Amnistía: vergüenza, traición, fraude electoral y corrupción


 

A cambio de los 7 votos que le permitieron ser investido presidente, Pedro Sánchez ha pagado el chantaje que los golpistas le exigieron. Contradiciendo todo lo que prometieron horas antes de las elecciones de julio, cuando todos los socialistas pidieron el voto asegurando que no habría amnistía porque era inconstitucional, en lo que debería considerarse un claro ejemplo de fraude electoral. Pagando con la dignidad del Estado por interés exclusivamente personal y egoísta, en un evidente prototipo de la mayor de las corrupciones políticas.

Sin duda, la amnistía es fraude electoral y corrupción y deja una mancha que jamás podrá borrarse de los currículums de los 121 diputados socialista que, a voz en grito, han ido votando ‘sí’ uno tras otro, poniendo su firma al acto que debería representar el final de los 145 años de sangrienta historia golpista, terrorista y corrupta del PSOE. Dios le prometió a Abraham que no destruiría las corrompidas Sodoma y Gomorra tan sólo conque entre sus habitantes hubiera «diez justos». Hoy habría bastado que en el PSOE hubiera habido un par de justos para que la amnistía no hubiera sido aprobada, pero el resultado final de la votación, con 176 votos favorables frente a sólo 172 en contra, condena a España a la vergüenza. En palabras de Feijóo: «Hoy hemos asistido al acta de defunción del PSOE». ¡Ojalá! Ya me gustaría a mi ser tan optimista como el gallego, pero de este PSOE hay que esperar siempre lo peor.

La mejor crónica de lo ocurrido la han hecho, como siempre, los independentistas, de los que no se puede exigir mayor sinceridad. «Hoy no se perdona, hoy se gana una batalla del conflicto que hace siglos que existe entre dos naciones, la nación catalana y la nación española. Esta ley no es perdón ni es clemencia, es victoria. No habríamos llegado a este extremo si el Estado español hubiera hecho una transición democrática real. Después de hoy, la lucha continúa», ha afirmado Míriam Nogueras, de Junts. «Señorías, si tienen memoria me comprenderán. Próxima parada, referéndum. Y quien lo menosprecie que recuerde que nos dijeron que la amnistía era imposible y hoy la estamos votando. Así que próxima parada, referéndum», ha dicho Gabriel Rufián, de ERC. Ni paz ni concordia, como la justifica Sánchez, mintiendo. Humillación y chantaje, eso representa esta amnistía.

Hoy es el día también de recordar las palabras de la máxima autoridad del Estado español, por mucho que le pese a Sánchez, Su Majestad el Rey Felipe VI, quien el 3 de octubre de 2017, en un discurso memorable nos dijo a todos los españoles que, los hoy amnistiados, «se han situado totalmente al margen del derecho y de la democracia; han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común». Pero además de ese atentado contra la democracia española, los 121 diputados socialistas también han amnistiado hoy el robo, la malversación y los atentados terroristas cometidos por todos los golpistas amnistiados.

Recordemos que Sánchez no dimitió cuando se supo que le habían escrito su tesis doctoral fake plagiando párrafos enteros de informes y papeles del Ministerio de Industria. Ahora vemos que tampoco va a dimitir cuando los jueces de la Audiencia de Madrid han avalado la imputación de su mujer por los delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, presuntamente cometidos amparándose en su cargo de presidente del Gobierno. Ambos hechos confirman que Sánchez es un sinvergüenza capaz de cualquier cosa para aferrarse al poder. Pero hay otros 120 diputados del PSOE que hoy se han retratado junto a él, diputados de las 50 provincias españolas que tendrán que pasear por las calles de sus ciudades con la cabeza gacha y camuflados para que nadie los reconozca. Vergüenza, traición, fraude electoral y corrupción son los sustantivos que a partir de hoy definen a todos los socialistas.


Publicado el 30/05/2024 en Okdiario

Sánchez, el déspota


 

El británico Herbert Spencer se preguntaba en el s XIX: «Si el pueblo elige por un plebiscito a un déspota para gobernarlo, ¿sigue siendo libre por el hecho de que el despotismo ha sido su propia obra?». Unas décadas más tarde, tras la Gran Depresión de principios del siglo pasado, el Partido Nazi se convirtió en primera fuerza política y en 1933 Hitler fue democráticamente nombrado canciller de Alemania.

Pedro Sánchez perdió las últimas elecciones generales de julio, no obstante, incumpliendo todas sus promesas electorales y cediendo al chantaje de los comunistas españoles, de los golpistas catalanes y de los herederos de ETA, logró ser investido como el presidente del Gobierno con menos respaldo electoral e inferior número de diputados de la historia democrática de España. Sánchez gobierna sólo con el respaldo de los 121 escaños conseguidos por el PSOE, frente a los 172 apoyos que Alberto Núñez Feijóo sumó en su fallida sesión de investidura.

