¡Álvaro, sé fuerte!


 

Con frecuencia escuchamos a tertulianos sabelotodo repetir que Pedro Sánchez no puede cesar al fiscal general del Estado si Álvaro García Ortiz se niega a dimitir aún después de que el Tribunal Supremo haya decidido sentarlo en el banquillo de los acusados por la comisión de un delito de revelación de secretos para perjudicar políticamente a una rival del presidente del Gobierno. Es mentira. El artículo 31 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal establece que se le podrá cesar por cinco motivos: a petición propia, por incurrir en las incompatibilidades o prohibiciones establecidas en la Ley, en caso de incapacidad o enfermedad que lo inhabilite para el cargo, por incumplimiento grave o reiterado de sus funciones, o cuando cese el Gobierno que lo hubiera propuesto. La ley también establece que la apreciación de las cuatro primeras causas descritas corresponde exclusivamente al Consejo de Ministros.

En su condición de jefe superior y representante del Ministerio Fiscal, entre las funciones del fiscal general del Estado están, entre otras, velar por los derechos y libertades de los ciudadanos y por el cumplimiento de la legalidad, así como actuar como defensor de los intereses de las víctimas. El auto de la Sala de Apelación del Tribunal Supremo que agota todas las vías de Álvaro García Ortiz para evitar ser procesado, destaca que, para desmentir un bulo, que es la excusa utilizada por el fiscal, «no era preciso revelar información reservada». Es de cajón, lo sabemos todos, las autoridades no pueden cometer un delito para perseguir otro. La presunción de inocencia es un principio jurídico que implica que nadie puede ser condenado sin que se demuestre su culpabilidad; pero este principio afecta a los tribunales, no a la opinión pública ni mucho menos a los cargos políticos nombrados a dedo por el Gobierno donde el principio que debe prevalecer es el de la ejemplaridad.

Como bien señalan los hasta quince jueces que han avalado la decisión de llevar a juicio a Álvaro García Ortiz, existen sobrados indicios de que cometió el delito del que está acusado, entre los que destaca el borrado de todos los correos electrónicos y mensajes telefónicos, ya que ni el más tonto borraría unas pruebas que demostrasen una inocencia en la que ya sólo dicen creer Pedro Sánchez y sus ministros. Es ahí precisamente donde opera el principio de presunción de inocencia para que todos esos indicios alcancen la consideración de pruebas antes de condenarlo. Pero para los ciudadanos sometidos al poder de ese Estado del que él es fiscal general, esos indicios, son lo suficientemente claros como para demandar que Álvaro García Ortiz sea cesado inmediatamente para sustituirlo por alguien sobre quien no recaigan tan fundadas sospechas de parcialidad.

Tal y como vimos al principio, una de las causas previstas en el Estatuto Fiscal por las que Pedro Sánchez podría cesar a Álvaro García Ortiz es «por incumplimiento grave o reiterado de sus funciones», entre las que también hemos comprobado que se encuentra la de «velar por los derechos y libertades de los ciudadanos y por el cumplimiento de la legalidad». El Tribunal Supremo y la opinión pública conocemos los hechos que indican que el fiscal general ha incumplido gravemente sus funciones, quebrantando la legalidad en detrimento de los derechos y libertades de los ciudadanos y para beneficio político del Gobierno, razón por la cual estaría más que justificado su cese en el Consejo de Ministros. Se constata así que si Pedro Sánchez no cesa a Álvaro García Ortiz es, sencillamente, porque él fue el principal beneficiado de sus actuaciones tan presuntamente delictivas, como demostradamente inmorales.

¡Álvaro, sé fuerte! ¡No dimitas! ¡Aguanta hasta que seas condenado e incluso después, recurre tu condena y sigue aguantando! Pedro Sánchez necesita que «su fiscal general» le aguante al menos los dos años que faltan hasta las próximas elecciones generales. Lo utilizará hasta entonces para que le defienda a él de toda la corrupción que lo tiene enfangado hasta las cejas y lo que le pase luego ya le da igual. Con su mujer, su hermano y sus dos manos derechas imputados, Sánchez necesita que una marioneta como Álvaro García Ortiz sea quien dirija la fiscalía así que ni lo va a echar ni le dejará dimitir.


