Nazi es cualquiera que discrepe de la izquierda


 

Antes de ser asesinado por el Gobierno de la Segunda República tras una farsa de juicio político en la que fue condenado a muerte sin pruebas de ningún delito ni derecho a defensa, a José Antonio Primo de Rivera lo llamaban Juan Simón el Enterrador, como en la célebre copla. Le pusieron ese mote los monárquicos tras sufrir más de 18 muertos entre los suyos durante la campaña electoral de las elecciones que robó, dando un claro pucherazo, el Frente Popular en febrero de 1936. A José Antonio lo ridiculizaban llamándole el Enterrador y a la Falange traduciendo las siglas FE como Funeraria Española. Durante aquella campaña electoral la extrema izquierda cometió más de 480 actos violentos que causaron 41 muertos y 80 heridos de gravedad. Después de las elecciones, entre febrero y julio de 1936, antes del Golpe de Estado, en la llamada Primavera trágica hubo cientos de incidentes con otros 262 muertos entre atentados y represalias; y centenares de iglesias y conventos fueron asaltados e incendiados. Los mataban porque decían que eran fascistas.

El historiador Stanley G. Payne afirmó que «los falangistas fueron los principales blancos de los atentados de la izquierda», pero esta izquierda violenta no es exclusiva de nuestro país. Pocos años antes, los bolcheviques se habían hecho con el poder en Rusia tras la sangrienta Revolución de octubre de 1917. En los años siguientes por todo occidente la izquierda imitó esta violencia revolucionaria que también llegó a España porque el modelo de Estado socialista no es democrático, sino totalitario y violento, ya que es difícil que todo el mundo se deje robar lo que es suyo si no se le obliga por la fuerza. En 2025 el mundo se parece poco al de principios del siglo XX. Las cosas no pueden hacerse igual 100 años después. Los métodos han cambiado pero la violencia de la izquierda es hoy exactamente la misma de entonces.

Ayer, en Utah (USA), fue asesinado Charlie Kirk, comentarista político y simpatizante de Donald Trump, tras recibir un disparo en el cuello mientras daba una conferencia a sus seguidores en la universidad de Orem. Este atentado se suma al del CEO de la multinacional aseguradora médica más grande del mundo, UnitedHealthcare, Brian Thompson, asesinado a finales del año pasado en Nueva York por un anticapitalista que justifica intelectualmente el uso de la violencia. El 13 de julio de 2024 la izquierda intentó asesinar a Donald Trump en Pensilvania, mientras daba un discurso durante un mitin político dos días antes de la Convención Nacional Republicana, previa a las elecciones presidenciales de noviembre, que finalmente ganó.

En España, una vez que los terroristas vascos de izquierdas han dejado de asesinar tras colocar a los proetarras en las instituciones y mientras los independentistas catalanes han pausado su violencia callejera al tener a Pedro Sánchez en la Moncloa; la violencia de la izquierda se centra en los candidatos de Vox. Miembros del Gobierno de coalición han sido grabados sonriendo delante de manifestantes que cantan deseando la muerte de Abascal; sus diputados son apedreados cuando participan en actos del partido; sus carpas electorales son vandalizadas y sus simpatizantes, agredidos continuamente. En todos estos casos recientes siempre se ha repetido el mismo patrón, la violencia política ha sido ejercida por la izquierda contra la derecha, e inmediatamente después del atentado, las redes sociales se han llenado de mensajes de odio contra la víctima, que inevitablemente siempre es tachado de nazi inhumano, lo que justifica que pueda ser agredido e incluso asesinado.

La izquierda ha vulgarizado el término nazi hasta vaciarlo de contenido. Los nazis ya no son los socialistas ultranacionalistas que exterminan judíos, porque ahora los socialistas que odian a los judíos son ellos; así que un nazi es ya cualquiera que, para la izquierda, merezca ser asesinado por oponerse a sus creencias. Si estás en contra de la estafa climática, eres un malvado nazi. Si discrepas de la ideología de género, un maldito nazi. Si quieres defender tus fronteras de la inmigración ilegal, un perverso nazi. Cualquier discrepancia de la ideología de izquierdas te convierte en nazi y con los nazis no se debate, sino que toda la violencia está justificada.