En los nueve meses transcurridos desde el inicio de legislatura, Pedro Sánchez sólo ha conseguido aprobar cinco Reales Decretos que son normas con rango de ley, que aprueba el Gobierno exclusivamente «en casos de urgente necesidad», habiéndose convertido en el presidente que más ha abusado de esta figura legislativa que elude su sometimiento a debate en las Cortes.

Sánchez está obligado a gobernar sin Presupuestos Generales del Estado (PGE), porque no logra que el Congreso se los apruebe. Sólo en la última semana, el PSOE ha acumulado 6 derrotas en el Pleno del Congreso, incluida su proposición de ley contra el proxenetismo. Y en los nueve meses que van de legislatura son ya 12 las votaciones que han perdido los socialistas, que la semana pasada se vieron obligados a retirar la reforma de la Ley del Suelo, ante su falta de apoyos, del mismo modo que se resignaron a no presentar su propuesta de PGE.

Y con esta debilidad manifiesta, sin contar con nadie, despreciando el consenso y hasta el debate con la oposición, Pedro Sánchez ha decidido por su cuenta y riesgo enfrentar a España contra Israel, que es la única democracia prooccidental de todo oriente medio y era nuestro mejor aliado en la lucha contra el terrorismo; igual que antes nos ha enemistado con nuestro país hermano, Argentina y aún antes, con nuestro principal suministrador de gas, Argelia. Todo porque le sale a él de las narices, para tapar sus corruptelas y quitarle votos a lo poco que queda a su cada vez más extrema izquierda.

La política internacional, que cualquier gobernante medianamente serio debería entender que ha ser consensuada por la mayoría de fuerzas políticas de sus países y no sometida a los caprichos del que ocupe el poder en un momento dado, es manejada por Pedro Sánchez sin consenso ni debate. Ayer el presidente del Gobierno anunció que él solito, sin que las Cámaras españolas puedan estudiarlo y votarlo, había decidido entregar a Ucrania nada más y nada menos que 1.000 millones de euros que suponen casi el 10% de nuestro gasto anual en Defensa y un tercio de lo que costaría ese AVE que nunca llega a Extremadura.

Sin entrar a debatir si es correcto ayudar a Ucrania mientras se compra el gas ruso porque Argelia no se lo quiere vender a España, ni siquiera si es el momento de reconocer el inexistente Estado palestino, como premio a la masacre de judíos; hay que resaltar que Sánchez toma decisiones trascendentales de una manera absolutamente despótica y tiránica, sin consensuarlas ni con sus propios socios y sin permitir que la oposición opine sobre ellas en el Congreso. Al más puro estilo de Luis XIV de Francia, el Rey Sol, Sánchez piensa que el Estado es él… y Begoña la reina consorte.


Publicado el 28/05/2024 en Okdiario

No existe Estado en Palestina, son terroristas


 

En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados en la que Pedro Sánchez debería haber explicado las sospechosas actividades privadas de su esposa, Begoña Gómez, que están siendo investigadas por un juzgado de Madrid, el cual ha abierto diligencias por los delitos de corrupción y tráfico de influencias; el presidente del Gobierno desvió la atención de este asunto anunciando que, en el próximo Consejo de Ministros del 28 de mayo, su Gobierno va a aprobar el reconocimiento del Estado de Palestina. No debemos afirmar, como algunos hacen, que España va a reconocer el Estado palestino, porque esta no va a ser una decisión que se someta a votación en el Congreso de los Diputados.

El artículo 1.2 de nuestra Constitución dice que «la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado». Y el artículo 66.1 concreta que «las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado», correspondiéndole al Gobierno dirigir «la política interior y exterior». Esto significa que Pedro Sánchez está facultado para reconocer el Estado de Palestina, pero si no somete esta decisión a votación en las Cortes -y no lo hace porque sabe que no existe consenso con el resto de formaciones políticas y la propuesta sería rechazada- no podrá jamás afirmar que España ha reconocido a Palestina, sino que lo habrá hecho Pedro Sánchez por sus santas narices, para robarle votos a la extrema izquierda y para desviar la atención de las sospechas de corrupción y tráfico de influencias que afectan a su esposa.

Cabría preguntarse cuál es ese Estado que piensa reconocer el marido de Begoña Gómez. Lo mismo podría reconocer Wonderland el absurdo mundo que Lewis Carroll inventó para Alicia. Quizá Sánchez podría reconocer Ávalon, la isla legendaria de la mitología celta donde reinaba Morgana y fue sepultado el Rey Arturo. O a lo mejor Pedro Sánchez querría reconocer Neverland, el país de Peter Pan. Todos estos países imaginarios responden a una realidad similar a la del supuesto Estado palestino que Sánchez va a reconocer, pero su reconocimiento avergonzaría muchísimo menos a los españoles ya que habrían surgido de mentes fantasiosas y no de la sangre de los bebés judíos degollados, del sufrimiento de las mujeres y niñas judías violadas y torturadas y del cruel asesinato de ancianos judíos indefensos.