Publicado el 31/07/2025 en OKDIARIO

¿Por qué a los socialistas les sale gratis mentir?


 

Noelia Núñez lo ha aprendido siendo bien joven. En España a la derecha no se le permite mentir. A ella le ha salido bien cara la lección. Había llegado a vicesecretaria del Partido Popular con poco más de 30 años. En cinco años había pasado de simple concejal en el Ayuntamiento de Fuenlabrada, a diputada en el Congreso, formando parte del Comité de Dirección del PP. Y en un suspiro su meteórica carrera política se ha ido al traste y ha tenido que dimitir de todos sus cargos orgánicos e institucionales sólo porque en el currículum que había enviado al Congreso decía estar en posesión del doble grado en derecho y ciencias jurídicas de las administraciones públicas, pero aún no había terminado la carrera.

Debería haberse dado cuenta de lo que ya antes le había pasado al PP por las mentiras de Rajoy. Entre noviembre de 2011 y diciembre de 2015 Mariano Rajoy perdió 1 de cada 3 de los más de 10 millones de votos que le habían dado una mayoría absolutísima que no supo aprovechar; lo que le supuso al PP una pérdida de 63 diputados, sometiendo a España a una inestabilidad de la que aún hoy no hemos salido. Y también fue por mentir. Rajoy nos metió el mayor puyazo fiscal de nuestra historia, después de haber prometido que no iba a subir los impuestos. Prometió que iba a recortar gastos burocráticos y, en vez de hacerlo, nos dejó la mayor deuda pública de nuestra historia. Y, sobre todo, se tragó toda la legislación ideológica de Zapatero, incumpliendo varias de sus promesas electorales, como la reforma de la Ley del Aborto, o la abolición de la Memoria Histórica y la ideología de género. El Partido Popular pagó sus mentiras en las urnas, porque en España a la derecha no se le permite mentir.

Noelia Núñez ha tenido que dimitir mientras hay más de 20 cargos socialistas que han falseado sus currículums mucho más que ella, y ahí siguen con todo su morro. El mismo Óscar Puente que la denunció ni se inmuta cuando se ha demostrado que va presumiendo de un máster que no es más que un cursillo de una fundación del PSOE. La delegada del Gobierno en Valencia, varios exministros y hasta la misma presidenta del PSOE, Cristina Narbona, tienen currículums más falsos que los billetes del Monopoly. Hasta la vicepresidenta, Yolanda Díaz, fingió durante años tener 3 másters falsos que no eran más que cursillos de unas horas. Pero ni en el PSOE ni en el Gobierno dimite nadie por mentir en su currículum.

Y si hablamos de mentiras electorales nadie se puede acercar a competir con Pedro Sánchez. Indulto, amnistía, pactos con etarras y comunistas… ya todo el mundo sabe que de la boca del presidente del Gobierno sólo puede salir una verdad cuando se confunda. Pero hasta las encuestas publicadas por los medios menos afines al socialismo les sitúan por encima de los 100 escaños, rondando el 30% de los votos. La izquierda puede engañar a sus votantes todo lo que quiera sin que nadie tenga que dimitir por ello, porque saben que sus votantes nunca se lo hacen pagar en las urnas. Y es que la diferencia está en los votantes, no en los líderes políticos.

El español de izquierdas traga lo que sea «con tal de que no gobierne la derecha», porque en los colegios los engañaron y les enseñaron que el PSOE actual es heredero de los mártires de la Segunda República, ocultando todos los crímenes cometidos por los socialistas. Les han contado que una izquierda beatífica e inocente fue masacrada por unos asesinos fascistas, de los que les han dicho que proviene tanto el centro como la derecha actual de España. Ni han oído hablar de las checas donde el PSOE torturaba, violaba y asesinaba, ni saben que la guerra empezó porque el PSOE asesinó al líder de la oposición. Todos tienen que saber lo que de verdad ocurrió y cada cual debe asumir sus vergüenzas, sin falsos héroes ni víctimas de mentira; sin infantilismos de buenos y malos por los que se perdona todo. Hasta que en España no se estudie la verdad de la Guerra Civil seguirá existiendo una falsa superioridad moral de la izquierda por ignorancia de su verdadera historia.