Publicado el 11/09/2025 en OKDIARIO

Humo para tapar que se lucró de la prostitución


 

Este miércoles día 10, el juez Juan Carlos Peinado tiene citada a Begoña Gómez para que declare como investigada por el quinto delito que le ha imputado, esta vez por malversación de caudales públicos en la utilización de los servicios prestados por su asesora pagada por Moncloa, Cristina Álvarez, en relación con su actividad privada en la cátedra de la Universidad Complutense. Para profundizar en esta investigación, el juez acaba de solicitar a la Secretaría General de Presidencia del Gobierno todos los correos electrónicos recibidos y enviados desde la cuenta asignada a Begoña Gómez en el dominio presidencia.gob.es; «desde el día 11 de julio de 2018 hasta el día de la fecha». Esta quinta imputación a la esposa de Pedro Sánchez se suma a las cuatro anteriores por tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo.

A la imagen de la esposa de Pedro Sánchez sentada de nuevo en el banquillo de los acusados se suman las numerosísimas informaciones que se están publicando acerca de los negocios de prostitución con los que hizo fortuna su suegro Sabiniano Gómez. Este verano, OKDIARIO ha desvelado que el suegro de Sánchez compró la vivienda familiar del presidente cuando vivía de los prostíbulos. Sabiniano, el padre de Begoña Gómez, adquirió ese inmueble, valorado en 700.000 euros, y se lo cedió a su hija, que lo utilizó como vivienda familiar junto a Pedro Sánchez durante años. También hemos publicado declaraciones de un antiguo encargado de una de las saunas, quien ha confirmado que allí se ejercía la prostitución y que de ella se lucraba la familia Gómez. Otro antiguo empleado ha contado a OKDIARIO que había menores de edad trabajando como prostitutos en la Sauna Adán, propiedad del suegro de Pedro Sánchez.

Todas estas informaciones contrastadas hicieron que el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, espetara a la cara de Pedro Sánchez: «¿Pero con quién está viviendo usted? ¿Pero de qué prostíbulos ha vivido usted? Ha sido partícipe a título lucrativo del abominable ejercicio de la prostitución y ahora quiere prohibirla». Se lo dijo en el Pleno monográfico sobre corrupción celebrado en el Congreso hace ahora dos meses, sin que desde entonces absolutamente nadie ni del PSOE, ni de La Moncloa, se hayan atrevido a desmentir que el presidente del Gobierno se ha lucrado de la prostitución a través de la pentaimputada Begoña Gómez.

Por si todo esto fuera poco, la Sala de lo Penal del Supremo ha decidido hoy abrir juicio oral contra el fiscal general del sanchismo, Álvaro García Ortiz, acusado de revelación de secretos para beneficiar políticamente a Pedro Sánchez, exigiéndole una fianza de 150.000 € bajo amenaza de embargo. Además, a principios del verano, el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura dictaminó que el aforamiento exprés del secretario general del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, lo había sido en fraude de ley, por lo que devolvió el caso, en el que está imputado el hermano del presidente del Gobierno, a la magistrada del Juzgado de Badajoz, Beatriz Biedma, quien en breve continuará sus actuaciones contra David Sánchez. A lo que hay que añadir que diversas informaciones apuntan a que la UCO de la Guardia Civil está investigando al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, el socialista Ángel Víctor Torres, por presuntas comisiones recibidas; que se sumaría así a las imputaciones de José Luis Ábalos y del encarcelado Santos Cerdán.

Ante todo el panorama judicial que se cierne contra Pedro Sánchez, su familia y su círculo más cercano, el presidente del Gobierno ha comenzado a esparcir humo como si no hubiera un mañana; empezando, como todo tirano bananero, por el enemigo exterior, enfrentándose al Estado democrático de Israel por su defensa contra los terroristas palestinos; a lo que en breve debemos esperar, sin la menor duda, la resucitación del cadáver profanado de Francisco Franco, aprovechando que en un par de meses se cumple el 50 aniversario de su muerte. Sánchez es capaz de hacer lo que sea para que no se hable de su familia imputada y de cómo se ha lucrado de la prostitución, así que veremos muchos más fuegos artificiales.