Por mucho que Pedro Sánchez quiera reconocerlo, no existe ningún Estado palestino, como tampoco existen Ávalon ni Neverland. La Franja de Gaza es un territorio del que Israel se retiró unilateralmente hace casi 20 años y que desde entonces está controlada por la fuerza de los terroristas de Hamás, quienes desde que ganaron las ficticias “elecciones” de 2006 no volvieron a permitir votar a los gazatíes, expulsando o asesinando a toda la oposición. Terroristas de carácter sunita y yihadista cuyo único objetivo reconocido es exterminar a Israel «desde el río hasta el mar», o sea, que desde el Jordán hasta el Mediterráneo, Hamás tratará que no quede ni un solo judío con vida.

Pero lo que estoy diciendo no es que Palestina sea un Estado terrorista, sino que la Franja de Gaza es un territorio ocupado por los terroristas. Un Estado es una organización política formada por un conjunto de instituciones que ejercen soberanía sobre la población que habita su territorio. Para que exista un Estado es imprescindible que haya alguna entidad capaz de controlar su territorio y mantener relaciones con otros Estados. En Palestina no se da ni de lejos ninguna de estas circunstancias. Es indecente reconocer el violento dominio terrorista sobre una población. Es vergonzante hacerlo como premio a los atentados del 7 de octubre en los que los terroristas masacraron a 1.400 personas, hombres, mujeres y niños; violaron a las mujeres delante de sus familiares y luego las torturaron y asesinaron; a las que estaban embarazadas les rajaron el vientre para sacar el feto y asesinarlo frente a sus madres, a las que también mataron; quemaron a personas vivas, torturaron a ancianos y niños, robaron todo lo de valor que encontraron y finalmente huyeron a Gaza llevándose secuestrados como rehenes a otras 240 personas, desde bebés con sus madres hasta ancianos.

Ni en mi nombre ni en el de España va a reconocer Sánchez la autoridad de ninguna banda terrorista, a mí me avergüenza, le pido perdón a Israel y me propongo hacer todo lo que esté en mi mano para que semejante sinvergüenza dure lo menos posible en la Moncloa.


Publicado el 23/05/2024 en Okdiario

Si lo de Begoña no fuera delito habría que cambiar la ley


 

Pedro Sánchez es como el típico niño matón de colegio que abusa, insulta y maltrata a todos los que se dejan, pero que en cuanto alguno le hace frente se tira al suelo y se echa a llorar pataleando y fingiendo que le han pegado. Durante la campaña electoral argentina de 2023, nuestro presidente del Gobierno se manifestó en apoyo del peronista Sergio Massa frente, dijo, a la «estridencia» de Javier Milei: «Ojalá que gane Massa y no gane Milei». Cuando Milei resultó ganador, Sánchez se negó a felicitarlo y su vicepresidenta y ministra Yolanda Díaz dijo que era «un día triste para el bloque democrático». Un mes más tarde, cuando Milei tomó posesión de su cargo, Sánchez se negó a asistir y ni siquiera envió a ninguno de sus ministros.

La semana pasada la misma Yolanda Día se refirió a él diciendo que «Milei y otros gobiernos del odio vuelven con los recortes y con el autoritarismo; la política del odio no quiere acabar con la pobreza, lo que quieren es acabar con los pobres». Hace 15 días, el ministro Óscar Puente se grabó acusando a Javier Milei de drogarse, de «ingerir sustancias». El sábado, la ministra Diana Morant, hablando por boca de Pedro Sánchez, dijo que Meloni y Milei representan «regímenes fascistas que este fin de semana han organizado un aquelarre en Madrid con Milei como padrino político». La ministra Teresa Ribera ha dicho que «Javier Milei es uno más en el aquelarre de la ultraderecha global». Pedro Sánchez no ha cesado a ninguno de sus ministros por insultar gravemente a Javier Milei.

Pero los insultos de Sánchez y sus ministros no han ido dirigidos sólo contra Milei. En su sesión de investidura en el Congreso de los Diputados, Sánchez acusó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de «corrupta», a lo que ella respondió, mascullando, «me gusta la fruta». En febrero, desde Marruecos, Pedro Sánchez llamó «corrupto» al hermano de Isabel Díaz Ayuso, cuando las dos causas abiertas contra él han sido archivadas. En marzo, durante una sesión de control al Gobierno, mientras la vicepresidenta María Jesús Montero se hacía eco de un bulo que implicaba a la esposa de Alberto Núñez Feijóo en el cobro de subvenciones de la Xunta de Galicia, Pedro Sánchez gesticula desde su escaño haciendo creer que tenían más información contra ella, diciendo «y hay más cosas, más cosas».

