la dana de Valencia decir aquello de «sólo el pueblo salva al pueblo», o cuando escuchamos el estremecedor relato de Santiago Posteguillo en el Senado, narrando como vivió en primera persona, en Paiporta, el abandono de los primeros días; nos parecía un relato de ciencia ficción. Pero fue la realidad de lo que aconteció, los valencianos se pasaron muchos días sin recibir ayuda y nada empezó a hacerse hasta que se organizaron entre ellos y comenzaron a recibir la solidaria colaboración de los voluntarios que fueron a ayudarles.

En un primer momento, muchos creímos que se trataba de la venganza de un psicópata que no tenía reparos en hacer tanto daño a los valencianos para así perjudicar al Gobierno de Mazón. Pero ahora comprobamos de nuevo como se está repitiendo la misma historia con los incendios forestales que arrasan el noroeste de España. Infinidad de aldeas abandonadas en las que los vecinos, viendo que no van a recibir ayuda, han decidido organizarse entre ellos para hacer frente al fuego con sus escasos medios después de comprobar como aquellos que, haciendo caso a las autoridades, abandonaban sus hogares, se habían quedado sin nada.

Y entonces echamos la vista atrás y nos acordamos de que, antes del coronavirus, teníamos un sistema sanitario del que presumíamos y poníamos como modelo ante el resto del mundo y, de la noche a la mañana, nuestra idea se derrumbó como un castillo de naipes al ver que nos convertíamos en el récord mundial en muertos por habitantes y líderes mundiales en sanitarios infectados por el virus, y comprobamos como todos esos grandes profesionales de los que antes presumíamos, estaban mucho más desbordados que sus colegas de otros países.

Y al mismo tiempo observamos como esas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que eran nuestro orgullo comenzaron a dedicarse a multar a las señoras mayores que llevaban la mascarilla por debajo de la nariz, a tirar la puerta abajo de los hogares en los que suponían que se habían reunido tres amigos y a apalear a los manifestantes contra el despótico Gobierno que los dirige.

La educación pública ya hacía tiempo que habíamos visto como se había ido al güano cuando los antes abnegados maestros tiraron la toalla y se rindieron ante unos equipos directivos que, para medrar, sólo se preocupan de la emergencia climática, la ideología de género y el adoctrinamiento woke; de forma que todo el que puede, paga a sus hijos una educación privada para intentar que no se conviertan en unos analfabetos funcionales.

España perdona la corrupción de sus políticos y sigue dando un 30% de estimación de voto a un tipo que tiene a su mujer y a su hermano imputados por cinco delitos cada uno, a sus dos manos derechas sucesivas y su fiscal general también imputados. Parece que nunca pasa nada, pero claro que pasa. La corrupción es un virus que, poco a poco, se extiende por todo el organismo. Los corruptos enchufan a incapaces al frente de todas las instituciones, y estos a su vez van enchufando a otros inútiles donde pueden.

La mujer del corrupto, de directora; la amiga de la mujer del corrupto, de jefa; la amante del corrupto, de administrativa… hasta que los trenes se paran, los bomberos no llegan, los médicos no curan, los soldados siguen en sus cuarteles cuando se les necesita, los policías no evitan los delitos y los maestros se aburren de no lograr enseñar nada. Sólo los que se encargan de recaudar cada vez más impuestos para sostener tanta corrupción cuentan con todos los medios para hacer bien su trabajo.

Dicen que para impulsarte hay que tocar fondo. Quizá viendo al mundo rural luchar contra el fuego con sus manos, a los valencianos quitar el barro sin ayuda y a los pasajeros del tren andando abandonados por las vías, los españoles reaccionen echando a un presidente del Gobierno que con su corrupción ha hecho que España deje de funcionar.