Publicado el 29/07/2025 en OKDIARIO

Dimitir por mentir


 

Los estatutos del Partido Popular obligan a todos sus cargos públicos u orgánicos a presentar una Declaración de idoneidad que incluye su curriculum vitae, así como su compromiso con el código ético y deontológico del partido y «una declaración responsable en la que manifiesten cumplir la honorabilidad y la debida formación y experiencia en la materia para la que hayan sido elegidos». La jovencísima diputada Noelia Núñez, recientemente ascendida a vicesecretaria del Partido Popular, decía estar en posesión del doble grado en derecho y ciencias jurídicas de las administraciones públicas y así lo hizo constar en su ficha personal publicada en el Congreso de los Diputados. El ministro Óscar Puente, que no tiene tiempo para ocuparse de las continuas averías de los trenes que dependen de su ministerio porque se dedica exclusivamente a insultar desde sus redes sociales, descubrió que la información facilitada por Noelia Núñez era incorrecta, lo desveló e inmediatamente ella ha dimitido de todos sus cargos. Dimitir por mentir.

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha aceptado su dimisión al mismo tiempo que ha aprovechado para confrontar su nivel ético con el de Pedro Sánchez y el Partido Socialista, de quienes dice que consienten «conductas francamente más graves, e incluso delictivas». En OKDIARIO se publica hoy una lista de 20 socialistas que mintieron en su currículum y no han dimitido como Noelia Núñez. Entre ellos destacan el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, quien afirma en su ficha del Congreso que «estudió Ingeniería Industrial en la Universidad del País Vasco», cuando lo único que hizo fue matricularse; así como la delegada del Gobierno en la Comunidad Valencia Pilar Bernabé, quien decía en la web del PSOE ser «licenciada en Filología Hispánica y Comunicación Audiovisual» y cuando la pillaron lo corrigió, poniendo «inició sus estudios» sin dar ninguna explicación.

El mismo Óscar Puente tan exigente con la joven Noelia Núñez presume todavía hoy en el currículum que tiene publicado en la web de Moncloa, de un supuesto máster que sólo es un cursillo de unas horas en una fundación del PSOE que supuestamente realizó el ministro incluso antes de terminar sus estudios de derecho. La lista de currículums inflados por los socialistas sin consecuencias es larguísima e incluye varios ex ministros e incluso a la presidenta del partido, Cristina Narbona, quien durante 40 años aseguró tener un doctorado que no poseía. El mismo Pedro Sánchez presume de un cargo fake de «jefe» en la ONU en su currículum oficial como líder del PSOE. Hasta la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, mintió a la Cámara baja sobre su formación académica entre los años 2016 y 2019, atribuyéndose 3 másters falsos que no eran más que cursillos. Ni en el PSOE ni en el Gobierno dimite nadie por mentir en su currículum.

Los estatutos del Partido Popular obligaban a Noelia Núñez a presentar su dimisión por mentir en su currículum, pero no hay nada en dicho código de funcionamiento interno que obligue a su presidente, Alberto Núñez Feijóo, a aceptar su dimisión sin tener en cuenta todas las circunstancias que, en este caso, le hubieran permitido tomar otras decisiones. Por ejemplo, el líder del PP podría haber dicho que aceptaría la dimisión de su nueva vicesecretaria inmediatamente después de que dimitieran de sus cargos Patxi López y Pilar Bernabé, para así cambiar el foco hacia la doble vara de medir socialista. Otra opción habría sido que Feijóo hubiera aceptado su dimisión como miembro del Comité de Dirección del PP, pero no del resto de sus cargos, poniéndole como condición que finalice sus estudios universitarios en un par de años o tres, como habría hecho un buen padre de familia. La aceptación sin más de la dimisión de todos sus cargos de Noelia Núñez ha supuesto una inmerecida victoria para el PSOE. Mientras los socialistas se parten de risa, se cobran una pieza de caza mayor tan sólo con un par de tuits de un Óscar Puente a quien más valdría sacar la viga de su ojo antes de buscar la paja en el ojo ajeno.


Publicado el 24/07/2025 en OKDIARIO