Además, no todos los insultos afectan del mismo modo a Pedro Sánchez. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, celebró que su país había podido «liberarse del yugo español y acabar con un régimen productivo de esclavistas». El presidente de México, López Obrador, ha requerido a las autoridades españolas pedir perdón a los pueblos indígenas por la «imposición» y el «saqueo» de la «ocupación militar» de hace 500 años. También propone una «pausa» en la relación bilateral entre ambas naciones por el «saqueo» que, según él, han cometido las autoridades y las empresas españolas en México en las últimas décadas.

En su toma de posesión como presidente de Perú, Pedro Castillo habló de «tres siglos de explotación cuando perteneció a la corona española». A finales de 2020, el primer ministro de Marruecos dijo que Ceuta y Melilla «son marroquíes como el Sáhara» y Marruecos incluye a las dos ciudades españolas en el mapa oficial de su territorio que luce en su Embajada en Madrid. Ni con Colombia, México, Perú, ni con Marruecos ha roto relaciones el Gobierno de Pedro Sánchez ante sus continuos insultos a España.

Pero cuando Milei habla de las diligencias previas abiertas en el Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, en las que se investiga a la mujer del presidente del Gobierno por tráfico de influencias y corrupción en los negocios, Pedro Sánchez, puño de hierro y mandíbula de cristal, se tira al suelo llorando y pataleando y manda a sus ministras a defender su honor de doncella ofendida, como si la nación española hubiera sido atacada por un enemigo extranjero que sólo habla de su mujer. A mí Sánchez no me da ninguna pena, los indicios son tan claros que, si la Justicia española no aprecia ningún delito en la actuación de Begoña Gómez, eso sólo va a significar que es urgente cambiar las leyes para que, en el futuro, ninguna mujer de un presidente del Gobierno pueda volver a aprovecharse de su estatus, como está haciendo con todo descaro la esposa de Pedro Sánchez.


Publicado el 21/05/2024 en Okdiario

El hermanísimo de Sánchez ni teletrabaja… ni trabaja


 

El jefe de Servicio de Apoyo Jurídico e Inspección del Área de Recursos Humanos y Régimen Interior de la Excelentísima Diputación Provincial de Badajoz, Alejandro José Cardenal Guijarro, certifica que David Sánchez Pérez-Castejón «no consta que haya solicitado ni que le haya sido autorizada la prestación de sus servicios en régimen de teletrabajo». De hecho, la Diputación habilitó para él una zona con varios puestos de trabajo, además de su despacho personal, en la segunda planta del Palacio de la Diputación. Pero allí nadie le ve, su zona de trabajo está siempre vacía, nadie atiende las llamadas telefónicas y el resto de personal de la Diputación, los que sí trabajan, dicen que por allí «sólo viene alguien de vez en cuando».

La explicación que da a tan extraña circunstancia el presidente de la Diputación de Badajoz y nuevo líder de los socialistas extremeños, Miguel Ángel Gallardo, es que «aquí se trabaja por objetivos, 24 horas al día, todos los días del año, lo cual se hace con presencialidad en unos casos en la propia casa o en las distintas instituciones y empresas». Y se queda tan ancho.

Hay que recordar cómo fue el proceso por el que la Diputación socialista de Badajoz contrató a dedo al hermanísimo del presidente del Gobierno, después de que Fernández Vara hubiera hecho campaña a favor de Susana Díaz en las primarias que acabó ganando Pedro Sánchez el 21 de mayo de 2017. Tres días después de ser elegido secretario general del PSOE, el 24 de mayo, una de sus primeras decisiones fue presentar a las primarias extremeñas, donde Vara se jugaba su reelección, a la candidata pedrista Leonor Martínez-Pereda. Al día siguiente de que se anunciara esta candidatura, Vara se fue a Madrid y dijo públicamente que él iba «a apoyar la Ejecutiva que proponga Pedro Sánchez, sea la que sea». Sánchez ordenó que su candidata renunciara a presentarse contra Vara y éste contrató sólo un mes después a su hermano en un puesto creado ex profeso para él.

Con las prisas, la Diputación de Badajoz llamó al puesto creado para el hermano del nuevo secretario general del PSOE, Coordinador de Actividades de los Conservatorios de Música. En realidad, los dos Conservatorios de Música de Badajoz, denominados Superior y Profesional, están separados por apenas 140 metros que se recorren en menos de 2 minutos andando y su origen está en la ampliación de las instalaciones del Conservatorio original, que se habían quedado pequeñas. Lo innecesario de un Coordinador quedó patente apenas cuatro años después, cuando, tras cogerse un año de excedencia durante el que nadie le echó de menos, el puesto del hermanísimo pasó a denominarse Director de la Oficina de Artes Escénicas, que tiene aún menos actividad, pero lo disimula un poco mejor.