Publicado el 21/08/2025 en OKDIARIO

La culpa sí es del cambio climático


 

Después de un mes durante el que España está siendo arrasada por los incendios forestales, Pedro Sánchez se ha quitado el bañador y las chanclas y ha abandonado por unas horas su palacio junto a las playas de Lanzarote para proponer «un gran pacto de Estado para la mitigación y la adaptación a la emergencia climática del país» con el que pretende diseñar «una estrategia que anticipe una mejor respuesta ante el agravamiento y la aceleración de los efectos de la emergencia climática en nuestro país». Y eso lo va a conseguir Sánchez mediante «un gran pacto de Estado por la emergencia climática que deje la emergencia climática fuera de la lucha partidista, fuera de las cuestiones ideológicas, que nos centremos en la evidencia científica y actuemos en consecuencia». Me perdonarán ustedes la reiteración, pero cuando debería estar contándonos cómo va a aumentar la prevención y los medios para la extinción de los incendios forestales, Pedro Sánchez sólo ha repetido una y otra vez como un mantra la expresión «emergencia climática».

Existen dos tipos de expertos opinando sobre este tema a la vez, poniendo de manifiesto dos teorías empíricas no sólo divergentes, sino contrarias. Por un lado, tenemos a los expertos a los que, para entendernos, podríamos llamar urbanitas y que engloban tanto a políticos del consenso progre de casi todos los partidos como a científicos formados en universidades en las que se difunden los dogmas de la religión climática, de las que son expulsados todos aquellos otros científicos que no se doblegan ante unanimidades no basadas en la evidencia, pero inmensamente sufragadas por fondos públicos. Estos expertos urbanitas que le deben todos sus ingresos a la Agenda 2030 son unánimes al señalar al cambio climático como el factor determinante en los incendios forestales.

Y luego tenemos a los expertos que podríamos denominar rurales para distinguirlos de los anteriores, y cuya forma de vida no depende de los inmensos fondos públicos dedicados a extender la religión climática, sino que viven de lo que toda la vida han sido capaces de obtener dominando a la naturaleza. Dentro de este colectivo no sólo se encuentran ganaderos, agricultores, cazadores y, en general, habitantes del mundo rural que se está quemando, sino que entre los rurales también tenemos a ingenieros forestales, biólogos y todo tipo de científicos que no se han dejado sobornar por la presión y el dinero del consenso progre y luchan por difundir lo que ven en el campo cada día y que no es otra cosa que abandono y ausencia de prevención.

Pero si lo analizamos bien ambos colectivos de expertos están de acuerdo en que la culpa de que el bosque se queme es del cambio climático. Para los urbanitas la temperatura media del planeta que ellos dicen que ha subido entre 0,5 y 1 grado de temperatura en los últimos 20 años por culpa del hombre, es la razón de que ahora, cuando un pirómano provoca un incendio, sea tan difícil apagarlo. Por el contrario los rurales afirman que ese medio grado de temperatura no es tan significativo como que, en aplicación de las nuevas leyes climáticas aprobadas por el consenso progre en atención a los dogmas climáticos, se les han impuesto tantísimas trabas administrativas para hacer cualquier trabajo en el monte que han acabado teniendo que abandonar este entorno que antes ellos limpiaban y mantenían.

Son los dogmas del cambio climático que impiden que el bosque se mantenga y que han expulsado a la población que antes vivía en esos entornos rurales, aprovechando lo que de ellos se podía obtener y conservándolos para su beneficio propio, los que provocan que aumente tantísimo la cantidad de combustible vegetal que ahora alimenta los incendios forestales. Son los urbanitas que quieren una casa rural a la que ir de vacaciones y protestan contra las explotaciones forestales, de madera, resinas o de setas, que no quieren que se limpian los caminos para que pase el ganado, o se construyan carreteras; los culpables de que sea tan difícil apagar un incendio. La culpa de los incendios forestales es del cambio climático, de todos sus dogmas que impiden mantener y conservar los bosques y de todos los urbanitas que se forran con la religión climática.