Publicado el 09/09/2025 en OKDIARIO

Apertura del Año Judicial sin García Ortiz


Premisa número uno, Álvaro García Ortiz no quiso colaborar con la justicia para demostrar su inocencia, sino que, muy al contrario, destruyó todas las pruebas. Inmediatamente después de enterarse de que la Sala Segunda del Tribunal Supremo le iba a investigar por la filtración de información confidencial sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Álvaro García Ortiz borró todos los mensajes de WhatsApp que había en su móvil; 15 minutos más tarde repitió el proceso de borrado; eliminó la cuenta de Gmail en la que se hacían las copias de seguridad, activando una nueva copia en blanco que sobrescribiera las anteriores; hizo un restablecimiento completo del móvil a los valores de fábrica, eliminando todo lo que quedara; y, por si acaso, cambió de móvil, haciendo desaparecer el que había utilizado los días que ocurrió la filtración, sustituyéndolo por uno nuevo que fue el que le entregó a la UCO de la Guardia Civil.

Premisa número dos, horas antes de que lo tuviera la prensa, el informe filtrado ya circulaba en el entorno de Pedro Sánchez. La primera persona que usó dicha información fue el ex líder del PSOE en Madrid, Juan Lobato, quien ha contado que desde La Moncloa le pidieron que la utilizara contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, antes de que apareciera publicada. Premisa número tres, el informe filtrado benefició al PSOE y a Pedro Sánchez, el jefe de quien depende Álvaro García Ortiz, porque perjudicó la imagen de Isabel Díaz Ayuso.

Premisa número cuatro, si Pedro Sánchez no cesa a Álvaro García Ortiz es porque él fue el principal beneficiado de sus actuaciones. En aplicación del artículo 31 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, el fiscal general debería haber sido cesado por el Consejo de Ministros por «incumplimiento grave o reiterado de sus funciones», entre las que destaca la de velar por los derechos y libertades de los ciudadanos y por el cumplimiento de la legalidad, así como actuar como defensor de los intereses de las víctimas, obligación que, a criterio de los hasta quince jueces que han avalado la decisión de llevarle a juicio, existen sobrados indicios de que ha incumplido gravemente.

En resumen, Álvaro García Ortiz se esforzó en borrar todos los correos electrónicos y mensajes telefónicos que hubieran demostrado su inocencia; Moncloa dispuso del informe de la fiscalía que fue filtrado antes de ser publicado por la prensa; esta filtración benefició a Pedro Sánchez quien podría cesar por ello al fiscal general, pero en cambio, ha decidido apoyarlo. La presunción de inocencia es un principio jurídico que implica que los jueces no pueden condenar a Álvaro García Ortiz sin que los indicios que le señalan se conviertan en pruebas, es decir, sin que su culpabilidad quede firmemente demostrada. Pero este principio sólo afecta a los tribunales, no a la opinión pública ni mucho menos a los cargos políticos nombrados a dedo por el Gobierno donde el principio que debe prevalecer es el de la ejemplaridad.

Con todas las premisas que ya conocemos, a unas semanas de que el Tribunal Supremo lo siente en el banquillo de los acusados, la presencia de Álvaro García Ortiz en el acto de apertura del Año Judicial que se celebra este viernes es un insulto a nuestro sistema judicial y al Rey como máximo representante de las instituciones del Estado. Si el imputado fiscal general insiste en asistir y no renuncia a dar el discurso que le corresponde, todos los presentes están obligados a elegir el modo que consideren más oportuno para expresar su rechazo, evitando que este gesto permita posteriormente a García Ortiz recusar, cuando se le abra el juicio oral, a los jueces y fiscales que participen en la protesta. Abandonar la sala cuando hable el fiscal general sería lo más oportuno, pero si esto les parece una falta de respeto al Rey, que se tapen la cara con las manos o realicen cualquier otro gesto que indique claramente su rechazo al fiscal general del sanchismo.


Publicado el 04/09/2025 en OKDIARIO