Tampoco es que el sueldo parezca ser demasiado importante para el hermano de Pedro Sánchez. Los 55.000 euros al año que la Diputación socialista le paga por no hacer nada, que para cualquier persona normal sería una retribución considerable, parecen poca cosa para alguien que, no se sabe bien cómo, ha logrado reunir un patrimonio de 2 millones de euros materializados en un palacete en Elvas (Portugal), donde reside -ahorrándose así una pasta en impuestos-, un piso en San Petersburgo (Rusia), otro en Madrid, 63.880 euros en criptomonedas, 114.973 euros en cuentas bancarias, y, lo más sorprendente de todo, 1,4 millones de euros en acciones del BBVA, una cartera para nada normal por su alta concentración en el banco que acaba de anunciar una opa hostil sobre el Banco de Sabadell.

Casual y extrañamente la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha localizado en la misma localidad portuguesa de apenas 16.000 habitantes en la que reside el hermano de Pedro Sánchez, cuatro sociedades pantalla a las que, presuntamente, habrían desviado fondos los miembros de la trama Koldo del PSOE.

A ver, vamos a ponerlo todo seguido. Al hermanísimo de Pedro Sánchez lo contrataron a dedo inmediatamente después de que éste se hiciera con la Secretaría General del PSOE. Su puesto no tiene contenido, ni atribuciones, ni actividad. Nadie lo ve aparecer por su despacho, aunque no teletrabaja. Ha acumulado un patrimonio descomunal que no guarda proporción con su retribución. Y reside en el mismo pueblecito portugués donde se han localizado empresas de la trama Koldo del empresario Víctor de Aldama, relacionado con Begoña Gómez, la mujer de Sánchez. Resulta tan evidente que el hermanísimo de Pedro Sánchez ni teletrabaja, ni trabaja, porque no le hace ninguna falta, como que más pronto que tarde nos acabaremos enterando de lo que hay detrás de todas estas casualidades.

Publicado el 16/05/2024 en Okdiario

Francina la cuentista


 

El 24 de octubre de 2016 la revista Nature Neuroscience publicó un estudio de científicos del University College de Londres demostrando que la repetición del engaño hace que el cerebro de los mentirosos pierda sensibilidad ante la mentira y se produzca una escalada de falsedades; demostrando así que el cerebro se adapta al fraude. Ya en el siglo XVI, sin necesidad de observar las deformaciones de las estructuras subcorticales del lóbulo temporal de los sesos, Martín Lutero afirmaba que «una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve», que viene a ser algo así como una aplicación práctica del mismo teorema.

Francina Armengol lleva meses mintiendo y para tapar sus mentiras cada vez necesita otros bulos aún mayores, expresados con mucha más rotundidad ante cada vez más público. El lunes, la presidenta del Congreso mintió ante los miembros de la «Comisión de Investigación sobre los hechos, responsabilidades y enseñanzas en torno a los procesos de contratación para la adquisición de material sanitario por parte de las Administraciones públicas durante la crisis pandémica ocasionada por la Covid-19», que es el sucinto título que los señores diputados de la mayoría izquierdista e independentista del Congreso le han dado a la comisión con la que van a tratar de enterrar el caso Koldo de las mascarillas del PSOE.

Refiriéndose a Soluciones de Gestión, la empresa de la trama Koldo del PSOE, dijo Francina Armengol ante los diputados de la Comisión del caso Koldo y ante las cámaras de televisión, que «no he conocido el nombre de esta empresa hasta estos últimos meses». Y apenas unos minutos después, OKDIARIO publicó un vídeo en el que se une a la presidenta del Congreso haciendo estas afirmaciones, con la grabación de la rueda de prensa en la que la portavoz del Gobierno de Baleares informó de los proveedores de los contratos adjudicados en el Consejo de Gobierno del 8 de mayo de 2020, presidido por Francina.<

La bola de nieve se hace más grande cuanto más rueda, por eso Francina Armengol no se atrevió a decirle a los diputados de la comisión que ella nunca jamás se hubiera reunido o hubiese hablado con Koldo García; sino que sólo se arriesgó a decir, leyendo el texto que llevaba escrito, que «no recuerdo todas las comunicaciones de hace cuatro años y por eso no descarto que entre esas personas estuviera el señor García», lo que en román paladino significa que sí estuvo reunida con Koldo García, el de la trama de las mascarillas del PSOE. Y si se reunió con Koldo, ¿para qué otra cosa podría ser sino para hablar de su empresa Soluciones de Gestión -cuyo nombre Francina dice que nunca había oído hasta los últimos meses- en relación con la compra de mascarillas por 3,7 millones de euros, que luego resultaron ser defectuosas?