Publicado el 19/08/2025 en OKDIARIO

Félix Bolaños al pie del cañón de la desvergüenza


 

Ayer el ministro de la Presidencia sanchista, Félix Bolaños, realizó uno de los discursos más cínicos y ridículos que se le recuerda a ningún político español. Podemos reírnos de Pedro Sánchez si comparamos sus acciones posteriores con sus discursos anteriores y vemos que siempre existe en la hemeroteca un Sánchez que desmiente al actual. Pero Félix Bolaños lo ha superado mirando directamente a las cámaras para decir con toda su cara dura que lo negro es blanco, el día es noche y «al Gobierno las emergencias nos pillan trabajando, al pie del cañón». Y lo dice al lado de un Óscar Puente, al que igual que a él, sólo le faltaban las chanclas y el bañador para completar su indumentaria playera; porque la rueda de prensa la dieron en las obras del tren de Alta Velocidad en Almería, junto a las playas donde, casualmente, veranean Óscar Puente y él.

Este artículo podría consistir sencillamente en reproducir textualmente las palabras de Bolaños y, después de cada frase, añadir las correspondientes onomatopeyas de carcajada, porque sus chistes no necesitan ninguna explicación. Habló de lo rápido que estuvo el Gobierno en el volcán de La Palma, donde cuatro años después, aún hay centenares de familias viviendo en contenedores y miles no han recibido las ayudas prometidas. Tuvo la cara dura de presumir de la celeridad con la que actuaron en la DANA de Valencia, donde Pedro Sánchez no puede aparecer sin que los afectados le echen en cara que pasaron cuatro días hasta que empezó a desplegar al ejército y se negó a declarar la emergencia nacional a pesar de que la ayuda tardó tantísimo en llegar. Y hasta se vanaglorió de lo bien que reaccionaron ante un histórico apagón nunca acontecido antes, y que todo indica que lo provocaron ellos, quizá experimentando con las energías renovables.

Ciertamente resultó algo chocante que, teniendo al lado al ministro de Transportes, Félix Bolaños no presumiera del caos ferroviario en el que su gestión ha hundido en el mayor de los desprestigios a unas líneas de alta velocidad que antes exportábamos por todo el mundo y ahora se equiparan con los trenes de cualquier país tercermundista. Hubiera estado bien que el ministro de Presidencia, muy serio, dijera que cuando nuestros viajeros pasan horas abandonados a cuarenta grados de temperatura en mitad de las vías, el ministro Puente tuitea inmediatamente desde una hamaca en la playa para insultar a alguien de la oposición sin dejar pasar ni un instante. Tampoco se acordó Félix Bolaños de como el Covid pilló a este Gobierno «trabajando, al pie del cañón» para consentir las manifestaciones femicomunista del 8M, llevando a España a ser récord mundial en muertos por habitantes, líderes mundiales en sanitarios infectados por el virus, campeones en colas del hambre, en destrucción de la economía y en listas del paro.

Pero lo que más llama la atención es que, por mucho que se suba el volumen del vídeo, cada vez que Félix Bolaños suelta uno de sus chascarrillos presumiendo de lo rápido que el Gobierno actuó en cada una de las situaciones en las que, en realidad, lo que siempre ha hecho es abandonar a los ciudadanos ante las desgracias; no se escucha ni una sola carcajada de los periodistas allí presentes. Por mucho que he buscado, no he conseguido encontrar ninguna repregunta con la que algún periodista le eche en cara su cinismo y sus mentiras; todos callan, asienten y tragan. Parece claro que a esa rueda de prensa sólo se invitó a periodistas de Tele Pedro -antes conocida como TVE-, Radio Sanchista -antes RNE-, y el resto de medios progres subvencionados que se encargan de la propaganda del Gobierno; si no, a alguien se le habría soltado la risa floja. Sólo le faltó decir que Sánchez lucha al pie del cañón contra los incendios forestales que arrasan España… con su cubito, su rastrillo y su palita en las playas de Lanzarote.


Publicado el 14/08/2025 en OKDIARIO

Las desvergonzadas vacaciones de Óscar Puente


 

Cuando Alberto Núñez Feijóo se despidió de los periodistas tras la última rueda de prensa que dio el 31 de julio, antes de irse de vacaciones, hizo la broma de decirles que «las vacaciones están sobrevaloradas»; a lo que el tuitero a jornada completa y ministro de Transporte cuando le sobra tiempo, Óscar Puente, respondió en un tuit que dice: «No tanto como tú».

Para Óscar Puente las vacaciones son muy importantes, en OKDIARIO lo sabemos muy bien. Aquí publicamos que cuando era alcalde de Valladolid, veraneaba en la urbanización Puente Romano, en plena Milla de Oro de Marbella, uno de los lugares predilectos de la jet set, donde se alojaba en un apartamento cuyo alquiler ronda los 1.000 euros al día en agosto. En 2020, el verano del Covid, lo pillamos en la cubierta de un yate valorado en 2 millones de euros, en la costa norte de Formentera. En OKDIARIO os contamos que ese yate lo pagaba un empresario amigo suyo, al que Puente había adjudicado a dedo un contrato municipal en el ayuntamiento de Valladolid por valor de casi 200.000 euros, por el suministro de material de protección contra el Covid. Y no de vacaciones, sino en plena jornada laboral, también lo descubrimos cuando se iba a jugar al golf, mientras el resto de concejales de su Ayuntamiento trabajaban.

Este año, ya de ministro, Óscar Puente está sabiendo aprovechar sus valoradas vacaciones. Si bien había disfrutado ya en mayo de la baja por la paternidad de su tercer hijo, no ha perdido la oportunidad de ampliar su asueto veraniego. Su agenda oficial no refleja ninguna actividad desde que el pasado 28 de julio fue entrevistado en el programa La hora de La 1, de TVE, y el único lugar donde se ha dejado ver ha sido en un espectáculo pirotécnico que se celebra en Altea (Alicante), provincia de la que procede su actual pareja, Yasmina Gregori.

Entretanto, el caos ferroviario atribuible a su incompetencia como ministro ha continuado degradando nuestros trenes hasta el nivel tercermundista al que nos está llevando. El domingo, los viajeros del tren Alvia que hacían el trayecto Madrid – Cádiz estuvieron cuatro horas parados en mitad de las vías, sin aire acondicionado, a 40º C. Esa misma tarde otros 130 pasajeros fueron desembarcados por avería de su tren en Móra la Nova (Tarragona). Y así todos los días una tragedia similar, mientras el ministro de Transportes sólo se dedica a disfrutar de sus vacaciones mientras insulta a los ciudadanos desde su cuenta de X, antes Twitter.

Hemos dicho que para Óscar Puente las vacaciones son muy importantes, pero hay que matizar esta afirmación, porque son sólo sus propias vacaciones las que resultan vitales para el ministro faltón. A Óscar Puente le parece de lo más normal estar disfrutando de sus vacaciones mientras los trenes que dependen de él enlazan una avería con la siguiente dejando a miles de viajeros tirados. Pero no pierde oportunidad de echar en cara a los demás que hagan lo mismo que él. Igual que hizo con los currículums fake, acosando públicamente a la vicesecretaria del PP, Noelia Núñez, hasta que dimitió por haber maquillado el suyo; y luego se traga sin decir nada la inmensa cantidad de miembros de su partido que, habiendo hecho lo mismo, no dimiten. Ahora le ha dado por hacer bromas de mal gusto con los pavorosos incendios que arrasan Castilla y León, criticando que el presidente de la Junta, Fernández Mañueco, y el consejero de Medio Ambiente, Suárez-Quiñones, se encuentren de vacaciones, igual que él.

Es una de las mejores definiciones del sanchismo: Óscar Puente tiene derecho a disfrutar de vacaciones mientras los trenes se averían sin cesar, pero los demás deben suspenderlas por un incendio. Al sanchismo no se le puede criticar haga lo que haga, ya estén todos imputados por corrupción, descubramos que llegaron a donde están gracias a la prostitución, lleven el país a la ruina, obtengan las peores estadísticas de muertes por Covid o provoquen el mayor apagón de la historia. Óscar Puente es el mejor ejemplo de que el sanchismo se ha convertido en el más exacto sinónimo de desvergüenza.