¿Acaso Francina pretenderá hacernos creer que estuvo hablando con Koldo de cómo los aizkolaris cortan los troncos con hacha? ¿Querrá que nos creamos que se reunió con Koldo para que éste le contara lo que había en las 40 maletas que la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, desembarcó en Barajas? ¿O acaso Francina dirá que lo que más le interesaba saber era cómo el portero de un club de alterne de Pamplona había sido capaz de llegar a ser miembro del consejo de administración de la empresa pública Renfe Mercancías?<

Lo que no son cuentas, son cuentos. Los cuentas dicen que la empresa Soluciones de Gestión para la que intermediaba Koldo García cobró 3,7 millones de euros del Gobierno Balear presidido por Francina Armengol a cambio de unas mascarillas defectuosas y que ésta no ordenó que se reclamase dicha cantidad hasta tres años más tarde, casualmente el mismo día que la candidata del PP, Marga Prohens, logró ser investida nueva presidenta de Baleares. Además, dos meses después de haber sido informada de la estafa, emitió un certificado de conformidad a favor de dicha empresa vinculada al PSOE, para que con él pudiera concurrir a otras contrataciones públicas. El cuento declara que Francina Armengol no habló de esta operación con Koldo cuando se reunió con él y ni siquiera había escuchado el nombre de su empresa. Francina la cuentista tiene más cuento que su jefe, Pedro Sánchez, y entre ambos dejan a los hermanos Grimm en unos aficionados a las historias de hadas.


Publicado el 14/05/2024 en Okdiario

Desde el río hasta el mar… nos gobiernan antisemitas


 

Ser nazi es apoyar el nacionalsocialismo, movimiento político y social del Tercer Reich alemán, de carácter totalitario, pangermanista y racista. Qué duda cabe de que la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, no es una pangermanista del Tercer Reich alemán, pero ella no negará que pertenece a un movimiento político y social igual de totalitario, socialista y antisemita que el nazi. Por eso, siendo extremadamente estrictos en el uso de los calificativos, a la ministra no se la puede llamar nazi, ni siquiera se puede afirmar que Sira Rego sea exactamente una nazi roja. Para ser rigurosos, a la ministra de Pedro Sánchez habría que definirla como una comunista antisemita, aunque muchos dirán que eso es sinónimo de nazi roja y no les faltarán razones.

En un debate televisivo para las elecciones europeas de 2019, Sira Rego le contestó a un catedrático que «decir que Lenin es un genocida expresa que usted es de extrema derecha y ha leído muy poco», y acto seguido lo mandó a leer, no sin antes mirar su chuleta para acordarse del nombre del panfleto que quería recomendar. Porque la ministra Sira Rego, además de ser comunista, ha estudiado una pequeña diplomatura en Nutrición Humana y Dietética y durante un tiempo trabajó como nutricionista en una cooperativa. Así que está más que formada para mandar a estudiar a los catedráticos y apoyar el genocidio de los judíos.

«¡Desde el río hasta el mar! #FreePalestine», tuitea Sira Rego, haciendo suya tan conocida frase de apoyo al grupo terrorista Hamás. En 1947 Naciones Unidas aprobó la partición en dos Estados, uno judío y otro islámico, del territorio delimitado por el río Jordán y el mar Mediterráneo, con un área, que incluía Jerusalén y Belén, bajo control internacional. Esta decisión ha sido siempre rechazada por los estados islámicos que rechazan la legitimidad del estado de Israel. «¡Desde el río hasta el mar!», desde el Jordán al Mediterráneo, los terroristas reclaman un estado islamista.

Cuando se les acusa de antisemitismo, los rojos como la ministra Sira Rego, afirman que este eslogan fue utilizado en los años 60 para reivindicar los derechos de los palestinos, el rechazo hacia el colonialismo y el imperialismo y la independencia de Palestina. Pero lo cierto es que el eslogan hace más de 40 años que está siendo usado por los grupos terroristas que pretenden el genocidio de Israel.

El Comité Judío Estadounidense (AJC), una de las organizaciones de defensa de los judíos más antiguas y reconocidas de Estados Unidos, afirma que esta frase «es un grito de guerra para los grupos terroristas», así como «una llamada a las armas para los activistas pro palestinos». Aseguran que «no hay nada antisemita en abogar por que los palestinos tengan su propio Estado. Sin embargo, pedir la eliminación del Estado judío, elogiar a Hamás u otras entidades que piden la destrucción de Israel, o sugerir que los judíos por sí solos no tienen derecho a la autodeterminación, es antisemita».

Por si aún queda alguna duda, no podemos olvidar que el pasado 7 de octubre, 500 europarlamentarios votaron a favor de una resolución del Parlamento Europeo en la que se condenaron los «infames atentados terroristas de Hamás en Israel» y se reafirmó «el derecho de Israel a defenderse». Pero lamentablemente hubo 21 europarlamentarios que se opusieron a condenar las barbaridades cometidas por el grupo terrorista Hamás, entre ellos Sira Rego.

La ministra comunista de Pedro Sánchez se negó a condenar el secuestro de civiles judíos, el degüello de bebés judíos, la violación y tortura a mujeres y niñas judías, y el cruel asesinato de ancianos indefensos judíos. Sin embargo, Sira Rego no pierde ninguna oportunidad de condenar todas las víctimas que causa la reacción de defensa del estado democrático de Israel en la población de Gaza sometida a los terroristas de Hamás; siempre y cuando estas víctimas sean sólo del lado islamista de la ministra comunista y antisemita.

Pedro Sánchez mantiene como ministra a esta comunista antisemita, y lleva semanas de gira internacional buscando apoyos para su idea de reconocer el Estado palestino, como premio a los crímenes cometidos por los terroristas de Hamás y mientras estos aún mantienen secuestrados a más de 100 judíos inocentes, sin confesar a cuántos de estos han asesinado. Que Sira Rego no haya sido cesada inmediatamente después de sus muestras de apoyo a los terroristas de Hamás pone de manifiesto que el Gobierno de España no hace ascos al genocidio antisemita.


Publicado el 09/05/2024 en Okdiario

Las maletas de Delcy no son un bulo


 

Ahora todo son bulos. Ya nos intentaron hacer creer que es un bulo que la mujer de Pedro Sánchez se ha aprovechado del ascenso de su marido para promocionarse ella, pasando de trabajar en una pequeñísima empresa donde impartía formación a comerciales de telemarketing a dirigir una cátedra universitaria sin ser ella ni siquiera licenciada, mientras da cursos en los que presume de enseñar a captar los fondos públicos que reparte su marido, recomendando por escrito a sus patrocinadores para que se les adjudiquen contratos públicos. También nos dijeron que es otro bulo que el hermano de Sánchez, nada más llegar él a la secretaría general del PSOE, fue contratado a dedo por la diputación socialista de Badajoz y encima se ha ido a vivir a Portugal, donde paga menos impuestos, y así acumula un patrimonio de más de 2 millones de euros.

Dice Ábalos que también son un bulo las famosas maletas que trajo a España la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez: «No existieron las maletas. Fue un bulo tremendamente instalado. Lo único que llevaba eran un equipaje personal, que igual que entró salió al avión de Doha». E insiste además en que en ese avión no cabían las maletas: «Hemos podido todos ver el tamaño del avión, pues ahora usted introduzca 40 maletas, mire a ver si caben. Y ahora las vamos a llenar y metámosles peso e intente despegar y cruce todo el charco»; con los mismos aspavientos e idéntica desfachatez como cuando, a principios de 2020, fue cambiando hasta en 6 ocasiones su versión sobre lo acontecido aquella noche en Barajas; empezando por negar que se hubiera reunido con ella hasta terminar por reconocer que estuvo con ella durante media hora en la sala VIP de la terminal ejecutiva del aeropuerto de Barajas.

Sabemos que el avión era un Falcon 900LX, matrícula TC-AKE. En la página web de su fabricante, la compañía francesa Dassault Aviation, podemos comprobar que el Falcon en el que Delcy Rodríguez llegó a España puede transportar un número máximo de pasajeros entre 12 y 14, tiene una capacidad de carga máxima de 19.184 libras, que son unos 8.700 kg y un volumen de equipaje de 127 ft3, que equivalen a unos 3.600 litros. Suponiendo que a la vicepresidenta la acompañaran otras 11 personas de unos 80 kg de peso, todavía caben 40 maletas de 90 litros de volumen y casi 200 kg de peso cada una. O sea, que es fácilmente comprobable que Ábalos ha vuelto a mentir otra vez y las maletas claro que sí cabían.

Pero es que, además, a Ábalos lo desmiente un testigo directo, un vigilante de seguridad presente aquella noche que certificó ante notario que él vio como «el personal de Sky Wallet traslada dos carros con maletas al exterior de la zona pública para ponerlos en los vehículos sin pasar ningún control de aduanas». Incluso el asesor de Ábalos, Koldo García Izaguirre, que le acompañó al aeropuerto de Barajas aquella madrugada del 20 de enero de 2020, ante la misma comisión del Senado declaró que él vio cómo descargaban «seis maletas grandes y seis pequeñas». Y aún hay más, José Luis Ábalos denunció por injurias y calumnias a Federico Jiménez Losantos y un juzgado de lo penal de Madrid absolvió al periodista al considerar que sólo especuló con el contenido de las maletas, certificando que las mismas entraron en España con la ayuda del entonces ministro.