Publicado el 12/08/2025 en OKDIARIO

En Jumilla no se ha prohibido el Ramadán


 

Jumilla es una población famosa por sus vinos, situada en el norte de Murcia, con 27.000 habitantes, de los que, oficialmente, un 10% son inmigrantes musulmanes, aunque los jumillanos no se creen esa cifra y dicen que son muchos más. Además, a las celebraciones musulmanas celebradas en años anteriores en el polideportivo municipal acuden habitualmente personas de otras poblaciones de los alrededores, resultando multitudinarias para una población tan pequeña. Los jumillanos cuentan que, si bien el islam prohíbe el consumo de alcohol, cuando se juntan tantos en esas fiestas masivas, muchos incumplen esa restricción y siempre hay peleas y aumentan las agresiones y los robos.

Numerosos medios de comunicación han publicado un titular que más o menos dice que «PP y VOX prohíben la celebración de actos islámicos en Jumilla». Es mentira. Otra noticia falsa que rápidamente se difunde por las redes sociales y que muchos medios explotan buscando visitas. Tan solo hay que consultar la página web del Ayuntamiento de Jumilla para comprobar en su apartado de noticias de actualidad que, en el pleno ordinario del pasado 28 de julio decayó una moción presentada por VOX para «la defensa de los usos y costumbres del pueblo español frente a las prácticas culturales foráneas como la Fiesta del Cordero u otras conmemoraciones similares ajenas a nuestras tradiciones». Esta propuesta de VOX no fue aprobada.

El grupo del Partido Popular en el Ayuntamiento de Jumilla presentó una moción por la que, a diferencia de lo que quería VOX, sólo se propuso modificar el reglamento de instalaciones deportivas con el fin de que «no se pueda realizar ninguna actividad ajena al deporte, a no ser que esté promovida por el Ayuntamiento». Esta moción del PP fue finalmente aprobada con 10 votos a favor del grupo popular, pese a los 9 votos en contra del PSOE, 1 voto en contra de IU-Podemos, y la abstención de VOX, gracias al voto de calidad de la alcaldesa, Severa González, del PP. Es decir, la moción fue aprobada exclusivamente por el PP.

No se han prohibido las celebraciones islamistas en Jumilla, no se ha vetado la Fiesta del Cordero y el Ramadán en la localidad murciana, ni tampoco se han proscrito las celebraciones islámicas en lugares públicos. Nada de esto que se ha publicado es verdad. A propuesta del PP y con la abstención de VOX, a partir de ahora sólo se podrán llevar a cabo en las instalaciones deportivas municipales, acontecimientos deportivos y culturalescuando sean promovidos por el propio Ayuntamiento, que no es lo mismo. La modificación de la ordenanza finalmente aprobada por el PP en solitario no habla de ninguna religión ni nacionalidad de origen, sino de garantizar que las instalaciones deportivas se usen exclusivamente en las actividades para las que fueron construidas.

Esto ni siquiera es ninguna novedad. Son muy numerosas las localidades que se han negado a ceder sus instalaciones municipales anteriormente, cuando se han solicitado para este mismo tipo de celebraciones. Y la negativa nunca ha sido argumentando el origen islamista de la fiesta que se pretendía realizar, sino que se han rechazado por motivos logísticos, de seguridad o sanitarios, igual que ha hecho el Ayuntamiento de Jumilla.

Los medios progres usan esta noticia falsa para atacar al PP y a VOX tratando de confundir a su audiencia haciéndoles creer que son lo mismo. Los partidarios de VOX intentan ocultar que su moción fue rechazada, apuntándose un cambio en el reglamento que ellos no han votado. Y la prensa partidaria del PP, probablemente, ni se ha enterado de lo que ha pasado.

La próxima primavera los musulmanes volverán a celebrar en Jumilla el final del Ramadán y la Fiesta del Cordero en cualquier lugar público con la única excepción del polideportivo municipal que han venido utilizando hasta ahora. Entonces ya muchos se habrán olvidado de la noticia falsa difundida este verano, que habrá sido tapada por todas las que se publicarán hasta entonces. Volverán los mismos robos, peleas y altercados, algunos repetirán que estamos siendo invadidos y otros que hay que defender la cultura española de estas prácticas que vienen de fuera. Pero, lamentablemente, casi nadie se acordará de que, por encima de los intereses partidistas o de los índices de audiencia, nuestra principal obligación es siempre contar la verdad.