Pero los socialistas han aprendido que sólo tienen que decir que todas las pruebas que les acusan son bulos para poner en marcha a todo su fabuloso equipo de opinión sincronizada, quienes se encargan de inundar sus tertulias, entrevistas radiofónicas y televisivas y redes sociales, repitiendo miles de veces que los hechos reales son bulos; y así no tienen que dar ninguna explicación de lo ocurrido, con el visto bueno de unos fanáticos votantes capaces de tragar con todo con tal de que no gobierne la ultraderecha, que es como nos llaman a los demócratas que no comulgamos con sus ruedas de molino.


Publicado el 07/05/2024 en Okdiario

El bulo de los bulos contra Sánchez


 

Ya circulan las listas negras con los medios de comunicación que Pedro Sánchez va a poner en la diana y en todas ellas, cómo no, tiene un lugar destacado OKDIARIO. También empieza a saberse ya cuáles serán los poco democráticos métodos con los que se va a intentar, si no acabar con ellos, al menos ponerlos en serias dificultades económicas.

En la entrevista que el Telediario de TVE realizó a Pedro Sánchez el pasado lunes, éste dijo cosas como que «lo que no puede ser es que se confunda la libertad de expresión con la libertad de difamación» y que «se ha planteado un debate muy necesario; el de cómo fortalecer la democracia ante una maquinaria de fango que crea noticias falsas y propaga bulos y desinformación con absoluta impunidad». En su carta a la ciudadanía, con la que engañó a sus votantes anunciando que se iba a tomar 5 días para pensarse si seguía o abandonaba, también soltó perlas como hablar de «medios de marcada orientación derechista y ultraderechista», «cabeceras ultraconservadoras», o «galaxia digital ultraderechista».

Las redes sociales y los nuevos medios de comunicación digitales han revolucionado el control de la información a nivel mundial. Hace no demasiados años, cuando el PSOE se hacía con el Gobierno y conseguía controlar RTVE, con el apoyo de El País y La Ser, lograban un control casi absoluto de la información que llegaba a la inmensa mayoría de los votantes, ya que las escasas cabeceras de prensa escrita que no controlaban tenían una difusión muy limitada. Pero ya en 2010, la revista Time reconoció que Twitter y Facebook tenían un notable nivel de influencia pública y a finales de 2015 se fundó OKDIARIO. Hoy en día es imposible que, democráticamente, ningún partido político pueda controlar la información como le gustaría.

No obstante, la difamación de la que habla Pedro Sánchez está penada en España desde hace décadas, ya que nuestro Código Penal regula los delitos contra el honor en sus artículos 205 al 216. Según ellos, cualquier información falsa que sea publicada perjudicando la reputación de una persona es castigada con penas de prisión que pueden llegar hasta los 2 años en los casos más graves. Sin embargo, ni la esposa de Pedro Sánchez ni él mismo han hecho uso de estos instrumentos legales para defender su honor, sino que se han limitado a enviar dos correos electrónicos solicitando que se rectifiquen un par de titulares que les parecen subjetivos, sin entrar a desmentir el grueso de las informaciones publicadas.

Así pues, parece claro que el presidente del Gobierno no se va a arriesgar a abrir procesos judiciales en los que, inevitablemente, tendría que acreditarse con pruebas la difamación de la que tanto se queja. En vez de demostrar en un juzgado que se les está difamando, el PSOE y sus socios de Gobierno han comenzado a solicitar en las Comunidades Autónomas gobernadas por el PP «la relación detallada de medios de comunicación y cantidades que recibe cada uno de ellos a través de subvenciones y/o publicidad institucional». Paralelamente, igual que han hecho las repúblicas bananeras que le están sirviendo de modelo, se comenzará a presionar a las empresas públicas y privadas para que retiren sus campañas de publicidad de los medios de comunicación incluidos en sus listas negras. Se intentará arruinar al que no se deje amordazar.

Con esta campaña iniciada por Pedro Sánchez contra la libertad de expresión ni siquiera va a tener que demostrar que su esposa no ha usado su influencia para medrar profesionalmente, o que no ha hecho negocios enseñando a captar los fondos públicos que reparte su marido, o que no ha recomendado por escrito a sus patrocinadores para que se les adjudiquen contratos públicos y no se ha reunido en secreto con los dirigentes de las empresas que financiaban sus proyectos, días antes de que fueran rescatadas por el Gobierno presidido por su marido.

Al más puro estilo kirchnerista y chavista, Sánchez toca a rebato y las hordas del PSOE se lanzan en masa a difundir el bulo de los bulos contra la sanchosfera según el cual, cualquier información que le perjudique pasa inmediatamente a considerarse falsa sin más y los medios de comunicación que se atrevan a difundirla, entran en ese mismo instante a formar parte de los pseudomedios ultraderechistas que deben ser asfixiados económicamente hasta que tengan que cerrar. Un dos de mayo nadie debería olvidar que los españoles, cuando nos ponen entre la espada y la pared, somos maestros de esgrima… o de garrotazos; y en OKDIARIO somos muy españoles.


Publicado el 02/05/2024 en Okdiario