Publicado el 07/08/2025 en OKDIARIO

Ayuso como trampantojo


 

Decimos que alguien ha entrado al trapo cuando responde irreflexivamente a una provocación. El origen de esta expresión está en la tauromaquia, donde el torero usa el capote para dirigir los movimientos del toro al embestir, entrando al trapo. Como a las personas normalmente no se nos puede provocar con un capote, cuando alguien quiere manipularnos para que vayamos por el camino que desea, se usan otro tipo de trampas con las que nos engañan haciéndonos ver lo que no es y así llevarnos donde ellos quieren. A este otro tipo de trampas se le llaman trampantojos -de trampa ante ojo- y sus sinónimos serían artificio, enredo, engaño y, ahora, Ayuso. Ayuso es el trampantojo conque independentistas y socialistas, entiéndase la redundancia, tratan de conseguir desviar la atención del nuevo cupo catalán, ese al que eufemísticamente llaman «financiación singular» y no es otra cosa que robar a los pobres para darle a los ricos.

Hasta los más demagogos saben que las regiones no pagan impuestos, que sólo nos los cobran a las personas y a nuestras empresas. No existe ningún tributo que se calcule, por ejemplo, sobre el producto interior bruto (PIB) del País Vasco, ni sobre el patrimonio o el IVA de Cataluña. Lo que se grava es la renta, el consumo y la riqueza de vascos, catalanes, andaluces y extremeños. Y conforme al tan discutible como inalterable principio fiscal de progresividad, pagan más los vascos, catalanes, andaluces y extremeños que más ganan o que más tienen, o sea, los más ricos; dicen los socialistas de todos los partidos que para así redistribuir la riqueza hacia los más pobres. Lógicamente en las regiones donde hay más ricos se recaudan más impuestos que fluyen hacia las comunidades con más pobres, con una excepción; hasta ahora sólo el País Vasco se exceptuaba de esta redistribución tan socialista y los ricos vascos sólo ayudan a los pobres vascos, pero no a los extremeños o andaluces.

Gracias a Pedro Sánchez y a su imperiosa necesidad de permanecer dos años más en la Moncloa, aferrado a una marioneta de fiscal general del Estado y escondido detrás de un presidente del Tribunal Constitucional sin escrúpulos, para que entre ambos le frenen las imputaciones a su esposa, su hermano y sus dos hombres de máxima confianza; a partir de ahora la insolidaridad del cupo vasco va a ser permitida también a Cataluña, lo que tendrá unas consecuencias fácilmente entendibles por cualquiera. Tan sólo hay que saber que, mientras el PIB de los apenas 2,2 millones de insolidarios vascos sólo supone un 5% del Producto Interior Bruto de toda España, el de los más de 8 millones de catalanes se eleva a casi un 20% del total, con lo que las dificultades para ayudar a los andaluces o extremeños menos ricos se multiplicarán por cinco. Sólo hay que tener en cuenta que el PIB per cápita de los catalanes es de más de 35.000 euros anuales, el de los vascos casi 40.000 euros al año, mientras que el de andaluces y extremeños apenas llega a 23.000 € al año.

Hasta los más sectarios y menos listos entienden que no hay nada menos socialista que estos cupos vascos y catalán con los que los ricos dejan de pagar impuestos para los pobres. Y como esto es una realidad indiscutible, el Gobierno de socialistas y comunistas y sus socios independentistas han sacado de muleta el trampantojo de Ayuso, con el que pretenden que todos entremos al trapo y desviemos nuestra atención. Yolanda Díaz, Salvador Illa y Diana Morant han comenzado de manera sincronizada una campaña contra las rebajas fiscales de la presidenta de la Comunidad de Madrid, acusándola de la insolidaridad que, en realidad, afecta al nuevo cupo de los catalanes. En vez de caer en su trampa y entrar al trapo, tenemos que centrar la atención en lo fundamental que nos quieren ocultar. La financiación singular es un cupo catalán insolidario con los pobres de otras regiones y contrario a una doctrina de solidaridad y redistribución socialista a la que Salvador Illa y Yolanda Díaz han renunciado por puro egoísmo.


Publicado el 05/08/2025 en OKDIARIO